Salomé Limón ha ganado 5 Latin Grammy, y ha estado nominada a los Grammy, ha trabajado con músicos de la talla de Andrés Calamaro, Paco de Lucía, Anoushka Shankar, Chick Corea, John Legend, Vampire Weekend, Enrique y Estrella Morente, y un largo etcétera. Ahora, entre los miles de proyectos en los que está inmersa, destaca Homenaje a Lorca de Emilio Aragón, que ha grabado junto a Alba Molina y La Mala Rodríguez.
Consciente de la dificultad de dar visibilidad a las mujeres ingenieras, en un sector muy masculinizado, Salomé creó PIAudio (Asociación Iberoamericana de Productoras e Ingenieras de Audio), y además, ofrece masterclass por todo el mundo.
“Reconozco que he tenido mucha suerte de estar en el sitio adecuado, en el momento justo y hacerlo bien, claro. Porque si luego no respondes, no hay nada que hacer. No vuelven a contar contigo. He sido una privilegiada por trabajar con todos estos artistas” asegura la especialista en sonido, que nos cuenta cómo fueron sus inicios.
“Llegué a este mundo del sonido por casualidad. Estudié solfeo cuando era pequeña, pero luego lo dejé porque el Conservatorio no resulta muy motivador, si no das con un buen profesor que despierte el deseo de seguir... Luego estudié Magisterio Musical, pero me dí cuenta de que era una profesión muy vocacional, y yo lo había elegido siguiendo los consejos de mi entorno. Mi sueño era estudiar Filología alemana. Nada que ver y fui dando tumbos”, afirma.
PREGUNTA: ¿Luego la cosa cambió?
RESPUESTA: Sí, finalmente, cursé Operador Técnico de Sonido, tuve acceso a unas prácticas para masterizar, y mi hermano que tiene un estudio de música, me animó a trabajar con él. Él ya estaba muy metido en la música flamenca, y durante unos años estuve allí, poniendo cafés y tirando cables, para finalmente dejarme sentar en la mesa y poner micrófonos, aunque he seguido poniendo cafés….
¿Y aún hoy sigues aprendiendo?
Cierto. Mira, tengo una amiga ingeniera mexicana, Cristina Antón, que mezcla en Dolby y demás, y le pregunté el otro día si me podía dar una masterclass sobre cómo mezclar en 5.1, y otras maneras de mezclar… Siempre estoy aprendiendo. Además, cada vez que doy una clase, son los alumnos los que me enseñan cosas nuevas. No me aburro nunca, siempre salen pluggins nuevos, etc. Si te gusta, esta profesión es divertida.
¿Lo tienen más fácil ahora los jóvenes que quieran seguir este camino?
Cuando yo comencé, había muy pocos centros para estudiar, y profesionalizados mucho menos. A día de hoy aún no hay carrera universitaria pública, tienes que estudiar por privado. Pero si que tienen mas opciones que entonces.
Para trabajar es otra cosa…
En mi época, se aprendía trabajando. Había muchísimos estudios. Sólo en mi zona ya había tres estudios grandes y profesionales. Hoy hay menos por la crisis, debido a la pandemia que ha arrasado, pero hay más grabaciones en casa. Si eres sólo ingeniero lo tienes complicado para entrar en un estudio y hacer prácticas, pero si eres versátil, ingeniera, tocas algún instrumento y compones, tienes más oportunidades. Ahora creo que se requiere ser más renancentista, es decir, que "toques más palos".
¿Lo tuviste más difícil por ser mujer, antes de ponerte al frente de la mesa como ingeniera sonido?
Como era la hermana de Javier, y no había nadie más... en mi caso, no tuve problemas para entrar, pero luego si lo he tenido más difícil. Soy mujer, y aparento menos edad, y cuando un músico entraba al estudio, y me veía a mi sola delante de la mesa, no se fiaba... Veía en sus caras que pensaban: “¿Esta niña me va a grabar el disco que tanto trabajo me ha costado hacer?”
Aunque a los 10 minutos de comenzar a trabajar, ven de lo que eres capaz. Ahora me pasa lo contrario, vienen al estudio por mí. Si bien, con músicos con los que no he trabajado, aún hoy tengo que demostrar de lo que soy capaz….
Creaste PIAudio (Asociación Iberoamericana de Productoras e Ingenieras de Audio) ¿con qué objetivo?
Cuando yo empecé hace más de quince años, no había tantas redes sociales, ni tanta visibilidad, y me parecía que yo era la única mujer. Llegué a Bruselas a grabar con uno de los mejores armonicistas del mundo, para un disco de Antonio Serrano, y en el estudio había una ingeniera. Ahí me explotó el cerebro, y pensé: ¡Hay más como yo!
Mi idea consistía básicamente, en allanar el camino a las siguientes, pero me dí cuenta de que ya había una generación de ingenieras anterior, que había comenzado a hacer camino.
