Entrevista

Malena Alterio, Kira Miró y María Botto, revueltas y desmadradas en su último estreno veraniego: "Me empeñaba en suspender alguna para hacerme la malota"

"Esta película dice: ¡date una oportunidad y dásela a quien tengas al lado porque te puede traer cosas bonitas, es verano!"

Fecha de publicación:
Fotografía

Esteban Palazuelos

Estilismo

Ana Pérez Santa María

Maquillaje

Roberto Siqueiro

Peluquería

Iván Barreda

Asistente de producción

Rocío Chozas Martínez

Acaba de terminar la sesión de fotos y María Botto recibe un whatsapp: tiene gazpacho y ensaladilla en la nevera para cuando regrese a casa. Kira Miró lo celebra mientras llega con un plato de fruta, y bromea diciendo que el último detalle que han tenido con ella no se puede contar porque es privadísimo. Las tres ríen. Malena Alterio cuenta que le hicieron una fiesta sorpresa por su cincuenta cumpleaños.

Estamos en la suite principal del hotel Intercontinental, y tres de las mejores actrices de este país se sientan con Magas para charlar a propósito de su último proyecto coral, la película Odio el verano, una comedia ligera de Fer García-Ruiz que defiende una tesis muy actual: que las personas, por diferentes que seamos, podemos aprender unas de otras e incluso pasarlo bien… especialmente en verano.

Foto uno de Kira, Malena y María

Malena: Top de Isabel Sanchis, pantalones de Artôla, zapatos de Ceibo Concept y pendientes de Bibi Marini
María: Smoking de Tot Homt, zapatos de Ceibo Concept y pendientes de Bibi Marini
Kira: Top y pantalones de Artôla y zapatos de Ceibo Concept

¿Qué está pasando? ¿Vivimos en una época en la que hace falta recordarnos la necesidad de hablar con personas que sean diferentes a nosotros?

Malena: Sí, esta película es más que necesaria. Estamos pasando un momento realmente terrible, con un grado de violencia y agresividad enorme a todos los niveles. ¿Nuestros políticos? No dan ejemplo. Y estamos todos con la piel muy fina y sin escuchar, cada uno queriendo dar su discurso y su opinión y no escuchando ni viendo a la persona que tenemos enfrente. Esta película es amable, es divertida, entretiene, pero sobre todo me gusta porque tiene ese mensaje.

Kira: Tenemos que hacer un esfuerzo por liberarnos de los prejuicios. Es muy difícil quitárselos, ya lo sabemos, y lo normal es enjuiciar a alguien por su apariencia, pero todos tenemos un corazoncito y una mochila. Esta película va por ahí diciendo: ¡date una oportunidad y dásela a quien tengas al lado porque te puede traer cosas bonitas, es verano!

María: Algo que me gusta de esta película es que los personajes piensan que ya han llegado a un lugar, que ya están ‘hechos’ pero a lo largo del guión van cambiando, porque cada uno encuentra qué necesita para seguir avanzando. Eso se hace escuchando. Y las mujeres tenemos gran capacidad de escucha.

Siendo una comedia, lo cierto es que la película Odio el verano no es maniquea: tres familias se ven obligadas a convivir por casualidad en un airbnb… y el momento exacto en que se hacen amigas es diciendo la frase “mi marido es imbécil”.

Malena: (risas) Ahí hay comunión entre nosotras, aunque tardamos un poco más en conectar con Kira. ¡Son todos prejuicios! A un matrimonio los llamamos ‘los estiraos’ pero nosotros somos unos ‘cazurros’, nadie se salva, todos son humanos. Lo bonito es que al final del verano los personajes comienzan a escucharse y podrán ver otras formas de estar en la vida.

María: Nuestros tres personajes femeninos tienen sororidad y cuando bromean con el personaje de Kira es porque saben que puede encontrarse más feliz de otra manera. Hay mucha comunicación en la película.

