La Fundación Mapfre ha reconocido en sus Premios Sociales el compromiso con la inclusión social y la creación de segundas oportunidades de la Fundación Integra, que preside Ana Botella.
Su entrega, desde hace más de veinte años, a la hora de ayudar a personas en situación de exclusión social severa y personas con discapacidad para que retomen las riendas de su vida a través de la integración laboral, les ha valido el Premio a la mejor entidad por su trayectoria social.
Durante la rueda de prensa, Botella dedicó el premio a todas las personas que trabajan en la fundación. Pero señaló que lo recogía especialmente en nombre de las 20.000 personas a las que han cambiado la vida "y vamos a seguir haciéndolo en el futuro".
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La Fundación Integra trabaja con personas que han pasado por la cárcel o el mundo de la droga, con mujeres víctimas de violencia de género, con personas sin hogar y con personas con discapacidad.
El objetivo de esta entidad, que hasta la fecha ha proporcionado más de 19.500 empleos (el 70% a mujeres), es intentar que todas estas personas alcancen su plenitud mediante un trabajo digno que les permita recuperar su independencia, autoestima y sentido de utilidad.
Este reto lo consigue intermediando entre las empresas y entidades sociales, de modo que, no solo logra la inserción laboral, sino una integración real en la sociedad.
Ana Botella también explicó que la Fundación Integra trabaja en España con las personas que tienen una situación "más complicada".
"Hay gente que nunca ha tenido una oportunidad, o la tuvo y la desperdició", señaló, "pero cuando se les da una mano, cogen esa mano. Lo que hemos hecho es dar una segunda oportunidad en forma de empleo".
Hoy, recoge el galardón que les entrega la Fundación Mapfre por su trayectoria social y explica a MagasIN que este reconocimiento significa mucho para ellos "porque queremos seguir creciendo".
Una "agencia de colocación"
La Fundación Integra nació en 2001 gracias a una serie de empresas que apoyaron la iniciativa y así se constituyó el patronato. "Empezamos con muy poquitos, porque además había que establecer un método", señala su presidenta, Ana Botella. Hoy, la entidad cuenta con el respaldo de unas cincuenta empresas y más de dos mil voluntarios.
Además, explica a MagasIN que la fundación cuenta con más de veinticinco trabajadores que son quienes reciben las peticiones de ayuda para encontrar empleo y las necesidades de las empresas. "Pretendemos ser una organización de gente profesional, una organización del tercer sector que actúa de manera profesional".
Comenta que se trata de una especie de "agencia de colocación", pero para personas "que vienen de la exclusión severa y a las que les sería muy difícil acceder al mundo del trabajo sin ayuda".
Para verlo más claro, la presidenta nos pide que imaginemos que entrevistamos a alguien para un puesto de trabajo y le preguntamos qué ha hecho, a lo que el entrevistado responde "he estado en la cárcel porque anteriormente fui drogadicto". Resulta evidente la dificultad con la que se encuentran estas personas para encontrar empleo.
Por ello, pidieron a una serie de empresas que construyeran el patronato y colaboraran. Estas fueron las que empezar a insertar en sus plantillas a las personas que enviaba la fundación.
Algo que fue fundamental desde el inicio, y cuya importancia subraya Botella, es que el resto de trabajadores de las empresas, en las que estas personas comienzan una nueva vida, no conozcan su pasado. "Imagínate que estás en tu centro de trabajo y se sienta a tu lado una persona que estaba en la cárcel por robar". Los prejuicios resultan evidentes.
El proceso
Pero, ¿cómo trabaja la fundación? Para explicar el proceso, teniendo en cuenta que en España existe un tejido asociativo muy grande y que además están los centros de servicios sociales, Botella ejemplifica en una persona que cayó en el mundo de la droga y le rehabilita Proyecto Hombre.
"Falta siempre una pata que es el empleo. Una persona no se rehabilita del todo y no puede empezar una nueva vida hasta que no tiene un trabajo".
En este caso, Proyecto Hombre envía a esa persona a la Fundación Integra y desde ahí le preparan para acceder al mercado laboral: le enseñan cómo debe sentarse, cómo debe de hacer un CV... "Tratamos que su autoestima mejore".
Por otro lado, la Fundación Integra está en contacto con varias empresas que le piden trabajadores. "Una de las cosas más importantes para nosotros ha sido ir captando a más empresas para ir ampliando el abanico donde podemos mandar a las personas que piden ayuda".
Además, las personas que integran en empresas tienen el mismo porcentaje de éxito que el resto de trabajadores y esto es, en gran medida, por el proceso de rehabilitación que hay detrás.
Violencia contra las mujeres
Uno de los colectivos con los que trabaja la Fundación Integra son las mujeres víctimas de violencia de género. Preguntamos a la presidenta cómo surge empezar a ayudar a estas mujeres y nos cuenta que ellas acudían a la fundación.
Botella destaca que para que una mujer que ha sufrido violencia tome la decisión de su vida es fundamental tener un trabajo. Y subraya que una de las cosas que se producen en la mayoría de los casos es que la persona que maltrata procura que la maltratada sea dependiente.
"Si no eres independiente, si no tienes un trabajo, no puedes hacer nada, probablemente no vendrían a nosotros entonces. Hasta que no tienes un trabajo, no tienes una posible independencia". Recuerda también que en la mayoría de los casos esta violencia es intrafamiliar.
"Además, como bien sabes, la violencia contra las mujeres en transversal, no está circunscrita a un círculo social de nuestra sociedad". Aunque apunta que hay mujeres que han sufrido violencia y que pueden acceder a mejores puestos por su capacitación.
70% de mujeres
Sin duda, el trabajo con víctimas de violencia de género es una de las razones que hacen que el 70% de los beneficiarios de la labor de la Fundación Integra sean mujeres. Aunque existen otras circunstancias.
En cualquier caso, hay otros colectivos con los que la fundación colabora, en los que la mayoría son hombres y no mujeres. "Hay menos mujeres homeless en la ciudad que hombres, porque a las mujeres les cuesta más romper el vínculo familiar".