"Dijo Vicente Ferrer: 'El mundo también se puede salvar con alegría. La esperanza es una hermosa palabra que nunca debe desaparecer de nuestras vidas", con esta frase se inicia un nuevo episodio de Arréglate que nos vamos, el pódcast de Cruz Sánchez de Lara y Charo Izquierdo. Una frase que ambas han elegido porque casa perfectamente con la invitada, Ana de Santos, periodista, experta en sostenibilidad y colaboradora de Magas y Enclave ODS, los verticales de EL ESPAÑOL.
De ella destacan su ímpetu, la dulzura de su voz y su eterna sonrisa. "La puedes encontrar limpiando basuras, la puedes encontrar vestida de princesa, eso sí, con moda sostenible; embutida en un traje de submarinismo o en Instagram hablando de cosmética. Pero siempre está perfecta", dice Charo.
Después de muchos años escribiendo sobre moda y belleza "se pasó al lado verde, que, por otro lado, siempre había sido el suyo, porque tenía un gran compromiso con el medioambiente. Y sigue triunfando, haciendo del verde de la sostenibilidad medioambiental una bandera. Bienvenida, querida amiga", añade Sánchez de Lara.
Ana de Santos está de máxima actualidad por su libro, Vivir sin huella, en el que demuestra su compromiso. "¿De verdad se puede vivir sin huella?", le pregunta Izquierdo. La entrevistada responde: "Vivir sin huella es imposible. Este libro es una guía que ayuda a que quien no entienda qué significa sostenibilidad sepa un poco de qué va el tema, para que no le engañen y tampoco que se aburra cada vez que la escuche".
Lo describe como algo muy práctico: "Son 250 ideas que podemos hacer desde nuestro neceser, armario, ocio, vacaciones, oficina... Desde cualquier ámbito de nuestra vida hay una solución, una alternativa con la que poder vivir bien para el planeta, pero sobre todo para nuestro propio bienestar. Tenemos que hacerlo para salvarnos nosotros".
Cruz Sánchez de Lara siente que Vivir sin huella es un poco suyo también porque ha escrito el prólogo. "Para mí eres un referente, por eso te lo he dedicado", apostilla De Santos. Las dos tienen en común muchas cosas, entre ellas, la maternidad en solitario, que la periodista califica como "lo mejor que he hecho en la vida, pero también ha sido y es duro y requiere mucho esfuerzo físico, mental y a veces con palos en las ruedas".
Pese a que, como muchas personas, Ana ha pasado por momentos duros, como quedarse sin trabajo teniendo un niño pequeño, siempre ha enfrentado a la vida con ilusión: "A veces me he reído de todo, de mi pasado, me sigo riendo y de mi actual presente y de lo que me espera para el futuro. Estamos continuamente en cambios y ahora mismo estoy en época de transiciones. He creado la asociación medioambiental Oxígeno azul, con la que quiero seguir proyectando mi pasión por el océano, mostrar la importancia para la vida de nuestros océanos, que los seguimos utilizando como vertederos".
"El otro día alguien me decía: 'Nuestro planeta no tendría que llamarse Tierra, tendría que llamarse agua'. Porque está compuesto por más de un 70% de agua", apostilla con acierto Charo Izquierdo. "Yo soy signo de agua, mi pasión es el buceo. Para mí el agua lo es todo y cuando estoy en el mar es como si volviese a mí, a mi lugar. Es una conexión brutal la que tengo y me doy cuenta como no existe esa conexión con el mar porque se le tiene siempre un poco de temor, porque no se le ve, no se le conoce... Ya sabéis que solo podemos amar lo que vemos y conocemos y solo podemos cuidar lo que amamos. Entonces, con estas dos frases tan sencillas, mi objetivo es poder trasladar, contagiar este amor y pasión que yo tengo de los fondos marinos a toda la población para que así pueda cuidarlo".
"Bucear bucea mucha gente, pero comunicar así de bien no comunica todo el mundo", responde Cruz. Las autoras y la invitada han reflexionado también sobre el miedo y las preocupaciones a las que se enfrentan las personas en su día a día; ellas, también. Es crucial elegir qué es lo importante. "Lo peor es que cuando tienes ese miedo y ese estrés lo vives como si te hubiera ocurrido. Hay que hacer algo que te lleve a quitarte ese miedo", dice Charo.
"Es peor pensarlo que pasarlo", añade Sánchez de Lara. "El gran problema es el del descanso, el sueño. Vivimos en la inmediatez y no nos permitimos esos tiempos de enfrentar el miedo, tener ese momento de paz. Yo desconecto en la naturaleza. Para mí el amor sería mi religión y la naturaleza mi iglesia", reflexiona Ana de Santos.
Volviendo al cuidado del planeta, la autora de Vivir sin huella es clara: "El planeta en realidad no necesita que lo salvemos de nada. El planeta ha tenido y tiene la capacidad de regenerarse continuamente. Si necesitamos este planeta nuevo o esta forma de salvar el planeta es para nuestro propio bienestar. La crisis climática que existe no es otra que la crisis existencial que tenemos. Para mí es fundamental no confundir esto como un activismo para salvar el planeta. El mejor activismo es el de empezar por nosotros mismos, los cambios individuales son los que hacen el cambio colectivo".
Para terminar, Cruz y Charo le piden unos tips para reducir esa huella de la que habla en su libro y algunos resultan sorprendentes: navegar conectado a cable y no a wifi, no suscribirse a todas las newsletter, solo a las interesantes, no imprimir tanto... "En nuestro día a día, usar productos biodegradables para la ducha, que no liberen tantos plásticos, reducir los botes... En la ropa, quitarnos el complejo de no repetir modelito, sin caer en esa moda rápida que no es respetuosa ni con los sueldos de las personas que lo hacen ni con la sostenibilidad", añade.
¿No te impresiona la cantidad de jóvenes negacionistas que hay?, le pregunta Charo. Ana responde: "Hay tres tipos de jóvenes: el que quiere ser sostenible, pero seguir comprando camisetas a 5 euros; el que hace algo por avanzar y otro que solo quiere ganar dinero y ni siquiera recicla".
Sin embargo, para ella la esperanza está en los niños: "Si les preguntas a ellos no habría COP, (cumbre anual sobre cambio climático) porque ellos te resuelven el problema en un periquete y de forma muy sencilla. Lo tienen muy claro".