Pedro del Hierro ha presentado recientemente las 8 capas de su colección solidaria 'ByBy', diseñadas por el director creativo, Nacho Aguayo, junto a 8 mujeres inspiradoras.
La directora adjunta de HOLA, Mámen Sánchez (Madrid, 1971), es una de las 8 mentoras del proyecto. Todas son referentes del mundo de la prensa femenina, directivas con agendas imposibles, pero cercanas de trato. Al contrario de lo que sucede en la profesión en otros países, estas mujeres se llevan muy bien.
Favorecer el microemprendimiento femenino es uno de los objetivos de la colección 'ByBy'. Decir adiós a techos, barreras y discriminaciones, otro. El último, destinar el beneficio íntegro de la venta a uno de los 8 proyectos de impacto social seleccionados.
Mamen Sánchez es también una escritora de éxito y alegre madre de cinco hijos. Cuenta que, de pequeñita, al volver del colegio, pasaba las tardes en la redacción de HOLA con su padre y sus abuelos. Ellos empezaron haciendo la revista en el salón de su casa. También le preguntamos por su mentoría a la asesora de imagen y mujer inspiradora de 'ByBy', Celia Rivero que, a su vez, está asociada en este proyecto a la Asociación Djouma.
La entrevista tiene lugar en un despacho con vistas magníficas sobre los tejados y el cielo de Madrid en una tarde de invierno. En su inicio la revista se ubicó en el primer piso del edificio, y según iba creciendo, fue incorporando más pisos hasta ocupar el edificio entero.
El archivo de la revista se ha convertido en un documento histórico de las crónicas sociales de sus casi 80 años de vida.
En 2024 HOLA cumple 80 años.
Estamos pensando en cómo celebrarlo.
¿No lo habéis pensado ya?
No. Aquí vamos al día (se ríe). Como el primer número salió en octubre, tenemos casi un año. (Me señala las cinco primeras portadas enmarcadas en la pared). Eran unas ilustraciones muy bonitas, pero muy caras. Mis abuelos habían agotado los ahorros y se debatían entre cerrar y no cerrar.
Como tenían fotos que distribuían las grandes productoras americanas, pusieron en la portada del número 6 a Clark Gable, sin noticia. Se vendió fenomenal. Gustaban más las fotos que los dibujos. A partir de ahí, la portada siempre ha llevado una foto.
Tienen un archivo interesantísimo desde el punto de vista social.
Yo creo que sí. Cuenta la historia de España y del mundo de una manera muy original.
¿Cuáles son los mayores cambios que ha vivido usted en la revista?
Ha habido muchísimos. Mi padre era el director y mis abuelos los fundadores. Mi padre era muy hablador y nos contaba todo. En casa se hablaba de la revista todo el rato.
Recuerdo maquetar con mi abuela con lápiz, papel y goma, el traqueteo del teletipo… Yo fui una de las primeras que introdujo un ordenador en la oficina, un portátil gordo. Los periodistas mayores flipaban.
¿Cómo han ido cambiando los protagonistas de HOLA?
Han cambiado al mismo ritmo que la sociedad. HOLA es una revista de actualidad. La esencia no cambia. A las lectoras nos gusta conocer historias que tienen interés humano y aspirar a vestirnos fantásticas o a ser una exitosa mujer de negocios o una artista.
Si antes eran aristócratas y actores, ¿hoy en día?
También. Hay una joven aristocracia muy interesante.
¿Tiene menos peso social?
No. Es una aristocracia joven y muy preparada. Por ejemplo, en el mundo de la moda y de eventos hay muchas. Luego está la familia real. Hollywood, las películas, los actores… ¡Es que están los mismos! Lo más novedoso son las influencers. Gustan a las marcas y a las lectoras para inspirarse en cómo vestir, vivir, qué comer o qué deporte hacer.
La mayor diferencia es que las mujeres hemos accedido a puestos que antes eran de hombres. Antiguamente la mujer brillaba menos. Ahora no extraña que una mujer sea pionera.
¿Cómo ha evolucionado el perfil del lector?
Hemos hecho un estudio hace poco sobre nuestros lectores. Hay un dato que me ha llamado la atención. Nuestras lectoras se agrupan por intereses más que por edad u otros aspectos. A las clásicas les encanta el Baile de la Rosa, a las vanguardistas, lo moderno y a las salseras el cotilleo… También hay muchísimos hombres que la leen. Algunos no lo confiesan. Otros abiertamente.
¿Sus abuelos comenzaron a editar HOLA en el salón de casa?
Sí. A mi abuelo le destinaron muy joven a Barcelona como director de un periódico. Él era de Ronda y mi abuela de Palencia. Como estaban muy solos y ella era muy activa, mi abuelo le propuso hacer una revista. Él tenía todos los contactos de las imprentas. El primer número era una mezcla de ecos de sociedad y artículos de actualidad.
Cuando se vio que la revista funcionaba se unió un hermano de mi abuelo. Ya eran 3. Tenían muchos colaboradores que no estaban en plantilla. En los años 60 se vinieron a Madrid porque aquí empezaban las imprentas en color y la ubicación más céntrica facilitaba la distribución.
La expansión internacional de HOLA se debería estudiar en las escuelas de negocios.
En tiempo de mis abuelos la mandaban a todos los países de habla hispana. En el 88 mi padre fundó HELLO! En el 2000 mi hermano puso en marcha Hola.com. Tenemos también un negocio en EEUU, en inglés y español. Empezó digital e impreso y ahora solo es digital. Funciona muy bien.
En 2006 fundamos HOLA México. Estuve de directora hasta la pandemia. Es un mercado dificilísimo. Hay mucha población, pero los lectores de revistas son muy pocos. Es difícil de distribuir por las distancias.
