Sophie Fernández Esteban Palazuelos Carlota López Carlos Pérez

El pasado 20 de abril, llegó a la pequeña pantalla la segunda temporada de uno de los programas más exitosos de los últimos años, Los pilares del tiempo. La serie documental, producida por RTVE, en colaboración con Winwin Audiovisual, vuelve con 10 capítulos que permiten entender la arquitectura, el uso que tuvieron los edificios y su relación con los personajes históricos que los mandaron construir o los ocuparon. 

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En esta segunda temporada, descubrimos algunos de los que marcaron la historia de España: "Felipe II: El mundo no es suficiente" "Colón y el Nuevo Mundo", "Gaudí: el genio y su mecenas", "Cuevas: catedrales del Paleolítico", "Goya: las luces y las sombras", "Mudéjar: la herencia del alarife", "Isabel: la reina oportuna", "Humanismo: El renacimiento del saber", "Vértigo: desafío a la ingravidez" y "Carlos III: el reformador ilustrado".

La serie, que muestra la historia de nuestro país de forma inédita, debe sin duda parte de su éxito a sus dos protagonistas y presentadoras, Lidia San José y Leonor Martín, que recorrieron todas las rutas inspiradas en estos personajes históricos. Fue en Madrid que conocimos presencialmente a Leonor (Madrid, 1989), actriz y arquitecta, que se sinceró con alegría y cercanía sobre este último gran proyecto, que aúna toda su experiencia y sus grandes pasiones.

Leonor Martín posa delante de 'Laocoonte', de Joaquín Vaquero Turcios (1974). Luce un top y un par de pantalones de Angel Schlesser, zapatos de & Other Stories, joyas y bolso de COS. Esteban Palazuelos

Leonor Martín posa delante de 'Laocoonte', de Joaquín Vaquero Turcios (1974). Luce un top y un par de pantalones de Angel Schlesser, zapatos de & Other Stories, joyas y bolso de COS. Esteban Palazuelos

Se estrenó la segunda temporada de "Los pilares del tiempo", en TVE. ¿Qué balance haces? ¿Cómo te encuentras?

Ahora mismo, siento cierta añoranza de rodaje, porque a pesar de que es muy duro, porque grabamos en exteriores la mayoría del tiempo, en invierno, se disfruta muchísimo. Cada día aprendimos una barbaridad de las localizaciones en las que grabamos y sobre todo de las personas expertas a las que entrevistamos.

Es un nivel de aprendizaje diario tan intenso que cuando luego paras, te falta este bombardeo de adrenalina, de información, de aprendizaje. Es como asistir a una conferencia diaria de temas que te apasionan, escuchando a las personas que más saben de ese tema. Puede ser muy abrumador cuando llevas muchos días seguidos con ese nivel de intensidad, pero luego lo echas de menos.

¿Durante cuántos meses duró el rodaje? ¿Cómo es un día estándar?

Para grabar diez capítulos de rodaje, tardamos dos meses y medio. Sí que es verdad que se suele alargar un poquito más porque paramos en diciembre, para que el equipo técnico y de redacción pueda ir analizando todo el material que se va grabando y avanzando con el tema del escáner. La persona que escanea los edificios tiene que editar toda esa información para poder generar los modelos 3D de los edificios. Entonces, para ir a un ritmo acompasado de rodaje y edición del programa, se necesitaba un mes de parón.

Empezamos a grabar en noviembre y terminamos en febrero. Luego nos tocó grabar toda la voz en off del programa, terminamos esta parte esta semana. Realmente, la producción se alarga hasta mayo. En definitiva, el programa lleva muchos meses de trabajo.

No existe un día estándar, nos levantamos las 06h30 o 7h, pasamos por procesos de maquillaje, peluquería y vestuario y a las 9h, más o menos, grabamos, para intentar aprovechar toda la luz posible. En algunas localizaciones, como por ejemplo el Museo del Prado, nos pidieron no interferir en la actividad natural del espacio. Entonces, para poder grabar en la sala de Las Meninas, por ejemplo, tuvimos que grabar a puerta cerrada a partir de las 20h, lo cual fue súper especial.

En la Basílica del Pilar, en Zaragoza, igual. Nos pidieron no interferir en las misas o en las actividades que tenían programadas y también rodamos de noche. Por lo tanto, no hay día estándar. Esa es también la particularidad del programa y lo que lo hace más interesante, a mi modo de ver. No hay un día igual que el otro.

