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Tres días después del mayor temporal del siglo XXI en España, seguimos conociendo todos los detalles de la tragedia: 202 muertos, a la hora de publicar estas líneas, decenas de personas que han pasado días atrapados, millones de pérdidas y pueblos enteros arrasados por el agua

Sin embargo, también nos hemos hecho eco de historias que nos ponen los pelos de punta, pero por una buena razón: rescates heroicos, cientos de voluntarios y personas que han arriesgado su vida para salvar la de otros. Y lo han conseguido. ¿Qué huella dejará esto en todos nosotros?

Si hay unos daños que no se pueden contabilizar en millones de euros o por metros cúbicos, son los psicológicos. Por ello, ya hay cientos de psicólogos expertos en situaciones de emergencia que están colaborando, algunos de manera desinteresada, en que todos los afectados puedan recuperarse de este duro golpe.

El equipo de Magas ha hablado con una de ellas, Pilar Carolina Castelao Legazpi (30 años), que cuenta con más de cinco años de experiencia coordinando y gestionando todo tipo de asistencias psicológicas en situaciones críticas. Incluso trató a los sanitarios que nos protegieron en la pandemia. Pero, ¿cómo se lidia con el dolor de una persona en contextos extremos? ¿Y ella? ¿Cómo protege su salud mental?

Su apoyo a Valencia

"No entendería mi profesión si no pudiera ayudar a procesar el dolor más profundo y arrojar un poco de luz en momentos de tanta oscuridad", comienza diciendo Pilar, Doctora cum laude en Psicología de la Salud en la modalidad Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos.

Ella forma parte del Equipo Stimulus, una compañía especializada en gestión de los riesgos psicosociales que atiende a los damnificados de Valencia. Por ello, durante estos días está trabajando a destajo para colaborar lo máximo posible. "Son muchas las empresas preocupadas por el bienestar de sus trabajadores que nos trasladan su inquietud sobre cómo ayudarles a enfrentar las secuelas emocionales y a fortalecer su resiliencia", explica.

De hecho, muchas ya han solicitado servicios especializados de escucha y apoyo psicológico "veinticuatro horas al día los siete días a la semana, dirigido a sus empleados y familiares", como afirma la experta. Para Pilar, su prioridad ahora es atender llamadas relacionadas con el malestar emocional de las personas en las zonas afectadas, así como su incertidumbre, miedo y frustración. "Intentamos crear un entorno de apoyo para que afronten mejor este acontecimiento grave y repentino", añade.

Escucha y comprensión

Para lograr que su trabajo llegue al mayor número de afectados posibles, Pilar Carolina Castelao está respaldada por un equipo que, ante los momentos de mayor caos, prioriza las necesidades: "Cuando nos avisan de una situación de emergencia, recopilamos información sobre los afectados y valoramos qué tipo de intervención se requiere".

Después, deciden cuántas horas de atención ofrecerán y con cuántos profesionales y, "en menos de 72 horas desplazamos a nuestro equipo de psicólogos expertos en emergencias hasta el terreno". Y ahí comienza su trabajo. 

Psicológicamente, ¿cuáles son las primeras necesidades de los afectados?

Las personas necesitamos seguridad, sentir que estamos en un lugar donde no corremos peligro y que nuestros seres queridos también lo están. Además, necesitamos percibir que el personal de emergencias y los distintos agentes implicados están haciendo todo lo que pueden por ayudar a reconducir las cosas. Recordemos que, ante una situación anormal, cualquier reacción podría considerarse normal.

Es importante que se explique a los afectados que sus reacciones emocionales, como el miedo, la tristeza o la confusión, son respuestas normales ante una situación extrema, y ante todo escucharles, permitirles que hablen y que expresen sus sentimientos sin ser juzgados.

En la medida de lo posible, tratar de alejarles del caos y ruido de la catástrofe, así como facilitar la reconexión con familiares, amigos, vecinos, para que se apoyen mutuamente y compartan sus experiencias. Debemos dar información clara y precisa, son muy importantes las instrucciones simples para que se centren en tareas concretas. Recordemos que su cerebro y su corazón están dedicando muchos recursos a procesar lo que están viviendo.

A largo plazo, ¿cómo afecta una catástrofe así en la vida de una persona?

Cada uno reacciona de manera diferente a situaciones traumáticas y el proceso de recuperación puede variar, pero la intervención psicológica es fundamental ahora y en los días posteriores para que no se transforme en algo peor. Aún así, tengo que decir que no todos los efectos son negativos.

Algunas personas pueden experimentar cierto crecimiento postraumático o resiliencia, y, a partir de estas vivencias desagradables, desarrollar una mayor capacidad de empatía, aprecio por la vida y la reestructuración de prioridades. Una vez más, ante esta emergencia, se percibe cómo las personas están actuando, cada uno en la medida de sus posibilidades, desde la cooperación y colaboración.

Estuviste presente durante la pandemia, época que simbolizó un punto de inflexión en el tratamiento de la salud mental. ¿Cómo recuerdas aquellos momentos tan complicados?

Sí, ayudé durante la pandemia de 2020 en una organización especializada en psicología de emergencias. Desde el momento en que se decretó el estado de alarma, dediqué cuerpo y alma a acompañar a los profesionales sanitarios intervinientes en primera línea y a los dolientes que perdieron a sus seres queridos en esa situación tan anómala que nos tocó vivir.

Lo recuerdo como un momento de entrega absoluta, donde puse en marcha todas mis herramientas para conseguir acompañar emocionalmente a los más afectados. Fue duro, pero precisamente para eso nos dedicamos a lo que nos dedicamos, ¿no?

A los psicólogos de emergencias también nos invade a veces la tristeza o la preocupación. ¿Cómo no? Pero enseguida nos reponemos para que, desde nuestra implicación, humanidad y compromiso, podamos pasar a la acción. Debemos estar a la altura. Nos debemos a ello.

¿Recuerdas alguna actuación que te haya marcado y con la que sigas viviendo a día de hoy?

Sí, son varias, pero en este momento me viene a la mente el recuerdo de una persona a la que atendí en los momentos inmediatamente posteriores a una noticia devastadora: su pareja era profesional de emergencias y falleció durante una intervención.

No olvido sus palabras cuando di por finalizado mi cometido con ella: "Gracias, Pilar, por ayudarme a gestionar mi difícil proceso, gracias por tu implicación, mi ser querido siempre estará en mis pensamientos y tú también, puesto que has sido capaz de transformar mi dolor".

La realidad es que yo también le recuerdo… Te confieso que cada persona con la que intervenimos también nos enseña algo.

Como psicóloga, ¿cómo te proteges a ti misma de todas estas catástrofes?

El autocuidado es especialmente importante para quienes estamos expuestos a tanto dolor y estrés. A mí en concreto me ayuda respetar mucho mi tiempo de desconexión  y descanso. Trato de disfrutar del tiempo libre con mis familiares y amigos, y también realizo alguna actividad física.

Pero no debemos olvidar que, ante situaciones como la que estamos viviendo, también es fundamental el acompañamiento psicológico para los propios intervinientes en emergencias con profesionales expertos en estrés postraumático.

Ayer, sin ir más lejos, le contaba a un amigo que yo llevaba todo el día en 'modo acción' intentando dar lo mejor de mí y contribuir a ayudar a los familiares de los fallecidos, desaparecidos y desalojados. Entonces él me preguntó que cómo estaba yo. La verdad es que no lo había pensado hasta ese mismo momento. Debemos cuidarnos siempre para poder cuidar a los demás.