¿Os afecta la violencia en México?
De vez en cuando hay reportes de distribución diciendo que no han podido ir a Sinaloa porque había una balasera (balacera, tiroteo), como dicen, o por otros motivos, huracanes, cambios de gobierno que provocan crisis tremendas, epidemias…
Soy una enamorada de México, de su gente, del producto que tenemos allí. Es como mi segunda casa. Se había portado muy bien con nosotros y se vendía muy bien la revista.
Además de España, Reino Unido y México, tenéis muchas franquicias.
Al principio, a mi padre le daban un poco de miedo porque le gustaba controlarlo todo personalmente. Además, es que no sabes lo que ponen, en cirílico, en pictogramas, en árabe… (me enseña en el despacho contiguo enmarcadas 11 portadas en idiomas distintos). Llegamos a tener 33 franquicias en diez o doce idiomas. Era una locura. Ahora hay menos de papel, pero se van abriendo más páginas webs.
¿Compartís unas normas y una línea editorial?
Aquí hay un departamento entero que se dedica a cuidar de las franquicias, compartir y vigilar. HOLA no puede dar una noticia falsa. La veracidad, amabilidad y el respeto son siempre señas de nuestra identidad.
En nuestra oficina de Inglaterra ha surgido un movimiento que nos gusta, Hello to Kindness, a raíz de las barbaridades que se decían cuando hubo ese desencuentro entre Megan y Kate. Los ataques eran brutales.
¿Y en Rusia?
Con la guerra tuvimos que cancelar la franquicia. Nos dio mucha pena. Un poco injusto, porque el que la llevaba no era ruso sino ucraniano. Tampoco es lo suyo tener una revista de sociedad y lujo en medio de una guerra.
¿Son rentables económicamente las exclusivas?
Sí, no sé si en el día en que se publican, pero a la larga sí. Los lectores te exigen una exclusiva.
¿Cuáles son los 'famosos' que más admira y por qué?
He hecho entrevistas y reportajes muy variopintos. Ha habido algunas muy sobrecogedoras. Me llegan especialmente las que son historias de superación.
Recuerdo a María Villota. Era prima mía. Nos concedió la primera entrevista tras el accidente. HOLA había esponsorizado sus carreras. Fue sobrecogedor. María decía que, a raíz del accidente, la vida le había cambiado: “con un solo ojo veo las cosas mejor que antes”. Para ella la vida era un regalo y sus dos últimos años fueron los que dieron más sentido a su vida. Se dedicó a los demás, a su familia, se enamoró y se casó.
También recuerdo la penúltima Navidad de Alex Lequio. Era admirable cómo se enfrentaba a la enfermedad. “Quita la palabra valor- me decía cuando lo entrevisté-. No tengo ningún valor”. Ambos han dejado un mensaje precioso.
Usted es madre de cinco hijos. ¿Es posible la conciliación familiar?
Estar rodeada de hombres maravillosos que valoran y respetan el trabajo de las mujeres ayuda mucho. En esta empresa somos el 78% mujeres. Se tiene en cuenta la conciliación. Siempre que tu equipo sea responsable y trabajador, ¿por qué no vas a permitir el teletrabajo o que puedan atender los temas personales? Dímelo a mí, con 5 niños… Dejé de trabajar unos años y cuando la pequeña empezó el cole volví a trabajar.
¿Con ganas?
Estaba deseando. Echaba de menos la oficina, poder tener un despacho donde te sientas y nadie te interrumpe.
Usted es además escritora. Sus libros han sido traducidos a muchos idiomas y son éxitos de ventas.
Sobre todo, La felicidad es un té contigo. Se sigue vendiendo y traduciendo. La última que publiqué Costa azul, salió en el 21. La COVID nos alteró mucho la estabilidad anímica y mental. Me costaba hasta leer.
Dice que escribe 'ficción fresquita y alegre'…
Me sale así y me lo paso fenomenal. Mis libros tienen buen ritmo, mucho humor, son románticos y tiernos. Mi editora me apremia. Me estoy volviendo “comenzadora” de novelas. Tengo hasta 10, pero luego no me convencen.
También hago los editoriales de nuestro HOLA Fashion y Living. Puedo escribir de lo que más me gusta, del campo, del living, del vino, de las tradiciones, de las relaciones entre madres, hijas y amigas. Tengo libertad.
¿Qué recomendaría a futuros periodistas?
En casa tengo dos trabajando en otros medios. La idea es que se formen bien y, si luego quieren, que vengan.
Hay que dar también voz a los jóvenes. Que no se desanimen. A mi abuelo, su padre le regañaba: “chupatintas, vas a ser. Con eso no vas a dar de comer a tu familia.” Fíjate. Vamos por los biznietos.
Cuando uno es trabajador, valiente y honrado, y quiere hacer las cosas bien, da igual que seas periodista o astronauta. Estar bien informado es importantísimo para la sociedad. El interés es humano, no cambia. Cuantos más soportes hay, más se usan.
Como mentora de la campaña “ByBy” de Pedro del Hierro, ¿qué ha aconsejado a Celia Rivero?
¡A Celia no hay quien la aconseje nada! Es ella la que te aconseja a ti. Tras hablar con ella, me planteé mucho si mi imagen tiene que ver conmigo. Conocer mujeres así de arrolladoras y estupendas y que tienen las ideas tan claras es buenísimo.
Por cierto, qué preciosidad de capa ha diseñado. Me la he comprado. No paro de hablar de ella. Es una prenda muy útil. Me gusta mucho el campo, y ahí una capa viene muy bien.