Todo puede cambiar en el último momento porque aunque hay un guion sobre el cual trabajamos, la realidad es que los redactores no han estado previamente en el edificio. Entonces, aunque hayan hablado por teléfono con el responsable de comunicación o el responsable del edificio, cuando llegamos, descubrimos cosas que son súper interesantes.

Trabajamos a veces sobre la marcha, vamos añadiendo o quitando temas para tratar de mostrar los edificios de la manera más innovadora posible. Es decir, no contar tanto lo que ya se sabe, aunque haya que contar una parte siempre para poner en contexto al espectador de lo más importante, sino de descubrir algo nuevo. Intentamos, sobre todo con el escáner, que es nuestra herramienta más particular, buscar esos rincones más especiales, menos conocidos y donde nunca antes un ojo ha podido entrar.

Siempre estamos en esa búsqueda constante. Hay que estar muy abierta también a cuestiones del día a día, de las ciudades, como el tráfico, la carga y descarga de los comercios, etc.

¿Qué destacarías de esta segunda temporada? ¿En qué crees que se diferencia de la anterior?

Nos hemos centrado más en personajes que en rutas. El año pasado, por ejemplo, seguíamos la Ruta del Cid, la Ruta de Cervantes o temas más amplios como el agua en Al-Ándalus, por ejemplo. Este año nos centramos más en personajes como, por ejemplo, Felipe II pero también en otros personajes que nos dan una perspectiva del patrimonio arquitectónico muy interesante, como por ejemplo Gaudí. Hacemos un repaso bastante amplio de su obra, no sólo en Barcelona, sino también en Cantabria, en El Capricho de Comillas.

También nos interesamos por personajes del mundo del arte como Francisco de Goya, nos ha llevado a su casa natal en Fuendetodos, que es una belleza, a la basílica de Santa María del Pilar de Zaragoza. También hemos estado en la ermita de San Antonio de la Florida, que además me hizo especial ilusión porque es mi barrio.

De pequeña, iba con mi abuela cuando era la verbena de San Antonio de la Florida. Lo típico era ir vestida de chulapa y cumplir con la tradición de los alfileres. Según los alfileres que se te quedaban pegados en la mano, sabías cuántos novios te ibas a echar este año (risas). Por lo tanto, con esas ermitas tengo un vínculo muy especial porque es el barrio en el que me he criado. Entonces, poder contar la vinculación de Goya con esos frescos tan bonitos, ha sido muy especial.

¿Además de esta visita, cuál fue la que más ilusión te hizo?

También me hizo mucha ilusión, por la parte personal, volver a la Universidad de Alcalá de Henares, que es donde estudié la carrera de arquitectura. Es una de las primeras universidades de Europa, tiene una trayectoria espectacular y es un referente a nivel educativo. Contar, por ejemplo, el Paraninfo, que es el lugar donde están los Premios Cervantes o donde se hacen las de los eventos más las ceremonias del arranque del curso universitario, fue muy bonito. De hecho, aproveché para volver a mi escuela, a la que llevaba muchos años sin ir.

También disfruté mucho como arquitecta el capítulo dedicado a Gaudí, así como el año pasado disfruté mucho del capítulo dedicado al gótico. Centrarse en un estilo arquitectónico concreto y poder contarlo de una manera muy profunda, es muy satisfactorio.

Otro capítulo que fue muy especial fue el dedicado al mudéjar. Se trata de un estilo arquitectónico muy controvertido, porque los teóricos no terminan de ponerse de acuerdo si ese es su estilo, si debería llamarse así... es una belleza tremenda, muy novedosa, consigue esta mezcla entre la tradición musulmana y la tradición cristiana en lugares como Teruel, una ciudad preciosa.

¿Dirías que en el programa sale más tu lado de actriz o de arquitecta?

Sale mi lado de arquitecta que como actriz o como comunicadora, consigue transmitir una pasión. Como actriz realmente no mostramos tanto, ni Lidia ni yo, porque somos nosotras, haciendo de nosotras y hablando desde nuestro punto de vista.

