Autoras de palabra con Rosa tiene como invitada a Cruz Morcillo, escritora y periodista dedicada a contar sucesos e información policial en distintos medios, y ha publicado recientemente Ferrándiz el Matamujeres (SinFicción, 2024), sobre un asesino en serie puesto en libertad tras cumplir su condena por asesinar a cinco mujeres.

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Acaba de cumplirse un año desde que Joaquín Ferrándiz, un asesino en serie, recuperara su libertad tras cumplir con su condena. En este caso no he de andar con cuidado para no hacer spoiler ni del asesino, ni de las víctimas, porque para muchos la historia es bien conocida, la cuestión es contarla, con tan buen oficio como lo ha hecho Morcillo.

"El asesino ha cumplido 5 años por cada una de sus cinco víctimas, veinticinco años en la cárcel son muchos, pero pongo el acento en eso de que cinco años por la vida de una persona es una mala broma" —sostiene la periodista— "Fue juzgado con el código penal antiguo, y la sentencia se ajustó a la legalidad".

Autoras de palabra con Rosa, Cruz Morcillo

"Por lo tanto, cuando los cumplió, —continúa Morcillo— fue un hombre completamente libre y sin ninguna medida de control, porque de haber sido juzgado ahora, habría ido a prisión permanente revisable".

"Ahora bien —aclara la autora— con la ley de 'solo sí es sí', siempre me he mostrado en público en contra de esa ley, porque estuvo mal planteada desde el principio. Se ha debatido muchísimo sobre esto, de hecho se reforzó a marcha forzada y creo que a un agresor sexual en la vida se le puede conceder nada".

Y añade: "Para mí tiene mayor garantía la que viene del poder judicial que la que viene de un poder político que ha demostrado en muchas ocasiones que no conoce de lo que está hablando".

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"Si nos ponemos en la piel de las familias, de esas víctimas que la sociedad ha olvidado, pero su gente no, cinco años no vale una vida, ni la de tu hija, ni la de tu madre, ni la de tu hermana, y esto apela a la sociedad y apela al corazón de los que tenemos ciertos sentimientos", afirma Morcillo.

Y continúa: "Es importante recordar que Ferrandíz había agredido sexualmente a una chica de dieciocho años, un agresor que era un buen hijo, un buen compañero, una buena persona, y, por tanto, la propia sociedad cuestionaba a la víctima que tan solo tenía 18 años y que no había ninguna duda de agresión sexual por las lesiones que presentaba. Cumplió cinco años de condena. Algo escandaloso que afortunadamente también se ha reformado".

"Ferrándiz, llevaba tres meses de libertad condicional por esa violación cuando mata a la primera víctima. Seguía, por tanto, siendo un preso sometido a la administración de justicia, aunque estuviera en libertad condicional y en esa situación estuvo hasta que entró de nuevo en prisión en el 98. El estado estuvo en la inopia, la administración no cumplió con sus controles", sostiene la periodista.

"Sonia Rubio—menciona la autora—acaba de licenciarse en filología inglesa, una chica normal, con todo un futuro por delante, es la primera víctima. Después aparecerán con tan solo cinco días de diferencia: Merche, Natalia y Francisca, mujeres prostituidas, enganchadas a la heroína, tiradas de cualquier manera entre la basura, mujeres que, salvo Merche, no se había denunciado su desaparición. Tiempo después aparecería Amalia Sandra; la quinta víctima".

"A mí esa cifra me macha, me martiriza. Me duele reconocer que hubo víctimas de primera y de segunda". Y añade: "Entre diez y quince kilos pesan los huesos de lo que quedaba de cada una de ellas, a las que me gusta llamarlas por sus nombres. A la gente le interesan los temas escabrosos, los grandes asesinatos, a mí lo que más me interesa son las personas".

"Los mayores especialistas dijeron que era un psicópata, para mí lo es de manual. Pero un psicópata absolutamente integrado que son los peores y que hay muchísimos".

"Tenemos que desterrar la idea de que un psicópata, es un enfermo. Yo –sostiene Morcillo– tengo un respeto y una compasión tremenda por la gente que sufre enfermedades mentales. Pero no puede estar en ese mismo grupo porque un psicópata, sabe perfectamente lo que hace, simplemente no tiene compasión".

"Una de las razones que me lleva a escribir este libro es que es el primer asesino en serie al que se le realiza un perfil criminal. La UCO hizo un trabajo extraordinario construyendo un perfil de un asesino cuyos cuerpos hablaban muy poco con un coeficiente intelectual muy alto", reconoce la autora.

"La madre de un asesino, no es una asesina. Yo no me atrevo a hacer juicios morales sobre si sería capaz de delatar a mi hijo, pero, por otra parte, creo que tengo un sentido de la justicia muy centrado y muy fuerte".

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"Ferrándiz ahora mismo, no tiene ninguna medida de control y ha cumplido. A su salida de la cárcel dijo que se iba al extranjero, ojalá que no, porque nadie sabe quién es y lo que es. Y por supuesto, también hay mujeres. Un panorama muy inquietante".

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