Mai Meneses, la cantante del grupo Nena Daconte, es bien conocida en España. Concretamente dos canciones suyas marcaron a toda una generación: Tenía tanto que darte y En qué estrella estará. Ambas, sonaron sin parar en la radio durante 2006 y 2008. Muchos le colocaron la etiqueta de ‘One-Hit Wonder’, pero lo cierto es que Mai ha trabajado en la música toda la vida.
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En 2002 entró en Operación Triunfo y tras su paso fugaz por el programa, formó junto a su pareja de entonces, Kim Fanlo, el grupo Nena Daconte. En 2006 recibió el Premio Ondas como Artista Revelación, logrando el disco de Oro por su primer álbum, He perdido los zapatos. En 2008, publicó su segundo álbum, Retales de Carnaval, cuyo primer sencillo Tenía tanto que darte, se mantuvo durante semanas en el número uno en las listas musicales.
Después, llegó la separación del grupo y la bajada a los infiernos. “Tanto éxito me cayó fatal” asegura Mai, que sufrió una grave crisis de ansiedad. Drogas, alcohol y problemas de salud mental, que le llevaron a parar durante largo tiempo.
Ahora, vuelve a los escenarios con muchas ganas, impulsada por una nueva energía, y con un disco bajo el brazo, Casi perfecto. Hablamos con ella de esta nueva etapa, de canciones y de sentimientos.
Nos cuenta Mai que decidió utilizar la canción Casi perfecto para dar título al disco “por la idea que transmite, que en la vida no hay que autoexigirse tanto, ni hay que exigirle tanto a nadie. Que las cosas imperfectas son maravillosas igual, y es algo que he aprendido en estos últimos tiempos. Me parecía perfecto que todo fuera casi perfecto”, asegura la cantante a magasIN.
Son 10 canciones de amor, desamor, soledad, compuestas todas por ti, excepto El verano, que es una adaptación de un poema de Marwan. Vuelves al sonido pop rock de los 90, al sonido de tus primeros discos.
Quería volver a mis orígenes, a cuando empezó a gustarme la música y sentía esa pasión, a cuando empezé a soñar vivir de la música. Y entonces, claro, los referentes que yo tenía en aquel momento era la música de los 90: Nirvana, Cramberries, Guns N' Roses.
Me pareció que la mejor persona para producirlo era Dani Alcover (Dover, la La Love You), que es muy rockero y hemos introducido las canciones tal y como yo las compongo, de forma sencilla, que siempre es con guitarra y voz, o piano y voz.
Nos fuimos al local de ensayo en plan power trío con guitarra, bajo y batería, y empezamos a armar los temas, realizando los arreglos y el sonido. Es un disco muy orgánico, muy sencillo. No hay 800.000 capas de sonido, sino que es bastante orgánico y creo que nos hemos acercado bastante a lo que yo quería sentir con el disco.
¿Cuántas canciones tienes en el cajón?
No soy de guardarme canciones en el cajón, aunque te diré que he compuesto 12 nuevas porque ya estoy trabajando en el siguiente, pero de ese no te voy a hablar hoy...
Destacarías alguna de las canciones del disco por la historia que tiene detrás?
Me gusta mucho el tema Me iré, que es una canción de ruptura, de desamor, pero que en cierto sentido es una canción de una mujer empoderada que dice: ‘¡Mira sin ti, también puedo vivir!’ Y hay una parte del puente de la canción que dice: ‘Si al final me quedo a oscuras, porque no te tengo a ti, pues encenderé la vela que llevo en mi corazón’. Lo que viene a decir, es que al final nos podemos valer por nosotras mismas, cuando una encara una situación así.
Roger Hodgson de Supertrump dijo en un concierto en Madrid que la música era sanadora. ¿Es tu caso?
Si lo es. He vivido una época en la que no lo era. La música ha sido como mi cara y mi cruz. Siempre he estado yendo y viniendo, en plan amor -odio. Pero de un tiempo a esta parte, desde hace como cuatro o cinco años, la música es como lo que le da sentido a mi vida en la parte profesional, lo que me mueve. Y en la parte personal, obviamente, son mis hijos.
¿Qué edad tienen tus hijos?
Tienen diez y ocho añitos, pero ya van entendiendo que su madre se dedica a la música.
¿Cómo has vivido la vuelta a los escenarios?
