Una de sus frases favoritas es de Benedetti, “cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, cambiaron todas las preguntas”. Es madrileña, pero se siente un poco gallega, porque la familia de su padre lo es, y concuerda en que los gallegos son “muy buenos negociadores, hay muchos juristas”. Cree firmemente que aún en nuestro país nos falta ampliar la mirada y aprender sobre la mayor importancia de las preguntas sobre las respuestas.
Marlen Estévez tiene un ejercicio profesional extenso y extendido, pero se refiere a los dos vectores que empujan las actividades que realiza: “Yo diría que la curiosidad y el entusiasmo por conectar personas, esas son mis dos pasiones”. Y explica cómo todas sus ocupaciones se pueden agrupar en tres facetas: "Justicia, que es mi profesión; mujer, donde intento aportar y ayudar; e innovación, porque me interesa aprender, inspirarme, seguir en conexión con nuevas ideas e impulsarlas, claro está".
Un trabajo expandido
¿Cómo distribuye su tiempo semanal?
Como explicaba, me dedico a tres temas, Justicia, Mujer e Innovación. Soy socia del despacho y miembro del consejo de administración, y a esta actividad dedico la mayor parte de mi tiempo. La asociación (Women in a Legal World) sería como mi hobby porque le dedico todo el resto del tiempo que puedo, noches y fines de semana incluso.
La innovación y el pensamiento crítico son transversales, algo inherente a mí, pienso siempre en otra forma de hacer las cosas, cuando me dicen ‘esto siempre se ha hecho así’, respondo inmediatamente: ‘Pues a lo mejor es el momento de cambiarlo’ [sonríe].
¿En qué consiste su labor como socia del despacho RocaJunyent?
Mi labor principal es la de dar asesoramiento en resolución de conflictos, captar clientes y darles un servicio muy bueno, redirigiendo a un experto de otra materia cuando toque. Dirijo el Departamento de Resolución de Conflictos, Mediación y Arbitraje. Al estar en el Consejo de administración, participo también en la elaboración de planes estratégicos, ese es mi rol fundamental, soy la consejera responsable de innovación.
Negociación, mediación y arbitraje… son términos que se confunden.
Yo siempre explico que en resumen asesoro a empresas, y todas tienen conflictos. Cuando esto ocurre, existen cuatro formas de resolverlos. Negociando, mediando o yendo a arbitraje como métodos de resolución alternativa o si no, yendo a los conocidos tribunales.
Negociación, mediación y arbitraje
En una desambiguación de los términos, aclarándolo con mucha rapidez, Estévez explica cómo “negociación” es lo que hacemos todos los días en nuestras casas, con vecinos, parejas, socios, o compañeros de trabajo, es decir, llegar a acuerdos. La “mediación” ocurre cuando “hay un tercero imparcial que no va a decidir quién tiene razón, pero con una metodología establecida va a ayudar a ambas partes a ver qué está debajo de un conflicto que parece difícil de resolver, pero son las propias partes las que llegarán a un acuerdo”.
Por último, explica cómo el “arbitraje” se daría “cuando existe un tercero imparcial”, pero que no solamente guía, “sino que decide, es un experto en la materia objeto de discusión, suele tratarse de abogados, que dictan laudos en lugar de sentencias”, se trata de un procedimiento más flexible y e incluso hecho a medida.
En este sentido, cita “la convención de Nueva York”, el tratado internacional de mayor éxito, firmado tras la Segunda Guerra Mundial, que regula las condiciones de ejecución de un laudo en más de un centenar de países, siendo a día de hoy más efectivo y eficiente.
Su carrera profesional
Formada en Derecho y ADE, tras una breve experiencia en un banco de inversión, Estévez trabajó para Cuatrecasas en España y para SJBerwin [actualmente King&Wood], un despacho de la liga europea de grandes despachos, donde cofundó el departamento de litigación de esa “silver firm” y en la oficina central participó en grandes arbitrajes internacionales. “En Londres es una realidad constante, por el sistema que ellos tienen, las empresas utilizan mucho la mediación”, recuerda.
