Aún la faltaban 20 kilómetros hasta llegar a la meta, pero Carmen María Pérez ya se visualizaba besando los pies de la estatua de Leónidas, tal y como marca la tradición. Llevaba 226 kilómetros a sus espaldas y la fatiga y podía con ella, pero pensar en toda la gente que la apoyaba le hizo 'meter el turbo' para llegar hasta el final.
Y vaya si lo hizo. Gracias a ella, el 27 de septiembre estará marcado para siempre en el calendario del deporte español. Y es que en el momento en el que sus pies rozaron la meta, Pérez ya había hecho historia. Se había convertido en la primera mujer española en hacer podio en la Spartathlon, la carrera de ultrafondo más prestigiosa del mundo.
Este segundo puesto en esta durísima competición, que une Atenas y Esparta en un recorrido de 246 kilómetros, a Pérez le sabe "a oro". Y no es para menos. En un esfuerzo extraordinario, terminó la carrera en 25 horas, 34 minutos y 13 segundos, tan sólo por detrás de la finlandesa Honkala Noora. Pero aún hay algo más bonito, la vinculación de esta gesta con un pequeño enfermo llamado Markel para el que se han recaudado fondos.
Si se lo dicen hace unos años no se lo hubiera creído. Una importante lesión la dejó ocho meses fuera de todas las competiciones. Pero con mucha fuerza de voluntad y gracias a una bici elíptica, hoy la de San Juan de Requena (Valencia) a sus 42 años y con más de 15 en el mundo del ultrafondismo se ha covertido en la reina de los récords de las distancias largas. Así lo acreditan también todas sus victorias y puestos de honor nacionales, entre los que se encuentran el 6 Horas, el 50 millas, los 100 kilómetros, 12 Horas y 24 Horas.
Aún con resaca emocional pero con la mirada ya puesta en la Badwater 135, una carrera de 217 kilómetros sobre asfalto en California que se celebrará en 2025, Carmen María Pérez atiende a Magas en una entrevista para desentrañar todos los entresijos de la preparación de una atleta de élite.
¿Cómo sabe este segundo puesto en una de las carreras más prestigiosas del mundo?
Para mí ha sido como ganarla, ya que simplemente ser finisher de esta prueba ya es ganar. Pero bueno, hacer una segunda posición en la prueba más importante de ultrafondo del mundo es algo que no formaba ni parte de mis sueños. Además, este año la prueba fue durísima.
Si ya es dura de por sí, porque además cuenta con cortes de tiempo muy exigentes y hay que correr mucho, la temperatura fue tremendamente alta, sobrepasamos varios momentos de los 35 grados, y eso hizo que se retiraran más de la mitad de los participantes. Me siento en una nube de felicidad, superemocionada y aún digiriendo todo un poco, porque sigo casi sin creérmelo.
¿Cómo se prepara para una carrera así? ¿Qué es el método Ultra Team del que hace gala en sus redes sociales?
Te diría que llevo preparándome tres años para ello. Se han dado unas circunstancias por las que no he podido ir estos dos años anteriores, ya que fui convocada por la selección española de ultrafondo para competir en los mundiales de 100 kilómetros y 24 horas. Pero este 2024, desde enero hasta ahora, he enfocado toda la temporada en Spartatlon, entrenando diariamente.
¿Me preguntas en qué consiste el método Ultra Team? Pues es un método en el que hemos estado estudiando, investigando, poniéndolo en práctica día a día, tanto mi pareja, Iván Penalba, como yo. Este año está dando grandes frutos porque estamos consiguiendo los dos logros muy importantes. Seguimos investigando en ello, seguimos poniéndolo en práctica. Tampoco vamos a desvelar mucho más porque es como un secreto nuestro.
¿Cuáles eran las sensaciones según iba avanzando en los check points?
Teníamos 76 check points, si no recuerdo mal, en los cuales en doce de ellos podía recibir la asistencia de mi pareja. He de decir que casi todos los atletas que quedan en las primeras posiciones, sus equipos de asistencia están compuestos por mínimo cuatro o cinco personas. Fisios, médicos... pero nosotros íbamos los dos solos. Eso es algo de lo que nos sentimos también muy orgullosos por el resultado obtenido.
Llegar a cada check point era como un respiro, un refresco, porque hacía mucho calor. Los intentaba pasar lo más rápido posible, me ponía hielo en la nuca para ir todo el rato refrescándose.
¿Ha habido algún momento que haya sido especialmente duro?
Te diría que el principio fue duro, aunque mantuve un ritmo bastante alto, pero sobre el kilómetro 50 o así iba muerta y encima venía una subida bastante pronunciada y larga. Hacía muchísimo calor. Me cogieron unos españoles y veía que se me iban y dije "no Carmen, lucha, vete con ellos y a ver cómo podemos superar este bache".
Me vino muy bien porque resucité y ya les cogí, los adelanté y me fui. Y a partir de ahí es como que me vino una energía tremenda. Me encontré ya toda la carrera superbién, hasta el final. Disfruté mucho. Los últimos 20 kilómetros ya iba muy fatigada, con toda la noche encima, pero iba viendo ya a ese Leónidas. Estaba visualizando sus pies. Pensaba en Markel, en toda la gente que me estaba empujando, que tenía a mi pareja esperándome... y todos esos dolores desaparecían.