Aquí la parte del trabajo actoral se queda un poco fuera. Cogemos de nuestra trayectoria como actrices el saber estar en un rodaje, ponerse delante de una cámara y grabar en muy poco tiempo, mucho material. Tiras de escuela, de experiencia y te tienes que reponer cuando estás, por ejemplo, muy cansada y conseguir que no se te note. En este sentido, creo que sí se agradece nuestra trayectoria como actrices.

Leonor posa junto a 'Castilla (La rectitud de las cosas XV)' de Gustavo Torner (1983). Luce un top de Pedro del Hierro, un par de pantalones y zapatos de Slowlove, un bolso de Cortefiel, pendientes de aro de COS y anillo de & Other Stories. Esteban Palazuelos

Leonor posa junto a 'Castilla (La rectitud de las cosas XV)' de Gustavo Torner (1983). Luce un top de Pedro del Hierro, un par de pantalones y zapatos de Slowlove, un bolso de Cortefiel, pendientes de aro de COS y anillo de & Other Stories. Esteban Palazuelos

Contáis con la tecnología LIDAR, que permite vuelos por los monumentos atravesando sus muros, entrando en cavidades subterráneas o seccionando los edificios para analizar sus estructuras, consiguiendo imágenes y perspectivas espectaculares. ¿Con qué otra herramienta te gustaría contar?

Creo que tanto el escáner como el dron, que tiene una presencia muy importante en el programa, nos dan unas perspectivas de las ciudades y de los monumentos a vista de pájaro, no sólo desde arriba, sino de las fachadas, espectaculares.

Me acuerdo en concreto de un edificio, que va a salir en uno de los programas dedicado a edificios que desafían la gravedad o que están ubicados en lugares de difícil acceso, que es la casa del Rey Moro en Ronda. Está ubicado justo arriba del Tajo de Ronda. Hay una escarpa, de no sé cuántos metros. Gracias al dron podemos tener una perspectiva de dónde está ubicado el edificio con respecto a la ciudad, bajando desde arriba del todo hasta el río, que además se conecta por dentro de la montaña.

Por lo tanto, esta mezcla de dron con escáner, que son dos herramientas que a priori no estaban pensadas para la televisión, más bien para el análisis arquitectónico, o incluso en el caso del dron para actividades de guerra, se pone al servicio de la divulgación arquitectónica en televisión y me parece increíble.

Con respecto a los personajes que aparecen en la temporada... un capítulo está dedicado a Isabel la Católica. ¿Por qué dirías que es un personaje clave de nuestra historia?

Es la única mujer protagonista en esta temporada aunque es verdad que aparecen otras mujeres que han sido relevantes en la historia, como su sobrina Juana la Beltrán. Fue una reina poderosa, muy decisiva a la hora de juntar las dos coronas, la de Castilla y de Aragón. Al mismo tiempo, es un personaje con muchas luces y sombras. Es muy querida en muchos sitios en España, por supuesto, y Latinoamérica pero hay que tener en cuenta que es una mujer que, para llegar al trono, hizo cosas no del todo lícitas, que ya veremos en el programa. Con el paso de la historia, parece que algunos actos se perdonan o se dan por hecho. Un ejemplo claro es la colonización, hoy se comenta con mucha ligereza, pero realmente fue un proceso bastante horroroso.

Creo que esta parte oscura es muy interesante, es atractiva como personaje, por eso se hicieron tantas novelas en torno a ella. Creo que los personajes que son planos, con bondad, no son tan interesantes. Sí que es cierto que el legado arquitectónico que hay de su reinado es espectacular.

Además, vamos a conocer este personaje desde que nació, que yo creo que muy poca gente conoce. Es un monasterio, un convento que fue palacio originalmente y es muy bonito. Veo muy interesante conocer todo ese legado arquitectónico que tiene que ver con su poder, todos los acontecimientos, los hitos históricos que pasaron durante su reinado, que no son pocos.

¿A qué otras mujeres os gustaría rendir homenaje? ¿Qué temáticas tenéis pendientes?

Como actrices nos encantaría hacer un programa sobre teatros y cines, hay un patrimonio arquitectónico precioso. Lamentablemente, son lugares que se están cerrando. Pero son edificios bellísimos en el centro de los núcleos urbanos, están recordándonos una época en la que eran templo de la cultura.

