¡Cuántas veces vemos buceando en las redes sociales a esas familias que se pasan el día viajando de un lado para otro con sus pequeños! Seamos sinceras, nos produce una mezcla de envidia sana (o insana) y también de miedos y prejuicios. Pero... ¿es todo tan bonito como parece?, ¿se trata de una opción viable para cualquier tipo de familia? ¿Es real lo que ve en las fotos? Para contestar a estas preguntas y a muchas más hablamos con Patricia Velasco, periodista que dejó su trabajo fijo en una redacción después de 20 años para convertirse en una mamá viajera.
¡Y no solo eso! Es una de las organizadoras del Mama Travel Fest, el único evento para familias que viajan que tiene lugar el 5 y 6 de octubre en Valencia. Es la tercera edición y reúne no solo a los que predican con el ejemplo, también a personas interesadas en sumarse al plan y escuchar las charlas de los expertos que participan en esta edición, como el psicólogo Alberto Soler o la nutricionista infantil Melisa Gómez.
Además, hay talleres infantiles, un rincón de bebés para que puedan moverse libremente, una zona con propuestas de juego para los peques, zumba en familia, cuentacuentos, sorteos y un mercadillo con marcas de emprendimientos relacionados con la maternidad, los viajes y la sostenibilidad. Te invitamos a descubrir esta nueva manera de vivir, de sentir y de descubrir el mundo de la mano de Patricia que, como buena periodista, lo cuenta de cine.
Mama Travel Fest va por su tercera edición, ¿cómo surgió la ideal?
Mama Travel Fest nace en 2022 de la necesidad de acallar todas esas voces negativas que escuchamos las mujeres que amamos viajar cuando nos quedamos embarazadas. Queríamos cambiar ese mensaje pesimista que nadie pidió de "aprovecha a viajar antes de que nazca, que luego se te va a acabar la fiesta" por el de "la fiesta solo acaba de empezar".
Creemos firmemente que la maternidad no es ningún impedimento para seguir viajando, sino todo lo contrario, un motivo más para continuar descubriendo el mundo ahora de la mano de tus criaturas. Por eso se creó este evento para familias viajeras, para que ninguna madre deje de lado su pasión por explorar nuevos destinos.
Hay distintas opciones a la hora de combinar viajes y maternidad...
Claro. Hemos creado un espacio seguro donde se da cabida tanto a diferentes tipos de maternidades, como de maneras de viajar. Desde la familia nómada que ha hecho del mundo su hogar, a la que rasca todas las vacaciones escolares posibles; desde la que se va con mochila al otro lado del planeta, a la que se va con la maleta a descubrir rincones de España; desde la madre que viaja sola con su hija, a los que van en furgo o los que aprovechan cada fin de semana para marcarse una escapada...
Todas las realidades viajeras son válidas. No es necesario dejarlo todo ni mucho menos para viajar en familia, simplemente adapta tu manera de viajar en función de tu realidad, tus deseos y tus posibilidades.
¿Qué aporta viajar a los niños?
Aporta multitud de beneficios y no solo lo decimos nosotras, sino que también lo confirman diferentes expertos que participan en el festival. Uno de estos beneficios es, por ejemplo, el fomento de la autonomía en los niños.
El viaje también es una oportunidad para pasar tiempo en familia, aprender en directo sobre geografía, economía, historia, idiomas o ciencias naturales, desarrollar habilidades sociales o promover el respeto por otras culturas y realidades. También es un buen momento para animar a tus hijos a probar nuevos sabores y promover hábitos saludables.
¿Qué miedos o dificultades plantea la gente cuando se trata de viajar con niños?
Estar lejos de tu zona de confort, de tu hogar, siempre despierta miedos. El miedo es natural, nos va a acompañar siempre por muchos viajes que hayamos hecho antes. El reto es meterlo en la mochila y que te acompañe en la aventura, pero sin dejar que se convierta en el piloto, que se quede más bien como polizón.
Pero no todo el mundo puede permitirse esos viajazos que vemos, por ejemplo, en tus redes sociales...
La barrera el coste económico también es uno de los temas recurrentes. Sin embargo, siempre hay opciones para salvarla, como por ejemplo el intercambio de casas que te permite alojarte en casas de particulares por todo el mundo mientras tú dejas la tuya a otra familia. Además de ahorrar dinero, es una fórmula de alojamiento colaborativo ideal para vivir una experiencia más auténtica y local, así como para enseñarles a los peques el valor de compartir.
"Viajar con peques es posible, pero no al mismo ritmo, ni del mismo modo que lo hacías antes de ser madre. Baja tus expectativas"
¿Qué consejos básicos dais para que la aventura no se convierta en pesadilla?
