¡Abrazar el planeta entero de un solo tirón! ¿Qué viajera no ha pensado alguna vez con cumplir esta fantasía? Aunque se presente como un reto lejano, no se debe vivir como un sueño imposible. Marcarse unos objetivos bien definidos es el primero de los pasos para empezar la aventura; no escuchar las voces que entorpezcan los propósitos, el segundo. La especialista en viajes y coordinadora de la agencia 3000km, Nuria Aloy, nos cuenta su experiencia para poder redirigir nuestros deseos y orientarlos hacia el camino de la realidad.
Nuria decidió enrolarse en la aventura de dar la vuelta al mundo con 23 años. "Tomar la decisión, unida al momento en el que me encontraba y las ganas de cumplir con una 'lista mental de destinos' hicieron que empezara a caminar en la dirección que quería". Aunque la decisión fue difícil, Nuria miró hacia atrás y cogió impulso: "no hay decisiones correctas o incorrectas. Comencé un viaje sin fecha de caducidad".
La organización
Nuria Aloy siempre viaja ligera de equipaje: con los ojos abiertos de par en par, la mente despejada y la ética como principal estandarte. Su ambición de saber más y más es un objeto de deseo para las personas que la rodean y su capacidad de reflexión, tolerancia y humildad la convierten en una mujer conversadora que sabe escuchar y analizar cualquier situación en cualquier momento.
Desde pequeña, esta viajera inquieta, se fue imaginando en los lugares concretos que quería visitar, otorgándole a su imaginación infantil un poder de creación que ha sabido mantener en la edad adulta. De exploradora en las ruinas de Luxor, con los mejores alpinistas en el Anapurna o descansando con una pamela y un coco en las playas de Railay.
Con el paso del tiempo, la lista creció y, según cuenta ella, nunca está completa: "el mundo es maravilloso y cambiante: nunca baja la misma agua por el mismo río". Pero, ¿por dónde empezar? ¿Qué se necesita para recorrer este camino? "Como cualquier viaje, los preparativos son la clave, siendo la información antes de llegar el primer pilar y la organización en el destino, es segundo"
El medio de trasporte
Existen tantas vueltas al mundo como viajeros copan el planeta. Por eso, una vez decidida la zona por donde empezar, hay que elegir el medio de transporte que nos llevará hasta ella. "El avión es la forma más rápida de cubrir las distancias largas, pero también la más cara". La página web Round the World Star Alliance, pone a disposición de la viajera los recursos para poder planificar la ruta y calcular un presupuesto aproximado.
Las personas que no tengan que mirar de reojo el calendario ni escuchar a la madre prisa soplándoles en la oreja disfrutarán mucho en los medios de locomoción más tradicionales. "Recorrer un país en trasporte público es la experiencia que más se aproxima a la cultura del país, pues se interactúa mucho más con los autóctonos del lugar". En la actualidad existen varias páginas que ayudan a la hora de elegir horarios y precios. Entre las más consultadas destacan The train line y Rail Bookers.
Equipaje y botiquín
Kandy Garcia, más conocida por ser la “abuelita mochilera” en la red social Tik Tok, tiene 88 años y se pasa el año en movimiento. La prioridad a la hora de preparar el equipaje se ha convertido en un mandamiento incuestionable: "la mochila no debe de pesar más del 10% de quien la transporta".
Realmente, no se necesitan muchas cosas para viajar. Cuando Nuria preparó su vuelta al mundo eligió lugares que compartieran el mismo clima para no tener que ampliar el vestuario. "Hoy en día encuentras de todo en todas partes". Incluso, cuando arreglaba la bolsa del botiquín (algo indispensable para muchas viajeras y prácticamente obligatorio si se van a pasar muchos días fuera de casa), la farmacéutica le insistió: "no te preocupes si no llevas algo específico, cualquier farmacia tiene ganas de vender".
La puesta en marcha
Una vez marcados en el mapa los destinos inevitables, toca la peor parte, renunciar al resto: en su caso no pudo ver el desembarco del Mardi Gras en Nueva Orleans ni llegar a tiempo a las migraciones de las ballenas en Argentina, sin embargo, encajó los destinos en el rompecabezas y dirigió el viaje hacia el sol naciente, como lo hizo Phileas Fogg en su particular vuelta al mundo de 80 días.
Nuria cedió al vértigo de sentir que se equivoca para volverse una mujer empoderada y, una vez encerrados los miedos, se desplazó hasta la madrileña Plaza del Sol para comenzar desde el Kilómetro Cero.
Simulacro de un viaje
De Venecia a Grecia y de Grecia al Partenón. Digan lo que digan los libros de geografía, la bisagra de Oriente y Occidente se encuentra adosada entre Delfos y Meteora, entre Palos y cualquier isla bañada por el Mediterráneo. El salto se produce en el Bósforo cuando, ahora sí, siguiendo la estela histórica, la orografía del lugar le permite a la viajera poner un pie en Europa y otra en Asia. Turquía es la puerta de las religiones, la casa de las hadas, la flecha que señala el siguiente destino: la antigua Persia.
De Isfahán y la enorme belleza de sus mezquitas se rodea la estepa de Asia Central para visitar su preciosa Samarcanda. El salto a la inabarcable India es todo un periplo de emociones ¿Cuánto tiempo se le puede dedicar a este país? "Aproximadamente tres vidas. Todo lo inferior siempre será poco". Y de un gigante a otro: "China tiene tantas vertientes como opciones de viajes diferentes, de la misma manera que Japón es tan distinto como sigiloso".
"Nunca estás sola, porque siempre viajas contigo misma y esa es una aventura que todas las mujeres deberíamos de vivir"
De Oriente a Occidente
La espiritualidad de las culturas asiáticas congenia a la perfección con su estilo abigarrado y frenético. Entre la fusión de tantas tradiciones, la naturaleza juega un lugar prominente: en Japón el increíble Monte Fuji asoma intermitente, mientras que, en Hawái, el mayor espectáculo volcánico del mundo se muestra a través del Kilauea. Ya se ve la frontera norteamericana y, aunque recorrerla de costa a costa es una experiencia increíble, descubrir Sudamérica lo es todavía más.
De Brasil, Nuria recalca su increíble alegría cotidiana, su música, su comida. "Todo fue fantástico e inesperado, incluso las cataratas de Iguazú superaron mis expectativas" y de Perú recuerda el ambiente vivido con otros viajeros que se encontró por el camino. "Nunca estás sola, porque siempre viajas contigo misma y esa es una aventura que todas las mujeres deberíamos de vivir".
El final del viaje
Una intoxicación alimenticia hizo que Nuria Aloy adelantara su vuelta y no pudiera ejecutar su travesía por África. Si la viajera se animara a hacerla, un derroche de vida se acumula entre sus selvas, sus explanadas, sus ríos. África es volver a los paisajes primigenios y soñar con que el ser humano no ha modificado la tierra.
Y de África, vuelta al origen pasando unos días de descanso en las playas de Essaouira, en Marruecos. La madurez, la experiencia y las vivencias demuestran y desmontan la teoría de que en la vida solo pasa un único tren y de que hay que cogerlo cuando se presenta la oportunidad. Según Nuria Aloy, la viajera de 3000km, "la vida es una interminable vía de ferrocarril, siempre hay tiempo para subirse al último tren".