Su evolución es imparable. Tras ocho años en la compañía de joyería Aristocrazy, perteneciente al Grupo Suárez, Melanie Soucek Labelle ha sido nombrada directora general, tomando el relevo de Francisco Álvarez.
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La ejecutiva pasó por numerosas firmas de éxito, como Apodemia o Sephora, antes de involucrarse en el desarrollo de Aristocrazy, primero, como directora de área de retail, luego de todo retail. Conversamos con ella tras su nombramiento, sobre su trayectoria y su percepción de un sector en constante cambio.
¿Cómo llegó al mundo de la moda? ¿Cuál ha sido su evolución?
Desde pequeña me llamaba mucho la atención el mundo de la moda y cuando acabé mi carrera (ICADE) en Alemania, dónde hice unas prácticas en moda en el grupo Escada, empecé a oír a hablar mucho de Aristocrazy y dije: 'Ahí tengo que trabajar yo'.
Estuve persiguiéndoles un tiempo hasta que me dieron la oportunidad de incorporarme en su famosa tienda de Serrano. Estuve unos meses hasta que surgió una opción en oficina como area manager, de ahí pasé a llevar franquicias internacionales para más adelante asumir el puesto de training manager.
Éramos muy pocos en ese momento, por lo que también apoyé al departamento de marketing unos meses. Después de 4 años asumí el puesto de dirección de retail y hace unos meses me dieron la gran oportunidad de asumir la dirección general, un gran reto para mí después de 10 años en la empresa.
En toda esta trayectoria me fui y volví dos veces por diversos motivos, y esta última pensé: 'A la tercera va la vencida' y aquí estoy disfrutando con pasión, humildad y constancia este nuevo puesto. Durante ese impasse estuve en Apodemia y monté una marca catalana de zapatos en Madrid, pero todo me volvió a traer aquí, a la que siempre fue mi casa y siempre eché tanto de menos.
¿Cómo definiría Aristocrazy? ¿Qué representa la marca para usted?
Aristocrazy es una marca de joyería adjetivada por la moda, dónde la pasión y el compromiso destacan en cada cosa que llevamos a cabo. Para mí esta marca es como si fuera mía y así actúo con cada paso que doy. Ha supuesto toda mi carrera y crecimiento profesional. Ha ocupado varios puestos, en diferentes departamentos.
¿Qué balance hace de su carrera en el equipo de Aristocrazy?
Haber podido estar en varios departamentos me ha dado la visión global y completa de cómo funciona este sector, además de conocer al 100% de la plantilla, que es una de las mayores ventajas con las que cuento actualmente.
En Aristocrazy siempre decimos que una vez entras en la empresa y experimentas lo que es esto, te empieza a correr sangre morada por las venas. Es una de las mayores ventajas con las que cuenta Aristocrazy, las personas que la componen y con el compromiso y pasión que trabajamos cada día.
¿Qué le gustaría implementar en el futuro?
En el futuro me gustaría poder experimentar más el área de experiencias, donde ahora mismo tenemos piercing y tatú y considero que marca la diferencia respecto a nuestra competencia.
Estamos volviendo a los inicios de la marca en cuanto a producto y es algo en lo que creo y confío muchísimo. Y por supuesto, mi idea y mi proyecto son hacer evolucionar al equipo lo máximo posible. La parte internacional es un camino que nos queda mucho por explorar y crecer y ahí hay una gran apuesta también.
¿A qué retos se tuvo que enfrentar a lo largo de su carrera? ¿Cambiaría algo?
En cuanto a retos, muchísimos, pero si tuviera que destacar alguno en concreto serían los inicios de la marca y la apertura de los primeros puntos de venta y los primeros franquiciados, donde además todos hacíamos de todo y nos guiábamos por nuestros instintos, tirándonos a la piscina una y otra vez, pero hasta aquí hemos llegado por lo que algo hicimos bien. No cambiaría nada, todo nos ha hecho aprender y crecer como empresa, disfrutando del camino que es lo más importante siempre.
¿Diría que el sector de la moda es más exigente que otros?
