Encapsular la esencia de una ciudad, sus rincones más encantadores y personalidades emblemáticas requiere virtuosismo. El de Mathilde Favier, directora de relaciones públicas de Dior Couture y encargada de las relaciones globales con las celebridades, queda plasmado en su nueva obra, Living Beautifully in Paris (Flammarion).
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Madrid fue una de las tres ciudades, con (lógicamente) París y Londres, elegidas por la experta, también apasionada de la belleza y el bienestar holístico, para presentar su libro, concebido como un álbum de recortes de fotografías y documentos inéditos homenaje a la capital francesa.
Su presentación exclusiva, que contó con la presencia de una de las embajadoras de Dior, Sassa de Osma, se celebró en la boutique de la casa, ubicada en la calle José Ortega y Gasset.
La obra, completada por entrevistas realizadas por Frédérique Dedet y fotografías de Pascal Chevallier, pretende guiar a los lectores por los rincones más preciados de la capital, tanto de Mathilde como de personalidades emblemáticas. Sus historias personales, perspectivas expertas y secretos compartidos, junto con el íntimo conocimiento de Favier de la ciudad y sus mejores direcciones, presentan una visión pocas veces vista del vibrante núcleo de París.
Con una energía desbordante, una sonrisa contagiosa y una gran humildad, Mathilde Favier nos explica que la idea de la obra surgió de forma inesperada: "Participé en el libro de Pierre Sauvage titulado Be My Guest (Chez Eux), del mismo editor que mi obra. Teníamos que presentar nuestra mesa y una receta de cocina. De ahí, la editora Suzanne Isoré me dijo que quería hacer un libro conmigo. Me sorprendió, pensé: '¿Un libro conmigo? Es grotesco'. Pero me sentía cómoda hablando de la gente, de mi vida y de Dior".
Paris, mon amour
Cual auténtica declaración de amor a la capital francesa, este volumen se presenta como un viaje exclusivo por París, sus espacios privados, tiendas, estudios, residencias y cocinas, que contribuyen a moldear la personalidad de la ciudad.
Con Living Beautifully in Paris, la intención de la autora es clara: "Pensé en este libro como una forma de preservar una idea particular de París y de un arte de vivir que se ha transmitido de generación en generación. Rindo homenaje a la capital, le hago honor y le declaro mi amor. París es única, creo que, arquitectónicamente hablando, es magnífica y sublime".
Recalca: "Creo que su tristeza es parte de su encanto. El gris de las aceras, de las paredes, de las pizarras, del tiempo… forman parte de su melancolía. Cuando llegamos a Madrid, nos sentimos electrizados por la luz. En París no, hace mal tiempo. Pero es también parte de su elegancia".
Además, "una ciudad para mí es una mujer caprichosa, es su encanto. París tiene muchos defectos, pero es algo que no sé detectar. Lo mismo me ocurre con la gente, veo sus defectos, pero no quiero retenerlos. En general, recordar lo bello me ayuda a seguir adelante en la vida".
¿Pero cuál es el barrio que merece una atención especial? "Cada barrio de París es un París pequeño. Un lugar que me encanta es la plaza del Théâtre de l'Atelier, cuenta con magníficos árboles. Si no fuera tan complicado y pudiera volver a vivir en algún lugar, sería en Montmartre. Me encanta el Sacré-Coeur, este tipo de París, el de La Belle Époque".
El encanto de la ciudad está también vinculado a la historia de Dior: "París es la Alta Costura, al igual que Dior. Forma parte de las pocas casas que aún practican la Alta Costura. Dior es también el gris, la elegancia y la moda. La moda puede existir en Milán, Londres o Nueva York, pero la Semana de la Moda es París".
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Una trayectoria única
Mathilde forma parte de una familia especialmente reconocida de la capital. Es la sobrina del estilista Gilles Dufour, mano derecha de Karl Lagerfeld. Trabajó durante casi dos décadas en Chanel. "Tuve la suerte de tener una infancia muy privilegiada, muy familiar, pese a las discusiones y todo lo que implica. Me siento sumamente afortunada por tener una familia muy unida. Me ayudó a superar las experiencias de la vida. No siempre han sido buenas y hay que estar preparado para darles la bienvenida, aceptarlas y tratar con ellas".
"Los usos y costumbres familiares de mi infancia parisina siguen conmigo, configurando mi forma de ser, y quería regalárselos a las generaciones futuras", confiesa. En este sentido, "este libro pretende ser un acto de transmisión para mis hijos. Les dedico estas páginas porque creo que es muy importante que mantengan una idea de calidad, más que de cantidad. Creo que es algo importante en la actualidad, en un momento en el que el mundo virtual confirma una especie de abstracción de la calidad".
