Rosa Vidal, abogada del Estado, es la primera mujer al mando de uno de los 10 mayores despachos de abogados de España. Broseta es el noveno despacho nacional, con 25 socios, ingresos de más de 25 millones de euros y oficinas en Valencia, Madrid, Barcelona y Lisboa.
Desde hace siete años, Vidal recibió el mandato de sus socios para dirigir el despacho y desde entonces, la compañía no ha parado de crecer en el sector del derecho de los negocios.
Reconocida como una de las mejores juristas de España y Portugal, Rosa Vidal pertenece desde hace cuatro años a la asociación WAS (Women Action Sustainability) fundada por un grupo de mujeres convencidas de que la sostenibilidad tiene que estar presente en los despachos y en los lugares donde se toman las decisiones fundamentales.
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Hablamos con la socia directora de Broseta acerca de sostenibilidad, de retos de futuro y de cómo se consigue el éxito en un sector masculinizado.
Dirige el noveno despacho español como socia de Broseta, ¿cuál ha sido la estrategia a seguir para lograrlo?
Alcanzar la posición actual, comenzó como un reto ligado al cambio de modelo de gestión y de modelo de negocio, y apoyado por los socios de Broseta. Una nueva forma de hacer las cosas en los últimos años, en los que creo que hemos superado muchas metas, hasta posicionarnos entre los diez despachos referentes del país, con un crecimiento del 47% de 2016 a 2021. Esto se consigue con mucho trabajo y con un proyecto sólido, buscando a los mejores profesionales, y brindándoles una carrera profesional a corto y medio plazo en el despacho.
También por nuestra adaptación al medio, esto es, somos una firma ágil y flexible, nos gusta ser proactivos y ofrecer soluciones en los entornos complejos. Y sin duda se consigue también con nuestra manera de entender al cliente, como socios involucrados en su estrategia, con relaciones sólidas de acompañamiento en sus necesidades presentes y en la anticipación de soluciones para evitar problemas futuros.
Entre otras muchas cosas, destacaría también que considero que pusimos en marcha una transformación del rol del equipo que da soporte a las áreas jurídicas, tales como finanzas, gestión del talento, tecnología, inteligencia de negocio, comunicación, etc., consiguiendo que la relación entre el staff con nuestros abogados sea mucho más fluida, y con un enfoque empresarial de vinculación y vocación de servicio al cliente.
¿Y cuál es el plan para Broseta para este año y el que viene?
La hoja de ruta viene marcada por nuestro Plan Estratégico, al que hemos llamado 'Broseta Horizonte 25', y que es el punto de partida de un ambicioso plan de crecimiento con el que queremos dar un salto relevante en nuestro entorno, tanto en términos de negocio, como en capacidad de atracción de clientes de relevancia y por supuesto, de impulso y desarrollo del talento de la organización.
El horizonte buscado es consolidarnos en 2025 en el Top 6 de firmas nacionales de servicios jurídicos en España. Para ello, hemos puesto en marcha planes de acción centrados en ser una firma con más especialización sectorial, con alianzas estratégicas, propuesta de valor más alineada si cabe con los clientes, y adaptación al mercado a través de la microgestión. Todo ello, sin olvidar el impulso a la internacionalización, a la innovación o la transformación digital.
He oído que le gustan las tareas complicadas… Entre otros retos a lo largo de su vida, estuvo al frente de Canal 9 como presidenta del ente público, ¿qué recuerda de aquella etapa?
Fue una etapa complicada, en un entorno político y laboral fuera de lo común. Mi empeño desde mi llegada a Radiotelevisión Valenciana fue poner en marcha un modelo de gestión basado en la transparencia, en la profesionalización de la gestión con un equipo directivo muy sólido que diera lugar a una televisión plural, democrática y sostenible. Lamentablemente, no hubo mucho tiempo de materializar este cambio hacia un nuevo modelo de televisión, porque llegó antes la extinción de la sociedad y mi dimisión para formar parte de ese proceso.
¿Ha padecido alguna vez en su vida el síndrome de la impostora tan característica de la mujer de nuestro tiempo?
Siempre digo que de forma general, en mi carrera profesional no he encontrado nunca una barrera especial por mi condición de ser mujer, tampoco por la falta de confianza en mí. Entrar en el cuerpo de la Abogacía del Estado en igualdad de condiciones que otros de mis compañeros y compañeras, como proceso competitivo más allá de la condición de género, creo que imprime carácter, y de alguna manera hace ganar confianza en una misma. A partir de ahí, me ha ocurrido lo mismo en los puestos directivos a los que posteriormente he accedido en el ejercicio de la abogacía de los negocios. Junto a la dificultad guardo unos recuerdos y un aprendizaje muy bueno de aquella etapa.