Mono de Etxart Panno y zapatos de Ceibo Concept

El amor y el verano

¿Qué es lo mejor y lo peor del verano para ustedes? Las vacaciones pueden ser maravillosas a priori, pero también se pueden complicar…

Kira: Lo mejor es que los días son más largos y hay muchos planes. Lo peor es que se acaben.

María: ¡No hay nada malo en el verano y en las vacaciones, lo único malo es que llegue septiembre! Las notas del colegio eran un suplicio para mí.

Kira: Yo era de todo sobresalientes. Me empeñaba en suspender alguna para hacerme la malota.

Malena: Me quedo con las chicas, lo peor es septiembre. En todo caso, a veces, la ansiedad de hacer demasiadas cosas.

Sobre aparentar un verano perfecto, el personaje de Kira en la película sólo persigue una buena foto para Instagram y hay frases como “si alguien pregunta dónde estamos diremos que en la suite presidencial de un gran hotel de lujo”, y todo lo contrario, “no somos merecedores de tanto lujo…”.

Malena: Es una paleta interesante de los estratos sociales, se describe a una clase media más impulsiva, a otra más refinada... ¡Pero falta mucha gente!

María: El argumento tiene que ver con no perder la capacidad de ilusionarse con las cosas. Todos los personajes plantean un anhelo real no cumplido, como ocurre en la vida real. En el mío, por ejemplo, ese cambio tiene que ver con iniciar algo que sea de los dos, de la pareja. En el caso del de Kira, tiene que ver con esa cosa superficial de querer aparentar. Todos tenemos en la vida un anhelo que vamos persiguiendo y necesitamos tener un proyecto.

Foto uno de Kira, Malena y María

El film plantea que en verano tenemos la posibilidad de repensar cómo conseguir hacer algo que por fin nos llene… ¿Se revive cada vez que llega un nuevo proyecto o una posibilidad, cada septiembre?

María: Para mí es importantísimo. Un proyecto donde te sientas útil es fundamental. He conocido actrices que han estado seis años sin trabajar y que casi no podían caminar, empezar a hacer una serie quince años después de estar en paro y ¡verlas revivir! Sentir que haces algo por el otro, que eres útil a la sociedad, es importantísimo.

Kira: Yo lo he vivido en mis propias carnes. Todos tenemos un poco de síndrome del impostor. Tuve una época en la que trabajé mucho y otra en la que muy poco. Y ahora se ha reactivado otra vez, pero gestionar ese tívoli no siempre es fácil, hay parte de montaña rusa y es importante anclarte bien a ti misma, a tu gente y a tu familia. No hay que tomarse el éxito como ‘soy una diosa’ y el fracaso como ‘soy basura’, porque no depende del talento que tengas. Hay actrices talentosísimas que ni siquiera han tenido la oportunidad de demostrarlo. Las circunstancias de la vida son así para todos: te eligen por algo anecdótico, a nosotras porque al prota le va mejor una actriz que otra, hay muchos factores que no dependen de una.

Malena: O gestionar la sobredosis. Yo ahora estoy un poco cansada, pero a la vez agradecida, feliz, entusiasmada, porque cada proyecto es distinto. Y eso me pone cachonda, no sé si puede decir esa palabra. Mi papá tiene 94 años y acaba de estar haciendo teatro. Él tiene su pasión y gasolina, que es este oficio. Lo ves un señor mayor, con sus dificultades por tener 94, pero se sube al escenario y te quedas loco. Soy su hija, no soy muy objetiva claro (sonríe), pero está contrastado que eso pasa. Somos privilegiadas las tres, tenemos un oficio que nos gusta y más o menos trabajo. La gran mayoría de los compañeros no lo tienen y es una putada. Somos afortunadas.

¿Les gusta que las mimen en su vida privada? ¿Lo reclaman? ¿Cuál ha sido la última vez?

María: Imagínate. Me esperan una ensaladilla y un gazpacho en casa. ¿Hay algo más increíble?