Incide: "Incluso en detalles de la vida cotidiana. Por ejemplo, le dije la semana pasada a mi hija: 'No pongas la botella de plástico sobre la mesa, es más bonito ponerla en un plato pequeño…'. Es una transmisión: que aprendan a vivir con sencillez y calidad. Siempre he pensado que la sencillez es en realidad lo más complicado de conseguir".
Ahora directora de relaciones públicas de Dior Couture, Mathilde Favier cuenta con una larga trayectoria en el mundo de la moda. Recuerda especialmente sus inicios: "El período más importante para mí fue cuando conseguí mi primer contrato permanente, en la revista Glamour, cuando tenía 22 años".
En contacto con múltiples personalidades por su trayectoria y su profesión, afirma: "No es realmente una fortaleza, no saco mi fuerza de las personalidades, pero sí es una responsabilidad, sobre todo de cara a Maria Grazia Chiuri. Tenemos que asegurarnos de que las personalidades a las que vestimos respeten la imagen que ella misma brinda a través de Dior, que esté satisfecha y Dior también. Así que tienes la responsabilidad de hacer las cosas bien. Aun así, los errores son muy humanos".
Mathilde es, además, conocida como una anfitriona cálida y acogedora con una red de amigos entre los que se encuentran algunas de las figuras más prestigiosas de la moda, la belleza, el arte, el interiorismo y la gastronomía de la ciudad como la ex primera dama de Francia Carla Bruni, el chef Jean-François Piège, la diseñadora Vanessa Seward, la modelo y actriz Liya Kebede o la célebre maquilladora Terry de Gunzburg.
Precisa, contestando a una de las preguntas de Sassa de Osma: "A las actrices, hay que conocerlas antes de juzgarlas. Son personas que necesitan ser amadas y admiradas. Es importante no juzgar demasiado rápido porque nunca se sabe lo que pasa en la vida de las personas".
Menciona una personalidad en concreto: "La simplicidad de Meryl Streep siempre me sorprende, cuando eres una estrella de este nivel y recuerdas el nombre del sastre que retocó tu vestido, le das las gracias al camarero que te aportó un vaso de agua con su nombre de pila... damos importancia a cosas que a veces parecen poco importantes y que son muy importantes para mí. Cuando observas a una actriz en un probador, entiendes mucho sobre las actitudes de las personas. Para mí, es una estrella de verdad".
Un sector de cambios
El libro de Mathilde Favier nos invita, asimismo, a reflexionar sobre el mundo que nos rodea: "Soy una nostálgica de todo. No soy una persona triste, pero soy muy nostálgica y no diré que antes era mejor, pero me gusta vivir en un ideal que viviera eternamente. Soy nostálgica de un mundo en vía de desaparición".
Una creencia que se suma a una visión del lujo, en proceso de mutación: "El lujo se resume en dos palabras: rareza y calidad. La rareza y la calidad siguen siendo lujosas. Lo que ha cambiado es la moda, sigue siendo igual de creativa que antes, pero aun así, se ha convertido en un verdadero negocio, a diferencia del pasado", resume.
Cuestión de éxito
La mirada de Mathilde Favier sobre su propio éxito brilla por su modestia: "¡Oh, Dios mío, no tengo 'éxito'! Lo único es que siento que estoy en el lugar adecuado. Pero no tengo 'éxito'. Creo que he tenido éxito en la educación de mis niños. Y me siento en sintonía con lo que siempre quise hacer y lo que pude hacer. Pero el éxito es muy aleatorio, además de ser injusto", explica.
"Y además, ¿en comparación con quién tienes éxito? Si es con relación a ti mismo, lo consigues si estás en fase con lo que querías hacer y lograr por ti mismo. Pero si la gente te dice que ha tenido mucho éxito... creo que no importa tanto. El éxito es en realidad visible en un funeral, cuando ves a la gente elogiar al difunto", reflexiona Mathilde Favier. Su hija, Héloïse, precisa, sin embargo, que su madre "ha sido capaz de diferenciarse, de tener una identidad propia, algo complicado en el mundo actual".
Las últimas palabras de Mathilde rezuman sabiduría: "Parece ridículo, pero el consejo que siempre doy, porque se puede trabajar en él, es ser feliz. Puedes trabajar tu felicidad porque cada uno tiene su propio concepto. Es algo muy personal. ¿Tu felicidad consiste en tener a tu familia, tu trabajo, una comida acompañada?
Ante todo, tienes que ser feliz contigo, aunque no sea fácil. Cuando lo eres, eliminas mucha maldad, gente inútil, toxicidad... todos cometemos errores y nos podemos rodear de personas no tan bondadosas. Por ello, hay que procurar ser feliz, porque te aligera", concluye la autora.