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Una terraza al sol, escuchar el grifo de la barra del bar y ver al camarero con una bandeja llena de cervezas bien frías. Tomar el primer sorbo y que los labios se queden manchados de espuma. Relajarse en buena compañía tras un largo día. Esa es la esencia de una buena cerveza para Carmen Ponce (Sevilla, 1971): el ambiente, la gente con la que la compartes y, sobre todo, los momentos que creas en torno a esa caña. Da igual cuál, aunque ella siempre rompe la lanza por una de su tierra: la Cruzcampo.
Carmen, que desde hace algo más de un año es directora de Relaciones Corporativas y Sostenibilidad en Heineken España, no recuerda exactamente cuál era su cerveza favorita de joven, "ni cómo era mi vida antes de entrar en este mundo, porque llevo exactamente 20 años trabajando para Heineken". Pero hay una cosa que sí tiene clara: "Me encanta la cerveza, me apasiona".
Por la Cruzcampo siente un amor muy especial porque "es la marca que bebían mis padres y la primera cerveza que empecé a beber". Además, "no es una marca, es una institución. Cuando hablas de Cruzcampo, sobre todo en Andalucía, donde es muy querida, tiene muchos significados".
El grupo de Heineken tiene muchas más cervezas (Guinness, Amstel, El Águila, Paulaner, Buckler...) y durante su "periplo cervecero" como ella lo llama, Carmen ha conocido más profundamente esta bebida, hecha con granos de cebada germinados y cereales, y asocia cada una de ellas a un momento. "Entre semana que trabajo o cojo el coche, a mí me encanta mi Heineken 0,0. Últimamente una marca que tiene un añito de vida y disfruto mucho por las tardes, también en un momento de distensión, es el Águila sin filtrar, que me tiene enamorada".
Carmen estudió Ciencias Empresariales en Sevilla y de ahí se trasladó a Madrid, donde estuvo trabajando un par de años. "Luego me volví a Sevilla porque me contrató Guinness y allí empecé mis aventuras cerveceras, hasta ahora".
En estos años ha tenido la oportunidad de conocer el sector desde dentro, viendo muchas áreas diferentes. "Entré en el Departamento de Finanzas y casi toda mi carrera la he desarrollado en Marketing. He llevado a cabo proyectos estratégicos que me dieron una visión holística del negocio y antes de la posición que ocupo ahora, monté y lancé la oficina digital para apoyar y acelerar la transformación del negocio".
La cerveza en pandemia
Este año ha sido sin duda un desafío enorme para la empresa, a la que la Covid-19 ha impactado de lleno. El sector está intrínsecamente ligado a la hostelería, a los bares a los que Carmen se refiere como "socios en el negocio". "En este país, 6-7 de cada 10 cervezas se consumen en un bar, en un restaurante. Con lo cual, el cierre primero y las medidas que restringen los horarios y el aforo después, tienen un impacto muy significativo en una compañía como la nuestra".
Considerada la cerveza un 'bien esencial', sus fábricas nunca se pararon, aunque sí tuvieron que adaptar su producción. "Atender unas necesidades del mercado absolutamente diferentes a lo normal ha sido un reto increíble. De buenas a primeras se dejaron de vender los formatos de la hostelería y se vendieron de una forma muchísimo más significativa los típicos de la alimentación. Ese cambio de volumen, que disminuyó considerablemente, y de lo que se producía, ha sido increíble".
En ese corto periodo de adaptación, incluso les dio tiempo a fabricar geles hidroalcohólicos y otros materiales que escaseaban durante el confinamiento, algo de lo que Carmen se siente tremendamente orgullosa. "Yo a mis compañeros de la fábrica les llamo los héroes porque no solamente han logrado que no falten nuestras cervezas ningún día durante la Covid pasara lo que pasara, sino que además sacaban tiempo para hacer gel hidroalcohólico, máscaras protectoras y otras muchas cosas con las que hemos podido ayudar y poner nuestro granito de arena durante este periodo".
"Dicho esto, nosotros reaccionamos navegando la crisis y construyendo el futuro a la vez, además con una prioridad muy clara: cuidar de los nuestros, no solamente de todos los miembros que forman la familia de Heineken, sino por supuesto también nuestros hosteleros", explica.
