Yolanda Muñoz, tras escribir 'Sin Bragas' : "A los 40 aún nos da miedo el riesgo, pero nos quitamos complejos"
La autora de Sin bragas, explica a Magas cómo se puede ser emprendedora con más de 50 años, tal y como ella hizo. Hoy es una empresaria de éxito.
30 abril, 2024 01:54El network marketing surgió en Estados Unidos en la década de los 40 y fue utilizado por marcas muy conocidas como Avon o Tupperware. Tradicionalmente, era un modelo basado en el ‘boca a boca’, en el que los vendedores vendían los productos principalmente a su familia y amigos.
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Hoy, este modelo ha ido evolucionando gracias a las redes sociales o el email marketing. Hay quien puede confundirlo con las famosas ‘estafas piramidales’, pero en realidad, es una práctica legítima basada en la venta de producto.
Con 50 años, Yolanda Muñoz abandonó su trabajo en el departamento de Marketing de una empresa, en la que llevaba en plantilla más de 17 años. Tras una crisis personal y de salud, decidió reinventarse y lo consiguió con éxito. Ahora ha escrito un libro, Sin bragas. Cómo cambiar tu carrera profesional a los 50, para que otras puedan también hacerlo.
En Magas, hemos querido hablar con la autora para que nos cuente cómo fue su proceso de emprendimiento a estas alturas de la vida, y sobre todo, acerca del contenido del libro.
"La lectora va a encontrar transformación, cambios, retos, ponerse delante del espejo, crecimiento, bajar a las oscuridades para volver a reactivarse y a reconstruirse", asegura la autora acerca del contenido de su última publicación.
Y continúa: "En el libro explico el cambio de profesión a todos los niveles, ya no solo como asalariada, sino también hacia la alternativa como autónoma, y todo lo que esto representa. Me gusta mucho compararlo con por ejemplo, cuando tienes un bebé, te lo ponen en los brazos y no tienes ni idea de cómo hacerlo, porque no llega con una guía. Pues es un poco igual".
"Se habla mucho de la libertad del autónomo, de ser empresario y de otros modelos. Pero mujer, con 50 años e irte al otro lado y comenzar un nuevo trabajo, es un viaje muy intenso, muy duro, pero a la vez muy bonito", concluye.
Recibiste algunas críticas tras su publicación...
Suelo ser muy directa en mis libros. Acostumbro a decir en ellos lo que no me atrevo de viva voz, pero este libro no solo ha sido una catarsis, sino que levantó ampollas. Hablo del multinivel, del network marketing, que aquí en España está muy poco arraigado y solo lleva unos diez o 12 años, pero en Estados Unidos está integrado desde 1960, es decir, que en Sudamérica y en Estados Unidos es muy normal, lo tienen muy instalado, pero aquí no, y tienes que lidiar un poco con todo.
¿En qué consiste exactamente el network marketing?
Se trata de recomendar productos, pero no perteneces a un departamento comercial, porque no estás contratado en ninguna empresa. Eres libre de organizarte y tienes flexibilidad absoluta en tu vida, pero consigues una gran compensación económica por la recomendación de productos y sobre todo, por hacer equipo.
Cuando tú haces un equipo, como me pasó a mí, de 150 personas de golpe y porrazo, también te conviertes en líder. Pero nadie te ha enseñado ni a ser líder, ni has estudiado para ello. No tienes ni la carrera de Dirección de Empresas ni de Económicas. Aunque a lo mejor has estudiado otras cosas.
Te encuentras que tienes por debajo de ti a muchísimas personas para las que tú eres su referente y a las que tienes que acompañar y enseñar para que ellas también puedan construir sus sueños y puedan tener esa libertad financiera que, aunque se vende como maravilloso, no es oro todo lo que reluce. No es fácil. Pero sí que es verdad que yo, que venía de casi 20 años en una empresa, la libertad que siento aquí, no me había atrevido ni a soñarla.
Nunca había sentido esta libertad, porque incluso cuando estaba de baja maternal o cuando estaba enferma he vivido el no ir a trabajar con culpa, que es como lo vivimos la mayoría de mujeres. Y muchas veces vamos a trabajar enfermas.
¿Qué ocurre cuando una mujer de 50 años o más es despedida o decide cambiar de puesto de trabajo?
Hoy somos muchas las que nos atrevemos a hacerlo, sobre todo, como digo en el libro irnos al network marketing porque no tiene riesgo. Entonces tú sigues manteniendo tu vida y lo que haces es añadir más cosas a la mochila.
Sigues teniendo tu casa, tu familia, tu trabajo, pero empiezas a recomendar primero a las amigas, luego la amiga de tu amiga que quiere estar en tu equipo y así durante un año, pero al cabo de ese primer año había duplicado el sueldo que recibía en la empresa en la que estuve 17 años, y ahí fue cuando me despedí.
Así que me lancé al vacío. Cuando ya dependes de eso para pagar tus facturas es cuando te lo tomas en serio de verdad y no siempre sale bien. A mí, afortunadamente, me ha ido bastante bien en ese aspecto, pero he tenido decepciones, sobre todo, de personas.
Se trata de entender este negocio, incorporarlo en tu vida, y ser capaz de sostenerlo, que solo lo pueden hacer quienes tienen un acompañamiento y un crecimiento personal. Pero hay mucho ego, es un estilo muy americano con mucho reconocimiento, que se te puede subir a la cabeza y ocurre.
