A Anna Terés, sus catorce millones de seguidores la conocen más como Anna Recetas Fáciles (@annarecetasfaciles). Así se llama su blog y su perfil en el resto de redes.
Ya hace nueve años que la catalana, instalada en Logroño, abrió su blog para que sus amigas no le preguntaran más por la receta de bizcocho, y que estuviera siempre disponible para todas.
Amante de los platos de cuchara y de una cocina que pasa de padres y madres a hijos e hijas, muy bien de precio, asegura que con las prisas y el día a día estamos perdiendo nuestros platos tradicionales.
“Me quedé sorprendida cuando estuve en Madrid la semana pasada viendo que en el centro, todo eran cadenas de restaurantes, en los que coges la comida y te vas. Por eso, entiendo que tanta gente venga aquí a la calle Laurel de Logroño. Aqui hay bares que tienen un solo pincho. Sólo vas a comer champiñón, pero ¡qué champiñón! Viene directamente del productor al establecimiento, y no pasa por ningún mayorista y ninguna cámara. Va desde donde se produce hasta la cocina” asegura la experta en cocina.
En Magas, hemos querido conocer que platos llevaría un buen menú de Navidad para la influencer gastronómica, de cara a las próximas fiestas.
Acabas de publicar unos canapés rapidísimos para los días de Navidad, ¿cómo los has hecho?
Mi estilo de cocina consiste en buscar platos que sean muy asequibles, y económicos. No me complico, aunque a veces si que recurro a algo diferente, aunque cueste un poquito más.
La idea de estos canapés era que con algo tan básico como rebanadas de un pan que te sobran del día anterior, puedas tener tostadas como base de tus canapés y otros, que son blanditos, que hice con pan de molde, que también es muy asequible y que solemos tener a mano en la cocina. Para darle el aire navideño he elegido gambitas, salmón, membrillo (casero)...
Cuando me pongo a hacer una bandeja de canapés de aperitivo, siempre busco cinco toppings, cinco cosas diferentes que van a ser la guinda de cada uno de los canapés. Encima hay que ponerle un montable a base de queso, de mayonesa o patés caseros y así ir combinando colores, sabores, etc. Estaría bien hacer unos cuatro canapés por persona.
Siempre intento que con los entrantes nos quedemos con ganas… porque si no, no nos comemos el plato principal.
¿Y el momento de servirlos?
Pues mientras se gratinan los platos, mientras se acaba de hacer la sopa, mientras se calienta la carne... que tú te puedas sentar a la mesa mientras se acaban los platos en la cocina.
¿Cómo podría ser un buen menú de Nochebuena?
Para empezar, algo de marisco, que entretiene mucho y llena poco. Algo que sea de cáscara y que requiera limpiar. También funciona una bandejita variada de tostadas con diferentes montables, ya sean patés o quesos. Y que requiera que cada uno se lo vaya preparando en su plato. Esto entretiene mucho y además procura conversación.
¿Y después?
Te voy a contar el menú que hace mi suegra porque yo como soy catalana, la Nochebuena no la celebramos demasiado. Por ejemplo, para empezar la sopa de pescado de mi suegra, que es el único día que la comemos.
Soy partidaria, cuando las comidas son copiosas, de hacer algo de plancha. Es decir, tener, por ejemplo una salsa preparada para acompañar y hacer solomillos o entrecot, que acabamos partiendo por la mitad. Total son diez minutitos para hacerlo, y el que no se va a comer ya no se llega a cocinar. Puedes guardarlo o congelar, pero no guardas la carne ya hecha.
¿Al día siguiente se pueden utilizar las sobras de Nochebuena?
Aconsejo que si has comprado demás, no lo sirvas todo en Nochebuena, que el plato que sale a la mesa, lo ideal es que no vuelva a la nevera.
Por ejemplo, si compras pulpo y tienes para hacer tres platos, te aconsejo que prepares y saques a la mesa un plato solo, porque si falta, no pasa nada, hay más comida.
