Entrevista

Natalia de Molina, Iria del Río y Susana Abaitua, una conexión más allá de la ficción: "Necesito a mis amigas más que a una pareja"

"La mayoría de los que nos dedicamos al cine hemos tenido una infancia complicada en el cole"

Fecha de publicación:
Maquillaje

Rosa Navajas y María Andrés

Estilismo

Greta Macchi

Asistente de Estilismo

Nira Castro

L a actriz española con dos Goyas, Natalia de Molina (Linares, 1990), es la primera en llegar. Empuja la puerta giratoria del Hotel Emperador, saluda con su rostro esculpido en una roca y sube en ascensor hasta la suite 726. Acaba de presentar Desmontando un elefante con Emma Suárez y estrena estos días ¿Es el enemigo? La película de Gila , una película que suena a premio dirigida por Alexis Morante sobre el absurdo de la guerra, basada en la vida del humorista. Viene directa de una charla con jóvenes a propósito del 25-N y describe cómo le ha impactado el encuentro.

La segunda en llegar es Iria del Río (Barcelona, 1987). Antes tuvo otra promoción, y está cansada por dos razones: se está mudando y le han salido más cajas de las que pensaba, y está de estreno y está teniendo más éxito del que imaginaba.

Es la protagonista de la nueva y esperada serie de Sorogoyen, Los años nuevos , un experimento de diez capítulos que se estrenará en cines y luego se podrá ver en Movistar Plus+. Seguramente sea la serie del año, a juzgar por su acogida en los festivales de Tokio y Seminci. El argumento: diez años de amor, contados sólo a través de lo que ocurre en los finales de cada año, una reflexión sobre los nuevos modos de relacionarnos.

Foto uno de Susana Abaitua, Iria del Río y Natalia de Molina

Llega la comida en un carrito cuando en la puerta aparece Susana Abaitua (Vitoria, 1990), que estrena ahora con Hugo Silva Desmontando a Lucía , un thriller que plantea los límites de nuestros actos. Viene directa de una rueda de prensa con cuarenta periodistas. "Una locura", dice. Ambas se abrazan. Son amigas desde hace tiempo, y esa misma conexión la comparten con Natalia en esta entrevista.

Suman el casting soñado, las tres juntas. Han coincidido muchas veces por distintos motivos, y es su amistad la que hace posible esta sesión . Todas tienen proyectos terminados, en desarrollo y futuros.

En momentos complicados, confiesan, van al cine. Ven series y leen, escuchan música. "¡Claro que sí! ¡Todos lo hacemos!, ¿no?", exclama Iria. En épocas de enfrentamiento y egos, la amistad y el poder de la cultura hacen posible este reportaje con las tres protagonistas de los estrenos de la Gran Vía en diciembre, como símbolo de toda una generación de actrices españolas de extraordinario talento. Comienza el encuentro.

Susana Abaitua

Foto uno de Susana Abaitua
Foto dos de Susana Abaitua

Falda de Twin Set Actitude
Camiseta de punto de Maje
Cazadora en ecopelo de Simorra
Blade pump en ante de Aquazzura
Anillo y pendientes Helioro by Kim en oro rodado 18k de Wempe

La utilidad de lo inútil, afirmaba Nuccio Ordine, y la utilidad de la ficción, reclamaba Javier Cercas en su discurso de acceso a la Real Academia, ¿por qué diríais que las ficciones que presentáis ahora son 'útiles' justo en este momento?

Iria: ¡Javier Cercas compara la cultura con hacer el amor! ¡Qué bonito discurso! Yo cuando recibí el proyecto de Los años nuevos de Sorogoyen pensé '¡qué bien, ahora podré leer libros de amor por trabajo!'. Creo que generacionalmente hay muchos temas nuevos encima de la mesa en cuanto a lo afectivo, y ha sido como un máster. Y a mí me encanta hablar de amor, dedico mucho tiempo de mi vida a hablar de amor, así que esta serie era lo que más me apetecía del mundo.

