Este lunes, 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ha abierto sus puertas la Fundación Corvera Sueña en Asturias. Su prioridad es atender a las mujeres que han sufrido violencia de género y también a sus hijos, niños y adolescentes que muchas veces se convierten en víctimas invisibles.
"Las niñas y los niños víctimas de la violencia que sufren sus madres son los grandes olvidados. Silenciándolos contribuimos a perpetuar el problema social de base, lo que podría explicar el fracaso de las políticas de prevención de la violencia de género", señalan desde la nueva fundación.
Las cifras oficiales son alarmantes, con un aumento del número de mujeres víctimas de violencia de género del 12,1% en 2023 respecto al año anterior, correspondientes solo a los asuntos en los que se habían dictado medidas cautelares u órdenes de protección. El número de hombres denunciados se incrementó un 9,7%, hasta 36.434.
Es significativo que casi la mitad de las víctimas y de los agresores tenían entre 30 y 44 años, edades en los que las parejas tienen hijos menores, que igualmente sufren esa violencia.
Un caso real reciente: una mujer con protección policial y una orden de alejamiento fue agredida por su expareja, que la dejó tirada inconsciente. Una ambulancia la trasladó al hospital. Al cabo de las horas, alguien se preguntó si esa mujer tendría hijos. Su niña se había quedado sola en el colegio. Una vecina la recogió.
Por casos como éste, tres abogadas asturianas han creado la Fundación Corvera Sueña, una plataforma para visibilizar la situación de los niños y adolescentes expuestos a situaciones de violencia de género en el Principado de Asturias.
Actualmente no existe ningún cálculo oficial de cuántos menores están creciendo en hogares marcados por la violencia machista. En 2020 el Gobierno publicó que uno de cada cuatro menores estuvo expuesto en alguna ocasión a la violencia de género. De forma aún muy parcial se empieza a reflejar en las estadísticas la denominada violencia vicaria, en la que los hijos son instrumentalizados para maltratar y ocasionar un dolor extremo a sus madres.
La nueva fundación promoverá un cambio normativo que garantice la protección de los niños, que reformule los derechos de custodia y visita de los agresores. "Los menores expuestos a violencia de género no cuentan con programas específicos de protección y a menudo son completamente ignorados, tanto por las autoridades como por la sociedad en general. Son los grandes olvidados", explica a EL ESPAÑOL Clara González, abogada con amplia trayectoria en contextos internacionales, experta en mediación y negociaciones complejas y secretaria de la Fundación Corvera Sueña.
Igualmente, considera que crecer en un ambiente marcado por la violencia "condiciona enormemente el desarrollo de las niñas, niños y adolescentes, dejándoles marcas profundas". "La víctima más vulnerable debe ser protegida, es una necesidad alarmantemente ignorada", subraya.
La nueva fundación intentará sensibilizar a la sociedad y a los poderes públicos sobre las necesidades de los menores expuestos a situaciones de violencia y convertir a la madre víctima en "agente activo del proceso de recuperación de sus hijos".
Las estadísticas
Hay que tener en cuenta, que las estadísticas se elaboran contemplando únicamente los casos con medidas cautelares dictadas en procesos judiciales penales. De hecho, esa es "la parte más complicada", señala Clara González. "Una de las razones por las que las mujeres víctimas de violencia de género no se mueven es precisamente por los hijos, porque están súper amenazadas y porque económicamente dependen del agresor", añade.
El tiempo medio en que una mujer agredida tarda en verbalizar su situación se sitúa en 8 años y 8 meses, llegando a 10 años y 5 meses cuando tiene hijos a su cargo, refleja el Informe de la Delegación Especial del Gobierno para la Violencia de Género de 2017.
La Fundación Corvera Sueña anima a denunciar. "El primer paso es reconocerse como víctima, verbalizar el abuso y aceptar que tu pareja, la persona de la que te enamoraste, con la que iniciaste un proyecto de vida, en muchos casos el padre de tus hijos, te está haciendo esto", continúa Clara González.
Esta abogada sostiene que proyectos como la nueva fundación de la que es fundadora son fundamentales para que las víctimas no se sientan cuestionadas, y para abrirles espacios seguros a ellas y a sus hijos. "Hay muchas iniciativas, muchas ayudas formuladas pero falta coordinación, las víctimas se ven obligadas a explicar una y otra vez experiencias traumáticas, a investigar y buscar solas área por área (legal, ayuda psicológica, social, educativa, laboral, etcétera), normalmente, en unas circunstancias personales de máxima fragilidad, expuestas a mucha incomprensión y a un enorme prejuicio social", mantiene Clara González.
El equipo de la Fundación Corvera Sueña proporcionará a las mujeres víctimas de violencia de género asesoría jurídica y orientación integral, promoverá la tutela y la efectividad de los derechos de los menores en sede judicial y en especial del derecho a ser acompañados, a contar con espacios físicos adecuados y a ser oídos; e impulsará la reforma de los derechos de custodia y régimen de visitas del agresor anteponiendo el interés y la seguridad del menor.
"Tengo entusiasmo y muchas ganas, porque lo que veo es una tragedia constante a nuestro alrededor silenciada; es que los niños ni se mencionan. Es una iniciativa en la que creo profundamente, además me vincula más a Asturias y a mis raíces, lo que le añade un punto emocional muy interesante. Tengo esa sensación de que todo encaja, que surge en el momento justo", argumenta Clara González, que lleva residiendo fuera del Principado 30 años.
"El principal reto es llegar a las víctimas porque la mayor parte de ellas no lo cuenta a nadie, no piden ayuda, porque piensan que nadie las va a creer. Desgraciadamente existe un muro de cristal, que queremos romper. Por eso también nos hemos constituido en fundación, para que no haya reserva, porque la gente se siente muy abusada por los abogados, la parte de defensa jurídica suena todo siempre como un enredo. El fin de la fundación es empoderar a las madres para dar cobertura a los hijos", añade.
A la cabeza de esta nueva fundación está María Consuelo Pérez Robledo, abogada especializada en violencia de género y socia directora del bufete Robledo Abogados, fundado en 1996. También integra el equipo Emma Julia Pérez Robledo, con despacho propio fundado en 1996 y especializado en protección de menores, personas discapacitadas, personas mayores y derecho de sucesiones. Además, el proyecto cuenta con el apoyo institucional del Ayuntamiento de Corvera, sensible con la problemática.