De profesión, anfitriona, pero ANFITRIONA con mayúsculas. Eso es Silvia Moreno, la empresaria joven y disfrutona que ha hecho de las cenas entre desconocidos su modo de vida. Ella no se “limita” a abrirte la puerta de su casa con una sonrisa aún más abierta.
Ella te recoge el abrigo, te invita a pasar, te ofrece algo para tomar y te da un abrazo balsámico, de los que te reparan el alma. Esta es la antesala de una velada en la que puede pasar cualquier cosa. Eso sí, todas buenas y enriquecedoras.
Dicen, de hecho, que Silvia hace magia y así es porque al traspasar el umbral de su morada, te crees que has llegado a tu propia casa y, si no fuera porque una camarera te pone un verdejo en la mano, irías directa al dormitorio a ponerte las pantuflas.
Silvia es la creadora de Cenas Adivina. Unos encuentros que empezaron en 2014, en su propio piso, un séptimo, con sus hijos de 3, 5 y 6 años acostados en sus camas mientras su salón se abría de par en par a desconocidos.
Sus amigos la llamaban loca, su madre rezaba mientras se resignaba y su marido… le daba alas. Ahora, desde hace dos años, la calle Béjar 36 de Madrid ha cogido el relevo de su séptima planta y ella y su marido, Íñigo, reciben y conectan a personas con personas, sueños con sueños, sabiduría y conocimiento -de los expertos invitados- con la curiosidad de los que reservan su plaza para esa cena divina.
Pero la historia da para mucho más que un vino y una tapa. Y Silvia nos la va a desgranar. Y antes de terminar de leer la entrevista querrás ser tú quien la abrace y te la quieras llevar a casa. ¿Adivinas por qué?
¿A quién se le ocurre organizar cenas con desconocidos en su propia casa?
Siendo muy pequeña me colaba en las interminables tertulias que se hacían en mi casa y sentía la necesidad y la inquietud personal por recuperarlas como experiencia enriquecedora. Con la seguridad además de que todos tenemos una historia que compartir y que puede ayudar a los demás y lié a mi marido para organizar estos encuentros en nuestro propio salón de #elséptimo.
¿Pero dejar pasar a tu casa a gente desconocida, para ti y entre ellos, no fue un poco “temerario”?
Comprendo que pueda parecerlo. De hecho, a mi entorno más cercano le costó mucho entenderlo y también les pareció una locura. Tuve el apoyo incondicional de mi marido y mi madre, que aun preocupada, confió en mi idea. El apoyo de ellos fue fundamental y la edad inconsciente que tenían mis hijos entonces -6, 5 y 3 añitos- también ayudo mucho. Todo les parecía divertido.
Es cierto que, a priori, para el proyecto se pensó en amigos y amigos de amigos, pero cuando estrenamos nuestro Instagram @cenasadivina todo se precipitó.
Dimos con una necesidad que no era solo mía. Había mucha gente con ganas de aprender a través de las historias compartidas, de conocer gente con inquietudes comunes, de aportar y también de escuchar. Y en estos casi 10 años de proyecto, ya hemos recibido a más de 4.000 personas en más de 400 encuentros. Y han sido un auténtico regalo, una gran escuela donde aprender de lo que de verdad importa, con la suerte además de haber atraído a gente educada, respetuosa, amable y cariñosa.
¿Íñigo, tu marido, te ha seguido siempre la corriente?
Me dice que los días previos a compartir mi idea con él me notaba súper inquieta por las noches en sueños... así que, cuando le solté la bomba me brillaban tanto los ojos y estaba tan convencida y entusiasmada que solo pudo contagiarse de mi locura.
Él es además mi gran inspiración. Una persona que es querida por todos y que siempre tiene tiempo para escucharte, preguntarte cómo estás e interesarse de verdad por ti. En nuestro barrio le llaman “el alcalde”, todos le conocen por su gran amabilidad y afabilidad. Y a mí me emociona mucho todo el cariño que da y recibe.
¿Qué significa para ti la palabra anfitriona?
Son personas, como mis padres, mi avosita (abuela), que consiguen hacerte sentir especial, que logran demostrarte que tu presencia es deseada y que, a pesar del lío que supone recibir en casa, logran relajarse y convertirse en un invitado más que disfruta de la velada tanto como tú.
