El hotel Santo Mauro de Madrid es el escenario para la cita de Magas con Alejandra Llamasuna destacada y reconocida profesional en México y Estados Unidos gracias a sus nuevos libros y a su trabajo como coach y conferencista, cuya especialidad se basa en ayudar y guiar a sus lectores hacia la plenitud y éxito personal. Ahora aterriza en España para promocionar El Libro de Oro, que ya es un top ventas en los países en los que se ha publicado.

No solo eso, también efundadora del Instituto MMK: una organización especializada en la enseñanza integral sobre el autoconocimiento, asentado en Estados Unidos y avalado internacionalmente por el ICF. Suma y sigue: tiene tres pódcast, titulados Palabras al Aire, Calíbrate y Mata tu Gurú, con los que tiene un alcance de más de 3 millones de reproducciones. En resumen, una mujer de éxito.

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Su vida ha estado llena de difíciles retos y todos ellos los ha superado con voluntad: desde el bullying que sufrió de niña, pasando por una relación de pareja tóxica marcada por la violencia o una depresión causada, en parte, por el estrés de su trabajo como manager de artistas.

El pensamiento que lo cambió todo fue: "Si hay algún hombre en el mundo que haya conseguido ser feliz, yo también quiero lograrlo". Y ahí empezó un camino de lectura y estudio que la llevó casi por casualidad a convertirse en una guía. Hablamos con ella de su vida y su trayectoria.

Alexandra firma su libro en Madrid. Cortesía.

Alejandra, ¿qué van a encontrar los lectores en este libro y por qué es necesario que lo lean?

Este libro para mí es muy especial y decidimos venir a España con él porque considero que podía abrir camino por su sencillez, y por la manera en que está estructurado, en solo tres capítulos.

Primero hay que identificar los bloqueos, las piedras del pasado que arrastras y que por alguna razón se quedan en ti, a través de una búsqueda interior.

Luego pongo algunas técnicas específicas que yo uso en la escuela de autoconocimiento, que tengo desde hace 20 años, y que creo que han sido pieza clave para mi propia liberación.

El libro viene con una app gratuita donde se pueden ver ejemplos de las técnicas. En el último capítulo, necesariamente tenía que hablar de manifestación, manifestar desde todas las enseñanzas de la ciencia, de la física cuántica, pero también de las leyes universales y de las  herramientas básicas que nos dan.

¿Qué parte de tu experiencia vital te ha llevado a este camino y, por tanto, a reflejarlo en tu método y en tus libros? 

Yo he sido una rebelde de naturaleza. Me molestaba la idea de vivir en un mundo en el que me sentía como Alicia en el país de las maravillas, al revés. Desde que entré en la escuela tuve muy malas experiencias, porque era disléxica y me hicieron mucho bullying.

El centro era extremadamente religioso, unas chicas me raparon la cabeza y también me golpeaban. A eso hay que unirle que mis papás estaban en un complicado proceso de divorcio.

Ya desde chiquitita tenía una sensación de no poderme ubicar en este mundo y viendo mucha amargura a mi alrededor, en mis maestros, en mis padres. Era un entorno muy triste. Y, sin embargo, yo me daba cuenta de que todas esas personas no eran felices, nada tenía sentido. 

Creo que encontré sin darme cuenta que el propósito de vivir era rebelarme contra todo lo que fuera gris y triste. En mis 53 años obviamente he tenido momentos de profunda tristeza, pero no se han quedado en mí.  He regresado a la dulzura a la inocencia. No hay que nutrirse desde la victimización. 

Has vivido el tema del acoso escolar, un tema que están en auge. ¿Qué solución tiene?

Es importante saber la dinámica que tiene el niño dentro de su núcleo familiar. Normalmente un niño que hace bullying es un niño que está siendo acosado en casa, ya sea por la mamá o el papá, como si fuera parte de su educación.

Puede ser algo sutil, emocional, y quizá ni siquiera son conscientes de estarlo recibiendo. Un niño que tiene esa necesidad de agredir a otro es porque se siente humillado, no se siente escuchado o aceptado.

Yo trabajo con los papás, les enseño nuevas maneras de comunicación efectiva, de escucha generosa. El niño está aprendiendo por imitación y eso que está aprendiendo, esa válvula de coraje o de frustración, es lo que saca al exterior.

¿Cuáles dirías que son las bases de las que hay que partir para superar las situaciones de bloqueo y encaminarse a un bienestar interior?

Yo creo que lo primero es la voluntad, la voluntad de darle una vuelta de tuerca a tus dificultades y a tu vida para encontrar paz en tu corazón. Todos tenemos la inteligencia interior para lograrlo y yo he podido comprobarlo con experiencias muy duras.

Me pasé casi diez años trabajando en Guatemala, con mujeres indígenas, niñas víctimas de la trata, enfrentado casos de prostitución, violencia doméstica, abuso sexual, asesinatos...

Con mis herramientas profesionales y la voluntad de las personas, he visto trascender, renacer y encontrar una nueva vida a personas con vivencias de este tipo, que parecían desahuciadas para la sociedad.

¿Cómo se logra eso?

Se trata de ver a las personas como seres completos. Vivieron situaciones de profundo dolor, pero el dolor no te define.

El primer paso es que ellas ante el entorno que las rodea puedan verse completas, llenas y dignas. La necesidad más profunda que tiene el ser humano es la necesidad del reconocimiento, de que alguien te vea.

Tú tienes que ver a esa persona, mirarla a los ojos, decirle que entiendes el sufrimiento que ha vivido, y que la quieres acompañar en el camino para superarlo. 

¿Por qué crees que que la salud mental es la pandemia del siglo que está fallando en la sociedad? 

Lo que yo he visto en mi experiencia con todos mis alumnos y mi gente es que las personas tenemos arraigadas tres creencias: no soy suficiente o no merezco, no soy importante o hay algo malo conmigo y equivocarme y cometer errores es malo.

Estas tres creencias son como el nudo de esta conversación egótica que está muy basada en el miedo y que está altamente fomentada por la cultura, la familia, los medios de comunicación y también las redes sociales.

La sociedad nos pide que triunfemos, que nos veamos guapos, que nos casemos bien, que tengamos hijos, que hagamos dinero, que no envejezcamos. Y todo esto lleva a una vergüenza interna de pensar cómo yo voy a conquistar todo esto que me pide la sociedad. Es agotador.

Estamos ahora en una avalancha de coaching por todos los lados y a veces cuesta distinguir entre un buen profesional de uno que no lo sea. ¿Cuál es el secreto para acertar cuando quieres adentrarte en este mundo?

Es una pregunta importante. Yo creo que la gente tiene toda la razón de desconfiar porque es verdad que hay coaching por todos lados, sobre todo en redes sociales.

Me parece algo útil esa desconfianza porque generalmente cuando alguien busca un coach se encuentra en un punto de vulnerabilidad. Yo lo primero que diría es que una persona que te da consejos, no te va a llevar a buen puerto.

El coach ha de tener los suficientes conocimientos, investigación, experiencia y trabajo en esta labor para darse cuenta que su única posición como facilitador es ponerse al servicio de que el otro revele algo para sí mismo.

También es importante que las personas que te guían sean consecuentes con lo que están enseñando. No estamos hablando de que tengan vidas perfectas, pero sí que tengan esa ética.  Yo llevo más de 25 años en este trabajo y creo que no estaría todavía vigente si no tuviera la solidez.