"Hay mucho racismo en el mundo. No tendríamos que estar luchando los unos contra los otros. Quiero que África, el continente negro, esté unido". Con estas palabras Guy Murray-Bruce, fundador de Miss Universo Nigeria, intentó frenar la oleada de odio y racismo que ha perseguido a Chidimma Adetshina, a la que invitó a participar en el certamen de belleza.
La modelo de 23 años, que explicó con anterioridad a los medios que nació en Soweto y que su padre es nigeriano, mientras que su madre es sudafricana de ascendencia mozambiqueña, decidió abandonar el certamen de Miss Sudáfrica después de que las redes sociales la atacaran al considerar que no era adecuada para representar al país al señalar las bases del certamen que las aspirantes han de tener la ciudadanía sudafricana.
Al emerger rumores que aseguraban que su madre podría haber cometido un fraude de identidad, Adesthina se convirtió de forma inmediata en la diana de la xenofobia, convirtiéndose en el objetivo de una reacción xenófoba tras ser cuestionada por su identidad. Pero… ¿quién es Chidimma Adetshina?
Modelo y abogada
Adetshina, que estudia derecho y que era jugadora del deporte de canasta netball, soñaba con hacerse un hueco en el mundo de la belleza desde 2017, pero una lesión en la rodilla le apartó de su camino. Aunque reconoce no estar del todo recuperada, decidió regresar para cumplir sus sueños. Y mientras luchaba por hacerse un lugar en los certámenes de belleza, compaginó sus estudios con trabajos de modelo de firmas africanas como Thaélle y Alpha Arsthetics.
En un vídeo publicado en sus redes explicaba que si se hacía con la corona como Miss Sudáfrica, lucharía por dar visibilidad y voz a las mujeres y niños víctimas de la violencia, dejando así claro no tener miedo a alzar la voz, algo que en un mundo que en ocasiones castiga a quienes no quieren limitarse a sonreír y asentir, demuestra su fuerza y convicción. Esas que han sido claves para aguantar todo por lo que ha pasado en los últimos meses.
Para lograr participar en Sudáfrica participó en la tercera temporada del reality Crown Chasers. "Merezco ser Miss Sudáfrica 2024 porque tengo pasión por generar un impacto positivo. Mi autenticidad y mi liderazgo son mis otros grandes atributos", dijo en el vídeo de presentación del programa. La prueba de que le gustó la experiencia es que aseguró, cuando se vio envuelta en plena polémica, que deseaba participar en la siguiente edición de Gran Hermano Naija, que en 2025 celebrará su décima edición.
Confiesa que también le gustaría tener un pódcast en el que mantener charlas inspiradoras con sus invitados y motivar a la gente. "Lo que he vivido ha sido un periplo complicado. A veces, me quedaba dormida llorando.
Me preguntaba por qué yo estaba pasando por todo esto, pero en momentos complicados, creo que es fundamental centrarse en lo positivo", aseguró en una entrevista radiofónica emitida en Cool FM. Y añadió: "Cambié mi forma de pensar y confié en que algo bueno vendría de todo esto".
Identidad, odio y redes
"La controversia en torno a la participación de Chidimma Adetshina en el certamen ha puesto de relieve, nuevamente, las cuestiones de la xenofobia, la afrofobia, la pertenencia y lo que significa ser sudafricano”, escribe Terence Corrigan, project manager del Instituto Sudafricano de Relaciones Raciales, en una carta abierta publicada en la web de la entidad.
"La hostilidad hacia Adetshina era evidente incluso antes de que el Departamento del Interior confirmara las sospechas de irregularidades por parte de su madre al documentar su nacimiento. Como era de esperar y con razón, esa hostilidad ha suscitado una condena generalizada, pero esto subestima la cuestión. Al carecer de una identidad étnica, cultural o religiosa común, Sudáfrica ha intentado construir un sentido de ciudadanía sobre bases cívicas. Más que en lazos de sangre, lo que significa ser 'sudafricano' se basa (al menos nominalmente) en lazos cívicos de lealtad a una patria común y a los valores compartidos de una democracia constitucional", advierte.
Las redes sociales se convirtieron en un nuevo refugio para el odio. "Miss Sudáfrica realmente nos quiere meter por la garganta a una makwerekwere a través de un panafricanismo retorcido”, decía en sus redes sociales la creadora de contenido Kwena Molekwa.
Makwerekwere es un término con el que se habla de inmigrantes africanos de forma despectiva, y se ha repetido infinidad de veces en las redes, donde el racismo ha encontrado un lugar por el que navegar. Sudáfrica, en su mayor parte poblada y gobernada por personas negras, cuenta con muchas pinceladas de discriminación y racismo treinta años después del fin del apartheid.
Como señala Abigail Noko, representante de la Oficina Regional de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) para África Meridional, que presta asistencia técnica en materia de promoción y protección de los derechos humanos a 14 países de la región, asegura que el racismo continúa arraigado en el tejido económico, espacial y social de este país.
