Todos los días, María Muñoz Caffarel (Madrid, 1980) se pone su bata y entra en el laboratorio con una misión: luchar contra el cáncer de mama. Desde 2020 lidera el grupo de Cáncer de Mama del Biodonostia Health Research Institute junto con la oncóloga Isabel Álvarez, y su investigación se centra en el cáncer de mama metastásico, que supone el peor diagnóstico posible. "El 70% de los casos de cáncer de mama se cura, pero cuando ha pasado otros órganos, es decir, que es metastásico, se considera incurable. Muchas investigaciones están dirigidas a estudiar los mecanismos de la metástasis y se está invirtiendo mucho para entender cómo el microambiente tumoral participa en este proceso", explica a MagasIN.
Nunca pierde de vista su objetivo ni el motivo por el que lo hace, ayudar a las miles de mujeres a las que diagnostican cada año esta enfermedad. Menos aún esta semana, ya que este martes 19 de octubre se celebrará el Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer de Mama. Durante todo el mes de octubre se realizan eventos para visibilizar la enfermedad y recordar la importancia de investigaciones como las de María y su equipo.
"Es súper importante que se conoza. Creo que gracias a la Covid la gente se ha dado cuenta de lo que es la investigación y cómo en un tiempo récord se ha llegado a una vacuna. Por eso, todo lo que sea que los periodistas nos ayudéis a retransmitir la importancia de la ciencia es importantísimo". Fiel a esa creencia, atiende a este periódico desde un autobús camino a Alicante para realizar, junto a miembros de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA), una marcha para recaudar fondos. "La organiza la asociación Trail Solidari de Alcoy y el año pasado no pudimos ir por la pandemia. Aunque son 25 km andando y yo solo he practicado para ir a por el pan", comenta entre risas.
De Madrid a Cambridge
Doctora en Bioquímica por la Universidad Complutense, de pequeña María soñaba con encontrar una vacuna contra el Sida. Aunque considera que ese sueño era un poco "pretencioso", la realidad es que ha terminado estudiando otra enfermedad igual de importante, "muy prevalente y de gran impacto social": el cáncer de mama. "La vida me llevó por otros derroteros y acabé haciendo la tesis sobre el cáncer, me apasiona la verdad".
Después del doctorado entró como investigadora en la Universidad de Cambridge, una de las más prestigiosas del mundo. "Fue muy impresionante porque yo ahí tenía cada semana charlas de los números uno de mi campo. Podías ir a una charla de un premio Nobel súper a menudo, era un ambiente intelectual y cultural muy rico. La verdad es que ha sido un privilegio". María recuerda esos años como "una época muy bonita de su vida", también a nivel personal porque "hice buenísimos amigos y también nacieron allí mis hijas. Fueron unos años maravillosos".
Allí permaneció casi seis años y se centró en el cáncer de mama precoz y el cáncer de cérvix que, aunque en España ya casi no produce muertes, era un proyecto muy valioso para ella por su importancia social. "En España se hace el screening a partir de cierta edad, un cribado, y además desde hace años se vacuna a las niñas contra el papilomavirus, que es una de las principales causas del cáncer de cérvix. Aunque aquí la gente no se muere de cáncer de cérvix, en países en vías de desarrollo es donde la investigación es clave, ya que como no tienen el screening cuando se detecta muchas veces ya está muy avanzado y no tiene cura".
Estudio de la metástasis
En 2015 volvió a España y se incorporó a Biodonostia con el firme objetivo de investigar el cáncer de mama metastásico. Su equipo intenta comprender el microambiente tumoral y recientemente ha recibido una beca de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), que les ayudará a continuar con sus investigaciones. "Estudiamos la inflamación de las células inmunes del cuerpo que están ahí para defendernos de los virus y las bacterias. Se ha visto que la inflamación tiene un papel en la progresión de los tumores y nosotros estudiamos cómo esta inflamación de baja intensidad ayuda al tumor y favorece, por ejemplo, que se produzca la metástasis (que el tumor se expanda a otros órganos)".
