Consoli Molero es maestra de almazara en la cooperativa de aceite de oliva Colival (Valdepeñas), donde empezó como administrativa en 1997 y desde hace seis años es oficialmente gerente. Entre sus diferentes labores está dirigir la contabilidad, el marketing, la recepción, publicidad y el control de calidad. "Soy mujer todoterreno, así me bautizaron porque comencé a trabajar aquí a los veintiún años", cuenta.
La Sociedad Cooperativa Olivarera de Valdepeñas que dirige Molero cuenta en la actualidad con cerca de 900 socios y agricultores. Una entidad a la que la almazarera dedica su vida porque, dice, "me preocupo por las personas, me pongo en la piel de los agricultores porque su trabajo es muy duro". Procede de familia agrícola, sabe lo que es "el trabajo en el campo".
Esta manchega ha ido completando su formación en todo lo que la cooperativa iba necesitando: empezó como técnica programadora informática, se graduó en Administración y Gestión de Empresas, continuó hasta convertirse en técnica superior en elaboración de aceites y así hasta obtener grandes títulos que le ayudaron a gestionar este negocio. Su objetivo no es sólo vender el aceite de oliva virgen extra 100% natural, sino promover su esencia. Por eso, acumulan más de 200 premios a la calidad de sus aceites nacionales e internacionales.
Acostumbrada a llevar un ritmo de vida agitado, Molero se define como "una persona emprendedora, que se marca retos y los consigue, y si no, pues otro reto, sin tirar nunca la toalla". Estar a la cabeza de un negocio tan "masculinizado", explica, le hace sentirse más orgullosa: "En mi cooperativa tengo un potencial muy importante, de los 900 socios, 335 son mujeres a las que quiero dar visibilidad".
Una mujer al mando
Durante las campañas de recogida de aceituna, el padre de Molero trabajaba como maestro de almazara en el lugar que hoy ella dirige. Durante 3 meses la manchega se dedicó a digitalizar una base de datos allí y ese sería el comienzo de su aventura entre olivos y aceite: "En ese momento la cooperativa estaba prácticamente muerta, sólo abrían tres días en semana. Durante el resto del año estaba cerrada".
Rápido se convirtió en "la chica de los recados", señala. Y así, hasta hoy, que ha conseguido que la cooperativa en 2021 superase los 9 millones de euros, produciendo más de 3 millones de kilos de aceite.
Actualmente, su trabajo como almazarera empieza con el nuevo curso, en septiembre, cuando "se comienza a salir al campo, a ver los olivares y seleccionar de cuáles vamos a coger los mejores frutos". Después, informan al agricultor de cuándo se hará la fecha de recogida de la aceituna. Esto es sumamente importante, destaca Molero, pues debido al tipo de aceite que comercializan, "con unos olores a tomatera y platanera, hay que cogerlos en una fecha determinada".
Molero siempre está dirigiendo el proceso, desde la obtención de la aceituna hasta que se comercializa y llega a clientes. "El mundo del aceite mueve millones y tenemos que saber lo que tenemos en nuestra bodega, clasificarlo y después defenderlo en la comercialización", destaca.
Una almazara con Plan de Igualdad
Cuando Molero comenzó en este oficio sólo contaba con referentes masculinos, aunque poco a poco ha podido descubrir que también hay mujeres escondidas en otras almazaras. Esto llevó a la manchega a establecer un Plan de Igualdad en su cooperativa para visibilizar la labor de las mujeres en el campo, una estrategia por la que recibió el Premio Nacional de Igualdad de Oportunidades otorgado por Cooperativas Agroalimentarias de España.
"Hace dos años rompimos los esquemas y ya incorporamos en el trabajo a 50% hombres y 50% mujeres", cuenta. Y destaca: "Porque las mujeres también pueden trabajar en este sector. Al fin y al cabo es querer, poder y siempre trabajo en equipo". Esta es una filosofía con la que impregna su negocio y con la que intenta dar lo mejor de sí misma.
Pregunta: ¿Qué beneficios puedes aportar como mujer a la dirección de esta almazara?
Respuesta: Creo que las mujeres, aunque a los hombres no hay que quitarle ningún ápice, tenemos otra forma de pensar y damos una respuesta y visión diferente. Aquí entre todos se proponen las ideas y se realizan las gestiones. Nunca he tenido problemas con mis compañeros, siempre han acatado mis órdenes, tanto si me he equivocado como si he hecho bien. Ellos nunca han tenido problemas y siempre se ha dicho o se ha hecho lo que más o menos consideramos entre todos. Siempre tiene que haber una cabecilla, que en este caso soy yo. Sacamos el trabajo hacia adelante y si hay equivocaciones, se aprende y si acertamos, la satisfacción es de todos.
Molero está más que orgullosa de su trabajo y del de sus compañeros. Aunque no todo ha sido un camino de rosas, pues a lo largo de su trayecto también se ha encontrado con personas que se lo han puesto difícil. Pero esto, asegura, es un aprendizaje: "Esas cosas sirven para superarte a ti misma y creer lo que estás haciendo. Cuando te ponen la zancadilla te haces más fuerte y lo superas". Así, después de tantos años al mando, Molero ha demostrado que es una mujer "válida para este trabajo".
Aunque esta manchega recuerda pocos momentos malos entre las paredes de su almazara, reconoce que lo más complicado ha sido compaginar la vida familiar con el trabajo. "Cuando tienes un hijo te planteas si seguir trabajando o no. Al fin y al cabo, las mujeres tenemos otro sentido que nos hace salir de todas y sacar todo adelante", explica. Molero se ha perdido algunas vivencias con su hija, pero confía en que siempre ha intentado conciliar de la mejor manera posible.
'Alma de Mujer'
Aun así, todo este esfuerzo se vio reflejado en 2018, cuando se convirtió en la primera mujer de la historia en recibir el Premio a Mejor Maestra de Almazara de España: "Llevaba tiempo detrás de ese premio, porque yo veía que siempre lo ganaban hombres y teníamos que romper esquemas", explica. Asegura que este galardón sirvió para dar voz a las mujeres invisibilizadas que realizan trabajos en el campo.
Con Molero al frente, Colival, promovió la plantación de nuevas variedades para crear aceites verdes y monovarietales. Destaca la marca 'Sierra Prieta', 'Valdenvero' o 'Exemplun'. Con estas combinaciones comercializan 28 aceites diferentes, todos AOVE, con distinto embotellado y diseño, al igual que una mermelada de aceite de oliva virgen extra.
Esta maestra de almazara destaca su marca 'Alma de Mujer', en la que intenta poner en valor el trabajo de todas las mujeres del sector con un embotellado dedicado "a todas las que hay detrás de la botella de aceite y no se ve". Porque, como indica Molero: "Si está dentro de este sector es porque le gusta, entonces necesitamos que sigan aportando sus ideas y trabajando en equipo". Y lanza un mensaje claro a las mujeres que quieren dedicarse a ello: "Tenéis que estar aquí, visibilizar, que se note que estamos presentes".