Andresa Casamayor firmaba con pseudónimo masculino para poder publicar su obra.

Andresa Casamayor firmaba con pseudónimo masculino para poder publicar su obra. Julia Ramírez

Magas-Mujeres en la Historia

Andresa Casamayor, la mujer que 'soñaba con números' y que fingió ser hombre para poder enseñar matemáticas

Su obra fue el primer tratado de ciencia de la historia publicado por una mujer, pero tuvo que firmar bajo el nombre de Casandro para que se reconociera. 

Más información: Elizabeth Magie, la madre del Monopoly que cayó en el olvido: así fue el robo de una patente millonaria

Andrea Gómez
Publicada

Hace algo más de 300 años, exactamente un 30 de noviembre de 1720, la ciudad de Zaragoza vio nacer entre sus muros a una pequeña niña, María Andresa Casamayor de La Coma. Parecía sólo una entre tantas, pero el tiempo y un don para la enseñanza y para hablar como nadie en la época el lenguaje de los números, hicieron de ella una mujer para la historia.  

Criada en una casa de la calle del Pilar, en el seno de una familia adinerada de ascendencia francesa y dedicada a la compra-venta de textiles, era la séptima de nueve hermanos, todos hijos del matrimonio conformado por Juan Joseph Casamayor y Juana Rosa de La Coma. 

Como todo niño rico de la Zaragoza ilustrada del siglo XVIII, pudo optar a la mejor de las enseñanzas. Si bien es cierto que, en aquella época, las mujeres eran instruidas en las labores y tareas del hogar, este matrimonio optó porque todos sus hijos por igual supieran leer, escribir, contar u operar las cuatro reglas aritméticas, para que así pudieran tener unas mejores dotes. 

Era muy pequeña, pero Andresa ya empezaba a destacar. Tanto que, cuenta la leyenda, corrigió al bachiller contratado por su padre para instruirla a ella y a sus ocho hermanos. El don de la joven no tardó en florecer y fue, con tan sólo 17 años, cuando publicó su primera obra, Tyrocinio arithmetico: Instrucción de las quatro reglas llanas, considera como el primer tratado de ciencia de la historia de España publicado por una mujer

Pseudónimo de hombre

Se trata de un hecho histórico, no cabe duda, pero sólo los años le han dado a María Andresa Casamayor el crédito que se merecía. Y es que en el reverso de esa importante obra matemática no aparecía su nombre, sino el de un tal Casandro Mamés de La Marca y Araioa, un pseudónimo masculino que se inventó para poder llegar a publicarla. 

Pero no se trata de un nombre al azar. En un ejercicio, de nuevo, de una inteligencia fuera de la norma en una joven de su edad, Casandro Mamés de La Marca y Araioa no es más que un perfecto anagrama que contiene todas las letras de su nombre completo, pero en distinto orden. 

Andresa nunca comprendió que, si la enseñanza era universal, se hicieran tantas distinciones entre hombres y mujeres. Con una mirada de un contexto social muy distinto al de nuestra época, Andresa entendió que, sin el nombre de un hombre, su obra nunca saldría a la luz. Su padre, ya gravemente enfermo, decidió a los deseos de su hija, y fue el quién la apoyó en su loca idea de publicar el tratado. 

Tyrocinio arithmético de Casandro Mamés de la Marca y Araioa (Imagen vía Biblioteca Digital Hispánica)

Tyrocinio arithmético de Casandro Mamés de la Marca y Araioa (Imagen vía Biblioteca Digital Hispánica)

Desde el punto de vista matemático, el libro está escrito en un lenguaje ágil y eminentemente práctico, con una gran cantidad de ejemplos y casos reales que permiten al lector aprender de forma directa el manejo de las cuatro reglas del álgebra menor: suma, resta, multiplicación y división. Además, muestra un conocimiento preciso de las unidades de longitud, peso, moneda… utilizadas a diario en Aragón en el comercio del siglo XVIII.

En la censura del libro, el dominico fray Pedro Martínez, amigo y colaborador de María Andresa, desvela uno de los motivos de su publicación: "Su fin en esta obrilla sólo es facilitar esta instrucción a muchos que no pueden lograrla de otro modo". Así, en el perfil de esta joven se puede destacar una gran habilidad aritmética y una profunda preocupación por la educación.

