La ausencia de Meghan Markle en la coronación de Carlos III de Inglaterra ha acaparado decenas de titulares en los medios de comunicación de diferentes países. La duquesa de Sussex se quedará en California cuidando a sus hijos, Archie y Lilibet Diana. Además, el primogénito celebrará su cuarto cumpleaños. Quien sí ha confirmado su asistencia es el príncipe Harry, aunque aún se desconoce si tendrá un papel relevante.
Si bien todo el protagonismo relacionado con las ausencias ha recaído sobre Meghan Markle, tampoco asistirán a la coronación destacadas monarcas. Margarita de Dinamarca y Silvia de Suecia no estarán en la coronación.
La monarca danesa, de 82 años, se operó recientemente de la espalda por problemas de salud y los médicos le han recomendado que se quede guardando reposo. Por otra parte, se desconocen los motivos por los que la monarca sueca no acudirá a la coronación. Sí se sabe que su puesto será ocupado por su primogénita, Victoria, quien acudirá acompañada por el rey Gustavo.
Tampoco asistirá la reina emérita española, doña Sofía, ni el rey emérito don Juan Carlos. Sí que asistirán los reyes don Felipe y doña Letizia. La princesa Leonor, por su parte y según diversos medios, ya no figuraría en la lista de invitados, puesto que coincide con sus exámenes finales de segundo de bachillerato.
No es la primera vez con grandes ausencias en una proclamación real. A lo largo de los años se han producido determinadas ausencias de mujeres que han pasado a la historia. Repasamos las más sonadas.
La consorte que fue vetada
Si nos remontamos a la coronación del príncipe Jorge IV como monarca de Reino Unido en 1820, recordaremos que vetó a su propia mujer la entrada al evento. Carolina de Brunswick-Wolfenbüttel sufrió ese día su mayor humillación. Pero mucho antes había ido más allá.
Pese a estar casados, habían mantenido una vida separada y él, buscando divorciarse, comenzó a difundir rumores y pedir que se investigaran supuestas infidelidades. Esto hizo que la reina Carolina tuviera que exiliarse antes de la coronación.
Cuando faltaron todas
El 21 de julio de 2013, abdicó el rey de Bélgica, Alberto II, y ese mismo día fue coronado su hijo don Felipe. Según apuntan distintos medios, al coincidir la fecha con la fiesta nacional, el monarca decidió centrarse en la fecha en vez de en la coronación, por ello la ceremonia fue rápida y de bajo coste.
Pero si hay algo que llamó especialmente la atención fue la ausencia de mandatarios extranjeros o representantes de otras casas reales. No fue ninguna royal extranjera, tampoco ningún hombre.
Años atrás, el 19 de noviembre de 2005, era coronado rey de Mónaco Alberto II. Como estaba previsto, no asistió ningún miembro de la Casa Real española, por lo que doña Sofía no estuvo presente. Tampoco lo estuvo don Juan Carlos.
Si bien Zarzuela no se pronunció al respecto, se entendió que la decisión tenía que ver con la pregunta que Alberto II realizó como miembro del COI en la presentación de la candidatura olímpica de Madrid sobre la seguridad que podía ofrecer la capital. ¡HOLA! relata que se entendió como un "feo" hacia España y hacia la reina doña Sofía, que había viajado a Singapur para apoyar personalmente la candidatura.
Pero no fueron las únicas ausencias. No asistió ningún representante, ni reyes ni reinas, tampoco príncipes o princesas, de la Familia Real de Holanda, Noruega o Bélgica.
La infanta Cristina
Pero si ha habido una ausencia de una mujer española que no se le ha pasado a nadie por alto es la de doña Cristina de Borbón en la proclamación de su hermano, el rey Felipe VI.
El 19 de junio de 2014, a las 10.30 horas, tuvo lugar la proclamación real en el Congreso de los Diputados. Desde el anfiteatro del Congreso, la reina emérita doña Sofía y la infanta doña Elena vivían el momento llenas de emoción.
La infanta Cristina, que en aquel momento estaba imputada en el 'caso Nóos', no asistió al acto. Pero sí viajó de Ginebra a Madrid y estuvo en la Zarzuela.
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Cabe señalar que tampoco asistió el emérito, don Juan Carlos de Borbón, quien ya lo había anunciado. Sí estuvo en el saludo posterior que los reyes dirigieron a los ciudadanos desde el balcón del Palacio de Oriente.