Denise De La Rue es apasionada e inquieta, una creadora incansable, una mujer activista y viajera, comprometida con el pasado, el presente y el futuro, una artista multidisciplinar con décadas de carrera a sus espaldas. 

Reconocida por ser la primera artista a la que la Succession Picasso otorgó el permiso para utilizar la icónica obra Guernica en una creación contemporánea, titulada A Cry for Peace, que marcó un hito en 2014, al convertirse en el primer proyecto de arte que se presentaba durante una Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada en Nueva York. 

Su obra destaca por su capacidad para reinterpretar obras maestras históricas en colaboración con museos de prestigio mundial, como el Museo del Prado y el Museo Thyssen-Bornemisza, entre otros.

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Otras piezas, además de A Cry for Peace, que han destacado en su trayectoria, son Matador en Gagosian Gallery de Beverlly Hills (California) en 2008, así como Brujas. Metamorfosis de Goya, que pudo verse en 2017 en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, y Ángelas. Metamorfosis de Goya expuesto en Madrid en la Ermita de San Antonio de la Florida. 

La polifacética artista ha creado la primera exposición inaugural de la nueva sala de Arte Contemporáneo abierta al público el pasado mes de febrero en el Palacio de Liria del duque de Alba. En la muestra titulada Un mundo nuevo se establece un diálogo entre las cartas autógrafas de Cristóbal Colón en 1942, que custodia la Casa de Alba, y el alunizaje del Apolo 11 en 1969, gracias a la colaboración con la NASA.

Denise de la Rue. CARLOS VILLAREJO

¿Cómo surge la idea crear esta relación, latente en su exposición Un mundo nuevo, entre el siglo XV y el XX, a través de dos viajes, dos descubrimientos, tan distantes y distintos? ¿Cuál es el germen de la necesidad que la impulsa?

El germen, para mí, es la magnificencia del deseo que compartimos los seres humanos de ir más allá de nuestros límites, de nuestros miedos, y que nos lleva a descubrir nuevos mundos.

En realidad, es un tema que forma parte del proceso evolutivo humano. Ese es el germen, explorar ese ímpetu que tenemos los seres humanos de descubrir, de explorar, y también de transcendernos a nosotros mismos, de superarnos o lograrlo, eso cien por cien, y me encanta que todo esto tenga sentido. 

¿Cuál es su punto, o puntos, de partida para exponer, mostrar y hacernos llegar su inquietud, su idea?

Tomo como punto de partida las 21 cartas pertenecientes a la Fundación Casa de Alba y hago este paralelismo con la exploración espacial porque, si para Colón la siguiente frontera era el océano, para nosotros, ahora, esa frontera son las estrellas. Y, además, supone unir pasado, presente y futuro, lo cual siempre es interesante.

A lo largo de su larga trayectoria como artista siempre le ha interesado profundizar en grandes obras maestras que usted reinterpreta y la impulsan a nuevas creaciones personales, pero en esta ocasión no fija su mirada sobre obras de otros autores sino en objetos y artefactos pertenecientes a NASA o en restos de meteoritos, ¿cómo da este paso o salto hacia fuera y dentro de sí misma y de aquello que la rodea?

Creo que es un cambio que parte de mi proceso evolutivo como artista. Los artistas estamos siempre en transformación y yo, particularmente, soy muy inquieta. Generalmente no me gusta quedarme en los mismos sitios en los que ya he estado, y también necesito explorar con distintos formatos, medios, materiales, empecé con fotografía, he hecho vídeo, y ahora tengo estas piezas, esculturas. Me gusta explorar nuevos materiales para la creación de piezas, probar nuevas ideas.

Como señalas, esta exposición no tiene nada que ver con trabajos anteriores, es una nueva mirada, sin embargo, de alguna forma coincide, ya que siempre me ha parecido interesante conectar el pasado con el presente, que es lo que he hecho en mis obras anteriores, pero además ahora estoy también incluyendo en mi mirada, en mi obra, el futuro. 

Sin duda, las obras de los grandes maestros en los que me he fijado anteriormente, son bellísimas, pero también es cierto que, si tú sacas de contexto, por ejemplo, la caligrafía de las cartas de Cristóbal Colón, estéticamente es bella. También hay arte ahí, al igual que en un artefacto, y si los juntas surge algo mágico, es muy interesante. 

Ha conseguido extraer de ambos mundos, y de materiales tan diversos, la poesía y la belleza…

Exacto. 

