La actriz más camaleónica del cine español nos hipnotiza con su mirada "penetrante, subyugadora y agresiva"
Camaleónica, versátil y genuina. Estas tres palabras son quizás las que mejor resumen el aura de la actriz Macarena Gómez. El abanico de personajes que ha interpretado, y a los que ha dado vida a imagen y semejanza de su propia personalidad, es múltiple.
La cordobesa está que no para. En la promoción de la serie 30 monedas en la que está inmersa, y con los estrenos pendientes de Tábula Rasa y Deep Fear.
En Magas hemos contado con la complicidad de la actriz española para recrear en su rostro cuatro looks de belleza, que son tendencia esta temporada.
Macarena luce un look natural, con la piel casi intacta, con sombras de ojos jugosas y labios nude.
Vestido de Pinko
Se mueve muy ágil y rápido durante la sesión de fotos. Se nota que ha bailado durante mucho tiemp...
Has tenido una infancia muy movidita y se aprecia en tu cuerpo de bailarina, de piernas largas y estilizadas.
Pues sí, he tenido una infancia muy feliz y tranquila. He sido muy buena estudiante y bailé desde los 4 a los 18 años, prácticamente todos los días de mi vida. Me encantaba jugar, sobre todo, con la Barbie.
¿Qué te ha quedado de tu pasado como bailarina?
Siempre me he arrepentido de no haber seguido bailando. Pero me decanté por la interpretación. Era una buena bailarina de clásico, pero a los 18 o estás bailando para el Ballet Nacional o tienes que despedirte de esta profesión.
De lo que me ha quedado de esta etapa yo destacaría que tengo mucho conocimiento de mi cuerpo. Ahora, siempre a la hora de componer los personajes, tiro mucho de la parte física del personaje: la forma de andar y de moverse. Todo eso viene heredado de mis años de bailarina.
Hablando de tu infancia y de las Barbies, ¿sigues coleccionando muñecas?
Es mi pasión. Tengo en mi casa expositores de metacrilato hechos a medida para exponer mi colección. Me fascina. Pero vamos, he descubierto que, entre los coleccionistas mundiales de esta muñeca, yo soy un asco de coleccionista de Barbie.
El otro día estuve en un programa de televisión en Barcelona y hablamos con una señora coleccionista de Barbie que decía que con el dinero que se había gastado durante toda su vida en muñecas, podía haber comprado dos casas. Una locura.
¿Fuiste de las primeras en ir al cine a ver la película Barbie?
Tardé un poco porque quería verla en versión original. Pero al final, fui a verla a Figueras con las amigas de mi niño, con niños de ocho años. No podía aguantar más. Así que finalmente, la vi en castellano.
¿Qué te pareció?
Sinceramente, me gustó mucho. La protagonista, Margot Robbie, me parece una fuera de serie. Ryan Gosling haciendo de Ken también estaba soberbio. Ella fue muy inteligente haciéndose productora del film, y los dos tienen una gran capacidad para reírse de sí mismos. No todos los actores se atreven.
La película, que hay mucha gente que la ha rechazado, a mí me gusta. Va cortando cabezas a todo el mundo. Se mete con Mattel, se mete con el capitalismo, se mete con las feministas, con los machistas, con todo el mundo. Yo no me pongo a analizar qué mensaje quiere dar la película... porque es diversión pura.
Volviendo a tu infancia, y una vez que elegiste que querías continuar estudiando Arte dramático, decidiste viajar hasta Londres, ¿cuánto tiempo estuviste allí?
Siempre he sido muy atrevida. Cuando a los 14 años le dije a mis padres que quería estudiar Arte Dramático, como era muy buena estudiante —que lo repito mucho siempre y parezco pedante— y me manejaba bien en inglés, les propuse ir a Estados Unidos a aprender bien inglés. Luego vine más cerquita a Londres porque había oído que allí estaban las mejores academias de Arte Dramático de Europa. Y así fue y así lo hice.
Te volviste a España y rápidamente comenzaste a trabajar.
