"Descubrir, que me había equivocado. Aprender las lecciones del pasado. Deshacer estos nudos que me ato para ser más libre", estos son versos escritos por Marilia Andrés en la canción que da título a su nuevo disco, el tercero en solitario, que sale a la luz bajo el nombre Bailar conmigo.

Hay vida después de Ella baila sola, el grupo con el que alcanzó la fama a finales de los 90. Hace más de dos décadas que lla formación dejó de ser un dúo, pero esta cantante y compositora de 49 años ha seguido dedicándose a su gran pasión: la música superando baches.

De los diferentes retos que afronta en este, a veces complicado, mundo del espectáculo, tocar en directo es lo que sigue provocándole mayor emoción. Y eso es precisamente lo que tendrá oportunidad de hacer el próximo 6 de abril en un acontecimiento multitudinario.

Se trata de la segunda edición de la Fiesta de la Resurrección, un macroconcierto que tendrá lugar en la Plaza de Cibeles de Madrid, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP).

En 2023, más de 60.000 personas asistieron a él, y se espera superar ampliamente esta cifra. Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la ACdP, lo define así: "Es una fiesta abierta, a la que invitamos a todo el mundo, sea o no sea cristiano, para que compartan nuestra alegría. Es una celebración que ha venido para quedarse: queremos que cada año se siga celebrando, y que coja cada vez más y más fuerza".

Magas ha estado con Marilia para conocer de primera mano cómo enfrenta este reto, en el que comparte cartel con otros artistas como Juan Peña, Fernando López, voz y guitarra de Modestia Aparte, y Estenez, entre otros. También para hablar de la mujer en la música y de su carrera.

Marilia, con el resto de artistas que actuarán en el concierto. Cortesía.

¿Cómo surge la propuesta de participar en este gran concierto?

A mí me invitaron a cantar y es a lo que me dedico, a hacer canciones como compositora y a cantarlas. Yo voy donde me inviten a tocar porque es un honor compartir con la gente. Lo más bonito en la vida es conectar con los demás. Siento que la música tiene algo que nos conecta. Independientemente de las creencias, el amor nos une y está por encima de todo.

En ese sentido me siento conectada a todos los lugares donde se celebre la música, donde se pueda compartir en directo, conectando con los valores universales y respetando siempre las creencias de cada uno. 

En La Fiesta de la Resurrección del año pasado asistieron 60.000 personas, así que éste es un escaparate importante.

Sí y para mí un regalo porque se celebra en la ciudad en la que vivo, donde comenzó todo. Mis primeras canciones sonaron en El Retiro, así que tener la oportunidad de cantar para tantos miles de personas y de reconectar con ellas es increíble. Reunirnos todos celebrando y que la música nos conecte me parece una oportunidad preciosa.

¿Cuántas veces ha resucitado Marilia en este difícil mundo de la música? 

Muchas. Siento que, además, a partir de una edad hay todavía más dificultad en la música para seguir teniendo tu propia voz, para permitirte que pasen los años y permitirte esa reinvención, que también es necesaria. Es parte de la vida. Voy creciendo, pero siempre sigo siendo yo. Sigo siendo esa niña que componía las canciones que todos recordáis, y espero que cantemos juntos mucho tiempo.

Y las del nuevo disco, que estrené hace un año, se van sumando a ellas. Me parece como un gran amor que voy descubriendo. Bailar conmigo tiene como esencia el quererme a mí para querer mejor al otro, bailar conmigo para bailar juntos. 

Hablando de reinventarse y del tema de la edad que comentabas, ¿sigue adoleciendo de edadismo el mundo de la música con respecto a las mujeres?

Eso está ahí. Aunque también le afecta a los hombres, en el caso de la mujer es muy acusado. De hecho resulta aburridísimo tener que estar en un canon o tener que quedarte congelada en una edad, que es falso. La belleza es estar aquí, crecer, quererte y aprender a querernos que realmente es lo más importante.

Nos tenemos que querer con todo lo que viene, con la edad que es una gran desconocida. No hay por qué esconderla, hay lugar para todos y siento que lo estamos desaprovechando y no amando una parte de nosotros que aporta riqueza. En especial la parte que aporta la mujer a todos los sectores, todas esas profesionales que nos perdemos cuando negamos esa parte de la vida, que es necesario expresar.

Haces mucho hincapié en lo de quererse a uno mismo y lo has volcado en tus nueva canciones.

Bueno, de manera natural yo creo que me he ido encontrando con obstáculos. Es muy fácil cuando tienes 20 años enfrentarte a retos, pero el mayor reto es ir haciéndote mayor, precisamente por lo desconocido que es y los pocos referentes que tenemos las mujeres. En el arte hay un vacío enorme, porque no nos hemos nutrido de una parte muy importante de la población.

Yo sentí que iba cumpliendo años y que había una parte que tenía que aprender a amar de mí. La vida me ha ido enseñando que no me amaba de forma tan incondicional. Cuando todo va bien, es muy fácil perderse. Yo quiero ser una buena compañera para mí, para poder serlo para los demás.

Esa búsqueda, ese deseo, es lo que me ha llevado también a componer canciones que tenían esa búsqueda de libertad. Son pequeñas conquistas. Siento que es el reto que tenemos, porque no está en nuestra educación y es una conquista que a veces cuesta. Todos hemos vivido muchas experiencias y todos tenemos heridas que curar. La música siempre ha tenido una función sanadora en mi vida y me ha permitido comunicarme con los demás. El camino no es fácil, pero vale la pena también buscarle el lado bonito.

Portada del último disco de Marilia, 'Baila conmigo'. Cortesía.

¿Qué balance harías de tu carrera?, ¿has estado tentada muchas veces de tirar la toalla?

Sí, ha habido épocas de plantearme tirar la toalla y estoy agradecida a esos momentos porque me han ayudado también a revisitar, a replantearme y a darme cuenta de qué es lo que importa y por qué me dedico a la música. Eso me ha ayudado siempre a proteger y a cuidar lo que más me importa, lo que más valoro. Aprendemos de los errores y esas épocas que parecen más difíciles al final son un regalo porque te ayudan a crecer y a saber cuál es tu fortaleza.

¿Y cuál es la tuya?

La música, es mi cueva en el invierno. Es mi lugar para volver, el lugar que siempre me ha cuidado y que siento que tiene muchas respuestas para mí. Mi fortaleza es la música y las relaciones humanas, el amor, la familia, los amigos...

¿Qué nos prepara Marilia para este 2024?

Estoy disfrutando compartiendo este disco, Bailar conmigo. Está lleno de conciertos, de viajes, voy a estrenar el disco en México y también habrá actuaciones en Madrid que voy comunicando en redes sociales. Lo que quiero es que tengamos la oportunidad de vernos y de compartir en directo.