La historia de Pablo Picasso (Málaga, 1881 - Mougins, 1973) fue, y sigue siendo cincuenta años después de su muerte, la de un artista sumido en una disputa permanente. Una vida de pares. De luces y de sombras. De una pasión dividida entre la pintura y sus amantes, aunque la primera logró manejar al maestro, y a las segundas lo intentó hacer él desde la intimidad de la alcoba.
Del cubista se han dicho tantas cosas como mujeres pasaron por su vida. Entre las más conocidas, al menos hasta el momento, están Fernande Olivier, Eva Gouel, Olga Khokhlova, Marie-Thérèse Walter, Dora Maar, François Gilot, Geneviève Laporte y Jacqueline Roque.
Sería una suerte, pero también sería improbable, que pudiéramos poner rostro, al menos, a dos de estos ocho nombres. Y también sería esperanzador saber que uno de ellos está detrás del Guernica (1937), una de nuestras obras de arte más preciadas y huella imborrable de lo que ocurrió en la España de la Guerra Civil.
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Lo que sí puede decirse, sobre la base de un extensísimo corpus documental, es que las mujeres que acompañaron al pintor tuvieron que resistirse a un doble nudo que hoy la historia tiene la obligación de desatar. O, al menos, de aflojar hasta que este pueda soltarse por sí solo.
La escritora que se negó a olvidar
Eugenia Tenenbaum (Santiago de Compostela, 1996) es una de esas divulgadoras que tratan de recuperar el altavoz de las mujeres que fueron eliminadas del mapa artístico, y abandonadas en el cajón de las musas.
Gallega de nacimiento y madrileña de adopción, la historiadora habla con este periódico aprovechando la promoción de su último libro. Su melena rojiza llama la atención casi tanto —entendiendo que en ese 'tanto' queda una distancia aún muy larga— como lo hacen sus reflexiones.
Si le mencionan la palabra 'activismo', Tenenbaum dirá que lo suyo tiene poco de eso. Que quizás se trate más de concienciación. Y que, a quien busque una definición más concreta de lo que hace en redes, le explicará que "me dedico a acercar la historia del arte a los demás, pero siempre atravesada por la metodología de la perspectiva de género".
A pesar de que roza los cien mil seguidores en Instagram, reconoce que no se lleva bien con la consideración de influencer. "Si fuese un hombre, ¿también me reducirían a esa etiqueta? Las divulgadoras creamos contenido informativo y sensibilizado, compararnos con este tipo de perfiles que, al fin y al cabo, solo se basan en la publicidad, sería quitar valor a lo que hacemos".
En cualquier caso, Eugenia Tenenbaum ve en las redes un espacio en el que se puede hacer lo que en realidad debería ser una tarea a plantear desde las aulas y los centros culturales. "Nuestras instituciones pecan de inmovilismo, pero eso es porque no se renueva el perfil de quienes están a cargo en la toma de decisiones", explica.
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Un relato de ocho voces
A menos de un año de su debut editorial con La mirada inquieta (Temas de Hoy, 2022), la compostelana vuelve al calor de los libros para presentar su primer trabajo de ficción. Las mujeres detrás de Picasso (Lunwerg, 2023) traza los perfiles de ocho protagonistas que pusieron luz sobre las sombras del pintor malagueño.
Pregunta: En el prólogo del libro te preguntabas si, como sociedad, ya estamos preparados para mantener conversaciones incómodas sobre el pasado de nuestros artistas y sus errores. ¿Lo estamos?
Respuesta: No, creo que todavía andamos lejos. Con Picasso, todavía hay quien pone en duda las distintas formas de violencias que él ejerció durante su vida, aunque todo está documentado y hay muchas fuentes en las que apoyarse. Y, quien lo reconoce, utiliza la excusa de que 'era un gran artista'. Pero yo me pregunto, ¿qué es exactamente ser un gran artista?
"Mientras el Maestro creaba, las protagonistas de estos relatos ponían un plato de comida caliente sobre su mesa, lavaban su ropa, consolaban sus pesares, le leían la correspondencia, calentaban su taller (...) El trabajo de cuidados que hacía posible la producción artística era desempeñado siempre por una mujer. Espero que se entienda ahora por qué limitarlas al papel de musas es un insulto, y por qué reducirlas a un componente estético en la producción del artista es un error".
Las mujeres detrás de Picasso (Lunwerg, 2023)
El debate sobre si es posible separar obra y artista Tenenbaum lo cierra nada más preguntarle por él. "Lo vemos no sólo en el mercado del arte, sino también en nuestra manera de acercarnos a los artistas", argumenta.
"En cualquier exposición puedes encontrar la cronología vital de cada artista; con ella te acercas a su vida, a sus decisiones políticas, sentimentales y artísticas", añade. Sí solemos equivocarnos, según sus palabras, al "separar moralmente" solo cuando estas decisiones tienen que ver con cuestiones como "el racismo, con la homofobia, etcétera".
Lo que desde EL ESPAÑOL queremos saber, aprovechando la conversación, es si esa separación se da de la misma forma cuando ese artista es hombre que cuando se trata de una mujer. "Es que con las mujeres, de hecho, nunca se ha hecho".
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"Cuando hablamos de artistas que han atravesado situaciones de violencia, siempre ponemos ahí el foco. Lo vemos con Leonora Carrington, con Frida Kahlo. A lo largo de la historia, se nos ha situado como mujeres traumatizadas, cicatrizadas", reflexiona Tenenbaum.
Las mujeres más allá del 'Maestro'
A quienes se topen con la lectura de Tenenbaum quizás les valga la advertencia de que los relatos no responden a un orden cronológico, sino a la decisión de su autora de priorizar los capítulos según el ritmo y la intensidad de las historias que se cuentan en ellos.
Así es cómo en Las mujeres detrás de Picasso se conoce "primero al artista y después al hombre tras él", en una especie de símil con la forma en la que ha ido cambiando, con el tiempo, la imagen con la que recordamos al cubista.
Eugenia Tenenbaum se apoya en lo aprendido de Griselda Pollock, Angela Davis y Silvia Federici −por nombrar algunas de las autoras que conforman su "panteón de referentes"− para ofrecer una obra que combina una pluralidad de elementos narrativos con el objetivo de mantener nuestro interés intacto hasta el punto final.
De la historia de Françoise, contada como una obra de teatro en tres actos, a la carta que Marie-Thérese escribe para su futuro hijo con el pintor. Del profundo desconsuelo de Jacqueline, viuda del malagueño cuya ausencia la llevó al suicidio, a la rabia de Dora, fotógrafa criada en los ambientes más vanguardistas a la que intentaron tachar de mujer demente.
"¿Fue difícil investigar sobre estas mujeres?", podrían preguntarle. Y la autora respondería que sí, por la propia dificultad que trae consigo la ficción histórica, y por su miedo a acabar representándolas como "un apéndice" del pintor, en lugar de "como protagonistas de su propio relato".
Al final de su conversación con EL ESPAÑOL, Tenenbaum nos desvela que este "no pretende ser un libro, en absoluto, alegre, pero ojalá que sí sea esperanzador" para las nuevas generaciones. Y ojalá, también, que la obra de todas estas mujeres artistas se siga reivindicando para que no quede olvidada en las últimas salas de los museos y pinacotecas.
En la tarde del miércoles 31 de mayo, Eugenia Tenenbaum presenta Las mujeres detrás de Picasso (2023) en la Central del Museo Reina Sofía de Madrid, en un encuentro muy especial que volverá a reflejar, una vez más, la unión entre el arte plástico y la literatura, y que tendrá acceso libre hasta completar aforo.