Maestra de niñas

A la vista está que Andresa no llevó la vida indicada para una mujer de la época. Nunca se casó ni entró a la Iglesia, un camino que solía estar designado para muchas. Tras el fallecimiento de su padre en 1738, y de su amigo y colaborador Pedro Martínez en 1739, sus dos apoyos fundamentales desaparecieron, por lo que se vio obligada a trabajar para ganarse la vida. 

Fue maestra de niñas y, durante una larga temporada de ejercicio docente, profesora de primeras letras en las aulas públicas de la ciudad. Como parte de la retribución que se le otorgaba, le fue facilitada una casa donde vivir. El edificio, situado en la calle Palomar de Zaragoza, existe en la actualidad.

Retrato de María Andresa Casamayor y de La Coma.

Retrato de María Andresa Casamayor y de La Coma. MUNCYT

Además, siguiendo con la estela de su pseudónimo, Casandro Mamés de La Marca y Araioa, escribió un segundo libro: El Parasi solo. Se trataba de un manuscrito de tamaño folio, de un nivel matemático superior al primero, que fue conocido tras su fallecimiento –fechado en Zaragoza el 23 de octubre de 1780–, gracias a su reivindicación por parte de dos de sus hermanos.

Sin embargo, el alto coste que suponía su impresión y posterior publicación redujeron la obra de Andresa a tan sólo 109 páginas, las cuales no se conservan a día de hoy debido a su desaparición. Las escasas reseñas que se tienen de él son a través de escritos de otros autores de la época.

Un nombre con enigma

Aunque durante todo el reportaje se ha hablado de ella como María Andresa, lo cierto es que no son pocos los que la conocen como Andrea Casamayor. Pese a que no se sepa con exactitud cuál de los dos nombres sería el verdadero, la teoría más extendida apunta a que se trata de un mero error de transcripción

El sacerdote e historiador zaragozano, Félix Latassa, dedicó parte de su carrera a recopilar la vida y obra de varios de los autores reconocidos aragoneses y volcarla en su monumental Biblioteca nueva de los escritores aragoneses. Es en esta obra en la que, precisamente, se da a conocer la relación entre el pseudónimo de Casandro Mamés de La Marca y Araioa y la verdadera autora, María Andresa Casamayor de La Coma.

Sin embargo, a la hora de descifrar el anagrama, se apunta a que Latassa pudo cometer un error que perdura hasta nuestros días. Todas y cada una de las letras que forman el nombre de Casandro coinciden exactamente con las de María Andrea. Todas, a excepción de una: la letra s. Es por eso por lo que el historiador debió de omitir dicha letra, asumiendo erróneamente que la autora se llamaba Andrea y no Andresa

'La mujer que soñaba con números'

Aunque la historia de Andresa Casamayor haya permanecido oculta durante varios siglos, son numerosas las muestras de reconocimiento con las que la matemática cuenta a día de hoy en nuestro país. La última, en 2020, cuando la directora y guionista española, Mirella R. Abrisqueta, decidió plasmar en el docudrama La mujer que soñaba con números la hazaña de esta mujer que, en circunstancias sociales tremendamente desfavorables, supo creer, educar y luchar por un mundo de igualdad. 

También en el mismo año, se procedió a la reedición de su primer libro, Tyrocinio arithmetico: Instrucción de las quatro reglas llanas. Coincidió justo con los 300 años que conmemoraban su nacimiento y, esta vez, sí llevaba su nombre escrito.

Pliego Premium dedicado a la mujer en la ciencia con los sellos de la matemática zaragozana María Andresa Casamayor de La Coma.

Pliego Premium dedicado a la mujer en la ciencia con los sellos de la matemática zaragozana María Andresa Casamayor de La Coma. Correos España

Del mismo modo, Correos de España lanzó una serie filatélica 'Mujeres en la ciencia', cuya primera emisión de sellos está dedicada a Andresa Casamayor. Asimismo, en 20218 fue incluida en 'La Tabla Periódica de las Científicas', realizada por el Blog de divulgación Naukas, junto a científicas de todo el mundo.

Echando la vista atrás algo más de una década, en 2009 el Ayuntamiento de Zaragoza dio su nombre a un grupo de viviendas ubicadas en el Barrio de Las Fuentes. También la ciudad de Gijón tiene una calle con el de la científica zaragozana. Además, en el municipio madrileño de Paracuellos del Jarama, existe el CEIP Andrea Casamayor nombrado en su honor.