Desde hace algunos años pertenece a la asociación WAS, ¿cuál es el principal objetivo de la asociación?
El principal objetivo es elevar la sostenibilidad al primer nivel estratégico de las empresas, instituciones y la sociedad en general, desde un enfoque integrador, diverso y profesional. Desde WAS trabajamos para que las decisiones que determinan el rumbo de la ciudadanía, de las empresas y de las administraciones, se tomen integrando objetivos medioambientales y sociales, creemos que solo así podemos llegar a ser una sociedad sostenible.
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¿Cuál es el papel de la mujer en la construcción de un mundo más sostenible?
Pues creo que el liderazgo profesional femenino está ante un reto ambicioso y de enorme responsabilidad, que es el de llevar la sostenibilidad y los aspectos ESG a las decisiones al más alto nivel. Y para ello por supuesto, hay que seguir creciendo. Para empezar, aumentando considerablemente la presencia e incorporación de mujeres en puestos directivos y órganos de decisión.
Pero además, hay desafíos más allá del papel de la mujer, en los que seguir creciendo como sociedad, y que implican una nueva gobernanza, un fomento de las finanzas sostenibles, un impulso a la transición energética y a la producción industrial sostenible, la descarbonización de las cadenas de suministro o la economía circular… por mentar algunos de los muchos temas desde los que WAS instamos a trabajar, por el enorme potencial transformador que representan en el momento actual.
¿Cuáles son los retos de WAS en el corto y medio plazo?
A corto plazo, seguir poniendo voz a la sostenibilidad, potenciando su visibilidad y la capacidad de transformación que conlleva y que es aplicable a muchos ámbitos.
A medio plazo, algunos retos ya los he esbozado, están en el manifiesto de la asociación, que es mucho más amplio, pero estamos trabajando desde muchas vertientes para ir avanzando en la reinvención de la gobernanza, incorporando la sostenibilidad en la agenda y formación de los órganos de decisión, incorporando a la mujer a estos órganos o empleando índices y herramientas homologables para la comparación en materia ESG.
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Esto sería un paso más para reinventar la economía, con la taxonomía sostenible de la UE y las llamadas finanzas sostenibles. También conseguir pequeños logros en una nueva concepción del territorio, con ciudades más habitables, priorizando la movilidad… Queda mucho trabajo, pero hemos trazado la senda.
¿De qué manera se aplica la sostenibilidad en Broseta?
La sostenibilidad ha sido siempre una cuestión relevante en la cultura y en la estrategia de Broseta, y esta sensibilidad ha ido creciendo en los últimos tiempos. Nuestras decisiones vienen marcadas por el medio y largo plazo, y para los próximos años, constituye uno de los ejes prioritarios de nuestro plan estratégico, de tal manera que le hemos otorgado la consideración de 'unidad de gestión estratégica', un apartado especial que cuenta con un equipo transversal de trabajo para afrontar la sostenibilidad desde una perspectiva integral, con especial relevancia a los aspectos de impacto social, comunicación transparente, pasando del compliance a la sostenibilidad.
En el debate- desayuno que tuvo lugar en ODS de EL ESPAÑOL, aseguró que a pesar del parón de los últimos años por la situación geopolítica y financiera, el camino está trazado…
Eso es. Me refería a que el camino de la sostenibilidad está ya trazado, y las empresas e instituciones deben entenderla como pilar de su crecimiento. Cada vez más en las empresas y en la sociedad somos más conscientes de su alcance, envergadura y relevancia. Es ahí, donde está la clave para atraer todo lo que se necesita: talento, clientes, proveedores, financiación, etc.
La sostenibilidad va más allá de un concepto medioambiental, es un concepto social, que debe estar en la estrategia que definen los consejos de administración de cualquier entidad. Es la única manera de crear compañías sostenibles y que trasciendan con propósito y dejando legado. Queda camino por recorrer, pero es la ruta correcta.
Defensora de incentivos fiscales para las empresas que cumplan con la sostenibilidad…
Creo que es fundamental que las distintas Administraciones Públicas conecten los planes de sostenibilidad con incentivos de todo tipo, de carácter fiscal dirigidos a conseguir que las compañías aborden estos procesos de transformación social con mayor rapidez y también fondos incentivadores para proyectos concretos que supongan una mayor permeabilidad de los objetivos ESG en todo el tejido productivo de este país.
Desde mi punto de vista, las políticas de incentivación pública efectivas consiguen transformar las empresas y por ende la sociedad de tal forma que se consiga pasar del mero cumplimiento de la regulación a la transformación necesaria, no sólo a nivel medioambiental, sino también económico y social.