La actriz Marta Etura: “Las creencias radicales nunca aportan nada bueno”

"En esta serie se habla de fanatismo, de corrupción, de la dificultad de la convivencia cuando hay tanta diversidad, que son temas muy de ahora y muy de siempre por los que tenemos que seguir luchando”, explica a revista Magas la actriz Marta Etura (San Sebastián, 1978). En la nueva temporada de Los Enviados que se acaba de estrenar en Movistar+ y SkyShowtime, nos invita a visitar un pequeño pueblo gallego en el que va a desencadenarse una historia “al más puro estilo Agatha Christie”.

Ha sido una semana complicada para ella: confiesa que está cansada de que se pongan en su boca palabras que no ha dicho. “He salido en medios que yo ni siquiera conocía con cosas que no eran ciertas. En ningún momento he nombrado a ningún político. Nunca en mi vida me he posicionado políticamente, jamás he apoyado a ningún político en particular y a ningún grupo político en general. Las veces que me han preguntado sobre política he hablado desde lo humano”.

“Me han preguntado mucho sobre el conflicto vasco por ser vasca”, explica claramente la actriz, “y yo he dado mi opinión como ciudadana vasca. Considero que ninguna ideología debe franquear determinadas líneas, que son las del respeto al ser humano. Yo abogo por el respeto y la libertad. Digo eso y la prensa lo lleva a su antojo y me mete en unos líos en los que yo no me he metido. Y me da rabia. Siempre he hablado de que estoy a favor del respeto y la libertad, y punto”.

Sobre Los Enviados, resume que “la serie es muy original porque tiene dos protagonistas curas, dos personajes opuestos que tienen el trabajo de investigar si lo sucedido es un milagro o una trampa. Una premisa divertida, ¿no crees? Campanella es uno de los mejores directores y guionistas del mundo. A nivel mundial. Con una capacidad para crear personajes con personalidad y un sentido del humor genial. Y sí, esta es una historia muy local pero muy universal”.

FORTALEZA VOCACIONAL

Habituada a las cámaras desde muy joven, ella explica cómo “yo en mi carrera he tenido esa enorme fortuna de formarme observando a genios como Fernando Fernán Gomez, Luis Tosar, Juan Diego, o Carmen Maura”. La ganadora de un Goya por Celda211, que tuvo gran éxito de taquilla con AzulOscuroCasiNegro, reconoce que tiene predilección por la también actriz Susi Sánchez. “Es una pasada, la amo, tiene un talento que es una maravilla, siempre está bien y aún así te sigue sorprendiendo cuánta riqueza aporta”. Respecto a Miguel Ángel Silvestre, su compañero y cabeza de cartel en la serie que ahora estrena, explica que “sin duda la persona que tienes delante ayuda, mitad del trabajo hecho si te alimentas de lo que te entrega el otro. Un diálogo o una discusión es siempre a medias”.

Cuando era pequeña, jugaba con la ropa de su madre a disfrazarse. Luego, esa relación con la moda le sirvió para vestir a muchos personajes durante treinta años. Su trabajo más exigente fue sin duda “La trilogía del Baztán”, basada en los libros de Dolores Redondo. Etura explica que para ella fue “una vivencia personal muy intensa y dura y difícil y a la vez fantástica porque me apasiona mi trabajo. Tener tres películas en las que soy la que lleva de la mano al espectador, porque se cuenta todo desde la mirada de ella… estar tanto tiempo en la piel de un personaje, fue muy gustoso”. Con la perspectiva, explica, “había una cosa que me encantaba de Amaya, su mezcla de fortaleza y vulnerabilidad, que no van separadas en absoluto. La vulnerabilidad se asocia con la debilidad, y para nada. Aceptar la vulnerabilidad y pedir ayuda es de valientes. Lo aprendí con este personaje”.

UN 2024 DE CAMBIOS

Etura también se encuentra a la espera del estreno de Las largas sombras, otra serie que llegará a principios de abril a Disney+. La actriz avanza que este proyecto tendrá “un casting impresionante. Es una serie coral, sobre un grupo de chicas de 40 años que se conocen desde el colegio. En el curso final de COU, cuando eran adolescentes sucedió algo que las une, eso se queda enterrado y cuando se muere la madre de una de ellas, nos juntamos todas y el fantasma de lo que sucedió se reaviva y muchas heridas de los personajes se reabren. Cada una tiene una trama y a la vez hay una común”.

Sobre esta serie, añade Etura que se trató de “un proyecto con un mundo femenino muy potente, la directora era una mujer, la directora de fotografía también una mujer, había muchas chicas en el equipo, había una sensación nueva, de que puestos siempre ocupados por hombres se están por fin renovando. Esa equidad, ¡bienvenida sea! La estábamos apelando y aquí está llegando, y espero que sea para quedarse, porque muchas veces la Humanidad puede dar pasos para adelantar y luego atrás”.