"El desmantelamiento de estos sistemas racistas y discriminatorios tan arraigados exige compromiso, liderazgo, diálogo y promoción para poner en marcha políticas antirracistas que apliquen las normas de derechos humanos y proporcionen un marco que ayude a abordar y rectificar estas injusticias y a promover la igualdad", explica en la web de Naciones Unidas.
Corona contra el colorismo
Ante las acusaciones acerca de su madre y al haber anunciado acciones legales contra ella por presunto fraude el partido liderado por Guyton McKenzie, Alianza Patriótica ("no podemos tener a gente nigeriana compitiendo en un certamen de belleza para ser Miss Sudáfrica", dijo en X), la modelo decidió retirarse "por la seguridad y bienestar tanto de ella como de su propia familia". Así se lo hizo saber a sus seguidores a través de un comunicado informal compartido en sus redes sociales el 8 de agosto.
Resulta llamativo comprobar que la modelo ha retirado la posibilidad de dejar comentarios en sus publicaciones, una prueba más de la fuerza del odio al que se ha visto sometida. Sin embargo, ahora está de enhorabuena, porque el pasado sábado fue coronada Miss Universo Nigeria.
"Este ha sido un viaje difícil para mí y estoy muy orgullosa de mí misma y muy agradecida por el amor y el apoyo. Es algo que siempre he querido y estoy muy contenta de haber tenido una segunda oportunidad", aseguró poco después de ser coronada a AFP.
"Derribemos las barreras que nos separan. Fomentemos un continente donde todos los africanos puedan moverse libremente sin prejuicios, perseguir sus sueños y contribuir al crecimiento y la prosperidad de nuestro gran continente. Esta corona no es sólo un símbolo de belleza, es una llamada a la acción. Gracias a todos por vuestro apoyo y confianza en mí. Estoy emocionada por el viaje que tengo por delante y por la oportunidad de ser Miss Universo Nigeria”, dijo en sus redes sociales.
Desde el Congreso Panafricanista de Azania, un movimiento panafricanista de liberación nacional sudafricano, se han condenado repetidamente los comentarios de odio de los que ha sido víctima la modelo, que atribuyen a "una violencia estructural y a la historia de racismo de Sudáfrica". Han subrayado que el ataque se basa en "una antinegritud generalizada" que pervive en el panorama político de Sudáfrica fruto de la colonización.
"En todo el mundo, todos odian a los negros, y Sudáfrica no es una excepción. Ser negro en este mundo es ser el objetivo perfecto para el desprecio y el ridículo", ha asegurado Azania Tyhali, portavoz de PAC, que indicó que las estructuras coloniales del país que tenían como objetivo preservar el privilegio de los blancos han sobrevivido y permanecen presentes hoy a través de la división del pueblo africano colonizado.
"La violencia intranegra que se exhibe a través del ataque afrofóbico contra Chidimma es el resultado de la supremacía blanca y el miedo del sujeto negro colonizado a enfrentar la verdadera causa de su odio hacia sí mismos. Esa supremacía blanca ha convertido a los negros en objetos fungibles", ha sentenciado.
La afrofobia, una forma de discriminación y racismo contra las personas negras que conllevan a la exclusión y deshumanización de las personas de ascendencia africana, y el colorismo, han emergido ante la polémica causada por los recurrentes intentos de apartar a Chidimma Adetshina del certamen de belleza de Sudáfrica.
Antes de ser retirada, una petición que exigía su eliminación del concurso logró más de 14.000 firmas. "El colorismo hace que aún siendo una persona negra, si tu color de piel es más claro, seas percibido como alguien con mejor aspecto. En Sudáfrica quedan vestigios de la segregación y el colorismo tiene importancia, y por ende una persona que no sólo es negra, sino que tiene una tez más oscura, puede ser percibida como alguien a infravalorar o incluso apartar", explica a Magas Biel Moreno, activista y colaborador de Afrocolectiva.
"Elon Musk es presentado como una celebridad sudafricana cuando su madre es canadiesne y su padre sudafricano, pero sus abuelos eran británicos. Resulta curioso que en su caso nadie se cuestione su identidad y en el de Adetshina, sí. No sería una exageración imaginar un escenario en el que Chidimma tuviera ascendencia europea y que en lugar de ser apartada, fuera abrazada por su mezcla de culturas y aceptada como sudafricana. Sin embargo, como su mezcla la posiciona en un puesto social menos favorable por el colorismo, no sólo puede ser percibida como menos bella por su tez, sino que puede ser rechazada por su propia identidad como sudafricana", añade Moreno.
De hecho, en 2001, la ganadora de Miss Sudáfrica fue Vanessa Carreira. Aunque sus padres son de Portugal y de Angola, al ser blanca, a nadie le pareció importar los orígenes de sus progenitores, por lo que esta es una prueba más de que en Sudáfrica la raza sigue siendo el prisma empleado para juzgar a la gente. "El blanqueamiento continúa y las oportunidades son desiguales para negros, zambos y mulatos. El que tenga el tono de piel más claro es el primero en ser tomado en cuenta", asegura para finalizar Gloria Karamañites, la primera mujer negra en ser coronada Miss Panamá.