Belén Garijo (60 años) es la primera mujer en dirigir una empresa del Dax 30 alemán (como el Ibex 35 español) en sus 300 años de historia tras convertirse en la CEO de Merck, la importante farmacéutica alemana. Garijo ya era la ejecutiva más valorada de ese país y ahora sería algo así como una Ana Patricia Botín en Berlín.
Pero su caso tiene aún más mérito porque esta manchega se crió en Almansa hasta los 18 años, pasó por la Facultad de Medicina de Alcalá de Henares para licenciarse en 1983 e hizo su residencia en el Hospital de La Paz, de donde saltó a una farmacéutica. Y como toda directiva top, al más puro estilo hollywoodiense, también tiene un pasado de juventud con protestas y manifestaciones, como recuerda la foto de la portada de ABC, a finales de los 70, donde se la ve encerrada en la Facultad de Medicina para protestar contra los números cláusula en las especialidades.
¿Cómo llega una almanseña a ser la reina de las finanzas alemanas? Casi podría decirse que trabajo, trabajo y trabajo aunque también algo más: "Soy un espíritu curioso, siempre me ha fascinado la ciencia, entender el porqué de las cosas. Incluso, recuerdo una colección que hice de niña con ese título -el porqué de las cosas- y cómo irritaba a toda mi familia con mis constantes preguntas", atiende a MagasIN desde Frankfurt, donde reside ahora mismo.
La gente que ha trabajado con ella destaca que es una mujer luchadora pero empática y muy apasionada en lo que cree. De hecho, confiesa que "a la Medicina me acercó la posibilidad de contribuir a evitar el sufrimiento y la enfermedad", una idea que la ha dirigido siempre en su trayectoria por varias divisiones de distintos laboratorios, teniendo siempre presente la humanidad como un valor a tener en cuenta en cada decisión.
Su ejemplo incluso influyó en que sus tres hermanos siguieran sus pasos en el mundo de la salud y eso que antes que Belén no había "antecedentes familiares" que unieran a los Garijo con la medicina.
En su primera maleta, la que le acompañó en su salida del pueblo para llegar a la capital, siempre tuvo claro que tenía que meter lo primero la ilusión por aprender, y al lado su vocación por la persona, por el paciente, por paliar el dolor, por intentar curar... Unas prendas que no ha sacado nunca de su equipaje viajara donde viajara.
"Madrid era la entrada al mundo universitario y al desarrollo de mi vocación. Después, he vivido en Chicago, en Nueva Jersey, en Barcelona, en París, en Ginebra y ahora en Frankfurt, una ciudad muy cosmopolita y agradable. Pero que esté acostumbrada no quiere decir que no eche de menos España. Nunca he perdido ni perderé mi vinculación con Almansa. Son mis raíces", reconoce.
Y es que en su camino desde Almansa al mundo, Belén ha ido sumando equipaje y compañía familiar a sus mudanzas. Su marido, también médico, ha sido una pieza importante para que pudiera volar sin perder nunca de vista el suelo. Y sus dos hijas, de 29 y 24 años, son el ejemplo claro de que una mujer puede llegar a hacer historia, en Alemania o en España, tener una vida personal y no morir en el intento (al menos no de esto).
- Pregunta.- Hablamos mucho de conciliación, ¿cuál es el secreto de que la suya haya sido exitosa?
- Respuesta.- Yo no hablaría de éxito. He manejado el tema de la corresponsabilidad lo mejor que he podido y sabido, contando con la complicidad de mi familia. Poniendo todo mi esfuerzo y mis ganas, pero sin culpabilizarme cuando no todo salía perfecto.
Quizá lo que sí ha sabido hacer muy bien Belén Garijo es automedicarse contra la culpa, ese peso de infelicidad constante que sufren muchas mujeres cuando no llegan a cumplir en su trabajo, en su casa, en su familia y hasta con ellas mismas... Pero también reconoce que donde menos presión pone es, precisamente, en esos momentos suyos de relajación y desconexión. Busca cosas sencillas, como cocinar, si es para amigos mejor, y navegar por el Mediterráneo, su mar, para una niña de interior que ha visto muchos cielos.
