“Si solo se puede tener un gran amor, puede que esta ciudad sea el mío”, así describe Carrie Bradshaw a la ciudad de Nueva York, y después de pasar casi 15 días allí, en mi primera visita a la ciudad, creo que tiene razón.
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Viajar a Nueva York siempre había sido un sueño pendiente. Crecí viendo películas y series ambientadas en la Gran Manzana y, conforme iba cumpliendo años, las ganas de visitar la ciudad iban en aumento. Este año el sueño se ha cumplido, y ha resultado ser todo lo que esperaba, y mucho más.
Pero no puedo hablar de mi viaje a Nueva York sin hablar de la serie que ha marcado esta aventura: Sexo en Nueva York. La ficción que narra la vida de Carrie, Samantha, Miranda y Charlotte no solo ha influido en mi manera de visitar y sentir la ciudad, sino que me ha regalado uno de los momentos más emocionantes de mi vida: encontrarme a Sarah Jessica Parker en la New York Fashion Week.
Mi encuentro con Sarah Jessica Parker
A mí aún me sigue pareciendo un sueño, pero sí, tuve la inmensa suerte de ver a Sarah Jessica en la ciudad de Nueva York. La serie original, las películas, y ahora la secuela de Sexo en Nueva York, lleva formando parte de mi vida desde hace mucho tiempo, y siempre había fantaseado con la idea de encontrarme a la mismísima Carrie Bradshaw por las calles de Manhattan.
La vida es una cosa rarísima, y a veces la realidad supera a la ficción. Lo que llevaba años en mi cabeza siendo una fantasía, ahora es una gran anécdota que contar. No voy a mentir, en las semanas previas a coger el avión no paraba de repetir, tanto a mi madre como a mi novio, que en ese viaje yo me tenía que encontrar con Sarah Jessica Parker.
Ellos se reían, y yo también, claro. Era consciente de la dificultad que eso implicaba, pero algo pequeñito en mi interior, tenía la esperanza. Y quizás repetirlo era una manera de invocarlo. No sé si, sin quererlo, puse la ley de atracción en marcha y provoqué ese encuentro… lo cierto es que ocurrió.
En los días previos, y como buena fan de la serie, visité todos los escenarios de la ficción: el apartamento de Carrie, la cafeteria Magnolia’s Bakery, e incluso entré en la tienda de zapatos que diseña Sarah Jessica. Este tour por el universo de Sexo en Nueva York supuso cumplir otro sueño: no todos los días tienes la oportunidad de andar por las mismas calles que tantas veces había visto desde la televisión.
Pero el viaje aún tenía una sorpresa preparada para mí. Después de toda una mañana paseando por distintos lugares de Manhattan, y tras una breve siesta en la habitación del hotel, me dirigía con mi novio al mirador del edificio Top of The Rock, donde íbamos a disfrutar de las mejores vistas de la ciudad de Nueva York.
Estaba lloviendo, y tuvimos que cambiar la ruta e ir por otra calle por la que no teníamos intención de pasar, para comprar un paraguas. Después de esto, no me queda más remedio que creer en el destino o en la magia de las casualidades, ya que la simple decisión de ir por una calle en vez de por otra, me regaló el encuentro con Sarah Jessica Parker.
Cuando casi estábamos llegando a nuestro destino, nos topamos con una especie de alfombra roja improvisada en la calle, y miles de fotógrafos con motivo de la semana de la moda de Nueva York. Como nos sobraban diez minutos, decidimos quedarnos a ver el ambiente, ya que era bastante divertido: chicas con vestidos increíbles saliendo de los coches y posando ante una infinidad de flashes.
Y entonces ocurrió, “la última y nos vamos”, le dije a mi novio, y menos mal, porque la última persona que vimos salir del coche y pararse frente a los fotógrafos fue, ni más ni menos, que Sarah Jessica Parker. Con un vestido de Óscar de la Renta morado, con escote en V y encaje, y unos stilettos flúor de su firma homónima, SJP by Sarah Jessica Parker, pude ver como se desenvolvía en la alfombra roja.
El look no podía ser más Carrie, por lo que además de estar viendo a la actriz, también sentí que estaba viendo al personaje con el que más me había identificado a lo largo de mi vida. Tras atender a la prensa, se giró para saludar a la gente que se encontraba allí y se mostró en todo momento amable y muy cercana.
El momento quedó inmortalizado por mi novio, que no paró de grabar en ningún momento, y por los fotógrafos que estaban allí (sí, ahora mi cara de emoción está de fondo en la mayoría de fotos en las que sale Sarah Jessica en aquel evento).
Todo esto no duró más de cinco minutos, pero sin duda, fueron unos cinco minutos muy especiales. No solo tuve la suerte de encontrarme a una de mis actrices favoritas y referente de estilo, sino que lo hice en un marco de ensueño: Nueva York. Un momento que no voy a olvidar jamás.