¿Cómo entra en contacto con la Casa de Alba y con la NASA, para hacer realidad su proyecto artístico? ¿Es un camino fácil o complicado? 

En realidad fue fácil porque todo fluyó, tengo una amiga en común con el duque de Alba a la que le hablé de mi idea y ella se lo propuso, él se mostró abierto a la idea y nos puso en contacto con Álvaro Romera, el director cultural de la Fundación Casa de Alba. Trabajamos sobre el concepto y finalmente se hizo realidad.Con NASA, se puso en contacto mi directora del proyecto, que envió un email al que contestaron, fue genial, les interesó el proyecto. La verdad es que fue fácil.

Quisiera profundizar en el tema de la curiosidad del ser humano, uno de los valores que se destaca en la exposición, y en su necesidad de transcendencia. ¿Ambas cosas son una característica de su propia personalidad como artista? ¿Un motor hacia la creación y la investigación?

Claro, todo parte de una búsqueda interna, tú la haces a través del periodismo o la escritura, yo la realizo a través de mi arte, al final, creo que todas nuestras acciones, causas y efectos, tienen que ver con la búsqueda de nosotros mismos dentro de un camino evolutivo interno, y cada cual lo enfoca de distinta forma dependiendo de lo que escoge hacer, de sus talentos o de lo que le gusta. 

Todo lo que exploramos fuera es un reflejo de nosotros mismos por dentro. Nosotros somos nuestro punto de referencia, punto de partida y punto de retorno.

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Quizá el paso siguiente, ideal y utópico, al descubrimiento, la exploración y la conquista de un mundo nuevo, no debiera ser su destrucción sino el cuidado, el respeto hacia ese mundo. En su opinión, ¿actualmente estamos destruyendo o cuidando nuestro planeta y el Universo?

Creo que hay mucho por hacer en cuando al cambio climático y la contaminación del planeta. Por ejemplo, la contaminación de plásticos en los océanos es terrible, si seguimos consumiendo las mismas cantidades de plástico que consumimos ahora, en 2050 habrá más plástico que peces en el mar; los micro plásticos ya están en la sangre de las personas. Es un tema muy serio, igual que el tema del cambio climático. Creo que nos falta mucho por hacer, a los seres humanos, respecto al cuidado de nuestro planeta.

Volviendo a la exposición y, en concreto, a las esculturas que usted ha creado inspirándose en objetos y artefactos de NASA, ¿por qué ha rescatado esos y no otros, y qué aspectos han captado su atención hasta desear intervenirlos, modificarlos, recrearlos a través de su mirada, hasta convertirlos en piezas artísticas?

Me llamaron mucho la atención las piezas que existen como parte de la colección de NASA, y que también hay en subasta, que son pedazos de kapton foil, pertenecientes a esas mantas térmicas que usaban para recubrir y proteger las naves espaciales de las temperaturas extremas, similares a las mantas plateadas o doradas que podemos ver ahora en los rescates de refugiados o en los maratones. 

Del Apolo 11, cuando fue a la luna y regresó, se han recuperado pedazos de esas mantas, y me pareció fascinante cómo la naturaleza compone, es decir, el estado en el que han llegado esos pedazos de mantas, muy bellos, casi como obras de arte. Lo que yo he hecho es recrearlos, no idénticos, pero sí los escojo como fuente de inspiración.

Por otra parte, en la exposición están las esculturas que son recreaciones de meteoritos porque, finalmente, y relacionándolo con el tema que hemos tocado antes, de descubrir, explorar y transcender, para mí este proyecto trata de responder la pregunta eterna: de dónde vengo, quien soy. 

Los meteoritos son material interestelar, todos venimos de la singularidad, de la gran explosión o big bang, y estos meteoritos que caen sobre la Tierra forman parte de eso, lo que me pareció fascinante.

Me he inspirado en un meteorito, puntualmente, que cayó en el norte de Rusia, que es muy bello, plateado, con unos cristales increíbles, las piezas se han hecho evocando ese meteorito en concreto.

Muchas de las piezas de las que hablamos están ubicadas, precisamente, en la nueva sala del Palacio de Liria dedicada al arte contemporáneo, que usted inaugura, ¿qué ha supuesto para usted?

Sí, es muy emocionante, me siento muy contenta, privilegiada, honrada y, obviamente, entusiasmada.

Además, la exposición se expande a otros espacios del palacio, donde usted consigue tocar y conmover al espectador o visitante a través de sensaciones, emociones, propuestas no matéricas, audios….

