Paula Babiano estudió derecho, lo que parecía ser "más una tradición familiar que otra cosa". Hija de padres abogados, ni siquiera se planteó otra profesión. Lo que empezó siendo un juego se convirtió en una realidad y, al poco tiempo, ya estaba trabajando en Cuatrecasas, uno de los bufetes más prestigiosos del país.
Sin embargo, lo que Babiano no sabía por aquel entonces es que la vida le tenía preparado otro camino, aunque su duro trabajo mucho tuvo que ver con su éxito. La cocina y la repostería habían sido sus hobbies desde bien pequeña, cuando hacía postres tradicionales junto a su abuelo.
Por eso, mientras opositaba, decidió ir aprendiendo de forma autodidacta de este mundo que tanto le gustaba, hasta que un día, casi sin darse cuenta, nació Balbisiana. Por las noches iba al obrador y por las mañanas al despacho, pero un intento de cambio de departamento con el que Paula no estaba de acuerdo se convirtió en el toque que necesitaba para animarla a tomar la decisión.
Apostó por su sueño, por Balbisiana. Con alguna que otra negativa por parte de su familia y "sin haber vendido una tarta en su vida", eran pocos quienes confiaban en su proyecto de emprendimiento, pero ahora asegura estar orgullosa de haberlo sacado adelante.
Redirección del legado
Los padres de Paula Babiano eran abogados y esta profesión siempre había formado parte de su vida. "Recuerdo tener situaciones en las que mi padre jugaba a ser abogado y nosotros decidíamos a quién teníamos que demandar y por qué", explica.
Sin embargo, lo que pocos sabían es que en el corazón de Paula ya se había clavado la espinita de la repostería. Los días de lluvia fueron lo que hizo que su abuelo fuese, poco a poco, enseñándole alguno de los dulces más clásicos, como las rosquillas o el pan frito con azúcar. "En aquella época me mandaba escribir a máquina y las recetas están en tercera persona", recuerda Babiano.
La vida continuaba y la entonces candidata a abogada se preparaba las oposiciones, pero algo en ella le reclamaba hacer cosas físicas. "Me ponía a hacer bizcochos, muffins… Seguí con esta afición durante mi etapa en el despacho y los lunes traía cosas para tomar", explica.
A raíz de ello, un día se lazó a hacer la tarta de cumpleaños para una de sus amigas y, cuestión del destino o no, allí se encontraban los dueños de un grupo de restauración, quienes le propusieron hacer tartas para su restaurante: "Yo dije que sí y, entonces, sin darme cuenta casi, nació Balbisiana".
De afición a profesión
"Fue casi sin querer, y empecé haciendo algo que me apasionaba simplemente por el hecho de que me gustaba", confiesa la repostera. Así fue como en 2017 surgía esta pastelería que es ya todo un éxito en la capital, donde destacan especialmente sus trufitas.
A la hora de hablar de Balbisiana, nos surge la pregunta del porqué de su nombre. En un principio creímos que era una adaptación del propio apellido de su dueña, Babiano, pero nada más lejos de la realidad. Fue cosa del grupo de WhatsApp con sus amigas, en el que Olivia, una de ella, tuvo la idea de escoger un nombre relacionado con el banoffee, la primera trata de Paula.
De ahí surge Balbisiana, como el nombre de un tipo de plátano, y siempre con el recuerdo de lo que llevó a Babiano hasta aquí. "Era un poco trabalenguas, pero dije 'venga, vale' y recuerdo cómo las primeras semanas tenía que llevar el nombre escrito en las notas, porque no me acordaba de como se llamaba mi propia empresa", recuerda entre risas.
Siete años de recorrido
Bien es sabido por todos que el camino del emprendedor no está hecho a base de nubes y rosas, y eso es algo que Paula Babiano aprendió desde el primer momento en que tomó la decisión que llevar a cabo esta travesía. "El primer desafío fue económico, porque no tenía dinero para pagar el alquiler", explica la dueña de Balbisiana.