Fíjate las vueltas que da la vida. Yo empecé trabajando en el cine en inglés, pero no volví a trabajar en este idioma hasta después de 15 o 20 años. De hecho, uno de mis primeros trabajos surgió porque me presenté a un casting en el que pedían a una chica jovencita que hablara muy bien inglés.
Conseguí el papel en una película de terror, Dagon, y no volví a trabajar en inglés hasta hace siete años, que hice una película de terror. Y ahora, últimamente, he vuelto otra vez a este idioma. El hecho de hablar en inglés me ha abierto alguna que otra puerta.
La gente te empezó a conocer por tu papel de Lola Trujillo en La que se avecina, aunque llevas más de 20 años trabajando, ¿cómo ha cambiado la profesión en estas dos décadas?
Desde que empecé escucho las frases de que la situación está muy mal, que hay muy poco trabajo en la interpretación, que el cine español va fatal… Gracias a Dios, soy una afortunada y una privilegiada. He trabajado mucho, y pocas veces he tenido años flojos. Siempre he tenido un importante volumen de trabajo.
Hay que dar las gracias también a las plataformas. Los exhibidores y distribuidores de cine dirán que cómo se me ocurre decir esto... Pero lo cierto, es que las plataformas son una fuente de trabajo total, no sólo para los actores, sino para el equipo técnico.
Mi pregunta es: ¿durarán las plataformas toda la vida? Llegará un momento en el que explote todo esto por algún lado. Pero de momento, este consumo masivo de series está generando mucha oferta, hay mucha demanda y mucho trabajo para los actores y técnicos.
Además de la creatividad que supuran estas plataformas, con muchas ideas originales.
En cualquier caso, en España, siempre ha habido gente talentosa, desde compositores musicales, hasta guionistas y gente que hace VFX.
No te puedes imaginar la cantidad de gente talentosa española que trabaja en Estados Unidos cuyos nombres no nos suenan, pero trabajan allí y tienen éxito. Gracias a las plataformas podemos hacer que nuestro talento se internacionalice y se dé a conocer.
No sólo eres intérprete, sino que también produces películas, que es una manera muy hábil de controlar tu trabajo y todo el proceso.
A mí siempre me han dado mucha envidia las actrices fabulosas de Estados Unidos como Charlize Theron o incluso la propia Margot Robbie o Reese Witherspoon, que producen sus propias películas.
Ellas dicen: ‘Yo ya he trabajado como bastante actriz y a partir de ahora voy a hacer la película que quiero, y trabajar con la gente que a mí me dé la gana. Y permitir que esa gente talentosa que no se conoce, se dé a conocer’. Pues ese es mi sueño.
En el fondo no produzco sólo para salir yo en una producción mía. De hecho, muchas veces me preguntan y digo que no me apetece estar entre el elenco. Produzco por la necesidad que tengo de contar historias y porque sé que hay gente que se muere de ganas por contar una historia. Produzco también para ayudar a gente que necesita ser escuchada y que se les conozca.
El salto en tu carrera se produjo con Musarañas por tu papel de Montse, por el que fuiste nominada al Goya. Hablando de Goyas, no hay alfombra roja o azul donde no destaquéis por vuestros looks tanto Aldo como tú. ¿Lo preparáis con mucha antelación?
La gente cree que es así, pero no lo es en absoluto. Yo tengo a mi diseñadora de cabecera que es Teresa Helbig. Me paso por su showroom porque somos muy amigas y me dice: ‘He pensado que este vestido es ideal para ti’, o yo cuando voy a sus desfiles me fijo y le digo: ‘Teresa para el próximo evento quiero ese...’
Es un encanto y la quiero mucho. Teresa me ayudó mucho en mis comienzos cuando era una actriz desconocida y nadie me dejaba ropa. Le estaré eternamente agradecida.
Cuando voy a ir a un evento, le enseño a Aldo un par de fotos y le digo: ‘¿Cuál te gusta más?’ Y él me dice: ‘El blanco. Pues yo también había pensado ir de blanco...’ No nos sentamos los dos a pensar cómo vamos...
La única vez que decidimos hacer algo a conciencia fue tras la muerte de Verónica Forqué en los Goya, un mini homenaje. La única vez que fue premeditado.
¿Te vestirá Teresa en los próximos Goya?
