Lucía Galán, pediatra y responsable del proyecto.

Lucía Galán, pediatra y responsable del proyecto. Cedida

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La pediatra Lucía Galán, sobre el bullying: "Muchos desarrollan un síndrome de Estocolmo con sus acosadores"

Siete de cada diez niños españoles son víctimas de acoso escolar, una de las cifras más altas de Europa. "No sirve dar una clase a nuestros hijos sobre cómo no ser un agresor si luego nos ve discutir a gritos con el vecino", cuenta la pediatra.

9 septiembre, 2024 01:34

Según la Asociación Nacional de Informadores de la Salud, siete de cada diez niños españoles sufren a diario algún tipo de acoso o ciberacoso. Los datos publicados por la OMS nos muestran que, entre enero de 2021 y febrero de 2022, se detectaron 11.229 casos graves de bullying en España, lo que nos convierte en uno de los países europeos con mayor incidencia de acoso en las aulas.

Este fenómeno afecta a un porcentaje de entre el 20 y 25 por ciento de los estudiantes, y suele intensificarse en los últimos cursos de primaria y secundaria mientras ataca a los colectivos más vulnerables, como pueden ser los niños con altas capacidades, TDAH, autismo o asperger.

Lucía Galán, pediatra y colaboradora en el proyecto 'Educando contra el bullying', de la Fundación ColaCao, habla sobre la importancia de realizar una detección temprana del problema.

¿Cuáles son las claves para detectar el bullying?

Las cifras actuales son sumamente impactantes. Según un estudio realizado por nuestra Fundación y la Universidad Complutense de Madrid, hay una media de dos alumnos por clase que son víctimas de acoso escolar. 

Lo primero es tomar conciencia de que este problema existe, y es muy real. Las manifestaciones pueden ser muy diversas dependiendo de la edad de la víctima, pero lo que más puede llamarnos la atención es ver en nuestros hijos cualquier cambio de conducta mantenida en el tiempo.

Los niños más pequeños pueden estar más irascibles, lloran más, tienen rabietas. En los adolescentes suele ser distinto, tienden a aislarse del mundo. También se puede apreciar un bajón repentino en sus calificaciones, o al contrario: algunos niños se refugian en los estudios para olvidar su dolor. 

"Ver en nuestros hijos cualquier cambio de conducta mantenida en el tiempo puede ser síntoma de que está sufriendo acoso escolar"

Algo muy curioso que suele suceder, es la aparición repentina de dolores abdominales; los padres traen a los niños al pediatra y se les hacen todas las pruebas pertinentes, pero no existe nada orgánico que justifique esos dolores.

Aun así, son completamente reales, y suelen aparecer los domingos por la noche a la hora de preparar la mochila para la semana, o cuando llegan a casa y piensan que al día siguiente toca volver al colegio. 

Puede ser realmente difícil darnos cuenta de lo que sucede…

Sí, muchas veces resulta muy complicado. El estudio demuestra que uno de cada tres niños oculta el problema por miedo a represalias, porque creen que es algo temporal y tarde o temprano dejarán de meterse con él, o por miedo a empeorar la situación… Muchas veces creen que pueden solucionarlo ellos mismos, cuando realmente no es así. 

¿Qué pueden hacer los profesores y los colegios?

Los docentes deben tener una visión amplia sobre la naturaleza de los alumnos que conviven en una misma clase. Al fin y al cabo, ellos saben quiénes son los más habladores, los más tímidos, los que interrumpen más y menos. 

También entra dentro de su deber darse cuenta de los cambios y variaciones de comportamiento en el alumnado. Si de repente un niño empieza a tener crisis de llanto injustificadas, faltas periódicas al colegio, una caída del rendimiento escolar o alteraciones similares, deben saltar las alarmas. 

Nuestra plataforma ya es consultada por muchos maestros, lo que me parece algo maravilloso y útil. Hay una iniciativa muy sencilla, llamada 'buzón anónimo', que consiste en colocar buzones en los patios para que los alumnos pudieran denunciar lo que les ocurre, o lo que le está ocurriendo a un compañero. Este recurso es muy sencillo y barato de implementar, y puede ser la salvación de la víctima.

Otra iniciativa existente es la figura del hermano mayor, en la que a un alumno se le asigna un niño menor que él para que le guíe, como si fuera una especie de mentor. El acompañamiento, que dura todo el curso, permite que chavales de ocho, nueve o diez años cuenten con el respaldo de un mayor en el que saben que pueden confiar.

Es necesario impartir una educación digital en búsqueda del bienestar de nuestros niños.

