Patricia Martín, la mujer más fuerte de España, es jefa de una Unidad de Quemados: “Opero con callos en las manos”
- Coruñesa asentada en Bilbao, esta mujer está dispuesta a romper los estereotipos de género en el deporte con una práctica poco conocida.
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Cirujana plástica como profesión y levantadora de piedras como pasión, Patricia Martín es una coruñesa de 39 años asentada en Bilbao desde 2010 por amor. "Estudié medicina en Madrid e hice la especialidad aquí, además mi marido también es de Bilbao".
Lo noticiable de esta forzuda mujer es cómo su capacidad para mover pesos pesados la ha llevado a ser la primera campeona de España de Fuerza. ¿Cómo se inicia en este deporte? ¿De qué manera entrena? ¿Dónde encuentra el equilibrio entre la fuerza 'bruta' y la precisión de su trabajo?
Patricia Martín responde para romper con los estereotipos de mujer femenina y 'princesa', y mandar un mensaje que más tiene que ver con la salud que con unos resultados competitivos o estéticos.
La relación de Patricia y el deporte viene desde su más tierna infancia, "jugué desde pequeñita a voleibol, hasta los veintitantos". Después de ello, con la carrera de medicina y la residencia por medio, pasaron un par de años sin practicar y entonces… Singapur.
"Estuve trabajando allí y fue cuando empecé con el CrossFit", comenta. Hasta aquí, todo normal, pero la historia de vida de Patricia comienza a tornarse divertida gracias a la influencia deportiva de su marido.
"Es un calentado de la vida y yo me dejo liar y me apunto a un bombardeo. El CrossFit derivó en comenzar a competir a nivel nacional e internacional en remo. Fui campeona del mundo máster y subcampeona de Europa dos veces", pero la cosa no quedó ahí: "Como me gusta el deporte, Gorka, mi marido, es vasco y me lio para levantar piedras".
Con las piedras lleva tres años compitiendo y también hace exhibiciones. Después de este "engaño marital", ella consiguió meterlo en un wod de CrossFit pese a que a él no le entusiasmaba. "Es más de deporte de fuerza, entonces empezó a hacer StrongMan allí y de hecho compitió en la previa de la Liga Nacional de Fuerza el año pasado y este año. Cuando me dijo que iba a haber una competición de chicas, no lo dudé".
Las diferencias entre un entrenamiento de fuerza en el gimnasio con pesas y máquinas guiadas o el CrossFit y la modalidad que entrena Patricia Martín son un abismo. "El CrossFit tiene mucho de cardio, calistenia y dominadas, puedes mover pesos pesados, pero son repeticiones más que explotar la fuerza máxima", explica la doctora deportista. "El StrongMan son cuatro ejercicios, pero a potencia máxima. Lo que haces es recorrer 20 metros con 150 kilos a la espalda, o cargados al hombro, todo lo rápido que puedas. Es explosivo".
Arrastras furgones y cargas yugos de más de 160 kilos. ¿Cómo preparas una competición de este tipo?
Sigo haciendo CrossFit y sigo levantando piedra. De hecho, el levantamiento de piedra tiene una parte parecida al StrongMan, porque puedes levantar una piedra más grande menos veces. Es un ejercicio más intenso pero de menos duración.
Como mi marido es un entusiasta de todo este asunto, él va comprando materiales y lo acumula en el gimnasio donde hacemos CrossFit para poder entrenar.
¿Cuántas mujeres como tú encuentras en una modalidad tan atípica?
Somos cuatro peladas, poquísimas.
"Dices que has caminado con 180 kilos a la espalda y te miran raro".
Sois una verdadera minoría, ¿cuál crees que es el factor más limitante a la hora de que otras mujeres se sumen a la competición?
Por un lado, lo difícil que es entrenarse. Yo tengo un entrenador online. Tengo que grabarme en videos y él me va corrigiendo así.
Es cierto que gracias al CrossFit hay más gente que se ha ido acercando a este tipo de deportes de fuerza, pero es que es difícil entrenar específicamente a esto.
Y por otro, en la competición lo comentábamos entre las chicas, hacemos lo que podemos en boxes, gimnasios o clubes de powerlifting, pero ahí dices que has caminado con 180 kilos a la espalda y te miran raro porque todavía llama la atención que una chica esté 'cuadrada'.
¿Entenderías esta modalidad deportiva sin competir? Con una participación tan escasa, quizás llegue a no haber una segunda edición…
A mí me encanta el ambiente de la competición, no lo entendería de otra manera porque me motivaría menos.