Recuerdo que de pequeña todos nuestros amigos querían estar en nuestra casa por lo divertido y fácil que mis padres lo hacían todo. No se trata de que todo esté perfecto sino de compartir lo que se tiene con una sonrisa.
¿Cuándo y por qué cambiaste tu casa por el local actual?
En enero de 2014 estrenamos Cenas Adivina en el salón de nuestra casa y allí hemos vivido cientos de veladas maravillosas. La llegada de la pandemia nos forzó, como a muchos, a replantearnos el proyecto y decidimos lanzarnos a comprar un local que nos permitiera continuar con el mismo espíritu y filosofía.
Con mucho esfuerzo y endeudándonos con el banco y media familia creamos CENAS ADIVINA HOME, una casa a pie de calle donde seguir acogiendo a nuestros invitados como en casa y también un lugar donde todo el que quiera puede convertirlo en su hogar para sus celebraciones, eventos de empresa, showcookings, talleres, presentaciones de marca, shootings, grabaciones de cine, de podcast… en fin para todo lo que quieran con el sello especial de que lo que nos diferencia siempre es el trato. Vengas a lo que vengas a la Home, lo más importante para nosotros es que te sientas a gusto.
Y te ha ido tan bien Silvia que has abierto “sucursales” por España…
Desde el inicio del proyecto hubo un interés de las personas de nuestra comunidad de Instagram que no viven en Madrid de que fuéramos a hacer Cenas Adivina a sus ciudades.
Algunos decidieron venirse de vacaciones a Madrid con la disculpa de vivirlas y siempre ha habido invitados de fuera que nos hace una ilusión enorme por el esfuerzo añadido que sabemos que supone.
Y otras, locas como yo, decidieron ofrecernos sus casas para que pudiéramos hacer nuestros encuentros en sus ciudades. Nos recorrimos más de 20 ciudades españolas diferentes y en muchas repetimos y fue una experiencia increíble.
Después de aquella aventura tan fantástica de Cenas Adivina On The Road, personas que habían acudido a esas veladas y se habían enamorado del proyecto y compartían conmigo ese espíritu de anfitriona y nuestros mismos valores me pidieron formar parte del proyecto creando estas sedes permanentes en sus ciudades. Al principio no supe como hacerlo, no había procesos escritos de nada, pero me di cuenta de que Cenas Adivina aportaba tanto a las personas que las vivían que me puse manos a la obra para que en más lugares hubiera esta oportunidad de encuentros.
¿Y en qué ciudades podemos disfrutar de Cenas Adivina?
Ya estamos con Cenas Adivina en Canarias, Mallorca, Valencia, San Sebastián, Londres y Barcelona. Es además una manera maravillosa de impregnarte del espíritu de cada ciudad y conocer a la gente de allí de una manera más auténtica.
Todo lo que ha sucedido desde aquel 2014 me parece verdaderamente un sueño que ha superado cualquiera de mis expectativas. De verdad que yo solo quería propiciar conversaciones profundas y dejar de hablar de niños solo un ratito y miro atrás y no me creo todo lo que hemos vivido…
¿Hay algún filtro para ser bienvenido en una Cena Adivina?
No hay ningún filtro, pero como te comentaba antes, se ve que atraemos a personas tan normales como extraordinarias. Creo en la diversidad y en que todo se puede compartir desde el cariño. No se trata de estar de acuerdo sino de poder intercambiar opiniones y conversar desde el respeto y con amabilidad. Todos mis invitados, sin excepción, han sido una gran oportunidad de aprendizaje y además siempre me emociona su actitud y el cómo se escuchan unos a otros.
¿Y qué perfil de gente es el más común?
El perfil más habitual es mujer de entre 30 y 60 años, pero tenemos invitados hombres y también edades más jóvenes y más mayores. Uno de los grandes atractivos de Cenas Adivina es la heterogeneidad de los grupos.
Conoces a personas que seguramente no hubieras tenido la oportunidad de conocer en otro lugar. Mi pena es que a los hombres les cueste tanto venir, pero cuando se deciden, se sorprenden al descubrir que en verdad es simplemente una buena conversación entre personas y luego siempre quieren volver.
¿Se han formado amistades duraderas entre ellos y tú o entre ellos?
¡Sí! Amistades muchísimas y también ha surgido el amor. Una pareja se conoció y enamoró en Cenas Adivina.
¿Y la gente repite o una y no más…?
