La boda de Samantha Parker (2024) es mi segunda novela después de Aprende a matar (2023). Mi pasión por las novelas de misterio y crímenes ha sido una constante en mi vida. Desde las amables investigaciones de los detectives de Agatha Christie hasta las perturbadoras tramas del universo creado por el maestro Stephen King.

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Todo tiene cabida en mi biblioteca y se mezcla de formas caprichosas en mi mente a la hora de influenciarme cuando me pongo a escribir. No es de extrañar que lo que a simple vista parece una novela romántica no lo sea y acabe, una vez más, con derramamiento de sangre.

Del amor al asesinato

La idea inicial en la que se basa La boda de Samantha Parker germinó cuando aún estaba escribiendo mi anterior novela de tintes policíacos: Aprende a matar.

Después de participar en un concurso de relatos románticos para el día de San Valentín, y espoleada por una de las organizadoras del certamen, esbocé unas pocas líneas de la trama que surgió en mi cabeza. La típica historia de chica conoce a chico; chica se enamora de chico y chica pierde a chico.

La aparqué en la trastienda de mi mente con la promesa de retomarla cuando finalizara Aprende a matar. Me preguntaba si me apetecía escribir una novela romántica. No hizo falta que tomara una decisión.

Portada de 'La boda de Samantha Parker'

Mientras esperaba pacientemente su turno, la historia no se quedó quieta. Creció y se bifurcó, pasaron cosas, muchas cosas, y alcanzó un estado mejor alineado con las tramas que me gustan: más oscuras, menos románticas y salpicadas de sangre. Un cóctel ideal.

Tras el lanzamiento de Aprende a matar, rescaté la historia y me encontré que los tres personajes principales de La boda de Samantha Parker tenían ya entidad propia y algo que contar. Y querían que yo lo hiciera por ellas. No pude negarme.

Tres mujeres, tres destinos

Samantha Parker es una abogada londinense cuya mayor preocupación es casarse con su novio antes de entrar en la treintena. Su obsesión por el control la llevará a adoptar el papel de Bridezilla. Término que combina las palabras 'bride' (novia en inglés) y 'zilla' (tomado de Godzilla, el monstruo cinematográfico japonés).

Su estado de nervios provocará que se convierta en la peor pesadilla de todos aquellos que la rodean: su familia, su futuro marido, Oliver (que acabará rehuyéndola), y, lo más importante, de su wedding planner, ya que entorpecerá su importante misión de planificar la boda perfecta.

La segunda protagonista es Ona, una barcelonesa que encuentra en internet un refugio para escapar de la soledad que la aqueja. En este entorno virtual puede olvidar sus preocupaciones y dar rienda suelta a sus otras personalidades, esas otras 'Onas' que viven en ella.

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Gracias a un correo electrónico equivocado, acabará siendo testigo de las vidas de Sam y Oliver, aunque se encuentren a más de mil kilómetros de distancia, y obsesionándose con el chico pelirrojo.

Las vidas de los demás a través de la lente rosa de las redes sociales siempre parece idílica. La tercera protagonista en discordia la encontraremos en la figura de Tessa. Una famosa actriz a punto de cumplir los sesenta que fue una gran estrella de la televisión británica hace veinticinco años. El personaje principal de la serie que protagonizaba, Parker, una glamurosa detective privada de los noventa, será el nexo común entre Sam y Ona.

¿Qué tipo de novela?

Definitivamente, no es una historia de amor, sino más bien una historia de obsesiones, desengaños y microinfidelidades. Aquellas que se gestionan a través de las redes como algo inocente, porque no es físico, y acaban siendo igual de importantes que las que ocurren en la vida real con un compañero de trabajo o del gimnasio.

Incluso algunas, como en este caso, traspasan la pantalla y su carácter virtual para poner un pie en la realidad y convertirse en algo tangible. Tan tangible que acaban provocando un asesinato.

También me centro, una vez más, y tal y como ocurría en Aprende a matar, en un universo femenino donde las vulnerabilidades quedan expuestas y los miedos de cada una de las protagonistas se hacen palpables.

Desde la obsesión por el control de Sam, a la soledad de Ona o la desesperación de Tessa porque el paso de los años la obliga a luchar contra la competitiva industria televisiva que pretende apartarla a un lado, como si fuera un trapo viejo y usado.

¿Quién está a cargo de la investigación?

En La boda de Samantha Parker no hay investigación policial. Es una trama que recorremos de la mano de las protagonistas y las acompañamos mientras sus vidas se van entrecruzando y enredando y todo se complica cada vez más.

Es una historia que se cocina a fuego lento. El problema es que se cocina en una olla a presión, de esas que miras con cierto recelo y temor de que algo vaya mal y estalle en  cualquier momento.

Hay demasiada presión, el ruido es inquietante y no te sientes segura. Se crea una expectativa negativa en la que anticipas que nada bueno puede pasar, al estilo de la serie The White Lotus. Como diría su creador, Mike White: "deberíais estar preocupados". Y lo estamos.

¿Cuáles son los escenario de la novela?

Comenzamos siendo testigos a tres bandas de cómo viven la Nochebuena, nuestras tres protagonistas en sus ciudades de origen: Barcelona y Londres.

Las acompañamos a lo largo de 304 páginas para finalizar en una boda italiana en el turístico pueblo de Sirmione, un emplazamiento encantador ubicado en el lago de Garda que nada tiene que enviar al archiconocido lago de Como.

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Si os apetece saber lo que ocurre allí el 23 de septiembre de un año cualquiera, os invito a la boda de Samantha Parker. Os esperamos.