"El segundo han sido retos de inseguridad. ¿Hacia dónde voy? ¿Qué estoy haciendo? ¿Seré capaz? Y luego, el reto es crecer y, una vez creces, asumir ese crecimiento y cómo lo llevas", añade.
Aunque también ha sido un recorrido de grandes satisfacciones. "Cuando veo a la gente recibir sus paquetes o soplas unas velas y estar en esos momentos felices de las personas, eso es nuestra misión y a mí me hace muy feliz a diario", relata Babiano.
Pero si se trata de destacar algún momento de especial felicidad, fue el día en el que su madre, recientemente fallecida, conoció la cafetería de Velázquez. "Ella llegó a ver lo que había hecho, lo que había construido, y estaba superorgullosa", confiesa emocionada.
Y es que, en siete años de Balbisiana, la cafetería no ha hecho más que crecer exponencialmente. Se inició con la venta online en 2017, y un 9 de diciembre de hace tres años abrían en Velázquez 55. Poco después vino Génova 1 y Concha Espina 14. Seguido de ello fue la apertura de un local en El Corte Inglés de Castellana y otro en el aeropuerto.
"Nos vimos envueltos en cuatro aperturas en menos de dos meses y eso para el equipo fue un poco complicado. Para mí también, pero estoy muy orgullosa de todo lo que hemos conseguido", asegura Babiano.
Éxito tras éxito
Con un crecimiento tan incrementado en poco tiempo, Balbisiana centra su éxito en la pasión por el trabajo. "Creo que la pasión que yo tengo por mi marca se traslada al resto del equipo y la gente entiende perfectamente el tipo de marca que somos y lo que queremos expresar", indica Babiano.
Junto a ello, Paula también destaca el papel de una buena materia prima: "Me obsesioné a la hora de crecer y ofrecer una calidad mejor. Porque es verdad que a la vez que crecer ganas en volumen de compra y cada vez compramos cosas más ricas".
Y es precisamente por ese motivo que entre sus best sellers encontramos la clásica tarta de galleta con chocolate, sus famosas trufitas y, como no podía ser de otra manera, la tostada de Paula.
Sin embargo, Balbisiana no cesa en su ambición y ahora se sumerge en un nuevo reto de la mano de Four Seasons Hotel Madrid. "Queremos atraer al público español para que sepa que no existe esa barrera donde puedes venir a un hotel y disfrutar de una merienda maravillosa sin necesidad de estar hospedado", explica Babiano.
Con ese objetivo en mente, Paula ha tratado de crear una colección con productos exclusivos en donde trata de volver a retomar la conexión con lo castizo. "En el mundo globalizado en el que nos encontramos, cada vez encuentras menos cosas locales. Vas a Nueva York y ves lo mismo que hay en Madrid, y queríamos trabajar muy bien en lo que te encuentras en cada ciudad", comenta.
Pasión y confianza
Si algo tiene claro Babiano es que, a pesar de los miedos que puedan surgir a la hora de emprender y apostar por pasión, el fracaso está en no intentarlo. "Tener una idea y estar dentro de 20 años pensando que debería haberlo hecho y no lo hice, para mí, ese es el mayor fracaso. Más que intentarlo y que te vaya mal", señala.
Símbolo de su éxito han sido los galardones que han recibido en los últimos años. Entre ellos, el Premio Pyme del año o el Gourmet. Se corona entrando en el ránking de 'Las Top 100 Mujeres Líderes', lo que considera "un gol personal" que guarda en su archivo.
Con la mirada puesta en el futuro, ahora Paula busca parar y organizar bien todo lo que tienen. "Creo que el crecimiento sin orden no es un buen crecimiento. Este año parece un poco más para coger impulso, reorganizar las tiendas y decidir hacia dónde queremos ir", explica.
Sin embargo, eso no es sinónimo de frenar en seco la apertura de nuevas tiendas. "Balbisiana es una marca que todo el mundo debería conocer. Entonces, sí, puede que salgamos de Madrid. Ojalá podamos, porque me encantaría", concluye Paula Babiano.