La gente repite muchísimo la verdad. Hay muy pocas personas que hayan venido solo a una. Y también hemos repetido invitados y repetiría de nuevo con todos. Las personas crecemos, vivimos nuevas experiencias y siempre tenemos cosas nuevas que aportarnos. Además, con todos tengo una relación ya muy cercana. Vivir una Cena Adivina equivale a muchos días de conversación y amistad.
¿Ha habido alguno de tus “experto-invitados” que te haya impresionado especialmente y alguno que te haya decepcionado?
Ninguna decepción. Impresionarme muchos la verdad porque, de entrada, todas las personas a las que invitamos ya cuentan con mi admiración por diversos motivos. Algunos son totalmente desconocidos, otros tienen grandes comunidades en RRSS y otros son personas que todo el mundo conoce.
Por poneros el ejemplo de alguien que todos sabéis quién es, os diré que Irene Villa me impactó profundamente. Escucharla en el salón de casa, disfrutar de la conversación tan bonita que se originó entre todos los que tuvimos la suerte de vivirla fue una experiencia que no olvidaré nunca. Le estaré siempre profundamente agradecida por haber aceptado mi invitación.
¿Qué haces cuando un invitado de los expertos te da plantón?
Nunca me ha ocurrido, pero si pasará cualquier percance y no pudiera venir seguro que disfrutaríamos de la conversación entre los invitados. Todo el mundo es interesante si sabes qué preguntar, así que me lanzaría a crear una buena tertulia entre todos.
¿Qué truco empleas cuando un invitado-experto no da juego y tus invitados, que han pagado para verle, comienzan a bostezar o decir que le cierran el parking?
Puede que haya veladas con más enganche que otras, pero la verdad es que todas han sido lo suficientemente interesantes como para que todo el mundo se vaya muy contento con la experiencia. Ten en cuenta que no es una ponencia, en estas veladas el protagonista efectivamente tiene un peso mayor pero no es el único que aporta. Son todas y cada una de las personas que vienen las que hacen que sea una Cena Adivina.
En alguna ocasión ha habido lista de espera para tus cenas?
Lo cierto es que hay lista de espera en algunas ocasiones. Me da pena que haya gente que se quede sin poder venir, pero el grupo pequeño es lo que hace que la experiencia sea una Cena Adivina y no otra cosa.
¿Qué das de comer en tus cenas?
Hay mucha variedad. Cuando cocinaba yo muy al inicio me inspiraba mucho en el blog de Rosa Arda @velocidadcuchara y la verdad es que apañábamos una cena muy rica. Ahora cuento con el talento de varios catering que nos preparan un menú tipo cóctel maravilloso, muy cuidado y riquísimo. La presentación y la decoración es muy importante en Cenas Adivina.
¿Y a cuánto sale cenar en tu casa, porque a ese maravilloso catering se le añade un buen vino de La Rioja alta y una masterclass sorpresa?
Pues siempre cuestan lo mismo, 60 euros, independientemente de que el invitado especial sea más o menos conocido. Para nosotros todas las personas somos igual de importantes. Tampoco nunca superamos nuestro número total de invitados (en torno a 20) aunque hubiéramos podido llenar estadios con algunos de nuestros invitados.
¿Cada cuánto tiempo se hacen estas cenas, más divinas que adivinas?
Más o menos, dos o tres veces al mes.
¿Dando de cenar a tanta gente desconocida, te quedan ganas después de invitar a tus amigos a cenar a tu casa?
Por supuesto. Me encanta que vengan a casa y cuidarles.
Tu marido está ahí siempre pico pala. ¿Trabajar juntos afecta a vuestra relación de pareja?
Él siempre ha estado ahí ayudándome en todo, pero no ha sido hasta hace un año que ha dejado su trabajo de fisioterapia. Ha sido difícil acoplarnos al 100% para trabajar juntos y aun a día de hoy nos cuesta a veces, pero tenemos buen humor (sobre todo él) y nos encanta trabajar juntos.
Tienes tres hijos que han tenido la casa llena de extraños durante toda su infancia. ¿Cómo lo han vivido?
La verdad es que eran tan pequeños cuando empecé que lo normalizaron muchísimo y ahora ya con la distancia y siendo adolescentes me parece que han creado un extraordinario impacto en ellos. Toda la familia hemos sido muy afortunados por tener la oportunidad de vivir esta experiencia.
