María de León confiesa a revista Magas que tocó fondo hace doce años. "El replanteamiento de mi vida sucedió el año que empecé a vivir de cerca la muerte de gente querida. El 2012 fue fatídico para mí. Me casé y me separé en el mismo año. También se mató el que fue mi primer novio, con el que salí nueve años, con el que viví una gran historia de amor."
"Cuando tocas fondo, comienzas a replantearte las cuestiones esenciales de la existencia. Ahí dentro de mí surgió una curiosidad y un interés por ir más allá. Eso casaba mal con el mundo de la moda, donde todo era apariencia y belleza exterior. Me sentía un poco frustrada, tenía una llamada interior que no podía desarrollar porque no me lo permitía el camino profesional que había elegido, tenía un anhelo y una inquietud".
"María de León modelo, María de León influencer, María de León viajes… era difícil definirme", reconoce. "Era difícil. Hace poco, hice una prueba en Instagram, para ver cómo me definirían mis seguidores a nivel profesional, para escuchar a quien te sigue, cómo te ven, y tuve 150 respuestas: había quien me decía humanista o mentora de vida, comunicadora con alma, experta en valores…".
"En 2017 decidí tomármelo muy en serio y empezar a formarme", explica,"porque en el uso de las redes sociales fui bastante pionera, trabajando en comunicación y moda, y, pero no me sentía bien siendo solo un escaparate. Sentí presión, y lo que quería era enfocarlo de una manera más profunda: cuando leí un artículo en 2017 de Javier Negre sobre el suicidio de una influencer, eso me tocó. Fue una llamada de la vida. Pensé que quizá podría utilizar mi experiencia y contribuir a que estas cosas se pudieran evitar".
Su idea, explica, parte del humanismo digital. "Como consultora de comunicación y crecimiento personal es lo que más define mi trabajo, se trata de conectar tu actividad digital con tu propósito vital y no solo pensar en tu reconocimiento, la imagen que doy y el algoritmo. Esto si no generará muchos problemas de salud mental.
Se trata de desarrollar proyectos educativos para fomentar un uso humanista de las redes sociales. Me formé en Humanidades y como coach. Así que busqué una credibilidad académica que avalara el que emprendiera en esta área. Mi idea era aterrizar o trasladar con un lenguaje fácil todos estos conocimientos aplicados al entorno digital, me gusta ser un puente entre un mundo y otro, el académico humanista y el de las redes sociales".
Referencers vs. influencers
"Mi primer proyecto de humanismo digital, para fomentar unas redes sociales más humanas, para evitar los problemas de salud mental, es el de Referencers", comparte. "Siempre digo que las humanidades salvarán el mundo porque nos hacen trabajar esa dimensión nuestra más importante, la más espiritual, que funciona como un sustento para dar sentido a nuestra vida. Los problemas de vacío existencial suceden porque falta esa base humanista. Desarrollé un programa con la universidad Francisco de Vitoria. El valor de un país es la educación de su gente, y a más educación, habrá uso más ético, responsable y sano de las redes sociales".
"La idea de influencer degenera cuando se usan las redes para el postureo, para enseñar que están muy guapos, y más allá de sentirnos bien, la sociedad solo conecta el término para gente joven que usa las redes sin un propósito y una visión responsable de saber qué efecto generan los contenidos que comparten con la comunidad virtual.
Quería fomentar la figura de las personas que usan las redes sociales con experiencia en una materia y contenidos basados en un conocimiento y una experiencia y compartir su conocimiento dejando una huella en los demás. Una influencer no es lo mismo que una referencer. No te vende una moto, te ayuda a crecer, cada uno desde su área, la nutrición, la literatura, la moda… para eso hay que hacer un trabajo previo de preguntarte quién soy y cuáles son mis talentos y qué necesita el mundo. Crear contenidos digitales es un trabajo es muy duro, no es algo para que te inviten a comidas y hoteles".
"Un influencer puede ser un referencer, si tiene esa visión humanista, responsable y con valores", señala. "No son dos términos contrapuestos. La Fundación Mapfre me ha apoyado para lanzar el proyecto, hemos comenzado creando un videopodcast, en el que entrevisto a diferentes referencers, como Tomás Páramo, un influencer con conciencia, Rosa Molina, Nuria Roca o Charo Izquierdo".
"No hay que viajar para hacer fotos y para mostrar, sino para crecer, conectar con el destino", relata ella misma, "y crear una comunidad local. Me aburre luchar contra la competitividad del algoritmo de Instagram no me aporta nada. Yo estuve en eso. Solo sé que no sé nada. Yo pasé por eso. De sentirme escaparate, y no me sentía bien conmigo misma. Ahora este camino de descubrimiento y desarrollo personal me ha ayudado a vivir cada vez más en equilibrio, a controlar esos altibajos que luego afectan a salud mental".
"Viajar sigue siendo una de mis mayores pasiones, durante seis años pasé de moda a viajes y trabajé con muchas oficinas de turismo mundiales. En la pandemia eso se paró. Ahora he vuelto a reconectar con los viajes, pero enfocándolos en el bienestar", explica.
"Por eso creo en los viajes contemplativos para el crecimiento personal, que incluyen un programa de actividades de crecimiento y culturales, que te permitan desarrollarte y así conocer el destino de manera profunda, su artesanía, cultura, gastronomía, comercio local y crear valor y conocer gente con tus inquietudes porque uno de los virus más grandes en la actualidad es la soledad… he colaborado con Hemper creando una colección cápsula, es una marca de accesorios y moda regenerativa que nació después de un viaje a Nepal y que promueve un uso respetuoso", concluye.
Eudaimonia by María de León
"Cuando pasas por el sufrimiento intenso, buscas herramientas para gestionarlo", sentencia. "Es un tema tabú sufrir. Pero es una fuente de crecimiento. Hemos venido a este mundo para evolucionar, si fuéramos perfectos la vida no tendría sentido, de esas vivencias a nivel personal aprendes. Esto tenía que ser así para yo seguir. Tengo educación religiosa católica y desde que he estudiado humanidades y desde que practico la meditación contemplativa, a través de un mantra, no me gusta ser reduccionista. La meditación no es solo acallar tu mente y acallar los pensamientos. Creo que hay tantos caminos espirituales como personas".
"¿Pero qué es esta palabra? Me preguntan", ironiza. "Hay que tomarse el tiempo de leer un poco, porque estamos infoxicados. Eudaimonia Aristóteles la creó para definir un tipo de felicidad, es florecimiento humano, no es la hedonista de un placer momentáneo, una que se siente cuando saca su potencial, cuando es su mejor versión, porque la felicidad está relacionada con la vida virtuosa, por eso propongo un trabajo anual con talleres en las áreas del cuerpo, mente y espíritu", que se repite anualmente. A la pregunta de dónde se vería en veinte años, responde sin dudar.
"Me veo donde estoy ahora mismo, pero desarrollando estos proyectos en gran envergadura. No trabajo para conseguir un beneficio personal, es un propósito que va más allá, del sustento de vida. Quiero hacerlo grande, no por ego, sino por ayudar a más gente. Mi ilusión es darlo a los demás. Me emocionará que pueda crear sus frutos, ayudar a gente que se siente sola, perdida… Me he reinventado muchas veces, hay momentos en los que te sientes perdida… pero se puede, es muy posible, salir de ellos".