Vengo de hacer deporte en equipo y entrenar sola, sin ningún referente o alguien que haga locuras conmigo me aburre, por eso tener otras chicas a las que observar en la competición es clave.
A mí me aporta mucho, no solo es rivalidad. Se crea comunidad y ojalá cada vez seamos más.
Por esto dices que no eres el prototipo de cirujana plástica…
Con el trabajo que tengo me hacen mucho hincapié en que debo tener cuidado con las manos, no me vaya a lesionar. Yo he operado con las manos abiertas, con callos. Se pasa mal cuando te pasas el cepillo quirúrgico, pero te pones doble o triple guante y tiras. Si tienes una cirugía fina al día siguiente, sabes que no puedes hacer tanto el bruto en el wod. Todo es regularse, encontrar un equilibrio.
StrongMan y cirugía plástica, qué dos mundos tan diferentes. ¿Se llegan a complementar de alguna manera?
Como encargada de la unidad de quemados del Hospital de Cruces de Baracaldo, el estrés del trabajo es una constante en mi vida. Tratar a diarios con pacientes, con compañeros y con casos complicados hace que salgas de ahí, te vayas a entrenar y estés en un mundo distinto donde te relacionas con gente que no tiene ni idea de en qué consiste tu trabajo. Descargas todo, sacas la mala leche cargando pesos.
Eres primera campeona de fuerza de España, ¿cómo ves el salto a las competiciones a nivel internacional?
Todavía no. En España tenemos muy poco nivel en comparación con otros países. Si miras competiciones anglosajonas es una animalada lo que hacen esas tías. Alucinante.
Hay competiciones internacionales a las que puedes apuntarte de manera libre, pero necesitaría darme más caña porque hay pruebas que no las haría ni de coña.
Miras las cifras de lo que mueven las yanquis o las británicas, y alucinas. Lo que nosotras hemos movido en la categoría de peso, lo mueven las mujeres de menos de 60 kilos. Es brutal, pero es cultural.
Yo si hubiera comenzado a entrenar fuerza hace diez años y no con 30, otro gallo cantaría. El problema es que hasta ayer estaba muy mal visto que una mujer entrenase fuerza.
¿Haber comenzado antes sería el consejo que darías a la Patricia de la infancia?
Lo primero que le aconsejaría es no dejar nunca el deporte. Tuve varios años de parón y sí que lo noté física y mentalmente.
También le diría que tenga siempre un reto en mente. Me da rabia no haber comenzado a remar más joven o no haber empezado en el deporte de fuerza, pero en los años 90 cuando yo jugaba a voleibol no era una opción.
Eso sí, el vóley me ha aportado mogollón en mi vida. El deporte de equipo lo veo fundamental, sobre todo cuando eres pequeño, aprendes esa responsabilidad y esa disciplina a rajatabla…
Y por último, le diría que no tuviera miedo y que le importase un carajo lo que otros piensen. Si te gusta, hazlo.
"También les diría que es hora de romper el estereotipo de que las mujeres tenemos que ser finas y delicadas, que no puedo con él".
Eres una verdadera referente en el deporte de fuerza para otras mujeres, ¿qué les dirías a todas las que aún no se animan?
Que busquen explorar sus límites, esto va de pelear contigo misma y ver hasta dónde puedes llegar dentro de lo razonable. Tampoco vas a ser un animal, al menos yo que me acerco a los 40 y recuperarse de una lesión ya no es lo mismo.
Hay estudios que demuestran que para la osteoporosis, por ejemplo, el hacer ejercicio de fuerza ayuda a medio y largo plazo. Está muy bien hacer Zumba, pero incluir entrenamiento de pesas te va a ayudar a muchos aspectos de la salud.
También les diría que es hora de romper el estereotipo de que las mujeres tenemos que ser finas y delicadas, que no puedo con ese pensamiento. No solo estamos para entrenar culo en el gimnasio, las mujeres también podemos levantar mucho más.
¿Y a todas las que dicen que 'no tienen tiempo' para entrenar?
¡No me lo creo! Tiempo siempre hay, pero tienes que vencer la pereza.
Cuando salgo de guardia, entreno por la mañana o a medio día, pero en mi rutina lo hago de 9 a 10 de la noche. Siempre te tienes que quitar algo y quizás eso sea el sentarte a ver la tele. No me llama, el plus que te da volver a casa agotada físicamente pero relajada mentalmente no lo aporta nada más.