Imagino que a veces les hubiera apetecido un viernes de peli y pizza, pero la verdad es que han sido siempre muy generosos y han sabido disfrutarlo.
¿Cuando la gente se apunta a la cena prefieren ir solas o acompañadas?
Hay de todo, pero hay mucha gente que viene sola. Yo siempre les digo que en realidad nunca van solas porque estoy yo. Puede que la primera vez entren un poco tímidas, pero enseguida les presento, les pregunto y se sienten a gusto muy rápido o eso me dicen.
Yo soy tímida y sé perfectamente lo que necesitan para sentirse bien. Al final lo único que no puede fallar es haberles hecho sentir en casa. La mayoría me sienten ya de la familia antes de conocerme porque nos siguen en RRSS y siempre vienen con una actitud maravillosa y al llegar parece que nos conocemos de antes.
Tú sabes con antelación el “artista invitado” y veo en la web que los que se apuntan a la cena también lo saben antes de ir. ¿Qué tienen que adivinar entonces?
El nombre viene por la peli, “adivina quién viene a cenar esta noche”. Era una declaración de intenciones. Quería crear un espacio para conversar no para estar todos de acuerdo. Lo único que sabemos todos es el invitado especial. El resto, es siempre una sorpresa, nunca sé lo que va a pasar y esa es la verdadera magia.
Eso dice la gente de ti: que haces magia. ¿Cómo sacas el conejo de la chistera?
Yo creo que quienes lo dicen son personas muy generosas y cariñosas que ponen en valor mi esfuerzo en conectar y demostrar que todos somos valiosos. Es la magia de la escucha y la conexión. No hay más.
Brillas y transmites felicidad. ¿Tu vida ha sido siempre un camino de rosas?
Para nada. Soy una persona que ha sufrido mucho y eso es algo que, cuando sobrevives, es un regalo. Sabes agradecer y vivir sabiendo que nada es para siempre, que no eres imprescindible y que cada día es un regalo.
Tengo muchas inseguridades, a veces me bloqueo y me agobio como todos, pero todo lo que me ha pasado en la vida me hace reconducirme muy rápido. Aun en los peores momentos he encontrado muchos motivos para dar las gracias. Vivo intensamente todos los días que mi padre y hermano no han podido vivir. Es mi homenaje a ellos.
Cuando te acompaña además alguien tan bueno y positivo como mi marido, tienes una madre como la mía y una familia y amigos que me quieren es imposible no sentirse feliz. Lo único que a mí me mataría sería no sentirme querida…
¿Cómo sobreviste a la pandemia sin poder hacer tus cenas?
Perdí a mi hermano en los primeros días de pandemia y eso me hizo saber priorizar y no dramatizar. Me sentí totalmente acompañada por él y reflexioné sobre los valores que acompañan a Cenas Adivina desde el primer día y conecté con la esencia. Poner en valor a las personas y ayudarnos unas a otras a través de las experiencias compartidas.
Con ese espíritu comencé a hacer directos en Instagram con mis “invitados especiales” y acompañé a cientos de personas a pasar esos días de pandemia sintiéndose acompañados en estos ratitos juntos.
Me llegaron cientos de mensajes muy cariñosos y a raíz de ello me lancé a las cenas adivina online y poco después a hacerlas en lugares al aire libre.
¿Cuál es tu talento, Silvia?
Creo que el profundo amor por las personas, la seguridad de saber que con muy poco podemos contribuir a la felicidad del otro y la curiosidad.
¿Por qué invitado darías cualquier cosa para que aceptara una Cena Adivina? Aprovecha este momento, pídeselo y convéncele.
Nunca he sido muy fan de nadie, pero un día mi marido me llevó a un concierto de “El canto del loco” y me lo pasé tan bien, nos reímos, bailamos, cantamos y nos besamos tanto que me quedó un recuerdo maravilloso. Y desde entonces sigo mucho a Dani Martín, me parece una gran persona que, con sus mensajes, ayuda y hace feliz a mucha gente.
Tiene un gran carisma, pero creo que en el fondo aún duda de su valía. Le comprendo muy bien y me encantaría tener la oportunidad de invitarle a Cenas Adivina, para poder agradecerle todo lo que nos aporta y aportarle nosotros también a él, desde esas experiencias e historias de vida compartidas.