Muy bien. La verdad es que desde que estoy con Subterfuge no paro de girar y de hacer conciertos. Muy contenta, con muchas ganas de compartir mi música con la gente, de explicarles las canciones, porque a veces sólo me conocen por dos canciones y entonces les explico y me los voy ganando poco a poco...
Este año estarás en diferentes festivales como Sonorama. También vas a estar en Gran Canaria con motivo del Día de la Mujer, ¿tenemos mucho camino que recorrer todavía?
Tenemos mucho camino que recorrer, pero creo que vamos por el buen camino. Ya el hecho de que se hable del tema de forma cada vez más natural y normalizada, creo que eso es un gran paso. Pero bueno, todavía queda mucho, sobre todo, en el tema de conciliación.
Por ejemplo, en mi caso concreto, sigo pensando que soy yo la que tengo que organizar toda mi vida para poder irme a trabajar. En cambio, mi pareja, no tiene que organizar prácticamente nada, y parece que el 90% de la responsabilidad es mía. Si trabajo mucho soy mala madre, y si trabajo poco, soy poco ambiciosa o una dejada. Hay mucho que resolver.
Además de los techos de cristal que nos ponen, la mayoría de nosotras sufrimos el síndrome del impostor que también sufriste. ¿En tu caso cómo fue?
Ocurrió en un momento de muchísimo éxito profesional. Pero yo pensaba que las canciones que hacía eran una mierda, que cantaba mal, que me explicaba fatal, y que lo hacía todo mal.
Eso me hizo sentirme cada vez más insegura y tuve que trabajar fuerte en ello, porque es una voz interior que te machaca más que tu peor enemigo. Es increíble que siempre sucede cuando más éxito tienes o cuando más responsabilidades tienes, cuando estás consiguiendo tu sueño y de pronto, te aparecen ahí todos los demonios.
¿Ya estás bien?
Sí. Esa voz a veces llega, pero ya la reconozco y soy consciente, y tengo mecanismos para no dejarme caer en la rueda otra vez.
Ahora en tierras canarias también presentarás el libro, Tenía tanto que darte (Random House, 2022), una autobiografía en la que te sinceras sobre adicciones y problemas mentales y el lado oscuro del éxito, ¿qué te ha dado a ti el libro?
Lo escribí a modo de terapia y ha sido como una forma de sacar fuera a todos mis demonios. Y luego, por otro lado, me ha gustado mucho compartir mi experiencia con lotras personas que han pasado por lo mismo, y que se han acercado a las firmas del libro para contarme que se han sentido menos solas, que se han visto reflejadas en mi historia. Sólo con dos o tres personas que me lo hayan dicho, ya es una sensación muy reconfortable.
¿Es necesario visibilizar los problemas de salud mental?
Es bueno hablar de ellos, porque cuanto más se habla sobre un tema, menos miedo se tiene sobre él. Hay que romper tabúes y hacer que de los problemas del cerebro se hable de la misma manera que de un problema en el páncreas o un problema en el estómago. Al final, es una parte más del cuerpo que se puede estropear. Lo que pasa, es que el resultado afecta a la conducta. Pero sí, creo que debería normalizarse.
También para pedir más psicólogos y psiquiatras al alcance de niños y mayores.
Sí, porque la verdad es que si no tienes dinero hoy tardan mucho en atenderte, y es mucho más difícil llevar una terapia en la salud pública.
Lo comentabas. Has cambiado de discográfica, a una más independiente, más pequeña, ¿qué supone este cambio para ti?
Sobre todo, me permite que me centre en mi carrera artística de forma global, que no vaya buscando tanto los números ni el éxito estratosférico, sino simplemente hacer música, y encontrar mi lugar y mi nicho de mercado.
¿Estás mucho más tranquila en esta nueva etapa?
No tengo presión por correr o por llegar a ningún sitio, simplemente por hacer música y compartirla.
¿Qué música te gusta?, ¿a quién escuchas?
Pues mira, te recomendaría el disco de Carrie & Lowell el disco de Sufjan Stevens. Y luego también, escucho uno que me gustó mucho, que es Either/Or de Elliott Smith. Escucho música super lentita y muy tranquila.
La portada del disco en la que apareces conduciendo un coche también tiene una historia detrás...
El diseño gráfico ha sido realizado por Mario Feal con fotos de Óscar Lafox. He querido recrear el viaje del cuento El rastro de tu sangre en la nieve de García Márquez, que es de donde saqué el nombre artístico de Nena Daconte. En el cuento, ella se casa con Billy Sánchez y se van en un Bentley hasta París, y en ese viaje pasan muchas cosas...