Benedetta Poletti, la mujer detrás de la revista 'ELLE': dos décadas promoviendo el liderazgo femenino
La directora de 'ELLE' conversa con MagasIN sobre la evolución de la moda, el liderazgo femenino y los temas que actualmente importan a las mujeres.
10 febrero, 2022 02:55Noticias relacionadas
Explicaba Truman Capote que algunas mujeres son capaces de crear con cada conversación un “autorretrato”. Así sucede, literalmente, cuando uno dialoga con Benedetta Poletti, enfática como la doble “t” de su nombre y apellido, y empiezan a aparecer alrededor de ella Oriana Fallaci, Raffaella Carrà, Amanda Gorman, Inès de la Fressange, una calle de Milán por la que camina vestida de negro, y el ministro Rubalcaba dando la mano a todo el mundo.
Pero regresemos a su despacho en el grupo editorial Hearst, al que cariñosamente llama “la pecera”. Desde hace más de veinte años Poletti dirige la revista ELLE en España y desde 2016 es también la directora editorial de todo el grupo. A punto de cumplir cincuenta años, no suele conceder entrevistas –hace años que no contesta a una-, sino hacerlas.
Esta italiana, licenciada en filología inglesa y francesa por el Instituto de Lenguas Modernas de Milán, comenzó su carrera como traductora, pero pronto comenzó a colaborar con medios de comunicación en nuestro país. Primero en una agencia de noticias (Colpisa) y después como corresponsal de Canal Plus y otros canales temáticos de viajes. Recuerda que fueron “una mañana, unas compañeras de Colpisa las que me animaron a escribir a la revista ELLE para colaborar como redactora: ‘Te vemos ahí muy bien, me decían, con gran acierto’”, sonríe.
“Llevo en España la mitad de mi vida, soy italiana, vine aquí por amor”. Condesa por matrimonio, se refiere sin duda a su marido, pero también al amor por el periodismo. “El kiosco era mi pasión y mi sueño desde pequeña”. Su primer recuerdo “es Il Corrierino dei Piccoli, un suplemento semanal infantil del Corriere della Sera, que fue lectura mítica para varias generaciones de niñas y niños”. Después de algunas revistas de adolescente, recuerda ELLE en Italia, que también era “el gran sueño”.
Lo que importa a las mujeres
“Hay una modelo, Inés de la Fresange, que decía que ELLE es como un partido político, realmente una manera de vivir”, explica, “es tan real todo lo que esta cabecera ha hecho por las mujeres: una revista que ha evolucionado con la sociedad, imagínate, 75 años animando a las mujeres, destacando su talento”, explica, siendo ella una mujer que lleva 20 años haciendo esto mismo.
"Juntas multiplicamos, este cambio de mentalidad tiene que estar basado en el talento de tantísimas mujeres"
Para dirigir esta cabecera, le parece “tres cosas imprescindibles: tener una mentalidad abierta, porque las revistas son el reflejo de la sociedad. También ser humilde, saber escuchar y observar, saberte rodear de los mejores… Y pasión”, sonríe. Se refiere al periodista e historiador Indro Montanelli, cuando dice que el periodismo lo que intenta es “hacer un poco mejor el mundo, ayudar a las personas a tener un propósito, una misión”. Y no desprecia en todo esto “la importancia de la suerte”.
¿Cómo se eligen los temas de este tipo de publicaciones lifestyle? En los últimos números, su equipo ha investigado los temas de las criptomonedas, los NFT y la realidad virtual. Poletti explica que “esa es una de las maravillas del nuevo mundo. Antes, cuando escribías un tema, tardabas un mes y medio en saber si gustaba, y no podías distinguir entre unos temas y otros. Ahora estamos en una conversación constante con las lectoras y gracias a las redes sociales sabemos qué les preocupa, qué les gusta, qué quieren…”. ¿Cuáles son esos temas de conversación pública relacionados con los valores? En su opinión, temas como “el medioambiente, la diversidad”, pero muy especialmente lo que se llama bodypositive, es decir, “el optimismo, la mirada positiva, el humor y la luz”.
Se refiere Poletti a la fundadora de su cabecera, Hélène Gordon, que “hace 75 años afirmaba la importancia de hablar de lo serio con ironía y de lo frívolo con seriedad”. Más o menos por entonces la mujer en Francia “acababa de pasar por las urnas y la libertad se hacía bandera”, al fin, para la mitad de la población. Este tono “ligero, positivo, lleno de humor”, explica la directora, “era importante hace 75 años, pero sigue siendo importante hoy”. Milita en “la revolución de la sonrisa, no en la lucha, sino en sumar. Juntas multiplicamos, y no llegaremos a nada sin los chicos, este cambio de mentalidad tiene que estar basado en el talento de tantísimas mujeres”.