Y al día siguiente, si quieres poner otro plato, me parece fantástico que vuelvas a poner un plato diferente, pero que los alimentos cuando los cortas, los manipulas, los llevas a la mesa, después los metes en un tupper y cambian de aspecto. Lo ideal es calcular que haya para todos, incluso tener recursos por si ves que se acaban antes de lo que teníamos previsto puedas poner más de otra cosa. Por ejemplo, embutidos en una tabla que puedas cortar y rellenar.
Estamos en un momento en el que la cesta de la compra está por las nubes, y este año no creo que mucha gente compre marisco en abundancia. ¿Cómo lo solucionamos para tener una estupenda mesa, pero sin gastar en exceso?
Lo primero que hay que hacer es hacer la compra con previsión. Si nos gusta comer langostinos, el momento de comprar los langostinos no es en diciembre, sino en noviembre, guárdalos congelados.
Además, el que no tiene mucho dinero tiene que disponer de tiempo y compensar esa falta de recursos o de presupuesto con el tiempo, porque a veces es mejor comer una buena croqueta, que un mal langostino.
Apoyo mucho a todo aquel que se organiza y que piensa en poner alimentos que ya tiene preparados para poder servir en un momentito en la mesa. A mí por ejemplo, me parece que es un lujo, un plato de croquetas caseras.
Y luego hay mucho lío con los postres en Nochebuena y Navidad, tras unas comidas tan pesadas, ¿qué postre ponemos para finalizar?
En mi caso, siempre hago una mousse de limón. En tarta o bien en vasitos, o como un sorbete, También la típica macedonia de frutas me parece una maravilla.
Y la piña, ¿es una buena solución?
Si que me parece una buena solución porque al ser un pieza muy aparente y bonita, y comer una piña fresca da gusto. Además está a un precio razonable. Alcanza a muchos bolsillos.
Pero si quieres darle una vuelta al postre puedes hacer una tarta que lleve mousse, nata, queso en crema, y lo bonito es la decoración que le pongas. Como está fresquita siempre es agradecida. Además, puedes prepararla el día de antes, es una buena solución.
Tu eres de poner cordero en estos días o prefieres un pescado
El cordero me encanta para este día especial porque no lo suelo comer. Comemos más pescado a lo largo del año.
¿Cómo celebrarás la Navidad, con mucha familia?
Nochebuena lo celebraremos con la familia de mi marido, aquí en Logroño, y somos poquitos y todos mayores, por lo que es una fiesta familiar y tranquila. En cambio, el día de Navidad voy a casa de mi hermana, y la casa está llena de niños pequeños. Desde el mayor que tiene 11 años hasta el más pequeño que tiene uno. Es una locura y hacemos 'cagar al tronco', muy emocionante. Lo normal en las familias en Cataluña.
¿Cómo es la fiesta del 'Tió de Nadal'?
Consiste en pegarle con un palo al tronco para luego descubrir los regalos que ha “defecado”. Ahora los troncos ya vienen con su carita, su barretina, pero originariamente era un tronco. y desde la víspera de la Inmaculada se tiene que alimentar ese tronco. Se le dan manzanas, mandarinas, patatas, incluso sobras. El tronco se lo come todo cuando no hay niños delante. El día de Nochebuena se tapa la mitad del tronco con una manta y se le da bien de golpes mientras se canta una canción, y por debajo de la manta aparecen un montón de golosinas, juguetes y de todo.
Al final, ¿qué es más importante, la gente con la que compartes esos días o la comida que nos sirve de nexo de unión?
Para mí, con quien compartes estos días. Lo más importante no es lo que comes, sino con quién lo compartes.
Volviendo a la cesta de la compra, ¿se puede comer ahora rico, saludable, sin dejarte un ojo en la caja registradora?
