Como la mismísima Gillian Anderson interpretando a Dana Scully en Expediente X. Así se ha sentido toda la vida Esther Gil, una tecnóloga geoespacial experta en teledetección y sistemas de información geográfica.
¿En quién se iba a fijar si no durante los años 90? En aquellos momentos, y como ella misma afirma, "no había mujeres reales que se dedicaran a este sector". Su única opción, entonces, fue tomar como referencia a una mujer de la ciencia... ¡pero de la ciencia ficción!
Esther Gil es un ejemplo más del denominado efecto Scully, la reacción multitudinaria que se dio en las mujeres de final de siglo tras ver Expediente X, que provocó que muchas de ellas eligieran estudiar carreras científicas como hizo la protagonista de esta serie de ficción.
En su caso, Gil se decantó por las ciencias ambientales. Aunque, unas décadas después, ha alcanzado el puesto de directora de Tecnologías Geoespaciales en la empresa Xcalibur Smart Mapping. Además, es especialista en sistemas de información geográfica y experta en teledetección. ¡Toda una Scully del siglo XXI!
El efecto Scully
Dana Scully fue un personaje de Expediente X creado por el guionista Chris Carter en 1993. Su interpretación corrió a cargo de Gillian Anderson, que jugó el rol de mujer empoderada, la voz de la razón y la cabeza pensante de la serie: pura sensatez y poderío.
Además de su personalidad, Dana Scully jugó un papel protagonista en Expediente X, hecho que en plenos años 90 no era usual. Por aquel entonces, las mujeres estaban supeditadas, tanto en la pequeña como en la gran pantalla, a papeles secundarios, amantes, esposas o hijas.
Hace unos años, su legado e influencia en las generaciones posteriores quedó demostrada en un estudio realizado por el Instituto Geena David. Este concluye que, en una encuesta a más de 2.000 mujeres estadounidenses, el 50% de las espectadoras de Expediente X afirmaban haber aumentado su interés en carreras STEM gracias al personaje de Dana Scully.
Este fue el caso de Esther Gil: "Cuando yo era joven había pocos referentes femeninos. Los míos fueron de las películas y la ciencia ficción, como Scully. Me sentí muy identificada con ella: quería ser ella porque era una persona brillante, inteligente, valiente y muy empoderada", comenta la tecnóloga geoespacial.
Esther Gil siguió su estela
Gracias a Scully y otros personajes femeninos de la ciencia ficción, Esther Gil se decantó por la ciencia. Su carrera empezó en la facultad de Ciencias Ambientales, aunque pronto se pasó a tecnologías más sofisticadas, como es la teledetección.
"Todo esto suena un poco complejo, pero en realidad lo que hacemos es gestionar, comprender y analizar la información que tiene una posición geolocalizada en la superficie terrestre. Nuestra empresa es líder mundial en la industria de geofísica aérea", explica la científica.
Qué es la teledetección, especialidad de Esther
Es la técnica de adquisición de datos de la superficie terrestre desde sensores instalados en plataformas espaciales, como aviones o drones. El ojo humano solo ve una pequeña parte del espectro electromagnético. Sin embargo, estos sensores tienen la capacidad de identificar gran cantidad de elementos.
La teledetección se ha estudiado durante muchos años. Primeramente, se utilizaron globos aerostáticos, luego aviones y, a día de hoy, satélites. En los últimos 15 años se ha dado una revolución tecnológica que ha ayudado a almacenar y procesar toda la información recogida.
Con toda esta información, Esther Gil y su equipo consiguen conocer las características de los elementos que hay bajo la superficie de la tierra, como la densidad de los materiales, los tipos de minerales o incluso la presencia de agua. Su objetivo es obtener información del capital natural, tanto de recursos renovables como no renovables.
"A día de hoy, todo el mundo utiliza sistemas de información geográfica. Por ejemplo, Google Maps. Gracias a él tenemos datos sobre las carreteras, pero se puede extrapolar a la información sobre el agua, la geología, los espacios protegidos...", explica Esther Gil.
¿Te ha resultado difícil encontrar referentes femeninos en tu profesión?
A lo largo de mi vida, no he tenido muchos referentes femeninos en el mundo de la teledetección. Sin embargo, a día de hoy tenemos muchos más: un ejemplo es Sara García Alonso, la chica propuesta para trabajar como astronauta en la Unión Europea.
Los referentes que nos daban en la escuela eran muy lejanos, como Marie Curie: sabía que era alguien que se dedicó a la ciencia, pero no ha sido hasta una edad más adulta cuando me he dado cuenta de todo el esfuerzo que tuvo que hacer.
Cuando yo era joven había pocos referentes femeninos y, la mayoría que teníamos, fueron por las películas y la ciencia ficción. Ahora está muy de moda lo que llaman el efecto Scully porque una de las protagonistas de Expediente X fue una mujer científica en plenos años 90. Yo me sentí muy identificada con ella. Yo quería ser como ella.
Era una persona brillante, inteligente, valiente y muy empoderada. Mis referentes no fueron tan reales como las que vi en las películas y en las series de ciencia ficción. Creo que afortunadamente ese tipo de cosas están cambiando hoy en día. Actualmente, tenemos más referentes femeninos en la realidad pero, en mi caso, no tenía acceso o no conocíamos a ninguna mujer real que se dedicara a eso.