Una de cada ocho mujeres tendrán cáncer de mama
"Esta inflamación normalmente es buena, entonces se trata de ver cómo el tumor es tan listo que convence a las células del sistema inmune a ayudarle y que deje de luchar contra él". Las líneas de investigación son muy amplias, pero en este caso se centran en la función de las citoquinas -que María ya había estudiado durante su etapa con el cáncer de cérvix-. "Las citoquinas son como unos mensajes muy importantes que se transmiten de unas células a otras. Estas citoquinas puede ser unos mensajeros muy importantes en la inflamación que favorece el desarrollo del cáncer y por eso investigamos anticuerpos frente a ellas".
Su motivación
Si descubren por qué esa inflamación que debería ser positiva se convierte en un 'ayudante' del tumor, podrán empezar a buscar soluciones para combatirlo y así terminar con el drama de la metástasis, que para muchos enfermos de cáncer supone una muerte inevitable. María, que se implica con las pacientes aunque no las trata, usa ese hecho como acicate para seguir investigando con más pasión si cabe.
"Tenemos mucha relación con las asociaciones de pacientes y a mí también me gusta mucho estar con la gente, yo tengo una vocación como social. Por el Día Contra el Cáncer de Mama nos invitan a actos, encuentros con pacientes... También me llevé en Biodonostia a un grupo de pacientes de cáncer de mama metastásico y les enseñamos lo que hacemos allí. Me parece algo muy importante porque, aunque es más presión, también es una motivación muy fuerte. Es un recordatorio de por qué lo haces porque te puedes perder en detalles de la proteína no sé cuántos, la citoquina, si sale el experimento... Pero lo importante son ellas".
En realidad, María tiene a dos personas concretas que le hacen seguir adelante: su padre y su amiga Maite, ambos fallecidos por cáncer metastásico. "Mi padre murió en 2016 de un cáncer de colon metastásico. Se lo diagnosticaron con mucha metástasis y estuvo un año y medio muy bien, pero finalmente murió con 65 años". Por eso, aunque sean enfermedades distintas, ahora María siente su labor como algo muy personal. "Me acuerdo de él cada día. Cuando entro en el laboratorio es como: va por ti".
De Maite lleva un recordatorio muy especial en su bata: un corazón que ella misma le regaló. "Maite es una de las primeras pacientes de cáncer de mama metastásico que conocí y con la que entablé una amistad. Ella misma nos hizo los corazones y nos los regaló a todos los investigadores de cáncer de mama de Biodonostia y a los médicos con los que ella trataba. Lo llevo con mucho cariño y porque me acuerdo mucho de ella".
Pese a todo, María se muestra positiva. Cada vez hay más científicos investigando el cáncer de mama metastásico y en los últimos años se ha avanzado en las terapias contra la enfermedad. "Tampoco tenemos que dar un mensaje súper negativo porque hay mujeres que con cáncer de mama metastásico viven muchísimos años, y ahí es donde vamos ahora. Vamos a curarlo en el futuro, pero mientras tanto, por lo menos cronificarlo como quien vive con diabetes. Este es el objetivo ahora, cronificarlo".
Más investigación
Para lograrlo, María lo tiene claro: más inversión y simplificar la burocracia. Una petición que hacen los investigadores de todos los campos, pero que parece que no termina de calar. "En España hay investigadores buenísimos y de hecho, te vas por por ejemplo a Inglaterra y muchos son españoles. Creo que realmente hay mucho potencial humano, pero tenemos que incrementar la inversión en ciencia para ponernos a nivel de otros países europeos. Los fondos para investigación llevan estancados como 10 años y necesitamos que se refuercen. Que se apueste por traer talento y retenerlo".
"Por ejemplo en Cambridge sí que vi diferencias. Ahí mi jefe pedía un proyecto cada 5 años y le daban muchísimo dinero. Mientras, nosotros nos pasamos pidiendo proyectos pequeñitos cada poco tiempo y se nos va mucho tiempo en burocracia. España es un país súper burocrático. Aun así, con los fondos que tenemos aquí creo que tenemos un nivel científico bastante decente. Hay muchos centros y muchos investigadores españoles que trabajan en España y primera línea, pero tenemos que mirar muy bien qué hacer con los euros que tenemos".
Hasta entonces, habrá que seguir celebrando fechas como el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama para conmemorar a las pacientes y a todos los profesionales como María que luchan diariamente contra la enfermedad. Una fecha para que no se olvide la importancia de la ciencia en esta batalla que, recordemos, se lleva demasiadas vidas.