¿Qué hacéis en la Asociación?
PIAudio es un punto de encuentro para compartir experiencias, dudas, desahogarnos, y contar con una bolsa de trabajo. Es una asociación iberoamericana, y si llega a mis manos cualquier trabajo, busco la ingeniera que pueda realizarlo. Intento que sean mujeres, para darnos a conocer y porque además, son muy buenas profesionales.
Nos hemos unido a otras asociaciones internacionales para no quedarnos pequeñas. Hay muy buen rollo. Todas remamos a favor, y no hay competitividad, sino mucha generosidad.
¿Qué consejo le darías a las niñas y jóvenes que quieren seguir tu camino en la música?
Primero, que trabajen mucho, que sepan que no tienen que soportar ni maltratos, ni vejaciones, ni acosos por ser mujer, y que colaboren mucho entre ellas. Sobre todo, se trata de trabajar y formarse muy bien.
¿Hay que empezar en los colegios?
Eso sí, es necesario que nosotras las profesionales, hablemos con las niñas en los colegios, que vean referentes. Es en la infancia, con 5 ó 6 años cuando se forma su mente, y tienen que ir viendo todo aquello que pueden ser, sobre todo, en estas profesiones tan masculinizadas. Es preciso enseñarlas de una forma didáctica y divertida, hacer una canción con ellas y grabarlo, y que vean que se lo pueden pasar muy bien.
¿Qué es lo que nos falta a las mujeres para estar en el sector al mismo nivel que ellos?
Creérnoslo. Sufrimos el maldito síndrome de la impostora, lo tenemos en el hipotálamo grabado a fuego, y nos pasa a todas. Si hay una vacante de trabajo, y hay 10 requisitos, un hombre lo envía si tiene uno; una mujer tiene que cumplir los 10 para enviarlo. Hay que salir de la zona de confort y manejar estas situaciones como aprendizaje.
Trabajaste con Paco de Lucía. ¿Cómo fue la experiencia?
Para mí ha sido el mayor reto al que me he enfrentado, y me trato con muchísimo cariño. Fui a montarle en su casa el estudio, y era un friki de lo correcto, todo en su sitio y afinado. Creo que ha sido el momento más tenso de mi vida. Se metía en la cabina, mientras yo le grababa y me decía: ¡Pínchame ahí…! Y realmente, ahí demuestras si sirves o no sirves... Tuve que estar durante toda la grabación muy atenta. Es algo que atesoro en mi corazón como una de las experiencias más bonitas.
Eres especialista en la grabación de la música flamenca, ¿qué tiene de especial?
El flamenco es una música muy emocional. Técnicamente tienes que saber que un cantaor empieza bajito y de repente, saca todo el torrente de voz, y tienes que estar atenta de que no sature el sonido. Mi trabajo consiste en captar el sonido lo más fiel posible a lo que está pasando en ese momento, y que no se note que yo estoy ahí. Que la persona que salga de la cabina, se identifique con ese sonido. Tratarla con mucho cariño e intentar plasmar toda esa emoción digitalmente.
Eres el público de primera fila de los muchos conciertos que se graban en el estudio, ¿quienes te han dejado un recuerdo increíble?
Además de Paco, Pepe de Lucía. El último Grammy lo he ganado con él. Pepe llevaba muchos años sin grabar, y tuve el privilegio de acompañarle y ayudarle a sacar todo lo que llevaba dentro. También recuerdo con cariño la grabación de Michel Camilo y Tomatito, con los que gané otro Grammy. En esa ocasión, fue sentarme, poner los micros y disfrutar del espectáculo. Una maravilla ver como se comunicaban.
También trabajaste con Emilio Aragón...
Efectivamente, lo importante que es el tema de las cuotas, que nos dejen asomar la cabeza. En el disco de Emilio, no había ninguna mujer en la producción, y de la producción ejecutiva se encargaba Javier Couso, que me conoce desde hace mucho tiempo. Emilio quería una mujer que mezclase, y Javier pensó en mí y me llamaron.
Hubo muy buena conexión. Se trabaja muy bien con él, es muy profesional y sabe lo que quiere, y sabe pedirlo. A partir de ahí hemos seguido trabajando juntos en tres discos más, hemos realizado el programa B.S.O. de Movistar, y ahora tenemos en marcha otros dos discos.
¿Qué nuevos proyectos has realizado con Emilio Aragon?
Blu, que es sólo piano, y ya ha salido. Es impresionante, para sentarte y disfrutar. Y Homenaje a Lorca que son poemas de Lorca versionados, musicalizados y con letra adaptada. Hemos grabado con Alba Molina y La Mala Rodríguez. En este momento, estamos buscando candidatos y candidatas para grabar el resto y espero que salga este año.