Ana Asensio es psicóloga, doctora en neurociencia y especialista en bienestar emocional. Sus 21 años a pie de consulta, su libro Vidas en Positivo (B de Bolsillo, 2020), con el que ha ayudado a más de 10 mil personas, y su papel cotidiano como madre entregada a cuatro criaturas, la han cubierto de una pátina de resiliencia y optimismo que contagia allá por donde pasa.
[@patri_psicologa: "No necesitas el último móvil, sólo que tus valores estén en equilibrio"]
Ponerle luz al día más triste y oscuro es para ella pan comido. Pero ¿cuál es su pócima mágica? Nos lo cuenta, en esta época del año en la que, como las hojas, cae también nuestro ánimo y nos pone de mal humor hasta un pequeño grumo en el ColaCao.
Ana, ¿Qué tiene el otoño que dispara nuestra ansiedad y nos pone tristes y malhumorados?
Pasar del ritmo del verano, la sociabilidad, el relax, la sensación de no preocupaciones de la vida diaria y más horas de luz a las exigencias de vuelta a la realidad, rutinas, horarios, trabajos, familia, etc... exige mayor energía vital que el cuerpo y el cerebro lo gestionan aumentando la adrenalina y el cortisol para afrontar los primeros días.
El problema viene si se mantienen mucho o no hacemos por gestionarlo y poner atención en las pautas de autocuidado, porque eso es lo que suele causarnos la alteración emocional y el trastorno psicológico de que el otoño nos siente mal.
Si además somos de carácter sensible y personalidad emocional, esto se agudiza. Piensa que hasta el movimiento de mareas puede afectarnos e influir en nuestro cuerpo, ya que somos agua en tres cuartas partes.
¿Quizá es por eso que a la vuelta del verano hay más divorcios, peleas familiares, ansia por hacer cambios en tu vida, en tu trabajo?
Asociamos la vuelta del verano a un nuevo año y es verdad que muchas veces en verano acumulamos el estrés de la convivencia con familiares que nos producen malestar, nos planteamos decisiones vitales de cara al otoño como separaciones, replanteamientos de trabajo u otras acciones y esto, a la hora de ponerlo en práctica, requiere de mucha energía física y mental.
No sabemos el motivo exacto de estos estados internos, todo apunta a una causa multifactorial, pero lo que sí sabemos es que los datos nos dicen que los cuadros emocionales y depresivos se ven alterados más en este cambio de estación, así que una vez que lo sabemos lo mejor es ponernos manos a la obra y cuidarnos más.
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¿Y qué podemos hacer en la práctica para que nuestro otoño sepa a primavera?
Pensar en cosas que te hagan sentir bien, no juzgarte, no criticarte mentalmente, no centrarte en lo que te preocupa y estar todo el tiempo pensándolo o hablando de ello. Si estás dotada de la capacidad y la habilidad de tener atención selectiva y poder poner tu foco de atención en lo que eliges tenerlo, úsalo a tu favor.
Por ejemplo, diseña las horas en tu agenda que serán para atenderte tú, decide qué entornos son los más favorables, elige los mejores podcast, series y libros... Para eso tenemos nuestra inteligencia racional que es un regalo que se nos ha dado. Y también tenemos el regalo de interpretar la realidad y pensar lo que más nos ayuda en cada situación.
Hablas de inteligencia racional, pero entonces ¿cuántas inteligencias tenemos y para qué sirven?
Sí, está la inteligencia de vida, que también contiene inteligencia emocional, que es el trabajo, reconocimiento y gestión de nuestras emociones y de nuestras habilidades sociales. El desarrollo de este aspecto sirve para darnos mucha paz y felicidad.
¿Y cómo desarrollamos esa inteligencia emocional tan prometedora?
Escucha tu cuerpo, tus sensaciones y tus emociones, y no huyas de ello, respira y gestiona cada emoción con lo que necesite, llorar, moverse, disfrutar, parar... Y además usa esta capacidad para desarrollar tu empatía y comprender a los demás eligiendo relaciones sanas, equilibradas y que sean nutritivas para ti y te sumen, no te resten.
Y la inteligencia de vida también englobaría a la inteligencia espiritual, la conexión contigo, el silencio, la respiración, la escucha de tu intuición, de tu corazón. El vivir desde los valores de vida, practicar el perdón, la generosidad, la comprensión, la confianza, el agradecimiento... Y comprender desde la consciencia el poder de la auto-observación como camino de paz y serenidad.
Ana, tú que diriges centros propios desde 2001, entre los que se encuentran un colegio para niños con Autismo, dos centros de psicología, una fundación y dos escuelas infantiles. Que eres experta en múltiples terapias y estás rematando un nuevo libro sobre la aplicación de la neurociencia en nuestro día a día para saber cómo manejar nuestro cerebro a favor nuestro…
Si me presento en tu consulta con bajón otoñal ¿qué consejos me darías?