Además, Etura está preparando su salto a la dirección. “Llevo tiempo queriendo dirigir. Hasta que no encuentre la historia que sienta que me palpite, y que crea que puedo dirigirla bien, no lo voy a hacer. Encontré dos historias maravillosas pero no pude obtener los derechos. Sigo en la búsqueda. Pero decidí dirigir mientras tanto un corto, también para probarme a mí como directora. Siempre lo comparo con capitanear un barco, se trata de dirigir al equipo, de tener la capacidad de manejar los tiempos, los conflictos…“.

Respecto al momento actual del audiovisual, señala, “las plataformas tienen muchas cosas buenas, antes lo que se hacían en España se veía solo aquí, a no ser que triunfaras en algún festival internacional y ahora lo que se hace aquí se ve en el mundo entero y eso es maravilloso”.

En paralelo, Etura aclara, “me da mucha tristeza que haya dejado de ir gente al cine. La pandemia creó la costumbre de ver las cosas en la televisión, el ordenador o la tablet. Mucha gente dice ‘si la ponen en una plataforma la veo en casa’. Es una pena porque son dos experiencias distintas”.

“Ver una ficción en casa está genial”, continúa, “pero también tiene algo mágico entrar en una caja oscura a que te cuenten una historia, estar muy concentrada en lo que estás viendo, eso genera una experiencia que no tienes en casa. En el cine, además, luego te vas a tomar algo o a dar un paseo y se genera un debate. Yo he tenido la suerte de vivir en un ambiente muy cinéfilo. Eso es algo maravilloso y siento que se está perdiendo un poco y me da pena, porque es estupendo”.

UNA REFLEXIÓN PERSONAL

“He hecho muchos trabajos en mi carrera”, añade, “pero lo que quiero ahora es seguir trabajando. El gran éxito para un actor o actriz es tener trabajo. Dentro de que es una profesión muy irregular, con altibajos, tener fortuna es trabajar siempre en buenos proyectos. Y trabajo por ello”.

El proyecto perfecto debe reunir tres condiciones para ella. “Una buena historia, la principal. De las que te remueven, sacuden por dentro y te dejan con una invitación a una reflexión. El cine es eso, una ventana a través de la cual descubrir otras maneras de pensar y actuar. Esa ventana es mágica, te permite poder ver situaciones a miles de kilómetros. Maneras de comportarse muy distintas o muy parecidas. Ello te ayuda a la empatía, a crecer como ser humano”. Además, “te da una buena dirección y un buen elenco”.

Para Etura, “contar historias forma parte del ser humano desde que existe, desde las tribus en la hoguera. Es la manera de conocernos y de reconocernos y también de evolucionar. Ahora se habla del entretenimiento que por supuesto es entretenimiento pero no solo. Ojo, a mí me encanta el cine de entretenimiento: soy fan de Indiana Jones, de 007 y de El Mito de Bourne. Es fascinante. Te pasas la tarde disfrutando. Pero cuando hablamos de cine, hablamos de esa necesidad de escuchar historias, la misma que origina también la lectura, la música y el teatro. Hablamos de sentirnos identificados, emocionarnos y reconocernos. Encontrar cosas nuevas”.

En su opinión, “los relatos de ficción son muy importantes. La tecnología puede avanzar, por ejemplo con ‘Gravity’ puedes hacer un viaje al espacio, es alucinante. Pero con películas como ‘Las tortugas también vuelan’ puedes descubrir realidades para salir de tu burbuja y hacerlo a través de las emociones. Existe un conocimiento racional al que puedes acceder a través de la cultura, pero cuando ves una peli o lees un libro, si te llega, se activan las emociones, porque los humanos somos emoción también y te conectas con tus vivencias. Eso te modifica, a través de la vivencia de lo artístico uno se modifica, a través de la razón no. Por eso el arte y la cultura son fundamentales en una sociedad, porque nos alejan de la violencia y la intolerancia. Las emociones generan empatía, entenderlo desde ahí, desde el corazón”.

A pesar de los huracanes mediáticos, se siente más valiente ahora. “Aceptar la vulnerabilidad y pedir ayuda es de valientes”, repite. “En este sentido, pensando en los hombres, creo que han sido los más perjudicados. A las mujeres se nos daba el permiso de las emociones, de poder expresar lo que sentíamos, y a los hombres no. Los hombres tienen que ser fuertes, se decía. En la serie que hice ‘La sonata del silencio’ eso estaba muy bien contado. Las consecuencias del machismo han sido muy graves para todos: las creencias radicales nunca aportan nada bueno, pero ojo, el machismo es también una lacra para los hombres”.