Autoras de palabra con Rosa charla con Abril Camino, licenciada en dos filologías fruto de la pasión que siente por la literatura. Es autora de más de quince novelas, donde las mujeres son los personajes con más fortaleza. Nuestro último verano en la isla (Planeta, 2024) es su nueva novela.
Los protagonistas de esta historia: Luis y Marina son según el testamento y por voluntad, la última, del señor Martín, sus herederos. Este hecho consigue que se reencuentren, después de casi veinte años, en la casa donde pasaron los veranos de su infancia.
“Situar y escribir esta novela en A Coruña, mi tierra, es lo que siempre soñé" asegura la autora. Luis y Marina son víctimas de lo que les sucedió a sus padres, lo van a descubrir cuando investiguen en el pasado y el resultado sea este viaje generacional que transcurre en tres épocas diferentes de los años 1975, 1999 y 2015.
“Yo nací en el año 80, hacía unos diez años que Franco había muerto, y me he criado con esas conversaciones que todavía siguen vigentes. Cuando me subía al coche escuchaba la música de aquella época que odiaba y ahora me encanta. Han pasado casi 40 años y me apetecía transmitir esa música que escuché, en esa atmósfera un poco de inocencia, esperanza, ansias de libertad y miedo también de ese final de la dictadura”, afirma Camino.
Y añade: “Se habla mucho de las historias de amor romántico, pero hay un melón enorme en las relaciones paternofiliales y maternofiliales. A mí me gusta escribir sobre sentimientos. Y parece que el amor romántico es por definición, el único".
Relaciones padres e hijos
"Pero yo creo que no. Las relaciones de padres a hijos, como las decisiones de tus padres, te influyen en tu vida, en toda tu vida. Al final, los protagonistas del presente son los hijos de los protagonistas del pasado", sostiene la autora.
Abril, sostiene que las mejores raíces nada tienen que ver con un árbol genealógico, pero se agarran a la tierra porque están hechas de vivencias. "Yo que tengo un árbol genealógico muy pequeño, un bonsai, porque soy hija única, hija de hijos únicos, entonces mi familia de sangre es muy corta. Por eso creo que las raíces van de otra cosa, están en mis amigos y en los lugares que me han convertido en la persona que soy”, confirma.
Echar raíces en la tierra
Y continúa: “Al final la vida es una búsqueda del equilibrio entre echar raíces en la tierra y tener alas para volar”.
Camino, es hija de un amor de verano, pero no como en el caso de su novela donde el amor dura un mes y tienes once meses de plena libertad.
“Los amores de verano pierden toda la gracia cuando empieza a llover” afirma la autora.
Y añade: “Yo los he vivido y sufrido con toda su intensidad, me iba llorando el último día de verano pensando que no encontraría otro amor, y el primer día de colegio ya me gustaba alguien de clase”, concluye entre risas.