Cuando la poeta Anne Carson escribe que "la poesía es una mujer corriendo por una habitación en llamas", me imagino de esta manera, en la búsqueda de un lugar seguro donde sembrar mis versos. Siempre he sabido que la poesía era mi habitación propia, tras el regalo de mi madre a los diez años de un poemario de la escritora Virginia Wolf.
'Vértices', su origen
No es fácil ser honesta con la enfermedad y sus efectos secundarios, la pérdida del pelo, la falta de apetito sexual o los efectos secundarios. ¿Debo contar mi enfermedad en mi nuevo trabajo? En la segunda cena con ese chico de la aplicación de citas, ¿debo hablarlo con él? A veces he dudado.
Aunque siempre se habla de la sanación tras terminar el tratamiento de quimioterapia y las sesiones de radioterapia, existe algo más, ¿qué ocurre con aquello que hemos perdido?
Con Vértices busco abrazar a otras pacientes de cáncer y a sus familiares desde la vulnerabilidad de mis diarios, los extractos de la obra de la ensayista americana Anne Boyer y mis versos. Como tres vértices, en honor al libro.
Por esta razón, Anne Boyer y su libro Desmorir, Premio Pulitzer de No ficción en 2020, fue un lugar de conexión donde compartimos el mismo diagnóstico: el cáncer de mama triple negativo. Un tipo de carcinoma que suele ser hereditario con el oncogén BRCA1 u hormonal, como el de la escritora americana.
En Desmorir, Boyer muestra a modo de ensayo su itinerario oncológico, los efectos secundarios discapacitantes, la imagen conceptualizada del patriarcado en la reconstrucción mamaria y los problemas económicos y sociales en un estado capitalista.
Tras desgranar Desmorir y, como una madeja de hilo, empecé a leer el resto de su bibliografía: ensayo y poesía. Y mi libro Vértices comenzó a tejerse, sin expectativas.
Libertad de elección
Vértices muestra la libertad de elección, el empoderamiento femenino y el activismo. Porque, aunque no hemos nacido en EE. UU., las fases del tratamiento del cáncer de mama cambian según en qué comunidad autónoma hayas nacido.
Porque, en definitiva, ¿quién decide sobre los derechos de nuestra salud? En uno de los poemas del libro, muestro como una mujer libre decide "explantarse" ambas prótesis, que fue lo que me sucedió. Por extraño que parezca, cuando escribo "explantar" el corrector de Google siempre lo señala como una errata. ¿Somos un verbo incorrecto?
Existe un romanticismo de la curación del cáncer de mama para aquellas mujeres que han sobrevivido, pero ¿qué ocurre con aquellas pacientes que no lo han conseguido? En este poemario 'activista' (arte y activismo) no se habla de batallas ni de vencedoras, sino de supervivientes que conviven con una enfermedad domesticada.
¿De dónde nace?
Vértices da comienzo en el 2023 con un relato llamado Cicatrices en Puerto Escondido. Un texto que muestra nuestras cuatro cicatrices no reconstruidas haciendo topless con la activista y ensayista mexicana Sandra Monroy en la playa de Zicatela. A veces, cuando lo recordamos, nos reímos de esta situación compartida que fue tan liberadora bañándonos en el océano Atlántico.
Mi poemario está publicado con una cronología inversa donde se muestra mi transformación como mujer, poeta y activista y se cierra en 2011, con el primer diagnóstico.
"Porque lo ganado es lo vivido". Así lo explica Hannah Wilke, una de las mujeres activistas y pacientes de cáncer que enumero en mis diarios. Donde se unen otras escritoras feministas, Joe Spencer, Anna Halprin, Iria Fernández o Audre Lorde.
¿Por qué publicar?
Vértices es un puente sanador. Un gimnasio mental. Un estribillo perfecto. Un canto a la vida. Desde este lugar, nace este poemario donde nadie habla de ganadoras ni de victimismo. Este libro es un lugar donde compartir esta experiencia vital porque somos muchas mujeres y familiares que han vivido un cáncer de mama. En nuestro país, el 30% de las mujeres serán diagnosticadas con esta enfermedad.
Ha pasado una década desde mi diagnóstico y sus efectos secundarios tras el tratamiento y era el momento de publicar, concienciar y compartir este libro solidario. Donde sus ganancias irán destinadas a la plataforma oncológica de mujeres artistas Intra-Venus.
Como expaciente de cáncer de mama quiero mostrar que puedes volver a escribir, a actuar, a enamorarte, que vivir sin pechos no es un límite, sino una opción por tu cordura, que puedes elegir por ti misma y ser la mujer que quieras ser gracias a un trabajo personal, la resiliencia y el autocuidado. Porque este libro subraya la vida más allá del suceso y se ofrece como un espacio desde el que conquistar una nueva versión de nuestra propia historia. Porque "somos lo ganado, pero no lo vivido", según las palabras del filósofo Carl Jung.