¿En qué área trabajas?, ¿qué tipo de productos?
Cosmética, suplementación natural y ecológica, es decir, el área del bienestar, del deporte, de la salud, centros de yoga, de pilates, nutricionistas, dietistas, en definitiva, el mundo holístico.
Hoy nos toca a muchas reinventarnos a los 50, ¿somos muy diferentes a las que cumplieron los 50 en otras épocas?
Totalmente. Antes, a esa edad ya eras una señora mayor y estabas pensando más en jubilarte que en otra cosa, pero es que el mundo te veía como una señora mayor.
Hoy en día, casi todos los cambios importantes de la vida, las mujeres los hacemos entre los 40 y 50. Ahora, sí que es verdad que a los 50 estás en la mitad de la vida, pero tengo más energía y más ganas de vivir que nunca. Tengo el cerebro más despierto y con más creatividad, pero estoy en la mitad de la vida.
En Estados Unidos hay personas que a los 60 y 70 años emprenden y si se caen, se levantan sin problema. Aquí la frustración la vivimos muy mal y la falta de compromiso que son los mayores males de nuestra era, me tiene muy sorprendida. Quizás porque soy una persona de palabra.
¿Valoran las empresas a la generación sénior o deberían valorarla más?
Las personas de edad, en torno a los 50, que vienen formadas, que tienen una experiencia y que venimos de la antigua escuela las empresas a nosotras las empresas nos buscan, porque hoy en día la juventud sale preparada con por lo menos una carrera y un máster, porque con menos es difícil acceder, pero no tienen los valores ni el compromiso que tenemos nosotros.
Yo empecé a trabajar gratis, agradecida a una empresa que me enseñaba y me dejaba estar allí para aprender. Eso, ahora, es impensable.
Antes queríamos crear una familia, tener una casa, un trabajo estable, pero ahora los jóvenes no lo quieren, quieren libertad y tiempo libre.
Los 50 de entonces son los 40 de ayer. Nos mantenemos físicamente mejor. ¿Estamos mejor preparadas para afrontar los cambios?
Entre los 40 y los 50 es una etapa maravillosa, porque nos atrevemos a decir lo que queremos. Para empezar, no aguantamos según qué cosas. Con 40 aún tenemos a los niños pequeños, nos da un poco de miedo el riesgo, posiblemente estamos casadas o en pareja, pero a los 50 nos quitamos las bragas.
A los 50 también empezamos a estar en la etapa de menopausia, donde tenemos un gran baile de hormonas. ¿Esto no nos influye para seguir emprendiendo y reinventándonos?
Sí que nos influye y bastante, pero también es verdad que tenemos más comunidad. Yo quiero pensar, o al menos es mi experiencia, que ya no hay aquella competición o aquella envidia que había entre mujeres. Si con 50 años no te quieres, no te respetas ni te aceptas a ti misma, tienes un problema.
A esta edad voy a ofrecer lo que sé hacer, a que se me valore un mínimo y quien quiera acercarse seremos amigas, y quién no, cada una por su camino. No estamos por guerras. Pero sí que está ahí el tema de la menopausia. Además, yo que he sufrido endometriosis durante muchísimos años, y tuve una menopausia radical fue terrible. Pero aún así, me siento mejor ahora que cuando tenía 35.
También tiene que ver con las personas que viven en tu misma sintonía, que estamos en la misma vibra porque la vida pasa muy rápida. Estamos aquí de paso. Júntate con las personas que te empoderen, con las personas que admires o con las personas de las que puedas aprender, con las personas positivas.
¿Detrás de una gran mujer, siempre hay una gran mentora?
Qué buena pregunta. La verdad es que sí, pero mis mentores acostumbran a ser mis terapeutas. Soy terapeuta y creo mucho en la terapia y en el acompañamiento como base, y no acudir a ellos cuando estás hundida para ponerte el parche.
Tenemos que ir antes para hacer una prevención de nuestra salud mental. Todos, sin excepción, tenemos que acudir regularmente en unas etapas más que en otras, dependiendo como estés o qué decisiones tienes que tomar o qué situaciones personales vives. Pero eso no se puede dejar, es una parte más de la salud, de nuestro bienestar y de nuestra madurez. Para mí es imprescindible. A mi equipo, las envío a todas a terapia.
Tú eres mentora, ¿en qué consiste tu trabajo?
Yo no era feliz en mi trabajo, estaba cero motivada y enfermaba. Yo psicomatizo mucho, soy una persona PAS, consideradas personas altamente sensibles, y el cuerpo me habla. Cuando me enfermé tanto, pensé que tenía que hacer algo al respecto.
En el momento que te suena el despertador y no tienes alegría para levantarte, hay algo mal. Tienes que revisarlo porque si no, no tiene sentido la vida. Combiné la terapia con el primer network marketing.
Ahora tengo un entorno bonito, con personas que confían en mí por diferentes cosas que he ido haciendo en mi vida.
Me encantó el proceso que atravesé y ahora soy terapeuta, he estudiado coach y psicología emocional. Siempre digo que no está todo en redes, todos tenemos nuestra comunidad y tenemos que conciliarnos con lo que somos.
También defiendo que todos vendemos, desde que nacemos hasta que nos morimos. A todos nos gusta comprar, pero a nadie nos gusta que nos vendan. Y ahí entramos en trabajar las creencias, las limitaciones, los miedos, las frustraciones. Es un camino...