Calma. Para empezar, en todas partes del mundo nacen y viven niños. Y un buen seguro de viajes que cubra imprevistos es imprescindible para aumentar esa tranquilidad. Hoy en día hay pólizas pensadas específicamente para familias que tienen coberturas supercompletas.
Otros dos consejos imprescindibles es gestionar bien las expectativas. Si te vas de viaje con expectativas muy altas, lo más probable es que en lugar de disfrutar de la experiencia en familia, la sufras. Sufrirás porque no llegas a visitar todo lo que tenías en mente, sufrirás cuando tu criatura quiera quedarse en el parque pero en tu planificación ese era el momento para visitar aquel monumento tan famoso o sufrirás porque salir de casa pronto es misión imposible.
Viajar con peques es posible, por supuesto, pero no al mismo ritmo, ni del mismo modo que lo hacías antes de ser madre. Baja tus expectativas y céntrate en disfrutar del camino junto a tus hijos. Toca adaptarse y encontrar un equilibrio entre las necesidades de toda la familia, no solo las de los niños, ni solo las de los adultos.
Otro consejo es ignorar a los 'opinólogos' y seguir tu instinto de madre. Por suerte, cuando te vas a kilómetros de distancia esas voces alarmistas y pesimistas se silencian. Entonces te darás cuenta de que todo es mucho más fácil de lo que te decían y podrás escucharte a ti y a tu hija o hijo sin presiones, ni consejos.
¿Qué tabúes hay que romper en este terreno?
Uno de los que más se repite es el de "para qué viajar con el bebé o con el niño muy pequeño si no se va a acordar, espérate a que sea más mayor". No podemos dejar de derribarlo una y otra vez. ¿Para qué montas una fiesta en su primer cumpleaños si no se va a acordar? No viajamos con ellos para que se acuerden, viajamos porque queremos compartir con nuestras hijas e hijos eso que tanto nos gusta, descubrir el mundo a través de sus ojos, disfrutarlo juntos y disfrutarlo nosotras que sí nos vamos a acordar.
Las familias nómadas que van de un lado a otro... ¿no corren el riesgo los niños de tener desarraigo?
Este es otro mito o tabú a derribar. Para hacerlo hemos traído al Mama Travel Fest por ejemplo a Los Mundo, una pareja con tres hijos de 11, 9 y 7 años que llevan más de cinco años viajando en un camión camperizado. Han recorrido toda América de sur a norte y ahora van a continuar por África.
Los niños viajeros desarrollan una capacidad increíble para relacionarse con todo tipo de personas, hacen amistades también durante la travesía, pero eso no significa que se alejen de abuelos, tíos o primos, ni que pierdan sus raíces por tener alas.
"Muchas madres no tienen tiempo o ganas para organizar sus viajes por libre y me pedían ayuda. Así nació mi servicio de asesoría viajera"
Ahora hablemos de ti que eres una de las organizadoras. ¿Qué te llevó a dejar tu trabajo en una gran editorial para recorrer el mundo con tu familia?
Creo que la culpa fue, en cierto modo, de la pandemia. Llevaba más de 19 años trabajando como periodista en una gran editorial escribiendo en revistas del corazón, en las que aprendí muchísimo, donde además me encargaba de la sección de viajes. Con la Covid-19, esa sección se eliminó, desapareció mi golosina y de repente me vi ocho horas al día sentada en una silla escribiendo sin parar de temas que realmente no me interesaban.
Hace tres años, la empresa planteó un ERE al que podías acogerte voluntariamente y mi pareja me animó a verlo como una gran oportunidad para lanzarme a la piscina a emprender con la intención de dedicarme 100% a unificar mis dos pasiones: viajar y escribir. Además, antes de ser madre, había hecho un viaje de dos meses por Sudamérica del que volví queriendo más y prometiéndome hacer algo similar con mis hijos cuando los tuviera. Trabajando por cuenta ajena nunca podría cumplir esa ilusión.
¿Cómo ha sido la evolución de tu aventura hasta llegar a convertirte en travel blogger y organizadora de viajes para los demás?
Complicada, no voy a edulcorarlo. Emprender requiere muchísimas horas de trabajo más de las que hacía en la redacción, mucha más disciplina, mucha más dedicación, no hay vacaciones, todo depende ti y la incertidumbre es mala compañera, sobre todo cuando llevas toda tu vida laboral acostumbrada a una nómina fija. Además, como le pasa a todas las madres, toca compaginarlo todo con la crianza, en mi caso de mis tres hijos de 3, 5 y 7 años.