Qué raro que Teresa no me haya preguntado cómo voy a ir... No he hablado con ella todavía, pero me imagino que sí.
Estoy haciendo la promoción de tres películas a la vez y me he puesto look tras look tras look de Teresa. Creo que ya no queda ninguno de su colección que no me haya puesto (risas). En Miami, presenté 30 monedas con un vestidito ideal de ella.
En Twitter te describes como 'Asesina en serie, vecina extrovertida, prostituta sin dientes, cornuda y punki'.
Lo tengo que actualizar porque son los personajes que he hecho y la descripción la tengo desde hace años. Recuerdo que al principio, había quien me respondía ofendida pensando que me estaba metiendo con alguien.
Estás en plena promoción de la serie 30 monedas.
Eso es, la segunda temporada de 30 monedas, que se estrenó el 23 de octubre y hemos estado promocionando.
Vuelves a trabajar con Álex de la Iglesia.
Me encanta trabajar con él. Me ofrece siempre unos papeles muy jugosos. Me siento como una niña pequeñita con un juguete. Nos entendemos muy bien. A él le gusta mucho que los actores se impliquen, no solo emocionalmente, sino físicamente.
Además, que no sean actores molestos. Y cuando digo molestos, me refiero a pesados, preguntones que no entienden por qué suceden las cosas que suceden. Él es el técnico y no le gustan los actores intensos. Le gusta que le pongan las cosas fáciles.
En la serie, el 50% también lo he hecho en inglés, porque mi partenaire es Paul Giamatti, un actor maravilloso. Ahora mismo le estaba mandando WhatsApp porque me estaba preguntando por fotos del estreno.
Como los actores americanos no pueden hacer promoción, ni trabajar, pues se ha quedado en su casa en Nueva York y le estoy mandando fotitos. Tiene muy buen sentido del humor.
Vestido de Maje
Un look llamativo cuando el sol se oculta, en el que se pronuncia la mirada y los labios se envuelven en un fuerte tono frambuesa con acabado glow.
En el género de terror te encuentras como pez en el agua. ¿Tu mirada y tu físico te ayudan en este género?
No sé si el físico, pero la mirada sí. Mi padre siempre dice que tiene una mirada penetrante, subyugadora y agresiva, que es su frase favorita y sé que mi mirada también me ayuda. Es mi fuerte.
Sé manipular con mi mirada. Podemos decir que sé cómo utilizarla tanto en mi vida personal como en la profesional para construir los personajes. Y en las películas de terror es un plus.
Aldo te conoció en un bar de Buenos Aires, y dice que tu mirada ojerosa le recordó de inmediato al personaje Miércoles de la Familia Addams, interpretado por Cristina Ricci...
Claro. Yo tengo los ojos rasgados pero saltones, y Cristina Ricci, la actriz, los tiene también muy grandes y saltones. Me encanta porque ya de pequeña me lo insinuaban, que tenía cierto parecido, y cuando me lo dijo Aldo, pues me dije: ‘¡Qué maravilla!’ Para mí fue un piropo, que otra gente diría que no lo es. Aún no he tenido tiempo de ver la nueva serie Miércoles.
¿Qué personaje histórico te gustaría hacer en el cine?
A mí me hubiera encantado ser Juana de Arco, pero la de Luc Besson con Milla Jovovich. Creo que ha sido de las pocas veces que he sentido envidia por una actriz... Por ser una heroína y por ser una mujer luchadora.
Como personaje de ficción también me hubiera gustado hacer Escarlata O'hara.
En este look ideal para las noches más festivas, se enfatiza el trazo de eyeliner en los ojos, que se destacan, además, con sombras metalizadas.
Vestido de Samsøe Samsøe
Has formado una familia muy bonita y un hogar singular en una casa molino antiguo del siglo XVII en plena naturaleza. Te has rodeado de naturaleza y de muchos animales, que no son perros ni gatos. ¿Cuántos animales tienes?
No lo sé bien. Gatos no tengo porque nunca me han gustado y soy alérgica, pero tengo gallinas, pavos reales, perros, conejos, caballos, un loro, y lo más exótico que a la gente le encanta, tres alpacas y una llama.
