Sobre fondo azul han ido emergiendo esta semana en la Convención Nacional Demócrata (o DNC, por sus siglas en inglés), las mujeres más carismáticas del universo del partido al que representa Kamala Harris. Una mitología fabulosa que sólo puede nacer en el Olimpo estadounidense y cuya visita se produjo esta vez en el estadio de los Chicago Bulls.

Hipermediáticas, con banda sonora, prendas afiladas y mensajes bien seleccionados, se trata de un nutrido grupo de mujeres que puede hacer que el próximo 5 de noviembre la balanza de votos se incline por su partido frente a la 'resurrección' de Donald Trump. Especialmente porque, según las encuestas, estas elecciones presentan la mayor división de género de la historia. El mensaje es claro: las mujeres prefieren a Kamala.       

Dorada llegaba Hillary Clinton, el primer día, con una elegantísima chaqueta que resplandecía bajo los focos. Nadie como la exsecretaria de Estado, que estuvo a punto de ser la primera mujer presidenta del país, para otorgar su apoyo dando un discurso plenamente institucional (insistiendo en el "gracias, Joe"), pero ilusionante ("hay mucha energía en esta sala").

Con sus palabras, Clinton repasó la historia de los derechos de las mujeres en Estados Unidos, comenzando con su madre, que "nació en Chicago antes de que las mujeres tuvieran derecho a votar, una mujer que leía tres periódicos al día" y continuando con mujeres clave en la política desde los años setenta. "Me gustaría que mi madre y la de Kamala estuvieran aquí, ellas nos dirían ¡seguid adelante!".   

Hillary Clinton en la Convención Demócrata. Craig Hudson Reuters

Fue recibida con un largo aplauso también el primer día Jill Biden, la todavía FLOTUS, o primera dama de los Estados Unidos, brillante en ambos sentidos: con un vestido azul de Ralph Lauren y centrada en sacar brillo a la labor de su marido.

De él destacó su rol como padre de familia (hasta leyendo cuentos) y como presidente de salida. A este respecto, dijo que la decisión la tomó "pensando en algo más grande que él, alguien que merece la medalla de la humildad".

Jill Biden durante la convención. EFE

En sus palabras, la clave de la valía de Kamala son "sus raíces de servicio a la comunidad y el amor a su país". Terminó, además, asegurando que el matrimonio Biden conoce "de cerca su coraje, su determinación y liderazgo". Y añadió: "Vais a ganar" y "vais a inspirar a una nueva generación, el futuro de este país está en esta habitación".

Subía al escenario al estreno también Alexandria Ocasio-Cortez, una joven en alza a la que se conoce por sus siglas, AOC, que fueron coreadas por el público. La miembro de la Cámara de Representantes desde 2019 por el partido Demócrata (que asistió recientemente a la MET Gala con un vestido que llevaba bordado el mensaje Tax The Rich o grava a los ricos) elegía esta vez ir de negro absoluto y sin textos visibles.

Alexandria Ocasio-Crotez durante la convención. Brendan Mcdermid Reuters

Con todo, fue clara en sus mensajes: "Tenemos ante nosotros una rara y preciosa oportunidad de elegir a una presidenta que defenderá a las clases medias" y que recordará a "la gente del Bronx y Queens". Primera en mencionar la guerra de Gaza, subrayó "los derechos reproductivos y sociales" (tres mujeres contaron sus casos) y compartió también fragmentos de su pasado personal, cuando era camarera en la ciudad de Nueva York.

AOC recordó la época en que no tenía seguro médico: "Mi familia estaba luchando por seguir pagando las facturas, mi padre murió de cáncer, y como millones de estadounidenses, estábamos cansados de los políticos cínicos". Ahora, sentenció, "es el momento de Kamala".

Michelle Obama, ex primera dama y eterna no-candidata, subía al escenario el segundo día, con una enorme trenza de raíz en homenaje a una tradición y quizá como metáfora de adhesión. El cuello de su vestido (de la firma americana Monse) estaba realizado a partir de recortes de una chaqueta masculina, algo sin duda nada casual, que la hacía aparecer remangada, en plena revancha.

"Algo maravillosamente mágico está en el aire, ¿no lo notáis?". Así comenzaba su intervención, gesticulando. Si su marido, el expresidente Barack, subrayaba en su discurso el papel de Biden, Michelle le dedicaba el suyo a su madre y a las madres, en general: "La mujer que me enseñó el poder de mi voz. Ella creía que todo el mundo tiene valor, que todos pueden tener éxito si se les da una oportunidad. A la mayoría de nosotros no se nos permite caer o fallar, si nos va mal en un negocio, no tenemos una segunda oportunidad".