La actividad que más lleva a cabo actualmente es la litigación en tribunales, porque “aún nos falta cultura sobre estos métodos más alternativos, salvo en conflictos internacionales en los que el arbitraje sigue siendo la herramienta más utilizada”. Trabaja, no sólo en la resolución, sino en la prevención en sectores como “construcción y real state, energía, distribución o M&A, en esos sectores siempre existen conflictos, por la tipología de los acuerdos, precios diferidos a hitos, problemas y controversias”.
Los conflictos en España
¿En España resolvemos mejor o peor los conflictos?
En España, dentro de los litigadores, prevalece la mentalidad procesalista clásica, yo al margen de eso, tras trabajar en Londres, donde se utilizan sistemas alternativos de prevención y resolución de disputas, trabajo, por decirlo así, en esa línea. Soy profesora en ICADE, UPM y Carlos III, donde doy clase de esa asignatura.
Hago mucho este tipo de evangelización desde diferentes métodos (con ICADE acabamos de lanzar el primer estudio de arbitraje nacional) y hago mucha labor en empresas e instituciones, buscando métodos alternativos más verdes, más sostenibles. Actualmente dirijo el primer curso en España para abogados en arbitraje comercial internacional desde el Consejo General de la Abogacía.
Comparte Estévez cómo hace unos días escribió un artículo sobre la tokenización.
"La verdad es que me encanta escribir, por eso aprovecho para investigar sobre los temas que me interesan y después concentrar la información. Como me dedico a la resolución de conflictos, he escrito sobre la 'mediación verde', cuál es la forma de resolver conflictos más sostenible. Muchas empresas no saben que, en vez de ir directamente a los tribunales, pueden pactar métodos alternativos más verdes y sostenibles, más rápidos, menos costosos y efectivos".
Para ella, “la inteligencia corporativa es constructiva de cara a las relaciones a largo plazo, con métodos alternativos que conservan las relaciones comerciales”. En este sentido, “trabajar la prevención de las disputas, invertir tiempo en prevenir, en función del modelo de negocio, la posición contractual, etcétera, puede ser la clave. Las disputas existen y llevan en el tráfico jurídico desde que el mundo es mundo”.
¿En qué sentido la clave son las preguntas?
Soy una apasionada del método socrático y creo que hay que esforzarse por hacer las preguntas correctas, pero muchas veces es más lo que callas que lo que preguntas. Esos silencios que te dan respuestas que una pregunta no es capaz de conseguir.
Dependiendo de la ocasión, hay diferentes técnicas de realizar preguntas que son las que utilizo en la mediación. Hay métodos famosos, como el método Harvard, más racional, y el método FBI, basado en las emociones. Yo no sólo utilizo uno, entender quién tienes delante, cómo aprender sobre esa persona, ese es el método mejor en el día a día. No existe un método general, sino para cada disputa.
Mujeres en lo jurídico
¿Cuál es el objetivo de su asociación?
Promover el talento femenino en el sector legal, entendiéndolo desde un ángulo muy amplio: nos referimos a juezas, fiscales, notarias, procuradoras, abogadas in house o en despachos, catedráticas…
¿Cómo se organiza la dirección?
Tenemos una junta directiva, con personas como Beatriz Corredor, Pilar Cuesta, Ana Pastor, Isabel Tocino, Ana Ferrer, Soraya Sainz de Santamaría… mujeres muy potentes desde diferentes ángulos. Y un gabinete técnico que son mujeres que presiden cada una de las comisiones de Women in a Legal World.
¿Y cómo desarrollan su actividad?
Ahí trabajamos sobre cuatro pilares: visibilidad, que se visibilice ese talento femenino basado en la meritocracia; educación, como piedra angular del cambio, hemos mentorizado a más de 400 chicas con acuerdos con universidades (entre las que está Harvard); después estaría la parte de influencia bien entendido, con la mirada puesta en la sostenibilidad y el futuro.
Y por último, la cuarta pata es liderazgo. Hace unos días nos reunimos en ESADE, se trata de hablar de qué rol pueden jugar los abogados en los consejos de administración: podemos aportar mucho desde un ángulo de negocio, ¡pero también de visión crítica!