"¿Un libro? ¡Cómo si no tuviera suficiente con el resto de mi vida!". Esa fue mi respuesta cuando me propusieron plasmar por escrito, de forma sosegada y extendida y no a golpe de tuit entre estaciones y aeropuertos mis reflexiones sobre nuestros datos y la privacidad.
Eso pasó más o menos en junio de 2023 y en enero de 2024 ya estaba entregando las últimas páginas a la editorial. Por el camino, una reflexión rápida, casi instantánea.
Detrás de mi cambio de opinión, dos razones. La primera, que el libro ya existía dentro de mí y solo había que ordenarlo y la segunda, que sentí que alguien tenía que dar una versión más neutra de todo lo que estamos viviendo a nivel tecnológico.
Estudié ingeniería informática porque creo firmemente que la tecnología es la mejor herramienta para hacer frente a los retos que tiene la humanidad. Nunca hemos contado con tantos avances como ahora, pero también es verdad que eso nos enfrenta a nuevos retos reguladores, legales y hasta éticos.
Desde que en 2006 cofundé la empresa Libelium he podido contemplar de cerca esta revolución que suponen los datos, la inteligencia artificial y el internet de las cosas. Por eso digo que el libro ya existía en mi cabeza, llevaba años recopilando noticias, pensamientos y reflexiones sobre los datos, pero necesitaba un poco de orden.
Al decir 'sí' al libro, me puse a vaciar todo lo que llevaba en la cabeza de forma compulsiva. He escrito en todas las rendijas de mi tiempo, hasta celebré que me cancelaran un vuelo para poder seguir escribiendo… ¡tirada en el suelo del aeropuerto de Riyadh!
Quizás por esa informalidad o precariedad en el proceso de escritura, el tono es irónico y uso el humor tanto como puedo. Y siendo sincera, de otra forma no te lo ibas a leer.
Porque este libro no es para gente técnica, sino para toda la demás. Mi madre, mis amigas, ¡hasta mis hijas pequeñas! Todas esas personas que quieren saber cómo la tecnología influye en sus vidas (por ejemplo, para encontrar trabajo) y qué pueden hacer al respecto.
Lo primero es desmitificar ese Apocalipsis tecnológico al que parecemos abocados y repasar las claves que nos han traído hasta aquí. Sin duda, lo más destacable de estos últimos años ha sido la velocidad a la que evoluciona todo.
Viendo las fechas de las revoluciones industriales, me planteo si nuestro principal riesgo en estos momentos no es el ritmo de avances que no siempre podemos digerir a tiempo. Y si nos atragantamos con estos avances, tampoco es nada nuevo en la Historia, y si no, que se lo cuenten a los seguidores del General Ludd, de quien también hablo en el libro.
También he querido entrar en el jardín de la seguridad y la vigilancia que ejercen nuestros gobiernos sobre la ciudadanía. Hablar de Snowen y del escándalo de Cambridge Analytica en el Brexit era obligatorio. Pero también he querido reflexionar sobre si esta vigilancia era nueva o no. Y sobre lo más importante: qué diferencia marcaba la tecnología en estos casos.
También encontrarás historias divertidas sobre los chistes que chatGPT considera “aceptables”, la importancia de los sesgos en los algoritmos de inteligencia artificial o qué tienen en común los últimos de Filipinas con las fake news.
Lo que más me costó fue la parte del valor de nuestros datos. No pretendía hacer un ensayo económico, sino abordarlo desde diferentes perspectivas: desde lo que puedes comprar en la dark web hasta lo que cobran los trabajadores de los datos.
Te adelanto que este, no es un libro de respuestas, sino de preguntas. Encontrarás un montón para hacerte pensar y sacar tus reflexiones, que en definitiva, era lo más importante para mí. No pretendo imponer ninguna opinión en este libro, pero tampoco quiero que aceptes sin pensar la que te ofrecen los medios de comunicación y las empresas tecnológicas (la mía incluida).
Aún así, he querido dejar un espacio para la esperanza, la datocracia (que no dataísmo) o cómo los datos pueden ayudarnos a tener una mayor transparencia en nuestras instituciones. Y una vez más, no me quedaré en teoría, te prometo que hay ejemplos de cómo los datos sirven para empoderar a las personas y no para vigilarlas.
Por último, y pese a que no era la idea inicial, incluí una mini guía práctica con consejos para leer políticas de privacidad, cómo gestionar eso de las cookies y alguna otra cosa que te ayude a tener un poco más de control de tus datos.
Incluso desarrollé el concepto de mindfulness digital que, de nuevo, espero te haga reflexionar sobre tu relación con la tecnología.
Pese a la presión, la experiencia de escribir este libro ha sido uno de los mejores regalos que me he hecho a mí misma en forma de tiempo para pensar y profundizar en temas que me parecen clave.
Espero que al leer este libro sientas que estás conversando con una amiga que te explica de la forma más cercana, divertida y clara posible por qué son tan importantes tus datos. Te deseo una feliz lectura, pero, sobre todo, espero que todas estas ideas te ayuden a encontrar y definir las tuyas propias.