¿Te consideras una mujer pionera en tu sector?
La pregunta es compleja, pero no, no creo que sea una pionera: simplemente me gusta lo que hago. He tenido siempre la facilidad de poder desarrollar esta parte científica de mi vida.
Es verdad que me he enfrentado a retos complicados en un ambiente predominantemente masculino. Por ejemplo, he sentido que mi opinión científica pareciera en alguna ocasión menos válida por ser mujer. También he vivido muchas veces que, en reuniones, he sido yo la única mujer que asistía. Me ha pasado y me sigue pasando.
Sin embargo, cuando he defendido mis argumentos con criterio científico, no he sufrido ningún tipo de rechazo. Nadie ha puesto en cuestión que aquello que argumente no sea válido. Pero sí, ha habido momentos en los que, siendo mujer, uno se siente un poco más solo en un ambiente mayoritariamente masculino.
"He cobrado menos que mis compañeros hombres y he tenido que responder a preguntas sobre mi vida personal"
Entonces, ¿has tenido que superar barreras de género en el ámbito laboral?
Sí, sin duda. Hay algo que creo que nos pasa a todas las mujeres, que es el hecho de que se juzgue nuestra vida personal en un ambiente que es completamente laboral. De hecho, no creo que ocurra solo en el ámbito científico, creo que se da en muchos otros ámbitos profesionales. He tenido que aguantar esas preguntas sobre mi vida personal constantemente, cuando a ninguno de mis compañeros hombres no les han hecho ese tipo de preguntas.
"¿Vas a ser mamá o te gustaría ser mamá?" A ninguno de mis compañeros masculinos les han preguntado por eso. Es una pregunta estándar que se solía hacer a las mujeres y no a los hombres. En ese sentido, también he vivido algunos momentos de mi vida en los que he sentido que, por ser mujer, he cobrado menos que mis compañeros hombres.
Creo que esas cosas sí que están cambiando hoy en día. Es algo que actualmente noto que ha cambiado, ha habido una evolución, pero a lo mejor al comienzo de mi carrera sí que he visto esa situación de que probablemente ejerciendo el mismo trabajo que otros compañeros hombres, cobraba menos que ellos.
"Aconsejo a otras mujeres que no se adapten a un mundo de hombres, que no se escondan"
Al igual que tú diste el paso y te adentraste en este mundo tan masculinizado, ¿cómo animarías a otras mujeres a hacerlo? ¿Y a las jóvenes promesas de la ciencia?
Lo primero que les diría es que no tengan miedo de afrontar nuevos retos y que se atrevan con aquello que no se ven capaces: que den el salto, que lo intenten.
Todos los momentos importantes en mi vida profesional han venido después de situaciones en la que no me veía capaz de lograr mis objetivos, y que han permitido demostrarme, sobre todo a mí misma, que tengo la capacidad, el conocimiento y la actitud para romper los límites. A veces nosotros somos nuestros propios límites.
Mi mejor consejo sería que no se intenten adaptar a un mundo masculino, es decir, que no se escondan como mujeres ni dejen que su personalidad sea juzgada desde un prisma estereotipado.
Somos mujeres y somos cada vez más mujeres en un mundo masculino. Nos tenemos que sentir orgullosas de esto. No podemos dejar que nuestras cualidades se escondan porque son igual de valiosas. Aunque, afortunadamente, las cosas están cambiando.
"Hace unos años, todos los currículums que llegaban a la empresa eran de hombres. Ahora no, y eso es un síntoma de que vamos en buen camino"
¿Crees que estos cambios traerán la igualdad real al mundo de la ciencia?
Creo que estamos en camino de ello, pero dependerá de muchas circunstancias. A mí me gustaría pensar que sí. He notado cambios a lo largo de mi vida, incluso a día de hoy.
Antes, cuando buscábamos a gente para incorporar en nuestros equipos, casi todos los currículums eran de chicos. Hoy en día, cada vez vemos más de mujeres. Y ahí llega la paridad, en que momento en el que tenemos tanto currículums de mujeres, como de hombres. Eso ya es un síntoma de que algo está cambiando, algo está evolucionando.
Me gustaría pensar que podríamos llegar al momento de igualdad o paridad, aunque creo que todavía queda camino, quedan cambios tanto educacionales como institucionales.
¿Cambios institucionales como cuáles?
Creo que ya se están haciendo cosas, como educar a las mujeres en la ciencia. Siempre se ha tendido a mostrar o a intentar incentivar a las mujeres a que cogiesen otro tipo de carreras como comunicación o diseño. Las mujeres también podemos hacer ciencia, ¡podemos dedicarnos a la ciencia!
Por supuesto, tener referentes es algo muy importante porque nos acerca más a la realidad. Cuando tenemos referentes reales entendemos que todo esto es posible, que no es algo lejano.
Hay que incentivar las oportunidades a las mujeres para que puedan acceder a lugares que hoy en día son predominantemente masculinos. Tenemos que dar facilidades porque, si no, es difícil que haya referentes como lo fue Scully, pero en el mundo real.