Ellas son el futuro de la Justicia. Aunque no fueron admitidas en la carrera judicial hasta 1966 hoy suponen el 56% del total y si nos referimos a las últimas promociones, esa cifra supera el 70%.
Ha sido un largo camino, que ha tenido sus frutos, aunque todavía quedan cosas por hacer y techos de cristal que romper. En este 8 de Marzo, un reportaje realizado por el Poder Judicial con ocho juezas como protagonistas resalta su pasado, su presente y su futuro. ¡La revolución de las magistradas ha llegado para quedarse porque las nuevas generaciones vienen pisando fuerte!
"Las más jóvenes demuestran con su impulso que esto no va a parar", dice Concha Roig Angosto, magistrada de la Audiencia Provincial de Murcia, en el vídeo que ha publicado el organismo en redes sociales. Ahora no tienen las trabas de antaño para estudiar y llegar hasta donde se proponga.
Noemí Rico Frutos, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Lerma, recuerda perfectamente si echa la vista atrás el póster pegado en la pared de la escuela rural en la que estudió. Decía: "No limites su educación. Es una mujer del siglo XXI". En este camino de la judicatura muchas han tenido como referentes, ya no a otras profesionales, sino a valerosas mujeres de su entorno.
"Mi referente es mi madre, la verdad, por su sentido de la justicia y su sentido común", asegura Reyes Goenaga Olaizola, presidenta de la Audiencia Provincial de Bizkaia. Lo mismo piensa María Tardón, magistrada de la Audiencia Nacional, que también participa en este especial 8M de las juezas.
"Referentes he tenido muchos a lo largo de la vida. Desde la amiga con la que creciste y te fuiste haciendo una personalidad y una forma de ser, hasta incluso tu propia hija que cuando ya te crees que lo sabes todo, de repente te da una perspectiva y un enfoque de la realidad que te hace mejor persona y mejor juez y desde luego, más completa", asegura desde su despacho.
Y añade: "Pero si tengo que decantarme por una persona que ha sido un referente para mí en la vida y en todo lo que he hecho, esa sin duda ha sido mi madre. Mi madre ha sido la roca en la que asentarme y edificar y el manantial en el que uno va luego restañar las heridas y a recobrar fuerzas. Ha sido una mujer de una generación muy maltratada y más en el mundo rural, donde las mujeres tenían muy pocas oportunidades. Sin embargo, sacó la fuerza y la determinación suficiente para afrontar todos los retos y todas las empresas que se le pusieron por delante para preparar un futuro mejor para sus hijos, y para sus hijas, sobre todo. Y esa es la razón por la que yo haya podido hacerme jueza y estar hoy aquí".
María tampoco lo ha tenido fácil, pero ha luchado con ahínco para llegar donde está. Tuvo que dejar los estudios y ponerse a trabajar. "Surgieron nuevos recursos que me permitieron primero hacer un COU nocturno y después a través de la UNED, terminar una licenciatura de Derecho y finalmente venir a Madrid", recuerda.
Estudiaba y trabajaba, hasta que un oportuno despido y dos años de paro le permitió hacer lo que deseaba: estudiar una oposición. "Y gracias a eso pude cumplir el sueño. Un sueño que muchos días creo que sigo viviendo y que 36 años después me sigue ilusionando tanto como cuando me dieron el acto en las Salesas que es donde nos hemos examinado todos de jueces", asegura Tardón.
Su compañera, Monserrat Comas, Magistrada Presidenta de la sección 10 de la Audiencia de Barcelona, también ha compartido sus motivaciones para hacer la carrera judicial. "Me hice jueza porque pensé que la Justicia era un servicio público
muy importante en la sociedad. Poder aplicar el Derecho, impartir justicia, garantizar los derechos de los ciudadanos y, por tanto, también poder luchar a favor de la igualdad real entre mujeres y hombres", confiesa.
Entre sus referentes: "He tenido juristas en las que me he reconocido, por ejemplo, Clara Campoamor, que fue diputada, escritora, jurista y la que impulsó y defendió el sufragio feminista en España en el año 1931, cuando las mujeres ni siquiera podíamos votar. Y también me reconozco en la tarea a favor de la igualdad de género de la jueza en Estados Unidos, Ruth Ginsburg. Gracias a ellas y a otras que han impulsado el movimiento a favor de la igualdad real, se han conseguido muchas cosas. En España tenemos buenas leyes para favorecer la igualdad, pero nos queda mucho".
Monserrat quiere colaborar en crear esta equidad. "Me gustaría algún día ver la contribución a favor de menos precariedad laboral para las mujeres trabajadoras y menos desigualdades sociales. Y en la judicatura, en el mundo en el que yo trabajo, me gustaría que pudiéramos algún día romper el techo de cristal que nos impide que las magistradas, con las mismas oportunidades que los hombres magistrados, podamos llegar a la cúpula judicial y a las tareas gubernativas en la misma proporción de la que hoy formamos parte, a una judicatura que es más del 50%, por cierto".