Cruz Sánchez de Lara Charo Izquierdo

"El éxito puede ser efímero, pero el fracaso es eterno en una sociedad tan implacable como la nuestra". Con esta declaración, Cruz Sánchez de Lara y Charo Izquierdo dan inicio a un nuevo episodio de Arréglate que nos vamos, pódcast en el que reciben a mujeres referentes para tener una charla entre amigas sobre los temas que ocupan a sus iguales en la sociedad.

En esta ocasión la invitada que las acompaña es Lourdes Garzón. "Es una chica 'Mellado' pero también ha sido directora de una cabecera mítica, que además lanzó en España y en México, Vanity Fair. Eso es un mérito solo suyo. Hoy dirige Mujer Hoy y Women Now en Vocento y es 'Top 100'. Una mujer líder y muchas más cosas, porque Lourdes es fabulosa, excepcional y para mí es una de mis mujeres admiradas y queridas", introduce Sánchez de Lara a la invitada del domingo. 

"Chica Mellado y chica Pedro J", corrobora Lourdes Garzón, quien se suma con rapidez a la conversación sobre el éxito. "El éxito y el fracaso es un tema sobre el que reflexionamos poco. Y habría que empezar por decirnos a nosotros mismos qué consideramos un éxito y qué un fracaso, que no siempre es una pregunta ni una respuesta evidente". 

Cruz Sánchez de Lara, Lourdes Garzón y Charo Izquierdo Esteban Palazuelos

Entrevistas a personajes interesantes

Estudió políticas, pero también periodismo. "Siempre me ha gustado el pensamiento político, la filosofía. Lo estudié por afición mientras trabajaba en El Mundo. Fueron unos años divertidos", comenta Garzón. 

De ellos se llevó el gusto por entrevistar y conocer historias. A la pregunta sobre si las entrevistas le apetecen más con personajes reconocidos o con personas de la calle, responde: "Me gustan las entrevistas de personajes interesantes, sean o no conocidos, que me cuenten algo que no he encontrado hasta ahora. Con esa premisa me parece interesante desde la reina Letizia a una monja clarisa de Belorado que todavía no ha dado ninguna entrevista".

Una vocación encontrada

Más allá de los personajes siempre está la persona, Sánchez de Lara confiesa su empeño por destruir la imagen de fortaleza de todas nosotras y pregunta a la invitada por su infancia, "¿qué quería ser la Lourdes niña?".

"No tenía ni idea", comienza diciendo Garzón. "Decidí estudiar periodismo un día antes de que se acabara el plazo para hacer la matrícula de la universidad. Lo mío fue una vocación encontrada. Me gustaba muchísimo leer de niña, como no tenía hermanos, sabía estar sola e imaginarme historias en mi cabeza. También me gustaba mucho escribir. Con todo ello dije '¿dónde se lee y dónde se escribe?, ¿en periodismo? Pues periodismo'". 

Tras la carrera, se enamoró de la profesión. "La carrera es un horror. Solo se podía estudiar en la Complutense y estaba completamente despegada del oficio. Luego estudié el Máster de Periodismo de El País, que era eminentemente práctico y ahí sí me enamoré", se confiesa. 

Salir a la calle, encontrar historias y poder contarlas. Entre ellas, la del etarra Iñaki Sarasketa, partícipe de la muerte de José Pardiñes. "Iba en un coche con Txabi Etxebarrieta cuando la Guardia Civil le dio el 'alto'", contextualiza la invitada. 

"Ellos se pusieron nerviosos. Etxebarrieta tenía una pistola, le pegó un tiro a Pardiñes y ahí empezó la historia de violencia de ETA. Iñaki nunca había hablado en los medios" continúa. "Es la reflexión de ese hombre que ya era una persona mayor, que había sido condenado, había vivido en el exilio y volvió al País Vasco muy atormentado por lo que desencadenó esa aventura juvenil. Me pareció un privilegio", culmina orgullosa Garzón.

La lacra de la culpa

El precio a pagar por estar detrás de todas esas historias es alto: sentirse culpables. "La culpabilidad es una de las lacras de mi generación. Entre la de nuestras madres que tenían una dedicación absoluta por el cuidado de los hijos y la generación de mi hija de 20 años que tiene otro punto de vista diferente sobre qué quiere en la vida, está el sándwich en el que hemos vivido nosotras". 

Su generación lo ha querido todo "y hacíamos muy bien, pero tenía un coste importante". Para Lourdes Garzón, la segunda lacra es la conciliación, y lo dice siempre que le preguntan: "Considerábamos que conciliar la vida familiar y la profesional era un asunto de mujeres y no de familias. Entonces tengo que conseguir cuidar de mis hijos a la vez que cuido de mi carrera profesional. Nos hemos desgastado muchísimo a lo largo de los años".

Poder y ambición

"Me encanta la palabra poder, es algo que nos libera", comenta la entrevistada. Para ella, el poder es "la capacidad de gobernar tu vida y de no dejarte gobernar por los demás. Tener nuestra independencia económica, hacer lo que queremos, gestionar nuestras carreras. El poder es algo que, así entendido, es muy deseable".

Cruz y Charo quieren más. Y quieren conocer qué opina Lourdes Garzón sobre ese poder relacionado con otro término, la ambición. La pregunta es directa: "¿Eres ambiciosa?", incide Izquierdo. 

"La ambición es una virtud. Querer más de lo que te gusta, querer tener oportunidades, cosas que quieres para ti, para los tuyos. Estar en el sitio en el que te gustaría estar", define Garzón.

"Como muchas cosas te interesan, te vas metiendo en muchos charcos", dice Charo que se refiere a esa ambición con el eufemismo de 'gen de la curiosidad'. 

Arréglate que nos vamos con Lourdes Garzón Esteban Palazuelos

"La ambición me lleva por el lado de crecer, de hacer cosas distintas y avanzar. Es una ambición de búsqueda". Lourdes Garzón y Cruz Sánchez de Lara comparten etiqueta: 'Mari-retos'.

"Es una trampa para nosotras mismas, porque cuando consigues algo, ya no lo quieres y vas a por otro más" concluía Cruz. 

'Prensa femenina' 

"Voy a decir una cosa que no sé si os va a parecer bien" se lanza a la piscina la entrevistada. "No creo en la prensa femenina", sentencia. 

Y no le faltan argumentos para tal rotunda afirmación. "Creo en las publicaciones como la que estoy dirigiendo ahora mismo. Hablar de prensa femenina como tal es demasiado reduccionista. Quiero pensar que dirijo una publicación que tiene que ver con el estilo de vida, con la moda, con la belleza, con sitios a los que nos apetece ir, pero que tiene mucho que ver también con la actualidad o con personajes que me parecen interesantes". 

"Las mujeres, durante los años 70 y 80, tuvimos que reivindicar una igualdad desde nuestros propios altavoces porque, si no, no iba a producirse, pero con el tiempo las 'revistas para mujeres' ya son otra cosa", sentencia.