Sí, la intervención en el Palacio de Liria se desarrolla también en el Salón Estuardo, donde está la escultura inspirada en un meteorito rodeado de órbitas, y en el Salón de Música, donde la propuesta es más inmersiva.

En 1977 lanzaron dos sondas espaciales robóticas, Voyager 1 y Voyager 2, con el fin de explorar y recabar información acerca del Universo y lanzadas para que no regresaran jamás del espacio interestelar, para mí eso es poesía pura. Lo que hizo Carl Sagan es este Golden Record, o Disco de oro fonográfico, que contiene sonidos de la naturaleza, risas, imágenes, ecuaciones matemáticas, etc., para que, si en un momento dado alguna civilización extraterrestre recibiera esta sonda espacial pudiera explicarse quienes somos nosotros como humanidad. 

En el Salón de Baile puse una réplica del vinilo, del Golden Record, con un gramófono y un tocadiscos de la propia Casa de Alba, y hago una mezcla de música que combina sonidos de lo que se bailó en el Salón en el Siglo XIX con los sonidos del Golden Record, que además contiene saludos hablados en 55 idiomas diferentes, y todo ello mezclado con música tecno.

En la Biblioteca está ubicada otra intervención, con una réplica de la portada del Golden Record al lado de una pantalla que muestra un seguimiento real y actual de la sonda en la que puede verse por dónde va ahora el Voyage 1, operativa en la actualidad. La sonda Voyager 2 ya se perdió, pero a la sonda 1 le siguen la pista en tiempo real, lo cual me parece algo increíble, y desde el año 2012 ya está fuera de la Vía Láctea. 

Si pudiera hacer una reflexión casi definitiva de lo que ha significado para usted esta exploración, qué ha recibido, aprendido, y cómo proyectarlo en su futuro artístico profesional, ¿cómo la resumiría?

Imagínate, - ¡he aprendido tanto que eso sería una entrevista completa solo hablando de las lecciones que he recibido! - . Ha sido, para mí, un proceso evolutivo intenso y magnífico, y creo que el estar en el Palacio de Liria es, y será, muy importante en mi carrera de cara a otros proyectos que quiero hacer. 

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¿Dónde está centrando su mirada actualmente? ¿Hacia qué formatos, caminos, le gustaría seguir avanzando, o ya ha desarrollado en forma de idea o proyecto?

Tengo una idea, un proyecto que conecta con este, del que por ahora no puedo decir nada. Y, por otra parte, tengo otro proyecto que tiene que ver, precisamente, con el tema de la contaminación de los plásticos en los océanos, de la que hemos hablado, en el que estoy trabajando actualmente. 

Es usted una persona activista, comprometida con la igualdad y los derechos de las mujeres y, además, hay diversas causas solidarias que le interesan. ¿De qué manera trata o puede ayudar, apoyar esas causas o problemáticas que la mueven o conmueven? ¿Cómo entrelaza arte y activismo?

Hay diversas Fundaciones que me piden que done piezas para luego venderlas y así apoyar diversas causas, cosa que siempre hago, por supuesto.

Por otra parte, este proyecto que estoy haciendo sobre la contaminación de plásticos, trata de crear conciencia, a través del arte, y creo que es una causa solidaria con el planeta. Actualmente estoy muy enfocada en el medioambiente, muy centrada y abocada concretamente en el tema del mar. Y siempre hacia el apoyo a causas de mujeres.

¿Cómo es ahora su presente? ¿Vive en DF, en Madrid, en el mundo…? ¿Cuál es su momento actual?

Vivo en Los Ángeles, ahora estoy en Madrid temporalmente, por esta exposición. Por Madrid y por España tengo un amor total, vengo muy a menudo. La verdad es que vivo un poco por el mundo, viajo mucho.

Denise de la Rue es ya una artista influyente en el panorama artístico internacional, pero ¿cómo se siente usted personalmente en este momento? ¿En qué lugar de sí misma cree que está? 

Oh my God, ¡qué pregunta! - La guardo para respondérmela a mí misma con más profundidad y tiempo, pero creo que estoy en el lugar que tengo que estar de acuerdo con mi proceso evolutivo, según las causas y los efectos de las decisiones que he ido tomando hasta ahora, y siempre moviéndome hacia delante.

¿Está contenta, satisfecha…?

Sí, estoy muy satisfecha, muy contenta de lo logrado, eso cien por cien, y me encanta que todo esto tenga sentido.