Sí. Lo que pasa es que no se puede ir con prisas. Si uno puede organizar su compra, su despensa, su nevera y su congelador creo que si se puede. A veces con cosas muy sencillitas puedes conseguir muy buenos platos.
Somos un país en el que el aceite de oliva lo utilizamos para todo, desde el desayuno a la cena y con el precio que tiene... ¿qué propones como solución?
Pues con moderación. Yo nunca aconsejaría dejar de consumir aceite de oliva. Quizás deberíamos reducir la cantidad de fritos que comemos y tirar más de plancha, y más de horno. Pero ya te digo que la cucharada de aceite de oliva en la ensalada en la mía voy a seguir echándolo.
Eres autora del blog Ana Recetas fáciles, pero te licenciaste en Geografía e Historia, ¿qué te llevó a la cocina?
A la cocina llegué por necesidad, como a todo el mundo. Me enfrenté a cocinar todos los días cuando me fui a estudiar fuera, cuando empecé la carrera y compartía piso y allí porque tenía que hacer la comida todos los días.
Con bajo presupuesto porque la cocina de estudiante es cocina de poca cantidad y con muy bajo presupuesto. Me gusta comer y por eso, me gustaba cocinar. Y despertó en mi la pasión por la cocina.
¿De repente, decidiste dar el salto a las redes sociales?
Nunca di un salto. Lo curioso es que jamás pensé que esto podía ser un trabajo. Yo tenía un hobby, que era cocinar, y como me solían preguntar por una receta de bizcocho que me costó un montón conseguirla, porque no me salía bien, hasta que descubrí una receta a mi gusto y me salió un bizcocho que yo consideraba que estaba bien en el cumpleaños de mi hija Clara el día que cumplió 9 años, ahora tiene 18.
Me pedían tanto la receta del bizcocho que la subí a un blog para no tener que contarla de uno en uno. Y a raíz de aquello comencé a subir más recetas. Una amiga me recomendó que me abriera una página de Facebook para que me conociera más gente.
Después vino el canal de YouTube, donde grabamos a tiempo real cómo se hacía el bizcocho incluidos los cinco minutos de batidora... ¡Todos tenemos un pasado! Me lo compartieron en red Facilisimo y comencé con 20.000 visitas. Todo muy casero, la cámara, el ordenador, la cocina de casa con presupuesto cero.
¿En cuál de las redes inviertes más tiempo?
En Instagram porque es un escaparate para las marcas que pueden patrocinar, porque es una red que está de moda y es a la que subo un video diario.
¿Con cuántos seguidores cuentas entre todas?
Ahora mismo creo que tengo catorce millones de seguidores. Seis en Facebook; en Instagram casi tres millones; en YouTube cuatro y medio, y un millón en TikTok.
Vives en Logroño con tu familia, pero naciste en Lleida, ¿cómo influyen ambos en tus platos?
Si que me ha influido, sobre todo, por el producto. Aquí hay muy buena huerta. Cuando vine aquí me sorprendió poder comerme pimientos del piquillo que no hubieran pasado por un envase, ni ningún proceso. Es otro sabor, otra textura… La cocina de aqui, de La Rioja es más de chup chup.
¿Cuál es tu plato favorito?
Berenjenas rellenas de carne y con mucha bechamel.
¿Cuál es tu secreto para que te quede rica?
Un buen trozo de mantequilla, que la leche sea entera, harina tostadita, y su puntito de nuez moscada y sal y pimienta.
¿A qué restaurantes te gusta ir?
Me encanta comer en restaurantes de esos de plato grande y comida pequeña y muchos platos. Sobre todo me gusta porque eso es inviable en casa. Cada plato tiene cinco elaboraciones que para hacerlas igual te tienes que tirar más de diez horas. Cinco platos con cinco elaboraciones para cada uno de ellos. Eso es imposible hacerlo.
Tiene mucho valor esa cocina tan trabajada, tan elaborada, tan pensada y que te sorprenden con cosas que no habrías podido ni imaginar.