Una cerveza sostenible
En lo que se refiere al futuro, tiene claro cómo debe ser: verde y respetuoso con el medioambiente. Actualmente, una de sus mayores responsabilidades es la sostenibilidad, esa palabra que podemos encontrar en prácticamente todas las grandes empresas y que Carmen se toma muy en serio. Tan en serio que Heineken tiene el compromiso de que todas sus fábricas en España sean cero emisiones para 2025, un importante plan que ya están llevando a cabo.
Un par de semanas antes de nuestra conversación, que no podemos hacer cerveza en mano por la distancia, Carmen se encontraba inaugurando la primera fábrica cero emisiones ubicada en Jaén, con la presencia de la ministra de Industria, María Reyes Maroto. "Nos ha llenado de orgullo y no es algo casual, la sostenibilidad es un pilar estratégico de Heineken a nivel mundial. Decimos que elaboramos cervezas que le gusten a las personas y al mundo, al planeta".
Para conseguir una fábrica libre de emisiones lo esencial ha sido conseguir nutrirse completamente de energías renovables. "En el último año hemos dado dos pasos súper importantes. El primero fue la inauguración en el Andévalo, que es una comarca de Huelva, de una planta fotovoltaica que alimenta de energía eléctrica renovable el 100% de nuestras fábricas, oficinas y todos nuestros centros de producción".
Como para elaborar cervezas se necesita también energía térmica, lo que han hecho en la fábrica de Jaén ha sido construir una planta de biomasa que convierte los restos de poda de los olivares de alrededor en energía térmica renovable. "Esos restos de poda hubieran sido desechados, por lo que estás alimentando la economía circular y generando un ingreso extraordinario para los agricultores", afirma Carmen orgullosa.
"Con la energía eléctrica del poder del sol y la energía térmica de la biomasa hemos convertido a Jaén en la primera fábrica de cerveza cero emisiones en España y la más grande de Europa. Aunque ésta ha sido la primera, seguiremos trabajando sin descanso hasta conseguir unir al resto".
Dentro de este plan para volver 'verde' el sector de la cerveza hay otro elemento importante: el agua, que representa el 90% de la composición de esta bebida. "Queremos devolver a la naturaleza todo el agua que utilizamos, conscientes de que es un bien escaso en España y de que es el ingrediente más importante de la cerveza".
Para conseguirlo ya están trabajando en lugares como la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir, de donde sacan el agua para las fábricas de Sevilla y Jaén. "Hemos hecho actuaciones en el Parque de Doñana, en unos humedales que literalmente se estaban perdiendo. Gracias a nuestra actuación, y la colaboración con las instituciones, los hemos recuperado y con ello un componente de agua mucho mayor del que usamos en esas fábricas".
Lo mismo han hecho en la Albufera, de donde toma el agua la fábrica de Valencia, con el proyecto Cañaveral, inaugurado el año pasado. "La última etapa, porque tenemos cuatro fábricas en España, será Madrid y se acometerá este año. Con ello podremos decir que el compromiso de devolver más del 100% del agua a la naturaleza estará cumplido, es muy bonito".
Tradición y modernidad
Además del planeta, no hay que olvidarse nunca de las personas, de esos hosteleros que ven sus negocios peligrar por culpa de la pandemia. Como vicepresidenta de la Fundación Cruzcampo, cargo que ostenta desde que llegó a la dirección de Relaciones Corporativas, tiene el foco puesto en la modernización y las ayudas al sector para "asegurar su supervivencia y su sostenibilidad en el futuro".
A través del proyecto que han llamado 'Fuerzabar', Heineken ha hecho "una inversión extraordinaria de 150 millones de euros, que es un esfuerzo muy relevante para una compañía que también está impactada por la Covid".
Todo ello lo logra buscando siempre la innovación pero manteniendo la tradición, esencial para una marca tan histórica como Cruzcampo. "Sin tradición es imposible estar a la vanguardia, no son conceptos incompatibles", afirma. "Nosotros creamos la categoría Radler en España, pero somos tremendamente respetuosos con nuestros orígenes. Las recetas de nuestras cervezas tienen más de 100 años y se elaboran exactamente igual. Como dice Lola Flores en el anuncio -que se ha realizado con tecnología de inteligencia artificial-, es casi un deber el 'manosear' nuestras raíces mientras miramos al futuro".