Rotundamente, sí, más bien el sector retail es muy exigente. Y si hablamos de joyería todavía más. El cliente tiene que estar en el centro de todo y trabajamos por y para él. Nuestra experiencia en tienda tiene que ser maravillosa, y nuestros clientes se tienen que ir hablando de la persona tan profesional que le explicó todos los metales y piedras naturales de la joya que ha comprado, y recordar ese momento para siempre.
Cuando Aristocrazy nació éramos muy pocos, siempre digo que nadábamos en un océano azul, en Maldivas. Pero ahora el sector está lleno de tiburones y hay que ser excelentes y ambiciosos en cada cosa que hacemos para que no nos coman.
¿Cómo cree que va a evolucionar en los próximos años? ¿Y la joyería?
Estamos viviendo una situación complicada a nivel macroeconómico y esto afecta mucho al consumo de las familias en este tipo de sectores. Eso, sumado al cambio generacional y de prioridades que tienen las personas actualmente, donde prima el ocio y el disfrute ante todo lo demás, se convierte en que tenemos que ser todavía más ambiciosos con lo que hacemos todos los retailers.
La joyería es un mundo precioso, pero complicado a la vez, aun así creo que aportamos valor a largo plazo y una inversión a futuro, por lo que siempre he sido positiva en cuanto a nuestro futuro. Si ya hemos pasado una etapa como el Covid, podemos con todo.
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¿Ve la digitalización masiva como una oportunidad o un reto? ¿Y la inteligencia artificial?
Lo veo como una oportunidad y un reto a la vez. La gente está cogiendo velocidad de crucero en esto y no nos podemos quedar atrás. También es cierto que en el mundo de la joyería al cliente le gusta tocar, experimentar y que le expliquen el producto, por lo que las tiendas físicas tienen muchísimo peso.
La digitalización masiva también permite la compra en un solo clic, lo que hace que puedas dedicar ese tiempo a otras prioridades y a permitirse tiempo de calidad en uno mismo.
La inteligencia artificial es otro mundo que me tiene alucinada, últimamente veo cosas que nos van a facilitar muchísimo el trabajo del día a día y que nos va a permitir ser mucho más eficientes y ágiles. En nuestro caso estamos empezando a utilizarla para ciertos procesos, pero no todo lo que deberíamos, espero que, dentro de poco, mucho más.
¿A qué público le gustaría llegar? ¿Qué cree que esperan las nuevas generaciones?
Tenemos la suerte de tener mucho cliente fiel que confía en nuestra marca, abarcamos por suerte a un amplio rango de edad. Siempre he dicho que a nuestra tienda vienen tres generaciones y las tres tienen dónde elegir. Las nuevas generaciones esperan mucho más, esperan experiencias absolutamente diferentes, algo que les haga vibrar, que les haga sentir nuevas emociones.
Además, no lo están poniendo fácil con el compromiso, ya que como mencionaba antes, ellos priman el cuidarse a sí mismos y el disfrute, quieren más teletrabajo y menos responsabilidad y en el mundo del retail no siempre es posible.
Nuestras tiendas abren un amplio horario y cada vez es más complicado encontrar personas que acepten trabajar fines de semana y horarios duros hasta las 22 h de la noche.
¿Siente que sigue existiendo desigualdad a nivel empresarial?
En el caso de Aristocrazy no. Aquí además somos un altísimo porcentaje de mujeres que demuestran cada día lo que valen.
¿Cuáles son sus fortalezas? ¿Qué cree que puede aportar a nivel personal y profesional?
Mis fortalezas son la manera de comunicar y motivar a los equipos. Siempre he intentado liderar a través del respeto. Además, tengo facilidad para cocrear con los equipos y generar ideas únicas que nos hagan más fuertes.
A nivel personal aporto mi energía, y a nivel profesional mi compromiso. Tengo claras mis tres bases; lealtad, pasión y humildad. Trato de rodearme de los mejores y sacar lo mejor de ellos, pregunto muchísimo cada día, me encanta tener muchas opiniones para poder contrastar y tengo la mente abierta, me encanta que me reten.
¿Qué consejo suele dar?
El consejo que doy es el que me aplico a mí misma en mi día a día, trabajar con ilusión, pasión y ganas. Si eres feliz en tu trabajo se convierte en tu vida y todo sale de forma natural y positiva. Disfrutar del camino es la clave, vida solo hay una y hay que aprovecharla al máximo.