Michelle Obama en la NDC. Alyssa Pointer Reuters

Por supuesto, la gran ovación se la llevó la ex-FLOTUS cuando lanzó un dardo a Trump al recordarle que el trabajo de presidente es, lo quiera o no, un "trabajo de negros" (black job). Porque, matizó, ellos lo ejercieron primero.

No aparecería en esta convención la rumoreada Beyoncé, pero sí que llegaría el tercer día la todopoderosa periodista y presentadora Oprah Winfrey bailando a su ritmo. Con un juego de palabras, "la libertad no es libre" (freedom isn't free) y con un traje de color morado y lentes redondas de lectora, alertó contra "la gente que quiere asustarnos, y convencernos de que los libros son peligrosos" y apelando a los votantes independientes.

Oprah en la convención. EFE

No leyó ninguna frase en su intervención, más bien declamó con dobles sentidos. "¿Quién dice que no podemos ir a casa de nuevo?", preguntó. "Cuando estamos juntos, es imposible conquistarnos", afirmó, dando su claro apoyo a Harris "como hija de inmigrantes".     

El mismo día, el discurso de la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, una mujer que despierta muchas simpatías en un sector del partido, vestida también de color morado y tras un enorme collar, versó sobre todo acerca de cómo su devoción demócrata parte del convencimiento "de que Kamala está lista para llevarnos a nuevas alturas".

Pelosi durante su discurso. EFE

Después de conocerla por décadas, resaltó la capacidad estratégica (y quizás también en el partido) de Harris, y su compromiso con la comunidad. Su forma de hablar, con una tonalidad suave y directa, se centró en los términos de “libertad y justicia” y en “rechazar la autocracia”.

Pero, sobre todo, la persona que marcó la convención y puede hacer historia es la séptima o la primera de las 'magníficas', la propia Kamala Harris (ojo a la pronunciación, con acento en la primera a). El mensaje fuerza de la candidata es ella misma.

Calificada de brat (niñata) en redes sociales por su espontaneidad y risa, desde su primera aparición, con la frase casual “va a ser una maravillosa semana” hizo acopio de naturalidad. Sumó al agradecimiento inicial tras subir al escenario, la celebración de su presidente saliente, que la ha encumbrado a esta oportunidad.

Pasó luego a un momento ciertamente patriótico con comentarios sobre la belleza del país, llamando a la unidad junto a su elogiado Tim Walz. "Guiados por el amor a nuestro país, tenemos más en común que lo que nos separa", dijo.

Kamala Harris en la convención. EFE

De la que fuera fiscal general de San Francisco, fiscal para el estado de California y primera mujer de origen sudasiático nombrada senadora, la prensa estadounidense ha escrito estos días que desprende “un nuevo vibe [vibración]” en su modo de mostrarse: subía así al escenario con un aire bohemio (en pantalones), luciendo un pin en el ojal de la chaqueta, como si fuera una estrella, y un traje color marrón de la casa francesa Chloé, de alto reconocimiento.

Amén de la aparición con sus sobrinas, muy cerca, estaba su hijastra modelo, Ella Emhoff, que la observaba bajo una gorra de su campaña. Al parecer, su uso de perlas tiene que ver con el nombre de "las veinte perlas" de su hermandad universitaria, las Alpha Kappa Alpha.

Harris durante la convención que la encumbró. Vincent Alban Reuters

En los días posteriores a su presentación, Kamala vistió de colores oscuros para declarar opiniones duras como su postura continuista en el conflicto de Gaza. Ella misma elaboró un resumen de su propuesta: su compromiso es la completa entrega. "Siempre podrán confiar en que pondré a mi país por encima de mi partido y de mí misma". aseguró.   

Mientras DJ Cassidy pinchaba las canciones más empoderantes, relucían sobre fondo azul las siete magníficas: Michelle, Oprah, Hillary, AOC, Jill, Nancy y, por supuesto, Kamala. Y se podía quizás entrever lo que viene a continuación: las magníficas no serán siete, sino catorce, o veintiuna. O más.

Probablemente el partido demócrata no debe concentrarse en invitar a exfans de Trump (quizás algunas de las intervenciones como la de Olivia Troye fueran un error). Más que eso, en esta convención ha visto que puede encontrar su éxito en sumar a esa energía femenina a otras personalidades, entre las que están celebridades como Amanda Gorman, Mindy Kaling, Maren Morris o Patti Labelle, incluso Eva Longoria con su lema spanglish, “She se puede”.   

Aunque Los siete magníficos se ha terminado considerando una mala película, e incluso una copia —se dijo que era un plagio de Los siete samuráis de Kurosawa—, su banda sonora (Bernstein) y su estética multiplicada hicieron historia. “Yes, she can”, afirmó Obama. Okey Giant presentó el cartel de Kamala con el lema "Forward" (hacia delante). Las próximas semanas dirán cuáles serán la melodía y el mensaje central, pero sobre todo la multiplicidad de Kamala y sus 'magníficas'.