Natalia: En mis películas se cuenta un poco eso mismo, que la cultura es un espacio seguro en el que las personas pueden expresar cosas que en su día a día son traumáticas o no saben hacerlo. Uno puede sanar cosas que de otra manera es incapaz. Gila, a través del humor, consiguió transformar todo ese dolor y esa absurdidad tan grande que es una guerra, y consiguió que la gente, independiente de lo que pensara, se riera de algo tan trágico. El arte ayuda a las personas.

Susana: No sólo mi película, el cine en general, sirve para conectar y desconectar, se puede jugar con las dos ideas. Hay temas con los que quizás no empatizas tanto, pero cuando te cuentan la historia y las circunstancias de una persona, empiezas a entender. Eres capaz con una canción o un libro de comprender muchas cosas. Y cuando estás en un momento de mierda, poder ir al cine y ver un musical o una comedia, o una buena historia que atrape tu atención y te saque de ti misma, ayuda mucho.

Iria del Río

Foto uno de Iria del Río
Foto dos Iria del Río

Jersey de punto de Lili Sidonio
Bomber de piel de Weekend Max Mara
Vaqueros de Levi's
Calcetines de canale con lana y cashmere de Calzedonia
Cinturón fino de Mango
Mocasines con tacón de Sezanne
Aros Ágata azul Riviera con baño de oro 18k de PDPAOLA

¿Cuándo fue la última vez que una película os salvó la vida? Un libro o una canción también valdrían…

Iria: Así, de repente, quizás el último libro que me he leído diciendo '¡Dios, no puedo separarme de estas páginas!' fue El Celo de Sabina Urraca.

Natalia: Para mí sería la película de animación Flow , que habla de un hipotético futuro, que no veo tan hipotético, en el que habría una catástrofe natural mundial, el ser humano no existe y un gato intenta sobrevivir junto a otros animales, aunque en principio deberían no entenderse. Es un salto en la animación, es muy interesante. ¿Habéis visto la miniserie Querer ? Es increíble.

Susana: Yo diría el libro El sentido de consentir de Clara Serra. Y he visto la película Carol (2015), ¿la habéis visto? Aluciné.

Os propongo un juego, decimos un enunciado y la que quiera lo recoge… Por ejemplo, '¿dónde está el límite de nuestros actos, qué está justificado y qué no?'

Susana: Esta es mía (recoge el guante). Creo que reflexionar sobre el límite de nuestros actos en realidad es hacerlo sobre cuál es nuestro punto de vista, algo muy importante en la ficción y en la vida real. ¿Dónde nos colocamos? No es evidente. Hoy en día no tenemos tiempo para nada, y decidimos colocarnos siempre en un lugar rápidamente. El cine nos ayuda a cuestionarnos eso.

Foto uno de Natalia de Molina

Natalia de Molina

Abrigo de Mirto
Body de lycra de Bershka
Falda de flecos de Desigual
Mule de tacón de Mint & Rose
Bolso pasticcino de Weekend Max Mara

Foto dos de Natalia de Molina

'¿Por qué es tan difícil relacionarnos?' o '¿qué está pasando con los nuevos arquetipos relacionales y amorosos?'

Iria: Bueno, el viaje de mi personaje en la serie Los años nuevos tiene mucho que ver con el autoconocimiento, pero creo que en esta serie lo que se cuenta es un aprendizaje sobre qué es el amor. No lo sabemos, estamos todo el rato ensayando qué es el amor… ¡Porque no lo sabemos! Qué necesito, qué quiero, es algo muy complejo.

'¿Puede que la ficción sea menos absurda que la realidad?'

Natalia: La realidad siempre va a superar a cualquier ficción, por muy rocambolesca que parezca. En mi película hay mucho absurdo, porque lo hay en el día a día. Cada vez están más presentes en nuestras vidas la absurdidad humana en nuestras vidas y la incomunicación. Lo hacemos todo difícil cuando, en realidad, si paras y te escuchas a ti misma, quizás no sea tan complicado llevarse medio bien con los demás. A veces te conectas más con algo orquestado y encuentras más verdades sobre ti y sobre los demás viendo cine que viviendo. El absurdo está más en la realidad todo el rato.