Es necesario impartir una educación digital en búsqueda del bienestar de nuestros niños. iStock

¿Qué sucede con el acosador? ¿Por qué lo hace?

Siempre hay que tener en cuenta que estamos hablando de menores. Es posible que el acosador sea, a su vez, víctima de un entorno social desfavorecido o de una familia desajustada. 

Si el niño crece en un entorno en el que se han normalizado los gritos, las faltas de respeto y la violencia, acabará siendo un chaval agresivo que puede atacar a los demás, ponerles motes ofensivos, reírse de otros o gastar bromas muy pesadas. A pesar de ello, el acoso escolar no está justificado y no siempre sucede así; las posibles causas son muy complejas. 

"Es posible que el acosador sea, a su vez, víctima de un entorno desfavorecido o o de un entorno familiar desajustado"

Además de garantizar la seguridad de la víctima, debemos intervenir con el acosador, indagar en qué le ha llevado a comportarse de esa forma, hablar con la familia… En definitiva, ver lo que sucede dentro de casa y comprobar si es un posible desencadenante para que se meta con sus compañeros. 

¿Cómo podemos educar a nuestros hijos para evitar el acoso?

Creo que, principalmente, se trata de una cuestión de valores. Es muy importante que les enseñemos a respetar, porque todo el mundo merece tener una vida plena independientemente de su color de piel, de su religión, de su estatura, de su peso, de sus capacidades o de su discapacidad.

Hay que predicar con el ejemplo; de nada sirve que demos a nuestros hijos una masterclass sobre cómo no ser un agresor si luego nos escucha discutir a gritos con el vecino, o gritarle al televisor cuando vemos algo que no nos gusta. No podemos pretender que nuestros hijos sean serenos y no acosen a sus compañeros cuando a la vez están percibiendo esa mala educación en sus padres. 

También es esencial enseñarles a poner límites: que sepan que son seres inmensos, que merecen amor y respeto, y nadie tiene derecho a agredirles física o verbalmente. Que sepan distinguir lo malo y lleguen a la conclusión de "en mi casa no me tratan así, no debo permitirlo".

Muchos niños desarrollan una especie de síndrome de Estocolmo con sus acosadores, y no son capaces de darse cuenta de que son una víctima. El apoyo de los padres es muy importante, debemos hacerles saber que nos tienen para todo y que pueden confiar en nosotros a la hora de pedir ayuda.

Es importante educar a nuestros hijos para que no se conviertan en agresores.

Es importante educar a nuestros hijos para que no se conviertan en agresores. Canvis

Sabemos que el bullying se ha intensificado con las redes sociales. ¿Qué podemos hacer?

La única manera existente de controlarlo es haciéndonos cargo de los dispositivos móviles de nuestros hijos. Con las nuevas tecnologías, el acoso pasa de ser únicamente en el entorno escolar a ser algo que sucede las 24 horas del día. 

"Ningún niño menor de 12 años necesita un móvil, y mucho menos un perfil en las redes sociales. Debemos hacer hincapié en la educación digital"

Ningún niño menor de 12 años necesita un móvil, y mucho menos abrirse un perfil en las redes sociales. Cuando empiecen a utilizarlas, debemos hacer hincapié en la educación digital y explicarles que el móvil es una herramienta comunicativa, pero no algo a lo que tengamos que estar conectados todo el día.

Hacerles saber que hay ciertas imágenes y memes que pueden hacer daño a otras personas, con frases como: "¿Qué pensarías tú si fueras la persona que aparece en este meme?" o "¿cómo te sentirías si te estuviesen haciendo lo que le hacen a esta chica?".

Trabajar con ellos la empatía, fuera y dentro de la pantalla, es esencial para que nuestros hijos crezcan conociendo lo que está bien y lo que está mal. De la misma forma que no le daríamos un coche a nuestro hijo de 18 años que aún no ha pisado la autoescuela, ¿por qué le damos un teléfono a un niño sin haberle educado digitalmente? Se necesita más sensatez y educación digital, eso está claro.

¿Qué puede aportar la Fundación ColaCao en la solución a esta lacra social?

Nuestro proyecto cuenta con un abordaje en tres esferas: por un lado, se le da voz a aquellos padres cuyos hijos han sido víctimas de bullying, para que cuenten su experiencia; también contamos con un amplio equipo de profesionales que trabajamos al pie del cañón con los niños, y la parte educativa de nuestra plataforma permite que cualquier persona pueda ver todas las estrategias con las que trabajamos, que ya han reducido significativamente las tasas de acoso en España.

Quizá viendo un vídeo puedas darte cuenta de que tu hijo está sufriendo, o sepas cómo abordar con él esa conversación incómoda, pero necesaria para su bienestar.