¿Cómo hacéis para cuidar este zoo?
Lo cuida mi santo esposo. A él le aman y es inmensamente feliz con los animales. Claro, mi marido trabaja desde casa, él es pintor y trabaja aquí y tiene tiempo para dedicarse a los animales, que son como las personas, necesitan sus rutinas, sus horarios.
¿Te costó acostumbrarte a esta vida diferente?
Yo de pequeña vivía en una casa en el campo, y allí tenía animales, bueno, perros. Crecí rodeada de naturaleza, con lo cual no ha sido nada traumático. No ha alterado ni mi rutina, ni mi vida el hecho de tener animales en casa. Al contrario, te alegra la vida estar en el jardín de tu casa y escuchar a los pájaros por la mañana y al gallo, ki-ki-ri-kiiiiiii
Bueno, también te despiertan de madrugada y esas cositas… En realidad, es una forma egoísta de sentirte acompañada. A mí no me importa estar en mi casa sola, estudiando o leyendo...
Cuando era estudiante, antes de casarme, vivía con mi hermano. Y el hecho de sentir que estaba en su habitación y yo en la mía, cada uno con sus estudios, me daba paz. Y con los animales, con la naturaleza me pasa lo mismo. El hecho de saber que estoy rodeada de animales y que están por ahí caminando, los veo y me da paz.
¿Te da miedo algo? Porque eres muy intrépida, te tiras en paracaídas y haces cosas de este tipo...
Hay algo que me da mucho miedo, que he ido superando con la edad. Mira que a mí me gusta nadar, buceo... Me encanta el mar, pero siempre he sentido pánico por los tiburones.
He buceado entre tiburones, pero creo que lo me ocurre es que el no ver, el no saber qué es lo que hay ahí en las profundidades, es lo que me da miedo.
El pánico es incontrolable, y otra cosa que también me da mucho miedo son las turbulencias de los aviones, lo paso realmente mal.
Vestido de Coosy
Un estilo tan potente como hipnótico, que consigue aliar el morado en los ojos, y el rojo, en los labios. Todos los looks reforzados por una tendencia capilar sofisticada: un moño con efecto pulido.
Con Aldo formas una pareja muy creativa. Arte, interpretación, producción… ¿Tenéis algún proyecto entre manos en los que estéis inmersos los dos?
Cuando produzco, aunque la productora sea mía, él es realmente la mente creativa. Por ejemplo, la película Tabula Rasa que hemos rodado, está basada en una idea que tuvo él. Él me da muchas ideas a mí como productora. Ideas para guiones también y luego contrato a guionistas para que lo desarrollen.
Pero participamos de todo los dos. Si él hace un videoclip yo salgo en él, si pinta a veces soy su modelo, nos nutrimos el uno del otro.
Tenéis una filosofía muy buena para la vida: De los fallos aprendes y te levantas...
Exacto. Por poner un ejemplo, abrimos un negocio en Zaragoza, que era un túnel de viento y con la pandemia fue una ruina total, y hemos tenido que aprender de ello.
He hecho películas con las que no he ganado dinero, pero eso no ha provocado que deje de producir, sino que he aprendido lo que no tenía que hacer. Sobre todo, somos dos personas muy emprendedoras.
Lo he aprendido de él que dice: ‘¡Pues chica, si quieres hacer algo, hazlo, y si no ya harás otra cosa!’ Pensar así es importante.
¿Cómo te cuidas la piel y el cuerpo? Tu madre tiene en Córdoba un centro de medicina estética y aprovechas cuando vas a verla...
La echo mucho de menos porque llevo unos días que no paro de maquillarme, y antes de hablar contigo, me he tocado la cara y he dicho: ¡Madre mía, qué horror!
Cuando llevo tiempo sin ver a mi madre, también acudo a Madrid o Girona para hacerme algún tratamiento, pero para mí, la mejor del mundo entero en temas estéticos, es mi mamá. Me encanta el ácido hialurónico.
Entonces viajas a Córdoba y le dices mamá, ponme ácido hialurónico y un tupper...
Exacto, me hace comiditas ricas y más cosas que me tengo que hacer en la piel, que no hago por falta de tiempo...