Tres palabras dan nombre a la compañía y tres letras al apellido de la mujer que está revolucionando su futuro junto con el de las Fuerzas Armadas. La relación de Escribano Mechanical & Engineering y Belén Feu es relativamente nueva —lleva seis meses en el cargo de Chief Technology Officer—, pero lo suficientemente fuerte como para que se siente a celebrar los últimos hitos de la empresa en conversación con este periódico.
Criada en una familia de cinco hermanos en Mérida, cuna del Guadiana y de los teatros romanos, no encontró su pasión en la interpretación ni en la historia, sino en los números y las pantallas. "Veo patrones por todos lados", ríe. Se diplomó en Informática con especialidad en Sistemas Lógicos en la Universidad de Extremadura, y también es ingeniero técnico de Telecomunicación por la Universitat Politècnica de Valencia.
Al poco tiempo, entró como becaria en la empresa pública Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España (ISDEFE), donde fue escalando puestos a lo largo de 23 años en los que llegó a desempeñarse como coordinadora de proyectos relacionados con la innovación tecnológica. En julio de este año comenzó su andadura profesional con Escribano, considerada una de las empresas tractoras del sector de la defensa en España.
Lejos queda el grupo de sus modestos inicios, a finales de los 80, en un taller de mecanizados en Coslada (Madrid). Durante décadas, la firma fue una fabricante más en la industria, pero el cambio llegó en 2007, cuando se propuso abarcar todo el proceso de producción. "Lo que ocurrió fue que la compañía quiso apostar por la integración vertical; empezó a fabricar otros sistemas, creó áreas nuevas y todo un departamento de imagen", adelanta Feu.
Ahora, explica, cuentan con la capacidad "no solo de poder hacer pequeñas piezas para los demás, sino de crear todo el sistema por completo", desde el diseño a su materialización en un producto. Y añade: "No tener esa dependencia tecnológica del exterior es algo crucial para la innovación del sector y la generación de puestos de trabajo que se quedan aquí, en España".
En los últimos años, Escribano M&E ha contribuido a que España sea hoy uno de los epicentros mundiales de la innovación en la industria de la defensa y la seguridad. La compañía es un 'gigante' en pleno proceso de crecimiento que, según describe Feu, se mueve en distintos frentes, desde la fabricación de torres de armamento de control remoto para fragatas o vehículos de combate hasta sistemas electroópticos.
La estrecha relación de Escribano con el Gobierno se ve especialmente reflejada en la Armada. "Trabajamos con el Ejército de tierra en el programa de VCR 8x8 Dragón", un modelo de vehículo de combate blindado de última generación que, como ya anunció la propia ministra Margarita Robles a principios de octubre, verá la luz en 2024.
Desde su despacho en Escribano, Feu continúa enumerando proyectos: "También ponemos nuestros productos a disposición de las fragatas F-110 de la Armada, como parte de los programas que tenemos en marcha actualmente". Y añade: "Además de todo esto, nosotros fabricamos tecnologías duales, es decir, que se pueden utilizar doblemente para la defensa y para el entorno civil", subraya.
Sin ir más lejos, la Guardia Civil utiliza sus sistemas OTEOS a modo de refuerzo del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior. Escribano también estuvo a pie de cañón en el 2020, cuando ofrecieron sus instalaciones para la fabricación de mascarillas y produjeron ventiladores pulmonares para abordar la crisis del coronavirus en los hospitales.
En estos tres últimos años, explica, Escribano ha crecido a escala internacional paralelamente al surgimiento de nuevas tendencias y demandas en la industria."Con la aparición de los últimos conflictos también lo ha hecho un nuevo ciclo inversor que pone sobre la mesa nuevos problemas de modernización de nuestras Fuerzas Armadas, lo que nos recuerda el compromiso del Ministerio de llegar en el año 2029 al 2% del PIB nacional", subraya.
Y añade: "Todos estos cambios se están viendo reflejados con la puesta en marcha de grandes programas de Defensa en Europa. Nuestra industria nacional también tiene que estar a la altura y buscar esa envergadura corporativa para poder conseguir grandes contratos en el continente e impulsar nuestra propia economía".
Innovar mirando a 2030
En otra línea, Feu se dirige a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con los que su compañía, asegura, tiene un compromiso que comienza con las certificaciones ISO y termina con una estrategia focalizada en torno a distintos ejes de actuación y objetivos anuales. "Estamos tratando de reducir la huella de carbono y nos preocupamos mucho por la correcta gestión de los residuos, sobre todo de los más peligrosos".
Incide también, como profesional al frente de la innovación en Escribano, en la necesidad imperante de trabajar para optimizar procedimientos y potenciar la eficiencia energética. "[En la compañía] tú desarrollas un prototipo y luego trabajas para mejorar el proceso de fabricación, modificando materiales, equipos, etc.; así es como puedes conseguir reducir el tiempo que necesitas para realizar una determinada pieza nacional de 10 horas a solo dos", ejemplifica.
En algún momento de la entrevista, la conversación con la directiva se dirige hacia la visibilización y el creciente papel de la mujer en el STEM. Destaca que "en mi caso personal, la compañía ha apostado por mí como directora de Tecnología, pero es que, además, a nivel de organización en Escribano tenemos un 40% de mujeres, 50% en algunas áreas específicas".
Personalmente, cuenta, "llevo muchos años enfocándome en el entorno de la innovación y este concepto también está relacionado con la diversidad en sus distintas perspectivas, de género y también generacional. Nosotros también apostamos mucho por la juventud y colaboramos con el sector público-privado, con centros de formación, etc. El talento joven es fundamental para una empresa como la nuestra", asegura Feu.
El futuro de la industria
Igualmente, Feu reflexiona sobre los retos a los que se enfrenta el sector hoy por hoy. "Las tecnologías son ya transversales y cada vez están más al alcance de todos, pero también, como cabe esperar, van a marcar desigualdades entre las naciones, los organismos y también las personas. "La democratización tecnológica es buena, pero también trae otros problemas desde el punto de vista de la seguridad", asegura.
La ingeniera adelanta su visión a largo plazo de la industria y de la seguridad en Europa. "Está claro que aquellos países que inviertan más en transformación digital y en innovación van a experimentar un impulso hacia arriba en los próximos años, pero el futuro no está tanto en la tecnología sino sobre todo en la cooperación, y eso solo lo logra el ser humano. Por eso, las personas tienen que estar en el centro", subraya.
Explica que "las tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial, la realidad aumentada, la computación cuántica, etc., nos van a permitir capacidades inimaginables. En muchas naciones y también en España se están creando lo que llamamos centros de innovación rápida, espacios que nos permiten poner en una mesa a proveedores tecnológicos y a clientes para generar ideas y hacer pruebas de conceptos rápidos para ver la viabilidad de la tecnología que deseamos desarrollar".
"Yo, que llevo años dedicada a la innovación, me sorprendo viendo las ideas que nuestros empleados nos plantean y las ideas con las que llegan los más jóvenes; eso nos indica que ahora mismo una de las cuestiones más determinantes [para el futuro de la industria] es la creatividad, la capacidad para generar proyectos que puedan tener un impacto social".
Belén Feu termina la entrevista confesándose de nuevo una apasionada de la tecnología y, sobre todo, una "afortunada" que adora su trabajo diario como directora de Innovación en Escribano M&E. "Mi profesión me permite estar en contacto con las personas, conectar puntos, como dice Steve Jobs, crear cosas", concluye entusiasmada. "Es algo muy gratificante".