Kira: A mí cada día me miman mucho. La última yo no la puedo contar.

Malena: (risas) Yo la cuento. No había organizado nada para mis 50 porque estaba muy liada con el trabajo y los eventos y pensé ‘ya lo haré’. Pero me hicieron una fiesta sorpresa en casa. Estaba esperando una supuesta videollamada con Conchita Casanova, con Majós mi representante, y yo le decía ‘es que el código no entra’ y ella me decía ‘espérate, que ya verás como entra’ (risas). Y de repente sonó la puerta y entró todo el mundo, mi familia y mis amigas…

Pongamos que un martes de septiembre no tuvieran trabajo, algo altamente improbable. ¿Qué harían?

Malena: Yo ocuparme de mi cuerpo y mi cabeza. Hacer mi bikram yoga que es un horror pero es maravilloso.

Kira: ¡Titular! El yoga es un horror pero es maravilloso (risas). Yo viajar. Ver a mis amigas, ver a mis sobrinos. Hacer deporte, bailar. Apuntarme a clases de baile.

María: Yo soy muy obsesiva, cuando no estoy trabajando y no es época de vacaciones organizo proyectos, llamo a quien sea y me invento algo. Vamos a hacer una ‘obrita’. Solo paro si es agosto, si no, me genera mucha culpa.

Malena: Paradójico, como la vida. Yo retomar el inglés, que sigo en el Present perfect, Past simple. A mí los estudios se me daban fatal. ‘Hola, me llamo Malena, soy fracasada escolar’. ‘Hola soy Malena, he repetido’.

Top de Tot Homt, falda de Chu Ioffe, zapatos de Gamo pendientes de Bibi Marini

Pero tiene usted un Goya…

Kira: ‘Repetí curso, pero tengo un Goya’, otro titular.

Malena: Yo andaba un poco perdida con los estudios. No daba pie con bola. Y de repente me apunté a la escuela de Cristina Rota [la madre de María Botto] un poco como quien hace una extraescolar, porque mi hermano estaba allí. No era la intención, se fue dando y me encontré con el grupo de gente, con el lenguaje, la idea de exponerme y me sirvió para mi inmensa timidez, para estar afuera, estar presente, y así, pasando cuatro años, terminé la escuela y apareció mi representante, Majós. Pasaron años hasta que aparecieron trabajos. Luego vino el éxito de Aquí no hay quien viva, todo se ha ido dando gradualmente y no me he sentido exigida. Aunque yo misma nunca siento que estoy al nivel.

Descripción cruzada

¿Se conocen desde hace mucho tiempo? ¡Estudiaron todas juntas!

Kira: Sí. Malena y yo en el casting de Aquí no hay quien viva.

Malena: Que a mí me salió como el culo (risas). Laura Caballero me quería pero me salió fatal. Ya llevamos unas cuantas dadas. María me dirigió hace mil años en la escuela, con Náufragos.

María: ¡Es verdad! No me acordaba, en una obra musical. Y tu hermano Ernesto iba a mi clase.

Kira: Yo las conocí en la escuela también.

A ustedes las conoce mucha gente pero quizás no se las conozca en realidad. ¿Se pueden describir en cruzado?

Kira: ¿A estas mujeres? Es imposible.

Tómenlo como un ejercicio interpretativo de su común escuela… Dos adjetivos.

María: Me lanzo: Kira es zen y elegante.

Malena: Yo también le daría la alegría a Kira.

Kira: (risas) Ah, pues gracias.

María: Y cuando no te lo esperas, Kira está como una cabra (Risas).

Sobre Malena Alterio y María Botto…

María: Malena es reservada y afectuosa.

Kira: Malena es muy cariñosa. A María te doy el trabajo y la disciplina.

Malena: María era la sexy del grupo, es seductora. Con su propio estilo, claro, pero tiene esa coquetería y cosa seductora irresistible.