Foto dos de Susana Abaitua, Iria del Río y Natalia de Molina

Amistad, vocación y sufrimiento

¿Cuándo empezó su exitoso viaje hacia la ficción? ¿Cómo nacieron sus alucinantes carreras? Natalia de Molina relata a Magas y a sus compañeras que ella es "la pequeña de cuatro hermanas" y el día que vino al mundo "entró una cámara de video en casa". "Jugaba a actuar desde pequeña. Pero cuando me preguntaban qué quería estudiar, me daba vergüenza decirlo. Hice un musical porque me gustaba cantar, muy influenciada por Marilyn, pero al final me di cuenta de que lo que más me llamaba era lo textual, la interpretación. Y me pude centrar en ello cuando vine a Madrid".

Natalia confiesa haber sufrido mucho cuando era niña. "La mayoría de la gente que nos dedicamos a esto hemos tenido infancias en el cole complicadas, no sé si encontramos en la expresión artística una salida a toda esa opresión que recibíamos simplemente por ser quiénes éramos. Me he hecho muchas veces esa pregunta, si había algo malo en mí en esa edad , porque no podía entender siendo niña que me pasara lo que me pasaba".

Foto uno de Susana Abaitua e Iria del Río
Foto tres de Susana Abaitua, Iria del Río y Natalia de Molina

Susana relata que ella vivió algo parecido. " Yo también lo pasé muy mal en el colegio . La interpretación era una burbuja en la que me refugiaba, creó en mí una confianza ciega: me miraba al espejo y sabía que iba a ser la mejor actriz del mundo, sólo que el resto aún no lo sabía. De pequeña creía que la gente que salía en la televisión vivía ahí, hasta que un día en una conversación mi madre me dijo que era un trabajo".

" Me resuenan mucho esos momentos en la habitación encerrada, los he vivido cien por cien . Pero es verdad que en mi casa todos lo vieron y me invitaron a tomar otro camino. Empecé la carrera de Sociología y la dejé, comencé Trabajo social y lo mismo. Luego me puse a trabajar y estuve dos años mientras estudiaba Derecho y, por fin, estudié Interpretación. Y en la escuela descubrí un mundo", exclama Iria.

Termina explicando "el nivel de flipe" que sintió al empezar a interpretar: " Fue equiparable al enamoramiento , de esas veces que te enamoras mucho de alguien, tuve una sensación de 'aquí no hay límites', era un universo, un lugar donde expresarte… y luego me salió trabajo muy rápido en Amar en tiempos revueltos , me vine a Madrid sin pensármelo y dejé todo. Luego vinieron la precariedad y las dificultades, pero convertir un juego infantil en realidad… Es genial".

Foto cuatro de Susana Abaitua, Iria del Río y Natalia de Molina
Foto cinco de Susana Abaitua, Iria del Río y Natalia de Molina

Decía C.S. Lewis que "la amistad nace en el momento en el que una persona le dice a otra '¿cómo?, ¿tú también? Creía que era el único/la única'".

Susana: Está claro que la amistad es como una relación, hay que trabajarla, y no darla por hecho. A mí me da algo si no tengo a mis amigas (se gira hacia Iria y le sonríe). Las necesito en mi vida y más que una pareja. Me quedo sin pareja y sufro, me quedo sin amigas y me muero.

Natalia: Yo soy una persona muy tímida. Muy introvertida. La verdad es que sólo tengo una amiga de toda la vida, es la única que conservo. Ya he contado que sufrí mucho de pequeña y durante la adolescencia y eso hace muy complicado confiar en la gente. Luego esta profesión es hermosa y he conocido a personas maravillosas (se gira hacia Iria y Susana), pero también hay partes que no son tan bonitas. Soy muy selectiva, no dejo entrar a cualquiera en mi mundo personal, me protejo mucho.