"Al final, lo que compensa es que los tuyos sepan que pueden contar contigo". Y con ella siempre cuenta el Real Madrid, un equipo que sigue manteniéndola unida a la que considera su casa esté donde esté. Es seguro que si los merengues ganan algo importante, y el trabajo se lo permite, su casa (esté donde esté en ese momento) se convierte en una fiesta.
Diversidad
En 1989, Belén Garijo ya no podía seguir trabajando en el Hospital de La Paz cuando, a la vuelta de un pasillo, encontró su nuevo destino: la multinacional estadounidense Abbott le abría una puerta. A partir de ahí comenzó un camino ascendente y sin freno que le llevaría a pasar por varios laboratorios (liderando operaciones como la fusión de Sanofi con Aventis) hasta recalar en 2011 en Merck, como directora de Operaciones de Biofarmacia.
Especializada en romper techos de cristal en el mundo de los directivos de empresa, en 2013 fue nombrada presidenta y directora ejecutiva del área farmacéutica de la multinacional alemana. Y desde 2015 es miembro de la junta ejecutiva, convirtiéndose en la ejecutiva mejor pagada del DAX 30 (equivalente al Ibex español), al tiempo que es consejera del BBVA, de L'Oréal y miembro de la Junta de PhRMA (Investigación y fabricantes farmacéuticos de América).
Pero la magnífica estudiante que se acercó a la Facultad de Medicina dispuesta a aprender cómo paliar el dolor, tampoco nunca se ha olvidado de la lucha que supone la igualdad de la mujer en el ámbito laboral y lo ha visto siempre como una cuestión de Derechos Humanos y de Justicia.
"Los datos del World Economic Forum dice que tardaremos 217 años en alcanzar la paridad de género. Por tanto, tenemos que actuar mucho más rápido y no permitir que esta previsión se confirme. Hay que reconocer que, si de manera natural las injusticias no se resuelven, tenemos que aplicar medidas correctoras. Pero no me gusta hablar de cuotas, sino de objetivos", insiste desde lo más alto de una cúspide donde se ve mejor la situación que hay abajo.
Su ascenso por las distintas empresas farmacéuticas y divisiones demuestra que la subida de una mujer siempre supone un empuje para otras, un camino mucho más ancho para poder transitar. De hecho, en el Comité de Salud de Merck, más del 50% son mujeres y en Merck Healthcare, a nivel mundial, el 40% de los puestos de dirección hacia arriba están ocupados por mujeres. Y no es sólo una cuestión de atracción, los números demuestran que la inclusión y la diversidad reportan riqueza y éxito.
"Creo firmemente en que la diversidad es una fuente de riqueza por muchas razones: estimula la creatividad, reta al statu quo... Y algo que no podemos obviar: para encontrar respuestas a las necesidades de una sociedad diversa es prioritario contar con un equipo diverso. Y una vez estás convencido, hay que pasar a la acción".
Pero no sólo hace falta tener la idea, también hay que ponerla en práctica y ahí Belén ha trabajado al mismo tiempo que en el crecimiento de su empresa: "Las cosas no van a suceder de manera espontánea. Si quieres promover la diversidad en tu organización, hay que monitorizar de manera muy cuidadosa los procesos de selección, promoción y retención; los planes de sucesión, hay que trabajar los sesgos y medir el progreso. Si no abordamos el tema de la diversidad con el rigor y el empuje con el que tratamos el negocio, nos quedaremos en una declaración de intenciones".