Habla precisamente de Markel, y es que esta carrera ha tenido tintes solidarios ¿Quién es Markel y cuánto se ha conseguido recaudar para esta iniciativa?
Todos nuestros retos les damos un enfoque solidario. Tenemos la asociación de 'Creando sonrisas', y normalmente hacemos acciones solidarias con asociaciones como 'Kilómetros por ELA', 'Piel de mariposa'... Pero en esta carrera me hacía una ilusión especial hacerlo a alguien en concreto.
Estuve viviendo en el País Vasco durante siete años y conocí a Markel, que es un niño que tiene una enfermedad rara, que se llama GNA01. Corrí varias veces llevándolo en un carro junto a su padre, que necesita muchísimo apoyo económico para todas las terapias que le tienen que realizar, y me pareció una idea formidable hacer una acción solidaria para ayudarle.
Así que, en todos estos entrenamientos que hago de horas, horas y horas, se me ocurrió la idea de vender los kilómetros de la carrera dándole el enfoque de que Markel corría conmigo, y quien se unía a nosotros donaba un euro. La gente se implicó tanto que al final hemos conseguido recaudar 1.316 euros.
Para mí esta carrera si ya era un sueño, hacerla por este niño, visualizar su sonrisa y visualizar la ilusión de toda esa gente que había comprado los kilómetros ha sido tremendamente especial, la guinda del pastel.
Tiene varios récords acumulados a sus espaldas en estos 15 años en el ultrafondo ¿Cuál es para usted el más especial?
Todos estos récords han venido ahora, en estos tres últimos años. En ultratrail he tenido varios triunfos: fui campeona de la Copa de Ultra Distancia de Cataluña, también del País Vasco... y gané el Ultra Trail de la Sierra de los Bandoleros, que hice pódium en el Ultra Trail del Mont Blanc en la disciplina de la TDS, que es uno de mis mayores logros en ultratrail.
Pero hace tres años que me decidí a hacer el Spartathlon y desde entonces empecé a batir todos los récords de España de ultra distancia. Así que en estos momentos poseo los récords de 100 kilómetros, 100 millas, 6 horas, 12 horas y 24 horas, de lo cual estoy tremendamente contenta. Pero he de decir que el mayor logro de todos ellos ha sido esta segunda posición en el Spartathlon.
¿Cómo es el día a día en la vida de una ultrafondista?
El día a día en la vida de ultrafondista es sobre todo disciplina y constancia. Todos los días entrenamos. Yo, además, trabajo en un gimnasio, por lo tanto, cada jornada hago tres horas de ejercicio variado, ya sea spinning, body combat, bodypump, entrenamientos de fuerza... Y aparte le sumo los entrenamientos de carrera. Es lo que a mí me gusta, lo que me da la vida y entonces lo hago fácil y me apasiona.
Hablaba antes de su pareja. Iván Penalba, que es, además, compañero de profesión ¿Se llevan siempre el trabajo a casa? ¿Han competido juntos?
Sí, Iván también es ultrafondista. Correr es lo que nos apasiona y nos vuelve locos, es nuestro día a día. Entonces sí que nos lo llevamos a casa, pero también hacemos vida normal (ríe). O sea, que tampoco todo es correr.
Hemos competido juntos y nos lo pasamos muy bien, porque hacemos como juegos que nos proponemos antes de la carrera, como ver quién gana a quién. Por ejemplo, a modo de anécdota, el año pasado, en noviembre, competimos en 12 horas en Praga y al final la gente se reía mucho. El público se nos tiraba encima porque jugábamos al ratón y al gato. Era en un circuito de un kilómetro y la última hora yo iba más rápida que él, y era como que él venía a cogerme y yo no me dejaba. La gente veía que yo le iba recortando tiempo y bueno, fue espectacular.
Y ahora hace un mes competimos juntos en las 100 millas del muro de Berlín. Al principio salí yo delante de Iván, luego me adelantó... y ya no lo pude coger. Él hizo primero y yo llegué detrás de él. Fui primera mujer, pero quedé segunda después de Iván. Y la verdad que fue muy bonito que en una carrera tan emblemática como son las 100 millas del Muro de Berlín fuésemos los dos ganadores absolutos. Así que es muy emocionante y muchas veces nos paramos a pensar y decimos "es que realmente no somos conscientes de lo que hacemos".
Me consta que sufrió una lesión importante. ¿Cómo fue ese proceso de recuperación, tanto a nivel físico como a nivel mental, para llegar hoy a donde ha llegado?
Tuve Neuroma de Morton, que me impidió correr totalmente y estuve ocho meses que no podía ni andar. Me costaba, pero sí que podía hacer elíptica y así fue como lo fui superando.
Le di tanto a la elíptica que llegué a hacer la media maratón de Valencia. Luego también me propuse un reto con un fin solidario, que era recoger juguetes para niños, en el que hice 100 kilómetros en elíptica y tardé como doce horas. Fue muy duro y estuve como 15 días ingresada con muchos problemas. Pero al final todo pasó y lo llevé de la mejor manera posible.