Así, pese a las nuevas tecnologías la esencia de las fábricas, que Carmen conoce muy bien, se mantiene. Esos lugares que son el origen de la cerveza le apasionan y las vive "con todos los sentidos". Desde el aroma, a ver la materia prima, los grandes tanques dónde se almacena y, por último, la parte del packaging, el envasado, que es una de las favoritas de Carmen.
"Es impresionante, de ponerte el corazón aquí", exclama llevándose la mano al cuello. "Cuando ves el número de latas o de botellas que se llenan por minuto, el ruido, el dinamismo, la vida que hay allí... Es un ecosistema que cambia, desde la paz que se vive en la elaboración del producto y lo sensorial que resulta todo, a la vida que tienes en la parte de envasado".
Quien no haya estado no se puede imaginar la velocidad que tiene la última parte de la fabricación. Solo en 2020, un año con menor producción, la fábrica de Sevilla, la más grande de la compañía en España, elaboró más de 4 millones de cañas diarias, que se dice pronto.
"A veces a la gente de fábrica le salen frases como: ‘Estamos produciendo momentos de celebración, de felicidad’. Es verdad que puede sonar un poco cursi, pero es que es verdad. Tenemos la suerte de trabajar para un producto que se vive mayoritariamente con buenos momentos y con buena gente", incluso en momentos de pandemia.
Una bebida para todos
Para Carmen, otra de las virtudes de la cerveza es que "es una bebida muy popular". "España es un país muy cervecero y la cerveza está muy implicada en su gente, en el día a día. La penetración del consumo de la cerveza es de más del 80% entre las personas mayores de edad. No entiende de geografías ni de clases sociales". Tampoco de sexos. Antes podía parecer que la cerveza era más de hombres, pero la realidad es que no. "El 53% de los consumidores son hombres y el 47% mujeres, es bastante parity".
Una paridad que Carmen asegura que se ve reflejada en la empresa. "Hay muchas mujeres en Heineken", dice tajante. "Depende también un poco de las áreas. Por ejemplo, en el comité de dirección al que yo pertenezco casi la mitad de los miembros somos mujeres; en el departamento de Marketing y las áreas más de soporte (Recursos Humanos, Asuntos Corporativos...) hay paridad o incluso mayoría de mujeres. Quizás en menor medida en contextos comerciales, aunque está creciendo de forma muy significativa, y en fábricas, pero también porque durante muchos años en las carreras técnicas no había paridad y si en origen no la hay, pues tampoco la habrá en la empresa".
Y apunta: "El principal accionista de España es una mujer: Charlene de Carvalho-Heineken, la cuarta generación de la familia Heineken, que es una mujer tremendamente relevante".
Consumidor, como ha dejado claro Carmen, hay de todo tipo, y cada vez tienen un interés mayor por la cultura cervecera, "de ahí el boom por las cervezas craft (artesanales)". También por la salud, "lo que lleva a disfrutar con más seguridad". "España es bastante diferente de otros países por el peso que hay de la cerveza sin alcohol. Aquí, de todo el consumo de cerveza un 12% mínimo es sin alcohol, algo absolutamente atípico con respecto al resto de países. Que sea una bebida tan transversal, tan popular hace que la consumas en muchas ocasiones con alcohol o sin alcohol, de una forma absolutamente natural".
Pese a hacer las fábricas más verdes y modernas o elaborar diferentes tipos de cervezas para los consumidores actuales, lo que nunca cambia es el terraceo y el disfrutar de esta centenaria bebida en compañía. Carmen lo tiene claro, se queda con "una cerveza de barril recién tirada" que venga acompañada de una tapa, que "es un binomio absolutamente incuestionable".
"La cerveza de barril la vives desde el momento en el que abres el grifo, es una experiencia visual. Luego te plantan un vaso con dos dedos de espuma blanca y una cerveza brillante y luminosa. Y el primer sorbo, que si es de un barril de Cruzcampo es absolutamente maravilloso".