Y no es sólo un discurso de buenas palabras. Uno de los aspectos que más destacan de Belén Garijo, amigos y enemigos, es la forma con la que hace las cosas, no sólo el fondo y los objetivos. Es decir, la sensibilidad con la que trata de ponerse siempre en el lugar del otro, que le ha llevado a imponer en el modo de trabajar de este gigante alemán un principio que parecerá obvio pero que no era tan evidente en el sector: cuando se habla de medicinas y tratamientos hay que poner siempre al paciente en el centro.
"No concibo otra manera de entender este sector. Sin esta perspectiva simplemente trataríamos enfermedades, no personas. Creo que esta sensibilidad no va ligada al género, sino al propósito. Es más bien un tema de entender que trabajamos con el bien más preciado de cualquier persona, la salud. Y eso exige poner el foco en las personas, en los pacientes. En la división de salud de Merck tenemos un lema: 'As One for Patients', que refleja a la perfección lo que significan los pacientes para nosotros y cómo nos marcan no solo las prioridades sino la manera de trabajar".
Su concepto de diversidad está tan interiorizado que incluso apoya introducir criterios de género en las investigaciones médicas para evitar, como se viene denunciando por muchos investigadores, la sobremedicación de las mujeres al no tener en cuenta diferencias como la menor masa muscular, el tamaño de su cuerpo respecto al hombre o variables hormonales a la hora de probar sus ensayos clínicos sólo o en mayor parte con pacientes masculinos.
"Es un tema muy relevante y creo que no solo debe prestarse atención al género sino a la diversidad en su más amplia acepción para disponer de una fotografía más ajustada a la realidad. El mundo es diverso", advierte.
En su ascenso, a veces escalón a escalón, a veces en un ascensor disparada hacia el cielo, Belén Garijo nunca se ha olvidado de lo que aprendió en sus primeras clases de Medicina, un método de éxito que ha puesto en marcha en casi todas sus posiciones: "Ser médico es un enorme activo para ejercer como directiva. Abordar un problema de negocio como un médico aborda una consulta con un paciente es una receta que a mí me ha funcionado siempre: primero observar y escuchar, luego explorar los síntomas, luego analizar las causas. Después el diagnóstico y por último el tratamiento. No escuchar primero, confundir los síntomas con las causas, aplicar tratamiento sin tener toda la información, que es un enorme error tanto en el mundo de la medicina como en el mundo empresarial".
No corren buenos tiempos para el mundo, como ya adelantaba Mafalda en una de las tiras cómicas del recién fallecido Quino, y por eso las farmacéuticas han pasado de ser un sector importante a ser el sector clave que puede poner algo más que tiritas al planeta.
"En Merck estamos firmemente comprometidos en la lucha contra la Covid-19 de muchas maneras: ofrecemos soluciones a los científicos para que puedan detectar y caracterizar/clasificar virus y desarrollar vacunas y terapias. Además, tenemos fármacos para las personas más vulnerables frente a esta pandemia, los pacientes afectados por otras enfermedades de alto impacto. También estamos trabajando en un potencial tratamiento para la enfermedad".
Además, Garijo ha sido clave para que, desde el principio, se hayan puesto a colaborar con quienes pueden traer respuestas ante tanta incertidumbre: "Participamos activamente en un consorcio internacional formado por compañías farmacéuticas y la Fundación Bill&Melinda Gates para acelerar el desarrollo, producción y abastecimiento de material de diagnóstico, vacunas y posibles tratamientos frente a la Covid-19 y también estamos colaborando con la Organización Mundial de la Salud donando nuestro interferón beta 1a, un tratamiento aprobado y muy consolidado para la esclerosis múltiple cuyo uso como terapia para la Covid-19 se está investigando".
Con tantas idas y venidas, subidas y bajas, esta almanseña tiene claro las cosas que lleva pegadas al alma. Le encanta su pueblo, su Virgen de Belén, sus amigos de la infancia y de la facultad y la Semana Santa de su pueblo, una de las citas fijas del año que procura no perderse porque allí, en la casa de su abuela, junto a sus hermanos, está su fuente de energía.