Iria: La amistad ocupa un lugar importante en mi vida. Hay cosas que sólo se las cuentas a una amiga. Varias. Ocupan un espacio que no ocupa ni mi familia ni tu pareja, si la tienes.

Foto seis de Susana Abaitua, Iria del Río y Natalia de Molina

Presente, futuro y carta a los reyes

¿Cómo os gusta que os describan?

Natalia: Para hablar de uno es mejor que hablen los demás, aunque también eso puede ser peligroso, porque alguien te puede definir de un modo que es, o te ponen etiquetas gratuitas. Si dejas creer que eres lo que dicen que eres, puedes llegar a una mala definición de ti misma.

¿Qué es lo que más y menos os gusta de vosotras mismas?

Natalia: Creo que soy una persona risueña e intento mantenerme fuerte. A veces peco de inocente, pero me gusta ir así por la vida. Luego soy cabezona, no me trato muy bien a mí misma, soy demasiado exigente. Estoy aprendiendo a acallar esa voz.

Susana: Uno de mis defectos es que soy muy soñadora, estoy feliz con la profesión y el trabajo. Pero cuando planteo mis proyecciones pueden ser o increíbles o lo que peor que te puede pasar en la vida. Y eso cansa. Me veía madre con 25 años y tengo 34, veo películas románticas, pero luego soy muy pasional.

Iria: Una cosa que me da mucho trabajo es el sentido de la justicia. Me enervan algunas cosas y me cuesta frenar la caballería del enfado. Tengo fácil enfado. Es una emoción que tengo muy a mano, para trabajar es una energía que me va muy bien, pero en la vida me hace sufrir.

¿Qué mujeres os inspiran, que hayáis o no conocido, y por qué?

Susana: Kate Winslet. Hay algo en ella, en sus entrevistas y en cómo lleva su carrera que me encanta.

Iria: A Marisol la descubrí el otro día en un nuevo documental, y pensé que no debió de ser nada fácil plantar cara en ese momento. Hay muchas actrices que me gustan, pero soy más loca de las escritoras, Anaïs Nin con sus diarios, Alba Muñoz, Sabina Urraca, Ana Pazos, escriben cosas que me interpelan…

Natalia: Emilia, mi madre, ha sido una inspiración total. Soy muy fan de Marilyn Monroe desde pequeña y con la edad fui descubriendo a la mujer que había detrás del mito: muy inteligente, que plantó cara a los Estudios, que montó una productora y quiso elegir sus proyectos y que era talentosísima, pero la destruyeron.

Foto siete de Susana Abaitua, Iria del Río y Natalia de Molina
Foto ocho de Susana Abaitua, Iria del Río y Natalia de Molina

La sesión termina justo con la caída del sol de invierno, mientras regresamos a la habitación con vistas después de recorrer una Gran Vía llena de luces y fans, toda cubierta de una conversación cómplice que termina con una carta a los Reyes Magos. ¿Qué piden estas tres actrices? Susana confiesa que le gustaría hacer una película en francés y reivindica el cuidado en la profesión.

"No dejamos de ser vulnerables, estamos ahí delante de una cámara para entregar nuestra vida y de repente, cuando un director o directora como Alberto Utrera hace lo que hizo conmigo, te genera seguridad y te da unas alas increíbles". Todas coinciden en que hacen falta más directoras.

Natalia, ganadora de dos Goyas por Vivir es fácil con los ojos cerrados y Techo y comida, querría hacer un musical . Iria, que le tiene mucho cariño a películas como El increíble finde menguante , quiere dedicarse sobre todo a proyectos interesantes de verdad, como el que presenta ahora con Sorogoyen. Sus peticiones, con toda seguridad, serán escuchadas.

Agradecimientos

Agradecimientos especiales al Hotel Emperador Madrid