También propusimos hacer un programa sobre Santa Teresa de Jesús, un personaje que nos dejó un legado escrito brutal, pero también arquitectónico. Nos encantaría viajar a Ávila donde ella nació, escanear la muralla de Ávila... a nivel patrimonial es de un valor incalculable. Veremos si en la tercera temporada podremos dedicarle un artículo.

¿Habrá entonces tercera temporada?

Esperemos que sí. Yo creo que todos tenemos esta esperanza porque es un programa que funciona. Las audiencias han sido muy buenas, entonces todo indica que sí, teniendo en cuenta todo el patrimonio que tenemos. Y no solo en la península, también en las Canarias como en las Baleares, a las que no hemos viajado todavía.

Ojalá poder grabar también fuera del territorio español. No hay que olvidar que cuando Felipe II era monarca, decía que en su reino no se ponía el sol. Podríamos viajar a Latinoamérica, a muchas ciudades de Europa... ojalá haya una tercera y más, porque todavía quedan muchos sitios a los que ir.

¿Por qué crees que destaca especialmente España? ¿Cuál es su gran valor añadido? 

Parece una obviedad, pero yo creo que la mezcla de culturas y estilos. El mudéjar es un claro ejemplo de cómo los alarife musulmanes dejaron una huella que los cristianos supieron poner al servicio de su religión. Nos enseñó que hay que tener una continuidad para no generar cortes muy fuertes a la hora de comunicar un poder, ya sea por parte de la Iglesia o por parte de un monarca. De alguna manera, hay que seducir a los que no te siguen con los mismos símbolos o con la misma imaginería para ponerlos de tu lado.

También se puede ver en el reciclado de columnas romanas que podemos contemplar en un montón de templos musulmanes, por ejemplo en el caso de la Mezquita de Córdoba. Vemos restos de templos romanos metidos en una mezquita que se convierte en una catedral. Por lo tanto, esa capa sobre capa, este palimpsesto de culturas y de imágenes hace que nuestro país, a pesar de su pequeña superficie en comparación con otros, tenga una riqueza inmensa.

Reducir o borrar parte de nuestro pasado, de nuestro legado, me parece un error, teniendo en cuenta que somos todos una mezcla de muchísimas cosas. Va a seguir siendo así porque nos seguimos moviendo, viajando por todo el mundo. Hay flujos migratorios muy fuertes y creo que en esta mezcla está el valor y la riqueza. Aparte de que hemos tenido grandes artistas y arquitectos que han sabido mantener esa riqueza.

Leonor posa en la entrada de la Fundación Juan March. Luce una camisa y un par de pantalones de Pedro del Hierro, un cinturón y zapatos de Hoss Intropia, pendientes de aro de PDPAOLA, anillo de Vidda y bolso de Cortefiel. Esteban Palazuelos

Leonor posa en la entrada de la Fundación Juan March. Luce una camisa y un par de pantalones de Pedro del Hierro, un cinturón y zapatos de Hoss Intropia, pendientes de aro de PDPAOLA, anillo de Vidda y bolso de Cortefiel. Esteban Palazuelos

Lidia nos contó que las mujeres eran las olvidadas de la historia y que vosotras, como mujeres, también tenéis una visión un poco diferente de la historia.

Sí, desde luego. Creo que añadimos ese punto diferencial que a lo mejor un presentador varón no tiene. Siempre intentamos poner en valor esa presencia de las mujeres a lo largo de la historia. Aún así, es cierto que en algunos momentos históricos es muy difícil ubicarlas, si no hay registros, se da por hecho que ha sido un hombre el que lo ha hecho.

En el caso de los murales de la prehistoria, ¿por qué no lo podría haber pintado una mujer? Las mujeres tenían unas labores también en las cuevas. Por ello, tratamos siempre de aportar un valor en el momento en el que se puede. Es cierto que en algunas épocas, por ejemplo, no había arquitectas, porque no tenían ni acceso a los estudios. 

Si nos viniéramos un poquito más hacia la actualidad, principios del siglo XX, sería un poco más fácil. Por eso queríamos poner en valor precisamente a Santa Teresa de Jesús, que por su condición de monja y su privilegio de poder dedicarse a la lectura, a la vida contemplativa, pudo dejar un legado de artístico y e intelectual. Si salimos de este ámbito, nos quedan las monarcas y estas mujeres que por haber seguido otros caminos, pudieron dejar un recuerdo importante en la historia. 

¿Cómo definirías tu relación con Lidia?