Una duda, ¿de dónde sacan esa ilusión contagiosa que las tres transmiten?

Kira: Yo sólo quiero una cosa en la vida, tener salud y seguir comiendo de esta profesión. Ser como su padre, con 94 en un escenario.

Malena: Mi ilusión es que no se me vaya la ilusión (sonríe). Cuando llevas bastantes tiros dados, nada te pilla de sorpresa. Pero de repente, sucede algo. Por ejemplo, en la última película me volví del revés, y me encantó volver a reencontrarme, trabajar con la improvisación, ilusionarme, descubrirte una y otra vez, ese es el objetivo.

María: Eso es (agita las manos), levantarnos cada día y crear esa ilusión de construir. Nunca está todo hecho, la vida son piezas de lego que voy poniendo. Y a veces hay que quitar alguna y volver a ponerla de otra manera. Un martes cualquiera es un buen día también para volver a empezar y construirse de nuevo. Y el verano es una oportunidad siempre.

Foto uno de Kira, Malena y María

El mundo del cine

Para María Botto lo más importante del cine es “encontrar historias y construirlas. Lo que menos me gusta es todo lo superficial. Que una película sea un deseo de ser famoso”. Para Botto, estamos en un buen momento del cine en nuestro país, sobre todo por la diversidad de temáticas, “los derechos humanos no son estáticos, hemos visto que en algunos lugares pueden retroceder y hay que hacer películas para recordar que existe la diversidad, que somos muchos y que mientras nos respetemos, uno puede creer en quien quiera y amar a quien quiera. Y el cine español actual refleja eso. Poco a poco hay espacio para todas las personas que habitamos este mundo y por eso las historias salvan: no estoy sola”.

Para Kira Miró, “han crecido los canales de comunicación”. Malena Alterio añade que piensa que “los móviles nos han quitado capacidad de atención. Hay pelis maravillosas pero necesitan un tiempo, tenemos que hacer ese ejercicio”. Y añade que ayer mismo estuvo viendo el documental de Lina Morgan, “ya sé que esa época forma parte de nuestra historia, incluso siendo machistas, hubo grandes producciones, pero doy gracias de vivir hoy en día: ahora hay una diversidad y un público divertido, un cine de autoría y uno comercial. Cuesta mucho, cuatro o cinco años, diez, en levantar una película. Espero y deseo que el machismo en todas sus formas no vuelva de nuevo, a veces creo que vivimos en un micromundo en el que pensamos que muchas cosas están superadas, y no”.

Vestido de Chu Ioffe, zapatos de Gamo y pendientes de Bibi Marini

¿Por qué creen que son tan importantes las historias?

María: Porque uno puede sobrevivir por una película. Toda mi infancia la puedo resumir por las películas que vi. Los Goonies. Cuando tenía rabia veía Terminator, las películas me salvaban de romper cosas. Si tenía tristeza veía Lo que queda del día. Una película o una canción te acercan a la explicación de lo que estás sintiendo. Los contadores de historias nos salvan porque hacen que no nos sintamos solas o solos, que otras personas sienten lo mismo, por eso es tan hermoso.

Kira: Los Goonies eran mi pandilla, eran mis amigos. En un momento en que no tenía amigos. Y los Bicivoladores.

Malena: Yo veía sin parar el musical Annie. Me encantaba la señora Hannigan.

María: Annie nos marcó mucho, era una niña que lo pasaba fatal pero cantaba y sobrevivía a todo.

Malena: El cine dos cosas extraordinarias. Por un lado nos explica, hace que nos entendamos: uno ve películas y ve el mundo, contempla cuántas vidas e historias existen. Pero el mundo es muy grande y el ser humano inabarcable, y el cine consigue también lo contrario, recordarnos que en esencia no distamos tanto. Puede que culturalmente sí, pero nos unen el alma y los amores.

Agradecimientos

Agradecimientos especiales al Hotel InterContinental Madrid.