La moda para empoderar
Claro que el tema central de su revista es la moda, pero entendida de un cierto modo. “Yves Saint Laurent afirmaba ‘con los años he entendido que lo más importante en un vestido es la mujer que lo lleva’. Es decir, que la moda sigue siendo algo fascinante, pero lo importante es que a través de la moda y la belleza se puede empoderar a la mujer”.
"La moda se ha humanizado, se ha cargado de valores. Hay una toma de conciencia para producir de manera ética y humana"
¿En qué ha cambiado la moda? “En los últimos veinte años, ¡muchísimo!”, exclama Poletti. “Gracias a muchos de los agentes que han hecho este cambio, Inditex por ejemplo, ha ayudado muchísimo a democratizar la moda. En paralelo, la moda se ha humanizado, se ha cargado de valores. Hay una toma de conciencia para producir de manera ética y humana”. El lujo, en su visión, es ahora “obligatoriamente más humano, más honesto: no es lo que cuesta, es cómo está hecho, el valor de la artesanía, ¡y cómo lo llevas!”.
Una exposición en el consistorio madrileño de 75 años de portadas de su cabecera sirvió hace poco para hacer un recorrido por la evolución en los estilos y cánones femeninos de las últimas décadas en Europa. Poletti diferenciaría entre “una época en la que quizá queríamos ser como los hombres… otra en la que nos planteamos ser Wonder Woman, para poder con todo a la vez… y la época actual, en la que somos conscientes e incluso queremos ser imperfectas, felices, llegar a lo que lleguemos y no obsesionarnos con nada. Disfrutar de la vida, estar con mis amigas”.
Y, con mucho énfasis, se refiere a la salud mental como el gran objetivo actual. “Una mujer debe reírse de sus manías, eso es muy francés, ¿no?, reírnos de nosotras mismas”.
“El mundo de la moda es apasionante”, sentencia. Con la editora de Harper’s Bazaar, Inmaculada Jiménez, viaja a menudo y hace poco caminaba por las calles de Milán entre desfiles. De repente, se les acercó un fotógrafo y les preguntó “¿qué llevan ustedes puesto? Y las dos nos reímos, porque siempre vamos de negro”.
"Antes, los líderes eran más cerebrales, ahora no llegamos a nada así: todo es cerebro, corazón y alma"
Liderazgo femenino
“Hay mujeres muy fotogénicas”, explica Benedetta, pero las grandes portadas son “las que transmiten un mensaje”. Durante estos veinte años, ha conocido a muchas súper mujeres “que son inspiradoras, que intentan cambiar la conversación, que tienen historias extraordinarias”. Señala, de las históricas que más impacto le causaron, a “Rossellini o Carrà” y, recientemente, a “Amanda Gorman, a la que difícilmente olvidaré. Ella tiene un lugar en nuestras páginas y en nuestras memorias con ese canto al futuro. Ese abrigo amarillo y esa diadema roja, una chica que era tímida de pequeña y que tenía incluso problemas para pronunciar las letras. Creo que su mensaje es que las palabras nos empoderan y nos dan fuerza”.
No es sólo el liderazgo femenino el que ha cambiado, para Poletti, sino el de cualquier persona que quiera causar un impacto. “Antes, los líderes eran más cerebrales, ahora no llegamos a nada así: todo es cerebro, corazón y alma. Lo que llega a las personas, lo que se hace viral, es lo que nos hace reír, lo que nos hace llorar, lo que nos emociona”. Comparte un recuerdo como ejemplo, “tras la entrevista al exministro del Interior español Rubalcaba, recuerdo cómo se preocupó de saludar personalmente desde el primero hasta el último de los miembros del equipo allí presente y cómo ¡nos acompañó hasta la puerta del coche!”.
Tiene “cuatro hijos” junto a su marido, “una tortuga y dos peces rojos”. Explica cómo a su hijo, de nueve años, le cuenta siempre que la verdadera motivación para ir a trabajar es “porque me gusta mucho. Más de 20 años después, mi sueño sigue siendo eso, un sueño. Yo sigo despertándome con una sonrisa cada mañana porque me encanta mi trabajo que, además de mi familia y mis amigos, es lo más importante para mí”. Nada más que añadir y así sea, como diría Oriana Fallaci.