Yo ya tenía mi blog de viajes De Ilusión a Recuerdo que abrí hace 13 años, así que me formé en posicionamiento SEO y en marketing para transformarlo en una herramienta con la que monetizar mis artículos. Por el camino, seguí escribiendo reportajes de viajes en algunos medios y me ficharon para organizar el Mama Travel Fest, el regalo más grande sin duda que me ha traído esta etapa.
Pero además descubrí que muchas madres no tienen tiempo o ganas para organizar sus viajes por libre y me pedían ayuda. Así nació mi servicio de asesoría viajera especializado en familias, desde el que, basándome en mi experiencia con mis hijos, diseño las rutas pensando en todos, busco alojamientos kids friendly, planes para hacer con los peques e incluso marco en el mapa las ubicaciones de los parques infantiles. Ahorro muchas horas a esas mujeres sobre las que normalmente recae la tarea de montar las vacaciones y que ya están bastante desbordadas como para que el viaje se convierta en otra carga mental más en la lista.
Mucha gente pensará si se puede vivir económicamente así, supongo que no al principio, pero…
Sí se puede, pero es muy difícil como decía antes. Hay que echar muchas horas, probar distintas opciones, fracasar y volver a intentarlo. Yo estoy en el camino, todavía no he llegado a igualar los ingresos que tenía por cuenta ajena, pero no he dejado de crecer que es lo importante y ya estoy muy cerca. A cambio, tengo la flexibilidad de poder trabajar desde donde quiera y de poder conciliar con mi faceta maternal sin pedir favores a nadie.
¿Cómo ha cambiado tu mente desde que empezaste en esta aventura hasta ahora?
Emprender está siendo un viajazo brutal a nivel mentalidad. He descubierto que tengo muchísimas creencias limitantes que me complican el camino, pero que voy venciendo. También sigo luchando contra el manido síndrome de la impostora. Lo bueno es toda la gente que he conocido en esta travesía, personas que me han descubierto otras maneras de trabajar, de viajar y de criar.
Está siendo muy enriquecedor, tu mente se abre cuando hablas con una familia nómada, o con alguien que ha estado en un país que tú temías y del que te habla maravillas. Te vas quitando vendas una a una y el paisaje que ves delante nunca te lo esperas.
¿Alguna anécdota que nos puedes contar en tus viajes con niños? ¿Cuál ha sido el mejor y el peor y por qué?
Creo que uno de mis viajes preferidos con mis pequeños exploradores fue Sudáfrica, estuvimos un mes entero recorriendo gran parte del país y del vecino Esuatini por libre. Allí por ejemplo hice un máster en esa gestión de expectativas que mencionaba antes. Tuve que cancelarlo todo solo unas horas antes de que despegara el avión porque estalló en Sudáfrica la variante Omnicrom del coronavirus.
Llevaba meses preparándolo, pero me quedé con las maletas hechas y mis peques preguntando cuándo nos íbamos de safari. Sin duda, fue mi peor momento porque coincidió con mi salida de la revista y había puesto muchas expectativas en aquel viaje. Tocó improvisar en solo unas horas un roadtrip por Portugal que terminó siendo estupendo.
Eso sí, un año después Sudáfrica nos seguía esperando y fue una experiencia inolvidable. Recuerdo a mi hijo mayor quejándose porque los leones dormidos eran muy aburridos, mientras yo no podía dejar de contemplarlos. Pero también recuerdo a mi hija con tres años y medio bailando en una playa rodeada de pingüinos o al peque con año y medio alucinando con los hipopótamos. También estamos enamorados de Suiza, un destino kids friendly a tope que hemos repetido ya varias veces.
"Mis hijos siguen aprendiendo durante el viaje porque considero que es la mejor escuela, e incluso mandan vídeos a los profesores y a sus compañeros"
¿Cómo os arregláis con las clases, los estudios?
Por ahora no hay problema, mis hijos van al cole la mayor parte del tiempo, solo el mayor está en primaria. En febrero, por ejemplo, nos fuimos un mes a Colombia y el colegio no nos puso ninguna pega. Eso sí, ellos siguieron aprendiendo durante el viaje porque considero que es la mejor escuela, e incluso mandaron vídeos a los profesores y a sus compañeros relacionados con la temática que estaban viendo sus compañeros en el aula. A mi hija le tocaba esos días aprender sobre el ecosistema de la selva y, mientras sus amiguitos dibujaban un animal en una cartulina, ella dormía en la selva escuchando y viendo esos animales en libertad.
Si todo va bien, más adelante nos queremos ir un año completo de viaje con ellos. En ese caso, existe el worldschooling, convertir el mundo en el profesor particular de tus criaturas educándolos en movimiento.