Ha sido una suerte haber congeniado tan bien con Lidia, porque pasamos muchísimas horas juntas con un nivel de tensión alto por la rapidez con la que quiere grabar, las condiciones climatológicas, la incertidumbre... hemos tenido la suerte de encontrar un apoyo en la otra. Incondicional, además.

Hemos hecho mucha piña, nos ponemos siempre del lado de la otra, porque estamos un poco en el mismo barco. Tenemos una relación de amistad tremenda. Ella está en México ahora y no nos podemos ver tan a menudo pero hablamos mucho. Nos conocemos desde hace un año y pico y tenemos la sensación de que nos conocemos desde hace cinco. Es alguien con la que ya cuento para mis planes, de quien estoy pendiente. 

Las características del rodaje nos han hecho unirnos mucho y yo me siento muy afortunada, la verdad, porque sé que es alguien en quien puedo confiar, con quien puedo hablar de cualquier cosa y que me da un apoyo fundamental a nivel emocional durante el rodaje.

¿Con qué te gustaría que se quedara la audiencia?

Para mí, lo más importante en un programa de divulgación, que dura una hora escasa, es que la gente aprenda de lo que queremos compartir, pero sobre todo, que tenga las ganas de seguir aprendiendo después de ver el programa. Yo creo que ese es el mayor éxito de un programa de divulgación en una televisión generalista. Que te pique la curiosidad, que termine el programa y digas "¡Ostras! El archivo de Simancas... ¿qué es eso? Quiero meterme en Google para seguir investigando o incluso viajar y seguir aprendiendo".

También, aunque quizá el programa no tiene esa perspectiva tan crítica porque es de divulgación generalista, que la gente aprenda para encarrilarse hacia el futuro. Creo que es lo más importante de la historia, no que no sea simplemente verlo como una novela, como una acumulación de acontecimientos, sino como un proceso lógico en base a las decisiones de los más poderosos.

Si estamos yendo a una catedral, no simplemente ver la belleza, también aprender de ello para que, como sociedad, podamos ser lo más críticos posibles y podamos construir un mundo que nos parezca más justo.

Leonor posa en los jardines de la Fundación Juan March. Luce un conjunto de & Other Stories, una falda vaquera de Slowlove y pendientes de aro de PDPAOLA. Esteban Palazuelos

Leonor posa en los jardines de la Fundación Juan March. Luce un conjunto de & Other Stories, una falda vaquera de Slowlove y pendientes de aro de PDPAOLA. Esteban Palazuelos

A nivel más personal... ¿Qué balance haces de tu trayectoria?

Mis dos profesiones, la arquitectura y la interpretación, son a priori muy alejadas. Siempre digo que este programa ha sido la oportunidad más visible de que se puedan aunar, a pesar de que aquí no estoy trabajando como actriz, pero sí poniendo al servicio toda mi experiencia para poder comunicar la arquitectura.

A mí me encantaría seguir formando parte de este tipo de proyectos o incluso seguir presentando eventos como ya he hecho, que tienen que ver con la arquitectura en directo. También estoy empezando a ponerme detrás de la cámara, casi más como arquitecta, desde una perspectiva crítica.

De hecho, ahora en junio, se va a mostrar una pieza en la que he estado trabajando así desde el 2020. Con la pandemia, se hizo complicado concretar el rodaje, editar el programa. Es un proyecto financiado con muy pocos fondos y casi de autoproducción. Se trata de un documental en el que hablamos de las consecuencias del cambio climático, sobre todo el tema de la sequía y de la escasez de agua en la Península Ibérica a través de un material que está rodado en las ruinas de 40 parques acuáticos abandonados. Ahí me pongo como actriz, como personaje que recorre esas ruinas, pero también como directora y guionista. Es un vídeo ensayo en el que aúno también toda mi experiencia como arquitecta.

Es un terreno en el que estoy empezando a experimentar. La arquitectura es tan atractiva, tan seductora, que te hace ponerte en un futuro casi distópico. Me veo comunicando arquitectura, presentando programas de estas características en divulgación y también poniéndome detrás de la cámara, generando piezas que también van concienciando desde otro lugar.

Agradecimientos

Agradecimientos especiales a la Fundación Juan March, escenario de la sesión de fotos, y la Escuela de Maquillaje Profesional Harpo