Te haría entender que sin salud mental y emocional no hay salud y que no hay que tener prisa ni urgencia, porque afortunadamente todo pasa y todo vuelve a su equilibrio, porque somos cíclicos, y está claro que el verano volverá. Lo único permanente es el cambio. Así que, mientras tanto, te invitaría a que cuidases tu salud mental, sin perder la energía que necesita tu cuerpo para adaptarse al otoño.
¿Y qué me prescribirías?
En los cambios de estación puede ayudar algún suplemento que dé energía como un complejo con vitaminas del grupo B, triptófano, magnesio, Omega, hierro y vitamina D. También es recomendable hacerse un chequeo o un apoyo con unas sesiones de psicoterapia para atender lo que sintamos al inicio que será mucho más fácil y rápido de tratar. Algo de deporte o movimiento consciente, una dosis extra de respiración y meditación, un respeto mayor por los ritmos propios.
¿Y si todo eso no hace que mejore mi relación de pareja o que me caiga mejor mi amiga?
Sobre todo, sé amable contigo, no te exijas por encima de tus posibilidades y procura mirar las discusiones con distancia y alejarte de las personas que te resulten tóxicas. No eres menos por necesitar descansar o decir no. Y practica hablar principalmente de cosas agradables, positivas o bonitas que te han pasado durante el día.
Deja la queja un poco aparcada y si la necesitas que solo ocupe un 10 por 100 de tu tiempo mientras el resto agradeces, y te fijas en lo mejor que tiene tu vida que seguro que es más de lo que crees. Ten en cuenta que la actitud es superimportante para tu salud física, mental, emocional y social.
Como hablamos, como nos hablamos a nosotros mismos, cómo elegimos vivir dentro de nuestra realidad, como nos comportamos con los demás… todo eso te convierte en un tipo de persona u otro. Y vivir con actitud positiva es magia pura.
¿Existe algún atajo rápido para alegrarnos el alma?
Por supuesto. Dar y recibir un abrazo de corazón a corazón de 8 segundos. Tu lado izquierdo junto al lado izquierdo de alguien con quien tengas confianza y por el que sientas cariño y amor. La práctica del abrazo terapéutico obra milagros.
Hablando de abrazos, ¿es cierto que abrazar árboles como si fueras un koala te hace sentir mejor?
Sí, la arboterapia, que no consiste solo en la práctica de abrazar árboles, sino también de tomar contacto con la naturaleza siempre que puedas, de darte un baño de bosque, de respirar y disfrutar de las sensaciones de atención plena que ofrece la naturaleza, el crujir de las hojas al pisar, el sonido del viento, la temperatura, los olores, los colores que nos ofrece el otoño y conectarte contigo en ese rato de presencia y atención plena es curativo; si además abrazas un árbol, refuerzas los efectos.
¿Y si no tengo un bosque a mano, qué hago?
Pues aprovecha para ver películas y series de humor que te hagan reír, ríete cuanto más puedas mejor.
Hazte una playlist de otoño con todas las canciones que más te gusten y que te suban la energía y póntela en casa en cualquier momento. Y cuida tu sueño, tanto los hábitos como la calidad, coge una rutina sana para ti y toma consciencia de la importancia que tiene el sueño para nuestra salud emocional y general. Que los españoles dormimos poco y mal y abusamos de los medicamentos y las consecuencias pueden ser devastadoras.
Tomo nota de todo y caigo en la cuenta de que escribir también relaja.
Es que la escritura también funciona para minimizar tus penas. Una práctica muy recomendable es escribir cada día, o cada noche antes de acostarte, lo que agradeces de tu vida, lo que valoras de ti, las fortalezas que sientes y tomar consciencia de la gran fortuna que te rodea. Hacerlo por escrito libera mucho.
Veo que todos tus consejos son para vivir la vida en positivo. ¿No es una utopía estar siempre en modo 'míster Wonderful'?
La gente positiva sabe que hay que seguir remando, pero no lucha. A veces es necesario rendirse, que no resignarse, y llorar; claro que sí. Lo importante es vivir cada momento como viene, sin obsesionarnos por cambiarlo a nuestro gusto. Es la única manera de aprender y disfrutar de cada una de las experiencias de la vida, las buenas y las menos buenas.
¿Se te queda algo en el tintero Ana que pueda ayudarnos a llegar a Navidad sin “morir” en el intento?
Yo siempre digo esta frase que me hace reconectar conmigo misma, con las experiencias de vida que llevo conmigo porque son parte de mí… porque eso es algo que nunca nadie podrá quitarte y dice: “Invierte en aquello que un naufragio no te pueda arrebatar”.